martes, 12 de noviembre de 2024

La ONU sigue paralizada y «naciones canallas» intensifican crímenes de guerra: ¡La democracia occidental, ciega, sorda y muda! la miseria moral de occidente

La ONU sigue paralizada y «naciones canallas» intensifican crímenes de guerra: ¡La democracia occidental, ciega, sorda y muda! la miseria moral de occidente.

Por Thalif Deen* –  Inter Press service (IPS)

NACIONES UNIDAS – La Organización de las Naciones Unidas (ONU) continúa prácticamente paralizada y políticamente impotente en medio de dos conflictos encarnizados, mientras Rusia e Israel siguen desafiando al organismo mundial.

Las matanzas de civiles y la destrucción de ciudades, especialmente por parte de Israel, son devastadoras y continúan a pesar de las repetidas advertencias de la ONU, sus agencias humanitarias, la Corte Penal Internacional (CPI), los expertos en derechos humanos de la ONU y el Consejo de Seguridad.

Lo que nos lleva a preguntarnos: ¿ha sobrevivido la ONU a su utilidad, incluso cuando el 24 de octubre se ha conmemorado su 79 aniversario?

Las Naciones Unidas, que no han contribuido a resolver algunas de las guerras civiles y conflictos militares más prolongados del mundo -como Palestina, Afganistán, Yemen, el Sáhara Occidental, Myanmar, Siria y, más recientemente, Ucrania-, fueron cuestionadas por el presidente ucraniano Volodímir Zelenski durante su discurso ante el Consejo de Seguridad en abril.

Entonces preguntó con razón: «¿Dónde está la paz para cuya garantía se crearon las Naciones Unidas? ¿Y dónde está la seguridad que el Consejo de Seguridad debía garantizar?»

Los repetidos llamamientos de Estados Unidos a un alto el fuego por parte de Israel han caído en saco roto, incluso mientras continúan las violaciones de la Carta de la ONU con acusaciones de crímenes de guerra y genocidio en Gaza desde el 7 de octubre del año pasado.

Un diplomático asiático, que habló bajo condición de anonimato, dio en el clavo cuando dijo a IPS que los países que violan la Carta de la ONU y cometen crímenes de guerra son «naciones canallas» y deberían ser expulsados del organismo mundial.

Pero eso nunca ocurrirá con un Consejo de Seguridad dotado de poder de veto.

Sarah Leah Whitson, directora ejecutiva de Democracia para el Mundo Árabe Ahora (Dawn, en inglés), dijo a IPS que el Consejo de Seguridad de la ONU ha servido como el principal obstáculo para la paz y la seguridad mundiales, obstaculizando en lugar de ayudar los esfuerzos para poner fin a los conflictos en todo el mundo.

Tanto Estados Unidos como Rusia han utilizado su poder de veto para garantizar que continúen las guerras que apoyan, ya sean los conflictos de Rusia en Ucrania y Siria, o las guerras apoyadas por Estados Unidos en Gaza, Líbano y Yemen.

Sin poner fin al poder de veto de estas dos potencias mundiales que fomentan los peores conflictos del mundo, la ONU seguirá siendo una institución desdentada y desacreditada, declaró Whitson.

Ramzy Baroud, periodista y editor de The Palestine Chronicle, dijo a IPS que la cuestión de si las Naciones Unidas han dejado de ser útiles o no, depende de cómo decidamos comprender la formación inicial y el propósito original de la organización.

«Si creemos, y muchos lo hacen con razón, que la ONU se formó para proteger los intereses de aquellos que salieron victoriosos tras la devastación de la Segunda Guerra Mundial, entonces, en gran medida ha tenido éxito en su misión», planteó.

De hecho, afirmó, la ONU y especialmente su instancia ejecutiva, el Consejo de Seguridad, ha reflejado principalmente los equilibrios del poder mundial, que, hasta hace poco, se inclinaba mayoritariamente a favor de Estados Unidos y sus aliados occidentales.

Aunque esto está cambiando en cierta medida, señaló, Estados Unidos sigue demostrando que todavía es capaz de ser un obstáculo importante antes de permitir que la institución desempeñe siquiera un papel nominal en la imposición de las leyes internacionales y humanitarias a las partes culpables, como Israel.

«Sin embargo, si nos atenemos a la idea errónea de que la ONU existía como garante mundial de la paz mediante la generación y aplicación de leyes internacionales, no cabe duda de que ha fracasado estrepitosamente», dijo Baroud.

En respuesta a una pregunta formulada en una rueda de prensa a principios de octubre, el portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, aseguró: «Bueno, cuando la gente habla de los fracasos de la ONU, mi pregunta es: ¿de qué ONU están hablando?»

«¿Están hablando de la incapacidad del Consejo de Seguridad para reunirse en cuestiones críticas? ¿Se refiere a que los Estados miembros no respetan ni aplican las resoluciones? ¿Está hablando de que los Estados miembros no respetan las sentencias del Tribunal Internacional de Justicia, que todos los Estados miembros han suscrito?», inquirió.

Añadió: «¿Y está hablando de que el Secretario General cree que no está haciendo lo suficiente o que sus humanitarios no están haciendo lo suficiente? Así que creo que ese tipo de preguntas son muy válidas, pero creo que uno tiene que examinar de qué parte de la organización está hablando».

Durante la Cumbre de los BRICS+ (encabezado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), celebrada en la ciudad rusa de Kazán el 24 de octubre, el secretario general, António Guterres, se reunió con Vladimir Putin, y reiteró su postura de que la invasión rusa de Ucrania «viola la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional».

Pero la respuesta de Rusia no se hizo esperar, mientras continúan sus violaciones al documento fundacional de la ONU.

En la cumbre sobre la Biodiversidad, celebrada en la ciudad colombiana de Cali, el 29 de octubre, Guterres dijo: «Necesitamos la paz entre nosotros. Esa es la razón por la que he estado pidiendo, en línea con la Carta, en línea con el derecho internacional y en línea con las resoluciones de la Asamblea General».

Subrayó que «por eso hemos estado pidiendo un alto el fuego inmediato en Gaza, la liberación de todos los rehenes y ayuda humanitaria masiva a Gaza. Por eso hemos estado pidiendo la paz en Líbano y una paz que respete la soberanía libanesa y la integridad territorial libanesa y allane el camino para una solución política».

«Por eso hemos estado pidiendo la paz en Sudán, donde existe una enorme tragedia»», concluyó su argumentación Guterres.

Quizá sean llamamientos que seguirán sin respuesta.

Baroud explicó que lo más exasperante es que, a pesar de sus evidentes fracasos, la ONU sigue actuando como si sirviera para algo más que para reflejar los desequilibrios de poder existentes en el mundo y como plataforma publicitaria para Estados Unidos, Israel y otros países, que violan el derecho internacional con total impunidad.

La ONU se creó tras las atrocidades de la Segunda Guerra Mundial(1939-1945). Ahora, a su juicio, es completamente inútil por su incapacidad para detener atrocidades similares en Gaza, Cisjordania y Líbano. No hay justificación moral, y mucho menos racional, para que la ONU siga existiendo en su forma actual, dijo Baroud.

El Sur global se está alzando por fin con sus propias iniciativas políticas, económicas y jurídicas, es hora de que estos nuevos organismos ofrezcan una alternativa completa a la ONU o impulsen reformas serias e irreversibles en la ineficaz organización actual, afirmó Baroud, investigador principal no residente del Centro para el Islam y los Asuntos Globales.

En un artículo de opinión para IPS, Alon Ben-Meir, profesor jubilado de relaciones internacionales, señaló que la estructura del Consejo de Seguridad de la ONU, en particular el poder de veto de sus cinco miembros permanentes, conduce a menudo a la inacción.

Este poder permite a cualquiera de estos países bloquear resoluciones, aunque exista un amplio apoyo internacional. Esto ha dado lugar a bloqueos en asuntos críticos como la guerra civil siria, la guerra de Ucrania y el conflicto palestino-israelí, afirmó.

«Los asesinatos de civiles y la destrucción de ciudades y pueblos, especialmente por parte de Israel y Rusia, son devastadores y continúan sin cesar incluso a través de la ONU y sus agencias humanitarias», consideró.

Recordó que el Tribunal Penal Internacional y los expertos en derechos humanos de la ONU han pedido reiteradamente al Consejo de Seguridad que actúe. En estos casos, las relaciones de enfrentamiento entre Estados Unidos y Rusia impidieron alcanzar soluciones para mitigar estos conflictos.

