EL DERECHO HUMANO A LA
VIDA, GARANTIZADO EN LA CUBA SOCIALISTA
Por Patricio Montesinos
De visita nuevamente en Cuba acudí con un viejo colega amigo
al Instituto Nacional de Oncología y Radiología (INOR), un prestigioso centro
hospitalario ubicado en La Habana, que en medio del bloqueo que aún le impone
Estados Unidos a la mayor de las Antillas batalla sin cuartel contra el cáncer
y por el derecho humano a la vida de los habitantes de la Isla.
Impresionante resulta la atención que reciben los pacientes
adultos y de la llamada tercera edad en ese Instituto, uno de los principales
del país, y donde diariamente se les devuelve la esperanza de vivir a numerosos
ciudadanos de la nación caribeña y también de otros países.
Acompañé al amigo con su padre, de 87 años, quien ha sido
intervenido quirúrgicamente en 15 ocasiones en los últimos 10 años, y gracias a
la afamada medicina cubana, y a los especialistas y todo el personal del INOR,
su estado de salud mejora y su calidad de vida es sorprendente.
Me narró el abuelo que los doctores y los asistentes que le
han atendido son todos grandes profesionales, con inmensos valores humanos, y a
pesar del intenso trabajo que tienen resaltan por su amabilidad y cordialidad
hacia los enfermos, como similar lo hace cotidianamente la primera persona que
los recibe, la secretaria de la consulta Andrea Mesa Cuétano, quien labora en
el INOR desde hace más de 20 años.
Y lo pude comprobar en la cita con el Doctor Erasmo Gómez
Cabrera, especialista de segundo grado de Oncología y subdirector docente del
referido centro hospitalario, quien atendió a su paciente como un familiar, y
no faltaron en el dialogo entre ambos el humor y el cariño típicos de los
cubanos.
El padre de mi colega me explicó minutos después que el Dr.
Erasmo Gomez Cabrera lo había operado varias veces, pero igual lo hicieron
otros excelentes galenos, como los Oncólogos Edgar Tijerino González y Franklin
Alain Abreu Perdomo, este último también especialista en Oftalmología.
Comentó seguidamente que el Dr. Edgar Tijerino González nació
en Costa Rica y vino a estudiar a la Escuela Latinoamericana de Medicina
(ELAM), donde obtuvo Diploma de Oro, y tuvo el honor de recibirlo de manos del
líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro.
¡Que orgullo para ese médico!, manifestó el padre de mi amigo
al referirse al Comandante Fidel Castro Ruz, creador de la ELAM y quien
convirtió a la mayor de las Antillas en una potencia médica internacional,
hecho que es reconocido en todos los rincones de este mundo.
Otra abuelita, paciente de 93 años, escuchaba con atención el
relato de mi interlocutor, y nos interrumpió para entre sollozos expresar que “el
Comandante Fidel Castro Ruz, se nos fue físicamente, pero gracias a él y
nuestros médicos hoy muchos vivimos, y mira cuántos años, como yo”, afirmó.
Mi estancia en el INOR terminó en la farmacia, donde los
costosísimos medicamentos para aliviar o curar el cáncer se entregan
gratuitamente a las personas aquejadas de ese padecimiento.
Los precios de esos fármacos se encarecen mucho más para Cuba
como consecuencia del feroz bloqueo que durante casi seis décadas le impone
Estados Unidos al pueblo del decano archipiélago caribeño.
A pesar de ese cruel cerco económico, financiero y comercial
de Washington, todos los cubanos, niños, jóvenes, adultos y los de la tercera
edad, continúan teniendo garantizado el más fundamental de los derechos
humanos: el derecho a la vida, junto al derecho de una educación integral,
permanente, de calidad, y gratuita. Y no como ocurre, en el patio trasero del
imperio, donde la salud y la educación son bienes de consumo para y por el
lucro, de empresarios de la oligarquía farisea testaferra del capital buitre foráneo.
PS: Lo subrayado es nuestro.
Fuente: Rebelión
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