Aunque existe un amplio acuerdo sobre la necesidad de reformar el Consejo de Seguridad, lograrlo implica pilotar panoramas geopolíticos multifacéticos y equilibrar diversos intereses nacionales.

Dicho esto, los cambios graduales, especialmente los que no requieren modificaciones formales de la Carta de la ONU, pueden ofrecer un camino factible, afirmó Ben-Meir, que ha impartido cursos sobre negociación internacional y estudios sobre Medio Oriente.

«Si el Consejo de Seguridad no adopta algunas de estas reformas, la ONU dejará prácticamente de ser útil, especialmente en el ámbito de la resolución de conflictos, donde la horrible muerte y destrucción diarias en todo el mundo atestiguan sus estrepitosos fracasos», aseguró

Sin embargo, el declive del papel de la ONU en la geopolítica se ha visto compensado por su actuación cada vez más sólida como organización de ayuda humanitaria masiva.

Estos esfuerzos están dirigidos por las múltiples agencias de la ONU.

Estos multiples organismos, que han salvado millones de vidas, siguen proporcionando alimentos, atención médica y refugio a quienes se encuentran atrapados en países asolados por la guerra, sobre todo en Asia, África y Medio Oriente.

Además, siguen de cerca los pasos de organizaciones internacionales de ayuda, como Médicos Sin Fronteras, Save the Children, Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), CARE Internacional, Acción contra el Hambre, World Vision y Socorro Sin Fronteras, entre otras.

*Thalif Deen, IPS United Nations bureau chief and North America regional director, has been covering the U.N. since the late 1970s. A former deputy news editor of the Sri Lanka Daily News, he was also a senior editorial writer for Hong Kong-based The Standard. He has been runner-up and cited twice for “excellence in U.N. reporting” at the annual awards presentation of the U.N. Correspondents’ Association. A former information officer at the U.N. Secretariat, and a one-time member of the Sri Lanka delegation to the U.N. General Assembly sessions, Thalif is currently editor in chief of the IPS U.N. Terra Viva journal. Since the Earth Summit in Rio de Janeiro in 1992, he has covered virtually every single major U.N. conference on population, human rights, environment, social development, globalisation and the Millennium Development Goals. A former Middle East military editor at Jane’s Information Group in the U.S, he is a Fulbright-Hayes scholar with a master’s degree in journalism from Columbia University, New York.

Nadie juzgará a la Inteligencia Artificial GENOCIDA  por crímenes de guerra: en el genocudio del pueblo palestino/gaza, el 70% de las victimas asesinadas por el sionismo colonialista israelí corresponden a mujeres y niños

Prof. Javier Rodrigo* – CTXT Contexto y Acción/escritor, historiador, académico de la Universidad de Barcelona/Cataluña

¿Podrá un futuro Eichmann escudarse en la responsabilidad del algoritmo para descargarse de culpabilidad?

La historia de la persecución de los llamados crímenes de guerra está lejos de ser la de un éxito irrefrenable. Philippe Sands retrató sus orígenes en el mundo contemporáneo en su deslumbrante Calle Este-Oeste, al literaturizar el nacimiento de categorías como las de genocidio y crímenes contra la humanidad. Y mientras que el propio Sands es crítico, pero a la vez optimista, sobre las posibilidades de aplicación internacional del derecho humanitario, la realidad es más bien la de un fracaso con pocos matices. Tanto la legislación de la ONU para la prevención del delito de genocidio como las convenciones de Ginebra de 1949 han tenido un recorrido limitado. Y, sobre todo, han sido de aplicación muy reciente. Por mucho que resuenen los juicios de Núremberg, Auschwitz, Fráncfort o Jerusalén, y por mucho que la cita a Arendt (leída o no es lo de menos) sea ya casi de obligado cumplimiento, la historia de la persecución del delito de crímenes de guerra (el crimen no justificado por la necesidad militar, que incluye asesinatos, tratamiento inhumano de personas, torturas, sufrimiento deliberado o la destrucción y/o apropiación de propiedades ajenas) o contra la humanidad es la de unos pocos oasis en un gigantesco desierto de impunidad.

Un breve repaso permite comprobarlo. Hideki Tōjō fue juzgado, condenado y ejecutado en 1948 como responsable de los crímenes japoneses en la Segunda Guerra Mundial, pero hasta 2002 no se inició otro juicio por crímenes contra la humanidad contra un presidente o primer ministro, Slobodan Milošević, que murió antes de conocer la condena del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia. No fue hasta 1998 que se aprobó en Roma el Estatuto que rige la Corte Penal Internacional, un tribunal en funcionamiento desde 2002 pero cuya soberanía nunca ha sido reconocida por países como Estados Unidos, Rusia, China, Israel, Cuba, India o Irán. En teoría, por chocar con su propia soberanía. En la práctica pueden suponerse intereses de otra índole: Estados Unidos, Rusia, India, China o Israel disponen de armamento nuclear. Y tampoco la historia de la CPI es precisamente la de un luminoso camino hacia el fin de la impunidad de los perpetradores de crímenes contra la humanidad. Responsable de complejísimas investigaciones de resultados no siempre satisfactorios, la totalidad de los juicios, así como todas las investigaciones en curso de la Corte menos una (Bangladesh), se vinculan a países africanos, representando una muestra muy limitada (e incluso podría decirse, sesgada) de los procesos penales en los que podrían aplicarse los principios del derecho internacional humanitario. Mientras, los procesos en investigaciones preliminares abarcan países que no han reconocido a la Corte misma, como Venezuela, Ucrania, Colombia, Irak o Afganistán. Desde 2015, también investiga posibles crímenes de guerra y contra la humanidad en Palestina, con resultados inexistentes, si su objetivo era el de la persecución penal de los delitos, y directamente penosos, si el objetivo era ese tan hermoso como ingenuo de su prevención.

Todo juega pues en contra de la legislación internacional en el terreno humanitario, a partir de su compleja compaginación con la soberanía de los Estados. Desde los juicios de Núremberg hasta la actualidad, el del derecho internacional ha sido un combate contra el marco jurídico y mental de la impunidad. Escudándose detrás de teorías como la de los “dos demonios” o la obediencia debida a la cadena de mando de difícil reconstrucción, los agentes de violencia han querido siempre limitar o legitimar sus acciones criminales, las han negado, matizado o justificado bajo la premisa del imperativo militar. Desde la política española de reconcentración de civiles en Cuba en 1896 a la ocupación israelí de Gaza que arrancó tras los ataques de Hamás del 7 de octubre de 2023, pasando por el genocidios como el herero y nama a manos de la administración colonial alemana de Namibia en 1907, por Srebrenica, Ruanda o Darfur, las masacres de civiles, los desplazamientos forzosos de población desarmada, los confinamientos y bombardeos sobre población no combatiente, la sustitución demográfica o la colonización forzosa son praxis propias de las guerras y los conflictos contemporáneos que casi siempre han conseguido salir impunes, y la realidad de las pesquisas actuales no invita al optimismo.

Hoy, además, ha nacido un nuevo agente de violencia, la inteligencia artificial genocida. En su guerra en Gaza, el ejército israelí utiliza la IAG como base para un programa, Lavender, que marca objetivos bélicos (personas, se entiende) y que se combina con otros mecanismos de rastreo, detección y automatización de bombardeos militares. Es en última instancia el algoritmo de la IA el que identifica a las víctimas, para acabar con ellas en sus propios domicilios y en horario nocturno, con lo que ello conlleva de muertes de civiles no identificados. Y si las cuestiones morales que todo ello suscita son complejas, no lo son menos las jurídicas. ¿A quién podrá juzgarse por crímenes de guerra, por causar sufrimientos no justificados por la necesidad militar, cuando estos los determine un algoritmo? ¿Qué cadena de mando deberá reconstruir un futuro, pongamos, Strassera, el fiscal del juicio contra las Juntas en Argentina, cuando se deban establecer las responsabilidades de los bombardeos sobre civiles desarmados realizados por drones autorregulados? ¿Podrá un futuro Eichmann escudarse en la evanescencia de una responsabilidad artificial para descargarse de culpabilidad? Evidentemente, la tecnología no sustituye al principio de responsabilidad, que señala a los estados mayores, jefes de operaciones y gobiernos. Pero ¿a quién podrá sentar en el banquillo de los acusados la Corte Penal Internacional cuando se trate de juzgar, si alguna vez se juzgan, los crímenes cometidos en el uso de Lavender? ¿Está preparado el derecho humanitario internacional para afrontar esta nueva realidad?

Sin la posibilidad a posteriori de la justicia, sea nacional o internacional, las víctimas de los abusos y los crímenes de guerra y contra la humanidad quedarán desprotegidas y, por fin, al albur de la más cruenta impunidad. ¿Será eso lo que realmente buscan quienes implementan ya hoy la inteligencia artificial como herramienta bélica?

Lo subrayado/interpolado es nuestro.

Mátenlos a todos: el exterminio sionista colonialista israelí de la población palestina en Gaza y Cisjordania: ¡La democracia occidental ciega, sorda y muda!.

Mátenlos a todos: el exterminio sionista colonialista israelí de la población palestina en Gaza y Cisjordania: ¡La democracia occidental ciega, sorda y muda!. “Estados unidos e Inglaterra produjeron el monstruo genocida, sionista colonialista israelí. Esté constituye el Pueblo elegido por su dios. Y su dios es como la justa medida para tal pueblo: ¡Tal para cual!

Por William Van Wagenen/ Escritor y analista internacional/ADDHEEONG

La plétora de horribles estrategias de crímenes de guerra de Tel Aviv –desde la Directiva Aníbal hasta la Doctrina Dahiyeh– no fue nada comparado con el peligro existencial al que se enfrenta la población palestina bajo el nuevo Plan de los Generales sionistas colonialistas de Israel: un plan sistemático de limpieza étnica y reasentamiento judío en la Franja.

El holocausto que afecta a la población palestina de Gaza ha alcanzado niveles inimaginables de horror, ejemplificados por un desgarrador  video que arrasó las redes sociales en el que se ve a Shaaban al-Dalou, de 19 años, quemándose viva mientras todavía estaba conectada a un suero intravenoso. No se trata de una tragedia aislada, sino de un ejemplo emblemático del genocidio cada vez mayor.

El 13 de octubre un ataque aéreo israelí incendió las tiendas de campaña improvisadas que albergaban a decenas de familias palestinas desplazadas en el patio del Hospital de los Mártires de Al-Aqsa, en Deir al-Balah. En medio del infierno, Mohammed, el hermano de 17 años de Dalou,  describió su agonía: “No puedo describir la sensación. Vi a mi hermano arder frente a mí y a mi madre ardiendo”.

Mohammed había logrado escapar cuando escuchó el impacto, pero su hermano Shaban y su madre no lo lograron. Su  padre salvó a su hermano de 10 años de las llamas, pero el niño sucumbió a las quemaduras días después, según el  New York Times.

Ya no hay servicios en el norte de Gaza

Al horroroso video siguieron una semana después  fotos que mostraban a soldados expulsando a punta de pistola a personas palestinas de bloques residenciales medio destruidos.

Imágenes de un dron israelí publicadas por la emisora ​​pública israelí Kan capturaron imágenes de palestinos  detenidos y obligados a  caminar hacia el sur a través del paisaje postapocalíptico de Gaza sin ninguna posesión.

Muchos palestinos y palestinas que se negaron a obedecer las órdenes de evacuación, a menudo transmitidas mediante anuncios realizados desde  drones cuadricópteros que sobrevolaban el lugar , fueron  masacrados por la artillería y los ataques aéreos sionistas colonialistas israelíes.

Las fuerzas israelíes han disparado contra los trabajadores de rescate y los civiles que intentaban salvar a otros o simplemente los han detenido y «desaparecido». Hay informes que describen numerosos casos en los que las y los palestinos fueron atacados mientras intentaban ayudar a personas heridas. Esto ha dejado a la población de Gaza sin ningún servicio médico o de emergencia, lo que ha obligado a  paralizar por completo los servicios de salud y de defensa civil.

Ni siquiera los hospitales se salvaron. Los pacientes gravemente heridos y los médicos que los atendían se enfrentaban al mismo ultimátum imposible: evacuar o morir.

Al regresar a casa, los médicos occidentales que habían trabajado como voluntarios en Gaza expresaron su conmoción por la cantidad de niños y niñas que llegaban a los hospitales con disparos, no solo una, sino dos veces, directamente en el corazón y la cabeza.

“Ningún niño o niña pequeña recibe dos disparos por error de los ‘mejores francotiradores del mundo’. Y son disparos precisos”,  dijo el cirujano Mark Perlmutter a CBS News.

Los campos nazisionistas de concentración, ¡Y la democracia occidental1, siega, sorda y muda.

Los francotiradores y los drones israelíes abrieron fuego deliberadamente no solo contra las y los niños sino también contra aquellos que intentaban rescatarlos.

Las familias palestinas que huían se vieron obligadas a pasar por puestos de control donde los soldados separaron a los hombres de las mujeres y los niños. Luego los soldados  vistieron a los  hombres con monos blancos, les ataron las manos, les cubrieron los ojos y  los cargaron en las cajas de camiones militares para llevarlos por la noche a los famosos campos de tortura de Israel.

Durante el último año, en campos de detención como Sde Teiman, los soldados israelíes han dejado morir de hambre, golpeado y violado analmente a detenidos palestinos. Les han puesto grilletes tan fuertes que muchas veces los médicos de la prisión se han visto obligados a amputarles las extremidades.

Cuando estas prácticas salieron a la luz, debido a videos filtrados y testimonios de guardias de prisión y detenidos liberados dados a los medios israelíes y estadounidenses, la sociedad israelí rápidamente se unió en torno a los sádicos soldados y anunció que “todo es legítimo”, incluso forzar “un palo en el recto de una persona” cuando a un cautivo simplemente se le acusa de ser miembro de Hamás.

Por temor a ese destino y sabiendo que el ejército sionista colonialista israelí planeaba repetir la Nakba de 1948 y no permitirles nunca regresar a sus hogares y tierras, muchos palestinos y palestinas del norte de Gaza se negaron a huir.

Quienes fueron expulsados ​​​​por la fuerza vieron imágenes de fuerzas de ocupación incendiando los restos de sus bloques de apartamentos y posando orgullosamente para selfies y  fotos grupales publicadas como «trofeos de guerra» en las plataformas de redes sociales.

El plan de exterminio del general Giora Eiland del sionismo colonialista israelí: revivir el nazismo superándolo en crímenes de lesa Humanidad: ¿Y la democracia occidental?

Los horrores indescriptibles que están ocurriendo en Gaza son parte de una estrategia israelí cuidadosamente calculada, conocida como el “ Plan de los Generales ”. Este plan, que pretende “cambiar la realidad” sobre el terreno y expulsar por la fuerza a la mayor cantidad posible de los 300.000 palestinos y palestinas que quedan en el norte de Gaza, mientras se hace morir de hambre o se mata a quienes resisten y permanecen allí, fue  presentado en septiembre por el general retirado Giora Eiland al gabinete del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. Lo que dijo Eiland fue escalofriantemente claro:

Tenemos que decir a los habitantes del norte de Gaza que tienen una semana para evacuar el territorio, que entonces se convierte en una zona militar, [una zona] en la que cada figura es un objetivo y, lo más importante, no entra ningún suministro en este territorio.

Después de que Netanyahu fuera informado de los detalles en una reunión a puerta cerrada con el Comité de Asuntos Exteriores y Defensa del Knesset, declaró que el plan «tiene mucho sentido».

El esfuerzo para iniciar el Plan de los Generales comenzó cuando el portavoz militar de Israel anunció que se habían emitido órdenes de “evacuación” para las y los palestinos en ciudades y campamentos en toda la gobernación del norte de Gaza los días 7, 10 y 12 de octubre.

Israel entonces sitió el norte de Gaza, en particular el campo de refugiados de Jabalia, en lo que Amnistía Internacional describió como una “aterradora escalada de la larga lista de horrores infligidos a las personas que viven en la zona al norte de Wadi Gaza desde octubre de 2023”.

Además de rodear Jabalia con tanques y bombardearla con ataques aéreos, las autoridades israelíes bloquearon rápidamente la entrada de toda ayuda humanitaria, con lo que enviaban el mensaje de que la población palestina debe abandonar el norte de Gaza o morir de hambre.

Amenazas vacías de Washington

El uso del hambre como arma de guerra resultó embarazoso para los partidarios de Netanyahu en la Casa Blanca, que apoyan con entusiasmo el genocidio, pero también desean evitar una reacción de los votantes estadounidenses que pueda hacerles perder el poder en las próximas elecciones presidenciales de Estados Unidos.

El 13 de octubre la Casa Blanca  emitió una carta exigiendo públicamente a Netanyahu que aumentara la ayuda a Gaza, ya que de lo contrario estarían en peligro los “continuos envíos de armas ofensivas” de Washington al ejército israelí.

La carta, escrita por el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, señalaba que la cantidad de ayuda entregada había “caído en más del 50%” desde la primavera y que la cantidad entregada en “septiembre fue la más baja de cualquier mes durante el año pasado”.

Sin embargo, Blinken escribió en la carta que Netanyahu tenía un plazo de 30 días para cumplir, asegurando deliberadamente que el primer ministro israelí pudiera ignorarlo sin consecuencias.

La hipocresía el sello distintivo de Estados Unidos

Como observó el  Times of Israel, “la carta fue enviada apenas unas semanas antes de las elecciones presidenciales estadounidenses del 5 de noviembre”. Como resultado, “su plazo del 13 de noviembre mitigaría ostensiblemente algunas de las consecuencias políticas, dado que el presidente estadounidense Joe Biden será inútil a la hora de decidir si Israel ha tomado las medidas necesarias para garantizar el cumplimiento” de la demanda estadounidense.

En otras palabras, no importa cuántos palestinos y palestinas mueran quemados, despedazados o mueran de hambre, Blinken seguirá desempeñando su papel de garantizar que el suministro de bombas a Israel sigue fluyendo sin obstáculos.

Las atrocidades israelíes en el norte de Gaza durante las últimas semanas muestran la barbarie de la que son capaces los dirigentes sionistas colonialistas israelíes cuando se levantan todas las restricciones políticas y militares. Como  informó discretamente Reuters el 18 de octubre:

A medida que se acercan las elecciones en Estados Unidos, Israel se apresura a infligir el máximo daño a Hamás en Gaza y a Hezbolá en el Líbano, y aprovecha el momento para crear zonas de amortiguación de facto en un intento de crear una realidad irreversible antes de que un nuevo presidente asuma el cargo en enero.

Ha comenzado la carrera hacia una solución final en Gaza

Israel está ahora aprovechando al máximo la oportunidad creada por primera vez el 7 de octubre del año pasado.

Cuando Hamás lanzó la Operación Inundación de Al Aqsa, el ejército israelí utilizó helicópteros de ataque,  drones y  tanques no solo para matar a los atacantes de Hamás y otros combatientes de la resistencia palestina, sino también para quemar vivos a cientos de sus propios ciudadanos israelíes en  asentamientos (kibutzim) y en la  fiesta Nova , bajo la Directiva Aníbal.

Al presentar estas horribles muertes como obra de Hamás y afirmar que había sufrido su propio 11 de septiembre, Israel creó una “oportunidad única y rara para evacuar toda la Franja de Gaza”, en palabras del Instituto Misgav para la Seguridad Nacional y la Estrategia Sionista colonialista.

En un documento de políticas publicado poco después del 7 de octubre de 2023, el instituto afirmó: “No hay duda de que para que este plan se implemente, deben darse en paralelo muchas condiciones. En este momento existen estas condiciones y no está claro cuándo volverá a surgir una oportunidad así, si es que alguna vez surge”.

Mientras se desarrolla la masacre absoluta en Gaza, activistas y políticos de los partidos gobernantes de Israel, el Likud, el sionismo religioso y el poder judío esperan y observan que se complete la expulsión masiva y la limpieza étnica de la población palestina.

Reubicación de Gaza

Desde las colinas que dominan Gaza los colonos israelíes  observan las bombas que caen, esperando ansiosamente la oportunidad de volver a entrar en la Franja, y confiscar la tierra y las propiedades de las y los palestinos que están siendo destrozadas por misiles y artillería de fabricación estadounidense.

Al mismo tiempo, legisladores de los partidos políticos gobernantes de Israel celebraron una  conferencia para planificar el  reasentamiento judío en las ruinas de lo que pronto esperan que sean las ciudades despobladas y los campos de refugiados de Gaza.

La líder del movimiento de colonos, Daniella Weiss,  dijo a la multitud que los palestinos en Gaza pronto “desaparecerán”:

Tenemos apoyo político, tenemos apoyo público y tenemos la experiencia… Planeamos tomar lo que hemos adquirido en los años de asentamiento en Judea y Samaria y hacer lo mismo aquí en Gaza.

Aunque Netanyahu sigue negando que el Plan de los Generales se esté implementando, un periodista de su propio medio de propaganda, Amit Segal del Canal 12, no tuvo reparo  de reconocer lo contrario:

Podemos seguir negando que lo que está sucediendo [en el norte de Gaza] sea una implementación del Plan de los Generales: vaciar la Franja, matar de hambre a los terroristas, eliminarlos, capturarlos. En mi opinión, eso es lo que está sucediendo aquí.

Mientras celebran la implementación del Plan de los Generales, la clase política y mediática de Israel ahora esperan la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos para “cambiar oficialmente las fronteras de la Franja de Gaza” para siempre.

No se trata simplemente de un conflicto o una guerra regional, sino de un intento deliberado de borrado y limpieza étnica que se lleva a cabo en tiempo real mientras el mundo entero, excepto el Eje de Resistencia de Asia Occidental, observa en silencio.

Lo subrayado/interpolado es nuestro.

«Los Estados deben suspender relaciones económicas, políticas y militares con Israel para detener el genocidio en Gaza»

Por Lic. Juan Carlos Ruiz* /escritor, periodista y analista internacional, Universidad Autónoma de Barcelona, Cataluña/ ADDHEE.ONG

La relatora para los derechos humanos observa que la comunidad internacional está fragmentada, con un occidente/USA/UP/OTAN/Inglaterra y Japón incapaz de ver que se está cometiendo un genocidio, lo que daña una solución a largo plazo, al tiempo que se rompe el orden internacional

La relatora para los derechos humanos en los territorios palestinos ocupados, Francesca Albanese, considera que es necesario imponer sanciones a Israel y suspender relaciones económicas, diplomáticas, políticas y militares con el país a fin de acabar con la ocupación y lo que califica de genocidio en Gaza.

Albanese observa que «los patrones genocidas que se observan en Gaza empiezan a extenderse a otros territorios ocupados por Israel, como Cisjordania», donde en el último año van más de 700 palestinos muertos, entre ellos 169 niños, y 9.000 personas han sido detenidas arbitrariamente. Comenta cómo en marzo de este año dio la alarma sobre la comisión del genocidio y los nuevos datos que ha recogido desde entonces para el informe que acaba de presentar a la Asamblea General.

El genocidio del Pueblo Palestino/Gaza se está extendiendo a Cisjordania y Jerusalén: la democracia occidental ciega sorda y muda

«Sí, en marzo presenté al Consejo de Derechos Humanos una serie de pruebas que recogí mirando y analizando la conducta militar del Ejército israelí durante cinco meses, acompañada por decisiones políticas del liderazgo político-militar israelí y también de voces sociales o religiosas que han animado a lo que yo he concluido: que es un genocidio. Porque he visto los patrones de actos homicidas, de exterminio, en números muy altos de palestinos, una conducta dirigida a destruir la posibilidad de vivir en Gaza y también a infligir sufrimiento físico y mental, con la intención de producir esta destrucción. He analizado unos actos que me hicieron concluir que había unas razones suficientes para hablar de genocidio en Gaza», explica la relatora. Reconoce que los cinco o seis meses siguientes ha analizado patrones de conducta que han continuado en Gaza y ha confirmado el nivel de destrucción que se produjo y de incitación muy fuerte y muy violenta del liderazgo israelí, no sólo en Gaza, sino que también ha empezado a entreverse en Cisjordania y en Jerusalén.

Albanese dice que Gaza está destruida, porque ya no hay posibilidad de alimentar, ya no hay hospitales que funcionen, ya no hay escuelas… «Todo lo que constituía la posibilidad de vivir en Gaza fue destruido. Se destruyó tanto el cuerpo físico como el alma del pueblo. Pero en el resto del territorio ocupado se están manifestando patrones similares. Según un informe de la ONU, las incursiones israelíes del último año en Gaza y aquí, en Cisjordania, han hecho retroceder el desarrollo palestino casi 70 años».

No se da el derecho de autodefensa en este caso

Israel justifica su ofensiva en su legítimo derecho a la defensa y a la seguridad tras los ataques de Hamás el 7 de octubre de 2023. Desde el punto de vista de los derechos humanos, según explica Albanese, «sí, ese derecho de autodefensa simplemente no se da en este caso. Israel tiene el derecho de protegerse en su territorio, de proteger a sus ciudadanos y ciudadanas, pero no tiene el derecho de hacer la guerra a la población ocupada, a la población que mantiene bajo ocupación desde 1967; una ocupación que también la Corte Internacional de Justicia, el julio pasado, ha declarado ser ilegal y ordenó que termine lo más rápidamente posible. La Asamblea General ha determinado que este rápidamente significa en un año. Antes de septiembre del 2025, Israel tiene que sacar completamente sin equívoco el Ejército, las colonias y terminar la explotación de recursos naturales. Terminar su agresión».

Añade que la Corte ha confirmado, por segunda vez, «que no hay posibilidad de invocar el derecho a la autodefensa, que es el derecho de hacer la guerra cuando un Estado es atacado por otro Estado. Aquí no es así. Aquí hay un derecho a la autodeterminación del Pueblo Palestino que se puede defender solamente con la resistencia. Hay un derecho a resistir, que es como a la autodefensa por los Estados. Claro, el derecho a la resistencia tiene límites también. Pero imaginemos que Israel pudiera hacer la guerra contra el Estado de Palestina (no es el caso pero imaginemos)… Hay reglas en las guerras también. No se mata a todos los ciudadanos y las ciudadanas. No se asesina a los civiles. No se asesina 17.000 niños, 42.000 civiles. No sabemos si son todos civiles, pero Israel tampoco lo sabe. Israel dice que está asesinando a todos los terroristas porque todos los palestinos fueron identificados como terroristas, como miembros de Hamas, como objetivos legítimos. Esta no es manera de conducir una guerra. Esta es una manera de justificar un genocidio».

En su informe la relatora especial explica que este genocidio no empezó el 7 de octubre. «Yo he dicho que el genocidio empieza cuando Israel, el Ejército israelí y los ministros israelíes, da la orden de destruir, de erradicar la población de Gaza. Pero digo también, como Lemkin lo decía, que el genocidio no es un acto, es un proceso. Israel después del 7 de octubre ha visto la oportunidad de avanzar su plan de conquista del territorio que queda de Palestina y donde habitan los palestinos como una forma de venganza. Pero había ya un proceso de deshumanización de los palestinos desde hace muchos años. Entonces, lo que pasó el 7 de octubre ha facilitado  la oportunidad de cometer un genocidio».

Albanese se ha pronunciado también sobre la creación del “Gran Israel”. «Sí, este es el objetivo a largo plazo. Está ahí desde hace mucho tiempo. Israel lo estaba logrando un paso cada vez, cada día más, tomando casa por casa, tomando un poco de tierra más cada día y desplazando a los palestinos un poco cada más cada vez. Y después del 7 de octubre este plan se hizo más cercano, con la oportunidad de desplazar a todos los palestinos».

Sanciones de la comunidad internacional

Respecto a qué pueden hacer la ONU y la comunidad internacional para detener todo esto, la relatora ha afirmado: «A mí me parece que nunca en las últimas décadas, la comunidad internacional representada en esta institución, la Asamblea General en particular, ha estado tan fragmentada como ahora. Hay muchas divisiones ideológicas. Me da tristeza y miedo ver, sobre todo, que los (países) occidentales no quieren mirar, no quieren creer lo que ven, y prefieren ver lo que creen. Y han decidido que Israel no puede cometer genocidio, que este no es un genocidio. Pero ese es un factor que daña el problema de Palestina. Hay un problema de diagnóstico que no permite lograr soluciones a largo plazo, porque la comunidad internacional está dividida y no tiene una intención seria en la resolución de lo que se llama conflicto, que significa aplicar el derecho internacional como está escrito y que hoy significa sancionar a Israel: Sancionar a Israel, suspender las relaciones económicas, políticas, diplomáticas, militares, estratégicas con ese Estado que está, no solamente continuando una ocupación ilegal, ilegítima e inmoral, (sino)  que está también cometiendo genocidio contra los palestinos y está también atacando de manera feroz a las Naciones Unidas este año con bombas, con asaltos violentos contra sus autoridades, contra el Secretario General, contra los cascos azules, contra las escuelas, los hospitales, los refugiados…»

El orden internacional se está rompiendo

Junto con una treintena de relatores y de otros expertos en derechos humanos, Albanese ha afirmado que el actual orden internacional se está haciendo añicos en Gaza. Pero ¿cómo afectará la ruptura de ese orden internacional a los derechos humanos más allá de Gaza?. Según la experta de la ONU, «creo que estamos como después de la Segunda Guerra Mundial. Hay una probabilidad muy fuerte de que este orden mundial que tenemos después de 75 años se esté rompiendo y no tiene la fortaleza para resistir este golpe que viene de todos los lados. No tiene capacidad de aplicar el derecho internacional, no tiene posibilidad de garantizar la asistencia humanitaria, no tiene posibilidad de prevenir el excesivo uso abusivo de la fuerza. La comunidad internacional está paralizada. Es ineficaz. Entonces, el orden mundial se está haciendo irrelevante y, además, el Sur Global no tiene confianza en ese sistema de doble standard.

*Periodista y Licenciado en Ciencias de la Información

Lo subrayado/interpolado es nuestro

 

Estados Unidos: Lo que no tiene remedio ni nunca será...

Estados Unidos: Lo que no tiene remedio ni nunca será...


Prolegómenos:

“La arcadia de la felicidad, un engendro anti humanos, anti natural y cruel. Una infausta y patética realidad que no tiene presente ni futuro, su pasado producto del maridaje de colonialista religiosos fanáticos, terratenientes, esclavistas, contrabandistas, piratas, genocidas de Pueblos Indígenas que impusieron su constitución/ convencionalista vigente por más de 200 años”.

Parafraseando al genial filosofo Prof. Bertrand Russell, el problema de la Humanidad es que los estúpidos plutócratas oligarcas, empresarios, y sus testaferros, la clase politicastras castrense, en Estados Unidos, están seguros y los inteligentes están llenos de dudas...

Prof. Moreno Peralta/IWA

Secretario Ejecutivo ADDHEE.ONG

En vísperas de las elecciones, Estados Unidos parece más dividido que nunca. Pero detrás de la polarización hay identidad. Ni Kamala ni Trump quieren enfrentar la desigualdad, la búsqueda de rentas o la guerra: tres características cruciales de un imperio en decadencia.


Por Prof. Mauricio Lazzarato. Escritor, filósofo y analista internacional //outraspalavras.net/ Universidad Autónoma de Barcelona, Cataluña.

Está en marcha un doble proceso político y económico, contradictorio y complementario: el Estado y la política (estadounidenses) afirman enérgicamente su soberanía a través de la guerra (incluida la guerra civil) y el genocidio. Mientras tanto, al mismo tiempo, muestran su total subordinación a la nueva cara que adquirió el poder económico tras la dramática crisis financiera de 2008, promoviendo una financiarización sin precedentes, tan ilusoria y peligrosa como la que produjo la crisis de las hipotecas subprime . La causa del desastre que nos llevó a la guerra se ha convertido en un nuevo remedio para salir de la crisis: una situación que sólo puede ser un presagio de otras catástrofes y guerras. El análisis de lo que está sucediendo en Estados Unidos, corazón del poder capitalista determinista globalizado/hegemónico, es crucial, ya que es precisamente desde dentro de él, de su economía y de su estrategia de poder, que todas las crisis y todas las guerras que han devastado y siguen devastando el mundo ha llegado en este siglo.

LA INSANIA DE LA DEUDA PUBLICA ESTADOUNIDENSE ¡IRRACIONAL!.

El meollo del problema reside en el fracaso del modelo económico y político de Estados Unidos, que conduce necesariamente a la guerra, al genocidio y a la guerra civil interna –por ahora sólo latente, pero que ya se ha materializado por primera vez en el Capitolio. al final de la presidencia de Donald Trump. La economía estadounidense debería haberse declarado en quiebra hace mucho tiempo si se hubieran aplicado las reglas impuestas a otros países. A finales de abril de 2024, la deuda pública total, denominada Total de Títulos del Tesoro Pendientes, es decir, la suma de los distintos títulos y obligaciones de la deuda pública, ascendía a 34,617 billones de dólares. Doce meses antes, esta suma ascendía a 31,458 billones. En un año, la deuda pública aumentó en 3,160 billones de dólares, casi equivalente al nivel de deuda pública de Alemania, la cuarta economía más grande del mundo [y aproximadamente tres veces mayor que la de Brasil]. Pero es su progresión exponencial la que ahora está completamente fuera de control: un aumento de 1 billón cada cien días. Hoy ya llegamos a 1 billón cada 60 días.

¡Estados Unidos una nación parásita que sobrevive a costa del resto del mundo!. Es de america way of life/la pesadilla yanqui.

Si hay una nación que sobrevive a costa del mundo entero esa es Estados Unidos. El resto del mundo paga las deudas que generan (con el gasto excesivo del “estilo de vida americano” –del que, evidentemente, sólo se beneficia una parte de los estadounidenses , el 1% , la clase plutócrata empresarial, financiera-bancaria/agiotista, agrícola monopolista y su testaferra la calse burguesa politicastra castrense – y su enorme aparato militar) de dos maneras principales: A través del dólar, la mercancía más comercializada en el mundo, Estados Unidos ejerce señoreaje sobre todo el planeta, ya que su moneda nacional funciona como moneda del comercio internacional, lo que le permite endeudarse como ningún otro país. Después de la crisis de 2008, Estados Unidos encontró otra forma de transferir los costos de su deuda a otros, mediante una reorganización de las finanzas.

El capital (principalmente de los aliados y, entre ellos, especialmente de Europa) se transfiere a Estados Unidos para pagar los crecientes tipos de interés de la deuda estadounidense, gracias a los fondos de inversión. Después de la crisis financiera, se estableció una concentración de capital, gracias a quince años de flexibilización cuantitativa (emisión de dinero a coste cero) operada por los bancos centrales. Surgió un oligopolio a una escala que el capitalismo nunca había conocido. Con la ayuda política de los gobiernos de Obama y Biden, un grupo muy pequeño de fondos de inversión estadounidenses tiene activos (es decir, recaudación de fondos y gestión de ahorro) entre 44 y 46 billones de dólares. Para tener una idea de lo que significa esta centralización monopolística, se puede comparar con el PIB de Brasil –2,3 billones de dólares– o el de toda la Unión Europea –18 billones de dólares–. Los “Big Three”, como se conoce a los tres mayores fondos de inversión (Vanguard, Black Rock y State Street), constituyen, en realidad, una única entidad, ya que la propiedad de los fondos es cruzada y difícil de atribuir.

La suerte de este “hipermonopolio” se construyó sobre la base de la destrucción del Estado Social. Para la jubilación, la salud, la educación o cualquier otro servicio social, los estadounidenses están obligados a contratar seguros de todo tipo. Ahora corresponde a los europeos y al resto del mundo occidental (pero también de América Latina, su patio trasero latinomaricano) ponerse en manos de los fondos de inversión, al ritmo que dicta el desmantelamiento de los servicios sociales (el salario indirecto garantizado por el Estado de bienestar se transforma si en una carga, un costo y un gasto que cada uno debe soportar, para garantizar su propia reproducción). Estados Unidos tiene un doble interés en continuar e intensificar el desmantelamiento del Estado de bienestar en todo el mundo: económico, porque induce la inversión en títulos de fondos de inversión (que, a su vez, sirven para comprar bonos del Tesoro, bonos y acciones de empresas estadounidenses) y político, porque la privatización de los servicios significa individualismo y financiarización del individuo, que se transforma de trabajador o ciudadano en un pequeño operador financiero (y no en un “autoempresario”, como predica la ideología dominante). Las políticas fiscales también convergen en el proyecto de anular el Estado Social. Ni los ricos ni las empresas pagan impuestos, y su progresividad se reduce a cero; por lo tanto. No hay más recursos para gasto social y, en consecuencia, se incentiva la compra de servicios privados que terminan en fondos de inversión. El proyecto de destruir todo lo conseguido gracias a doscientos años de luchas por fin está dando sus frutos.

Los ahorros estadounidenses ya no son suficientes para alimentar el circuito de ingresos, por lo que los fondos de inversión están atentos a los ahorros europeos. Por ejemplo, los 35 billones de dólares que el ex primer ministro italiano Enrico Letta quisiera asignar a un gran fondo de inversión europeo funcionarían según los mismos principios: producir y distribuir ingresos, generando las mismas enormes diferencias de clases que se encuentran en Estados Unidos. La razón del rápido e increíble empobrecimiento de Europa se remonta a la estrategia económica liderada por el aliado estadounidense. La diferencia negativa con relación a Estados Unidos pasó del 15% en 2002 al 30% actual. Cuanto más se deja robar Europa, más atlantistas se vuelven sus clases políticas y mediáticas, más belicistas, sumisas a quienes las marginan de manera dramática, empujándolas a la guerra contra Rusia (una guerra que, de hecho, no están haciendo). incluso capaz de sostenerse). Los Estados europeos han sustituido a China y Asia Oriental en la compra de bonos del Tesoro estadounidense y, al seguir demoliendo el Estado de Bienestar, obligan a la población a contratar pólizas de seguro que acaban en las cuentas de los fondos de inversión. De esta manera, el euro se convierte en dólar, salvando así a la dolarización de la amenaza que representa la negativa del Sur a someterse al predominio de la moneda estadounidense.

Esta transferencia de riqueza afecta también a América Latina, donde Milei está al frente de la nueva financiarización que pretende privatizarlo todo. El neofascismo de Milei es un laboratorio para adaptar las técnicas de saqueo estadounidenses adoptadas por Europa, Japón y Australia a economías más débiles. Milei no encarna el fascismo clásico; representa el nuevo fascismo “libertario” de los fondos de ingresos y de inversión, una torpe copia ideológica del fascismo de Silicon Valley, nacido de sus empresas “innovadoras”.

La política económica de Biden de repatriar industrias deslocalizadas empobrece aún más al resto del mundo y, sobre todo, a Europa, que ve cómo las empresas establecidas en su territorio intentan cruzar el Atlántico. Las grandes facilidades fiscales necesarias se financian con deuda, del mismo modo que las bombas (en miles de millones de dólares) que Estados Unidos sigue enviando a Ucrania e Israel se financian con deuda. Entonces, irónicamente, Europa paga por una política diseñada para reducir aún más su capacidad productiva, del mismo modo que paga dos veces por la guerra y el genocidio: una vez con la compra de bonos del Tesoro estadounidense y con las pólizas de seguro que permiten a Estados Unidos endeudarse. ; y nuevamente con la imposición de construir una economía de guerra (aceptada y acelerada por clases políticas inclinadas al suicidio).

“SER ENEMIGO DE ESTADOS UNIDOS PUEDE SER PELIGROSO, PERO SER AMIGO ES FATAL”...

Como dijo Kissinger: “Ser enemigo de Estados Unidos puede ser peligroso, pero ser amigo es fatal”. Esta enorme liquidez permitió a los fondos comprar, en promedio, el 22% de todo el índice Standard & Poor’s, que contiene las 500 principales empresas que cotizan en la Bolsa de Nueva York. Los fondos de inversión ya están presentes en las empresas y bancos más importantes de Europa (principalmente en Italia, donde se venden a gran velocidad), y sus especulaciones prácticamente deciden el destino de la economía, determinando las decisiones de los “emprendedores”.

Alguien elogió la autonomía del proletariado cognitivo, la independencia de la nueva composición de clases. Nada más lejos de la realidad. Quien decide dónde, cuándo, cómo y con qué mano de obra producir (asalariada, precaria, servil, esclavizada, femenina, etc.) es, una vez más, quien tiene el capital necesario, quien tiene la liquidez y el poder para hacerlo (hoy en día, sin duda, los “Tres Grandes”). Ciertamente no es el proletariado más débil de los últimos dos siglos. Olvídese de la autonomía y la independencia; la realidad de clase es subordinación, sumisión y sujeción, como nunca antes en la historia del capitalismo determinista globalizado/hegemónico. Ser “trabajo vivo” es una vergüenza, porque siempre es un trabajo mandado, como el de mi padre y mi abuelo. El trabajo no produce “el” mundo, sino el “mundo del capital”, que, mientras no se demuestre lo contrario, es algo muy distinto, pues es un mundo de mierda. El trabajo vivo sólo puede alcanzar autonomía e independencia a través del rechazo, la ruptura, la rebelión y la revolución. ¡Sin esto, la impotencia está asegurada!

Las luchas internas del capital financiero estadounidense

En un artículo en Dinamopress, Luca Celada cita a Robert Reich, llamándolo “progresista” porque, como ministro del gobierno de Bill Clinton y buen demócrata, intensificó la financiarización (y la consiguiente destrucción del Estado de bienestar ) y cavó abismos de clase. desigualdad, sentando bases sólidas para el desastre de 2008, origen de las guerras actuales. La acción de Musk y Thiel, empresarios de Silicon Valley y aliados de Trump, se ve como la amenaza de un nuevo monopolio, mientras que la centralización del poder sin precedentes por parte de los fondos de inversión, que desde hace quince años hacen lo que quieren con la complicidad activa de los demócratas , que juntos crean las condiciones para la próxima catástrofe financiera, no se consideran seriamente.

“Quizás no sea del todo una coincidencia que la ‘entrada en política’ de los magnates de Silicon Valley coincidiera con los primeros signos de una acción regulatoria más vigorosa por parte de la administración Biden-Kamala, incluidas las primeras acciones verdaderamente antimonopolio contra gigantes como Google, Amazon y Apple. presentado por la presidenta de la Comisión Federal de Comercio, Lina Khan (cuya tesis universitaria estuvo dedicada al monopolio de Amazon) y el igualmente combativo asistente del Ministro de Justicia, Jonathan Kanter. No sorprende, entonces, que algunos barones de Silicon Valley estén apostando por el candidato más dispuesto a darles un cheque en blanco. E incluso nombrar a algunos de ellos para su propio gobierno”.

Kamala Harris está atada de pies y manos a la voluntad de los fondos de inversión, porque los accionistas de referencia de todas (absolutamente todas) las empresas que menciona Celada son precisamente los fondos. No veo cómo la candidata podría oponerse a su monopolio, del que depende la salvación de Estados Unidos y de su partido (los “demócratas por el genocidio”…). La justificación de la ceguera hacia los “progresistas” debe buscarse en el neofascismo de Trump. Si resulta elegido, pasaremos de la sartén al fuego; pero no debemos olvidar que, con la elección de Biden, ya hemos caído de la sartén al fuego de la guerra y el genocidio. Se nos aseguró que la violencia nazi era sólo un paréntesis, pero los demócratas nos recordaron que el genocidio es, de hecho, una de las herramientas con las que el capitalismo determinista globalizado/hegemónico ha actuado desde sus inicios. La democracia estadounidense se basa en el genocidio y la esclavitud. El racismo, la segregación y el apartheid son otro componente estructural. La complicidad con Israel tiene profundas raíces en la historia de la “más política” de las democracias, según Hannah Arendt.

Los mercachifles monopolistas, como Musk, se movilizaron porque el gran monopolio no les deja respirar, pero están completamente subordinados a su lógica. De hecho, se trata de un conflicto interno dentro del capital financiero estadounidense: los mercachifles monopolistas querrían representar los “espíritus animales” del capitalismo determinista globalizado/hegemonico, contenidos, según ellos, en la alianza entre los demócratas y los grandes fondos de inversión. Mientras se promueve un fascismo futurista (una vez más, nada realmente nuevo si pensamos en el fascismo histórico, donde el futurismo de la velocidad, la guerra y las máquinas armonizaban sin problemas con la violencia antiproletaria y antibolchevique), un transhumanismo y un delirio aún más oligárquicos y racistas que financiación de fondos. Estos mercachifles monopolistas, de hecho, están de acuerdo con los grandes monopolistas en la cuestión crucial: la propiedad privada, es decir, el alfa y omega de la estrategia del capital.

Su programa común es financiarizarlo todo, lo que significa privatizarlo todo. Los problemas surgen a la hora de dividir este enorme pastel. Para comprender los límites del análisis progresista, debemos profundizar rápidamente en el funcionamiento de la financiarización monopolística impulsada por los fondos de inversión después de 2008. La crisis de las hipotecas de alto riesgo fue sectorial y la especulación se concentró en el sector inmobiliario. Aquí, hoy, las finanzas son, por el contrario, omnipresentes. De Obama a Biden, los gobiernos demócratas han seguido la infiltración de fondos en toda la sociedad: no hay ámbito de la vida que hoy no esté financiarizado.

LA PRIVATIZACION DE TODOS LOS SERVICIOS SOCIALES: ¿Y EL ESTADO, TAMBIEN SE PRIVATIZARA?

Financiarización de la reproducción: se habla mucho de la centralidad de la reproducción en los movimientos sociales, pero estos están abismalmente detrás de la acción de los fondos de inversión, cuya condición previa es la destrucción del Estado de bienestar . Los demócratas han abandonado cualquier pretensión de un nuevo Estado de bienestar y lo apuestan todo a la privatización de todos los servicios sociales. Teorizaron abiertamente sobre esto: la democratización de las finanzas debe resultar en la financiarización de la clase media. Los fondos, facilitados en todos los sentidos por los demócratas, garantizarían una inversión financiera segura, de modo que los estadounidenses que compren los valores producidos por estos fondos obtengan a través de ellos los ingresos y los servicios que el trabajo ya no les garantiza (aquellos que pueden permitírselo, ya que están excluidos los pobres, las mujeres solteras y la gran mayoría de los trabajadores: en una encuesta reciente se reveló que el 44% de las familias estadounidenses no pueden cubrir un gasto inesperado de 1.000 dólares).

Para Kamala Harris, la clase media solo se extiende a aquellos que ganan al menos 400.000 dólares al año. Un dato significativo para entender la composición social que los demócratas tienen como referente. El trabajo y los trabajadores han desaparecido por completo del horizonte de los demócratas, así como de la “izquierda” en general. El milagro de la multiplicación de los panes y los peces, replicado por las finanzas y que ya fracasó en 2008, se propone hoy una vez más como la solución a la “cuestión social”. Repetimos: se trata de un proceso de financiarización del Estado de bienestar , ya que títulos y políticas deben sustituir los servicios prestados por el Estado. También podemos mencionar el caso italiano: ante la falta de inversión estatal en el territorio afectado por la crisis climática, el Ministro de Protección Civil relanzó la idea de un seguro obligatorio contra inundaciones. Matteo Salvini intervino diciendo que “el Estado puede dar orientación, pero no vivimos en un Estado ético donde el Estado impone, prohíbe u obliga a hacer”. En cambio, propuso una nueva ley para obligar a los empleados a invertir parte de su TFR (indemnización por despido) en fondos de pensiones, para obtener una pensión complementaria al final de su carrera. Obviamente, sin entender cómo se relaciona esto con los fondos estadounidenses (¿ingenuidad o idiotez?), pues, de hecho, el 70% terminaría convertido a dólares en Estados Unidos.

La financiarización transforma a las empresas en agentes financieros. Y afecta también a las empresas que generan beneficios reales, que despiden personal y cuyos enormes dividendos no se reinvierten, sino que, en gran parte, se distribuyen entre los accionistas o se utilizan para comprar sus propias acciones y aumentar su valor, aumentando su capitalización (que ya no no tiene relación con lo que realmente producen y venden). Todo esto va de la mano de la financiarización de los precios: no es el mercado (la relación entre oferta y demanda de bienes) el que fija los precios, sino las apuestas de los operadores (a través de derivados), que no tienen relación con la producción o verdadero comercio. Los precios los determinan empresas financiarizadas que controlan la industria energética, alimentaria, de materias primas, farmacéutica, etc., desde una posición de monopolio u oligopolio absoluto (los principales accionistas de estas empresas son siempre grandes fondos de inversión). La inflación que ha surgido recientemente es el resultado de la especulación de precios y no depende en modo alguno del aumento de los salarios ni del gasto social. El conjunto de estas financiarizaciones que afectan a la “vida” (aunque el término sea ambiguo) hace que exploten las diferencias de renta y, sobre todo, de riqueza, de las que son víctimas los trabajadores y toda la población que no puede permitirse comprar títulos.

El fracaso de la gobernanza capitalista/neoliberal y la guerra

Esta afirmación del monopolio sanciona el fin del capitalismo neoliberalismo y de la ideología de mercado, lo que merece algunas observaciones. Hablamos de ideología cuando nos referimos a la competencia, ya que el proceso de verticalización económica ha continuado sin perturbaciones al menos desde finales del siglo XIX. De hecho, explotó durante el neoliberalismo.

Primera observación. Los fondos de inversión, como se mencionó anteriormente, son hoy fundamentales para la centralidad del poder estadounidense, más que cualquier otra institución. Y los fondos necesitan las políticas fiscales del gobierno (no gravar las finanzas; gravar el trabajo con impuestos), las regulaciones y las facilidades generosamente otorgadas por Obama (un presidente afroamericano, pero en perfecta continuidad con el blanco que lo precedió y el que lo siguió). ) y, aún más decisivamente, por Biden. Aquí surge un problema teórico y político: las finanzas, que deberían representar la modalidad más abstracta de valor y la forma cosmopolita de capitalismo perfectamente realizada, en Occidente están comandadas y gestionadas por dispositivos que llevan la bandera de las barras y las estrellas. Los fondos estadounidenses trabajan junto con los gobiernos de Estados Unidos, persiguiendo sus intereses en detrimento del resto del mundo.

La moneda está en la misma situación. No existe una moneda supranacional; la moneda es siempre nacional, ya que está estrechamente vinculada, especialmente el dólar, a las políticas decididas por el Estado que la emite. Se puede decir que la moneda y las finanzas representan la tendencia a salir de los límites territoriales de los Estados y, al mismo tiempo, su incapacidad para hacerlo. La relación entre Estados Unidos y los fondos de inversión organiza una acción global que favorece a unos pocos estadounidenses y sus oligarquías.

La segunda observación se refiere a la lectura que se suele hacer del capitalismo neoliberal, que se considera aún vigente, cuando en realidad está muerto: asesinado por el fascismo, las guerras y el genocidio. Su ilustre predecesor, el liberalismo, corrió la misma suerte. Aunque pretendía evitar los pequeños inconvenientes que había causado (las dos guerras mundiales y el nazismo…), necesariamente acabó reproduciéndolos. Gran parte de este análisis se debe a la teoría de la biopolítica de Michel Foucault, que tuvo una influencia nociva en el pensamiento crítico. Foucault entiende el capitalismo neoliberal como una teoría de la empresa y su subjetivación como un “empresario de sí mismo”. Nunca menciona, ni siquiera de pasada, el crédito, la moneda y las finanzas sobre los que se ha construido la estrategia capitalista desde finales de los años sesenta.

El principal instrumento de la contrarrevolución es la “enorme deuda del Estado, de las familias y de las empresas”, como diría Paul Sweezy, y no la producción. La empresa es una ideología y una idea ordoliberal que pertenecen al Occidente industrial, a los años 30 y a la posguerra: un mundo definitivamente muerto. El ordoliberalismo ve en la economía lo que causa la muerte del “soberano” cuando las finanzas logran un inmenso monopolio (el soberano económico). Pero, en el contexto del capitalismo, el soberano económico debe constituirse a través del “soberano” político (el Estado). La cabeza del soberano no fue cortada por la economía, sino desdoblada, haciendo de la centralización del poder del capital y del Estado una estrategia enormemente exitosa.

Foucault simplemente confundió una época, al igual que sus discípulos –como Dardot y Laval, entre otros– que reprodujeron los errores de su maestro. El mercado nunca funcionó como creían Foucault y los ordoliberales, es decir, basado en la competencia. Por el contrario, su verdad está representada por el funcionamiento de las finanzas, que fija precios basándose en un monopolio especulativo que nada tiene que ver con la oferta y la demanda de bienes reales (recientemente, el precio de la energía se ha multiplicado por diez, pero sin relación alguna con el su disponibilidad real; lo mismo ocurre con los cereales, etc.). La subjetivación no está representada por el emprendedor, sino por la ilusoria transformación de los individuos (no todos, como decíamos) en agentes financieros. Para las finanzas, la “población” y el mundo están formados por acreedores, deudores e inversores en valores, acciones y bonos. La financiarización de la clase media, promovida por el acuerdo entre los demócratas y los fondos de inversión, es la última quimera destinada a desaparecer en el vacío en el próximo colapso.

La inevitable maldita guerra de Estados Unidos

Hoy, el proceso que ni siquiera fue vislumbrado por la biopolítica alcanza su punto máximo. El crecimiento, en Occidente/USA/Inglaterra/Unión Europea/OTAN/Japón, es únicamente financiero (mientras que en el Sur global es real). Su producción (el dinero que produce dinero, como decía Marx, “el peral que produce peras”) es una ficción, una fabricación de papel sin valor que, sin embargo, tiene efectos reales. Los fondos aumentan el precio de las acciones de las empresas de las que son accionistas, con el objetivo de recaudar dividendos que se distribuyen entre los accionistas. No se trata de nueva riqueza, sino simplemente de la apropiación, captura y robo de valor que ya existe y que simplemente se transfiere del resto del mundo a Estados Unidos. Desde una perspectiva de clase, se puede decir que del trabajo al capital especulativo. Si se detiene este “robo” de la riqueza producida en el resto del mundo, todo el sistema colapsará.

¡DOLARIZACION O MUNDO MULTIPOLAR!

El verdadero nombre de este proceso es renta. Su circuito está garantizado y asegurado por la dolarización, y por eso Estados Unidos nunca podrá aceptar un mundo multipolar. Se ven necesariamente obligados al unilateralismo, obligados a saquear a sus aliados, porque el Sur global ya no quiere seguir funcionando como colonia (un papel completamente asumido por Europa, Japón y Australia). Las oligarquías que gobiernan Occidente son el resultado de la financiarización y funcionan exactamente como la aristocracia del “Viejo Régimen”. Hoy, por tanto, es necesaria una nueva noche del 4 de agosto de 1789, cuando fueron abolidos los privilegios de la aristocracia feudal.

Estados Unidos se encuentra en un callejón sin salida: se ve obligado a aumentar las tasas de interés para atraer capital de todo el mundo; de lo contrario, el sistema financiero colapsa. Pero el propio aumento de las tasas estrangula a la economía estadounidense. Cuando los reducen, como están haciendo ahora por motivos electorales (durante la campaña electoral, de hecho, los demócratas fueron acusados ​​de asfixiar la economía), sólo se benefician los especuladores (principalmente fondos de inversión) que apuestan por su evolución. Así como la gran liquidez puesta a disposición de la economía por los bancos centrales nunca alcanzó la producción real, ya que permaneció en el sector financiero, esta reducción de tipos tampoco tendrá ningún impacto en la economía real, sólo activará la especulación.

Las malditas guerras imperialistas, única solución de los plutócratas empresarios, financieros/bancarios, agiotistas/agrícolas monopolistas. Para la sobrevivencia de Estados Unidos y su occidente/Unión Europea, Inglaterra, Japón y el patio trasero Latinoamericano: Estados Unidos debe prepararse “para la gran guerra” contra el sur global de Rusia y China

Estados Unidos no puede escapar del círculo vicioso del ingreso, por lo que la guerra es la única solución, al menos desde 2008, cuando quedó claro que la economía norteamericana se basaba en la producción y distribución de ingresos financieros. De ahí el deseo de perseguir y ampliar la guerra, de seguir financiando y legitimando el genocidio, de hacer que nuevos fascismos tomen el poder en todas partes. Este parece ser el futuro cercano, como lo confirma un documento de julio de este año del Comité de Estrategia de Defensa Nacional del Congreso de Estados Unidos, que afirma sin rodeos que Estados Unidos debe prepararse para la “gran guerra” contra el Sur global. Rusia y China en el centro. En los próximos años, será necesario movilizar a todos los sectores de la sociedad, siguiendo como modelo lo que se hizo antes y durante la Segunda Guerra Mundial, para eliminar la amenaza a su existencia, que nunca ha sido tan grave desde 1945.

El escritor alemán Ernst Jünger diría que se prepara una “movilización total”. Sin embargo, tienen un pequeño problema, ya que la economía y la riqueza que impusieron son para unos pocos, mientras que muchos fueron empobrecidos, marginados, precarios, culpados de su condición. Ahora parecen darse cuenta de que necesitan a muchos, que se necesita una fuerza laboral “fuerte y preparada” para defender la nación y el espíritu nacional… la economía y la propiedad de unos pocos. Con un país más dividido que nunca, sólo nos queda desear buena suerte a las oligarquías que promueven la movilización total para la guerra que quieren librar contra las tres cuartas partes de la humanidad y que seguramente perderán –como están perdiendo en Oriente Medio y Oriente Medio. Europa. Es sólo cuestión de tiempo.

Por Prof. Mauricio Lazzarato. Escritor, filósofo y analista internacional //outraspalavras.net/ Universidad Autónoma de Barcelona, Cataluña.

Filósofo y sociólogo italiano, destacado crítico del capitalismo. En su juventud, en Italia, estudió Ciencias Políticas en la Universidad de Padua y participó activamente en la Autonomia Operaia, un movimiento de importantes luchas obreras que se desarrolló principalmente en el norte de Italia. Obligado a exiliarse en Francia en 1982, ingresó en la Universidad de París 8 unos años más tarde. Es autor, entre otros, de Trabajo inmaterial , Fascismo o revolución , Las revoluciones del capitalismo e Imperialismo del dólar .

Lo subrayado/interpolado es nuestro