EL PASO A PASO PARA REMOZAR EL SISTEMA CAPITALISTA DOMINANTE VIGENTE.
Por Dr. Guillermo Correa Camiroaga, escritor y
Defensor de los derechos Humanos/Addhee.Ong.
Valparaíso, Julio 2022
Ya tenemos un texto definitivo del borrador de la nueva Constitución, armonizado y con sus normas transitorias respectivas, el cual deberá ser aprobado o rechazado en el Plebiscito de Salida del próximo 4 de septiembre.
Los pasos
institucionales fijados en concordancia con el Acuerdo por la Paz y la Nueva
Constitución de noviembre del 2019 han ido regular y tranquilamente
cumpliéndose, permitiendo de esta manera, al ganar el Apruebo como creo que
sucederá, la proyección y estabilidad del actual sistema de dominación por un
largo período de tiempo.
Los sectores rebeldes
que dieron sus primeros pasos en forma tibia para participar en la
institucionalidad resueltamente cuestionada durante la violenta rebeldía que
irrumpió el 18 de octubre del 2019, aceptando en los hechos el Acuerdo por la
Paz y acatando la Convención Constitucional y las normas fijadas para su
realización, a medida que ha ido pasando el tiempo han participado con fuerza,
fervor y pasión dentro de la institucionalidad que cuestionaban, para defender
con ímpetu esta criatura jurídica institucional de la Convención y la nueva
Constitución allí escrita , Convención que fue elaborada inteligentemente con
un mecanismo y unas reglas determinadas desde las élites y la clase política
institucional ante el temor de perder sus privilegios que experimentaron con la
rebelión de octubre.
De esta manera, una
vez concluida la Convención, dichos sectores rebeldes, unidos al coro del
reformismo tradicional de las “dos derechas” que se han alternado en el poder durante
los gobiernos civiles de la post dictadura, llaman enérgicamente a estudiar y
valorar el texto allí redactado pues contiene, nos dicen, definiciones que
consagran y aseguran la concreción de derechos sociales, económicos, políticos
y culturales favorables a los sectores populares en un Chile de carácter
plurinacional, intercultural, paritario, regionalista y ecológico. Así
sepultaremos definitivamente, argumentan también, la Constitución pinochetista
y el modelo neoliberal consagrado en ella.
Uno de los aspectos
fundamentales que siempre se le ha criticado –y con justa razón- a la
constitución del 80, además del contenido antipopular de la misma, es su
ilegitimidad en el origen, ya que fue concebida y redactada al amparo de la
dictadura civil militar.
Pues precisamente
esto fue lo que se le cuestionó por parte de los sectores rebeldes en un primer
momento al Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución y la Convención
Constitucional derivada de este, su origen ilegítimo, ya que dicho acuerdo fue
concretado entre gallos y medianoche por la clase política institucional
apoyada por las elites y la institucionalidad neoliberal que la rebelión
popular cuestionaba y rechazaba tajantemente. Diversas encuestas de opinión le
otorgaban en ese entonces apenas un 2% (dos por ciento) de apoyo a los partidos
políticos institucionales, un 3% de confianza en el Parlamento, alrededor de un
5% (cinco por ciento) al gobierno de Piñera y otros índices de bajo monto al
resto de las instituciones tradicionales del Estado, razón por la cual los
sectores populares rebeldes continuaron movilizándose en las calles y
rechazando en forma decidida y enérgica ese acuerdo político realizado a
espaldas del pueblo, acuerdo que tenía como objetivo de dividir y frenar la
protesta popular que desbordaba los marcos institucionales y amenazaba con
fracturar seriamente las instituciones del sistema de dominación. Es decir,
rechazaron en ese momento tanto en sus declaraciones como en su accionar
rebelde concreto este acuerdo por tener un origen ilegítimo.
Posteriormente, poco
a poco y en forma creciente, diversas organizaciones, colectivos e integrantes
del pueblo rebelde fueron relativizando sus posiciones, aceptando los marcos y
las reglas impuestas desde la clase dominante, para comenzar a dar sus primeros
pasos dentro del itinerario institucional tan brillantemente elaborado y
delimitado desde las elites y la clase política institucional. Estos sectores
que decidieron entrar a la cancha institucional así delimitada, todo lo
anteriormente expuesto lo han dejado olvidado y bien sellado en el baúl de los
recuerdos y la amnesia política.
Una vez más, estos
sectores que abandonaron su rebeldía por la sumisión, seguirán normalizado el
mal menor travestido de flexibilidad táctica política, llamando a aprobar sí o
sí el borrador de la Nueva Constitución con el falaz argumento de que con esta
Carta Magna no solo se “enterrará” la Constitución del 80, sino también el
modelo neoliberal. Quien pretenda cuestionar la ilegitimidad y el carácter
antipopular de todo este proceso -que solo tiene como objetivo mantener el
actual sistema de dominación capitalista con una cara remozada- será
“extorsionado(a), chantajeado(a)” emocionalmente, conminándolo(a) una vez más a
no “hacerle el juego a la derecha”.
El sistema de
dominación estipulado en la Constitución dictatorial del 80 y todas sus
reformas posteriores no será desmantelado ni “enterrado” con la aprobación de
esta Nueva Constitución que será plebiscitada el próximo 4 de septiembre, texto
de la Nueva Constitución que además tiene que ser concretado posteriormente
mediante leyes realizadas por la misma clase política institucional y el
Parlamento tan ferozmente repudiado durante la rebelión de octubre.
Desde mi punto de
vista, reiterando lo anteriormente expresado en esta reflexión, considero
totalmente ilegítimo el origen de esta Nueva Constitución, ya que es el fruto
del Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución elaborado desde las esferas del
poder de dominación institucional, y que, junto a la instauración de la
pandemia de coronavirus en nuestro país, lograron dividir, desarticular y
frenar la rebelión iniciada en octubre del 2019.
Por otro lado, el
debatir sobre el contenido, las aspiraciones, las buenas intenciones de los
derechos sociales, económicos, políticos y culturales que se encuentran en el
borrador del texto elaborado por los(as)154 convencionales, es inconducente
teniendo en cuenta la premisa anterior, pero además, no basta que queden
escritas en un texto para que estos se realicen en la práctica, más aún,
teniendo en cuenta que deberán concretarse dichas aspiraciones mediante leyes
elaboradas en el Parlamento actual que continuará su funcionamiento inalterado
hasta el año 2026.
La Convención
Constitucional y la Nueva Constitución emanada desde allí, a mi modo de ver, no
responde a las demandas populares de fondo que motivaron y se expresaron
violenta y multitudinariamente a lo largo de todo el territorio nacional
durante el potente proceso de masiva protesta popular desarrollado durante la rebelión
iniciada el 18 de octubre de 2019. En este texto ni siquiera se hace mención a
la nacionalización de nuestras riquezas mineras que sin duda permitirían
obtener los ingresos necesarios para concretar derechos como vivienda digna,
pensiones dignas, salud y educación universal, gratuita y libre para todos(as).
No se olvide tampoco que los Tratados de Libre Comercio quedaron explícitamente
fuera de toda posibilidad de ser revisados, cambiados o eliminados en la
legislación que fijó las normas de funcionamiento de la Convención
Constitucional.
Por muy maravilloso
que esté escrito un texto constitucional, si no existe una potente fuerza
popular que exija organizada y enérgicamente la concreción de dichos derechos,
estos permanecerán como palabras de buenas intenciones o “letra muerta”.
Para ejemplificar en
forma muy simple lo anteriormente expresado basta remitirse a la “igualdad
ante la ley” estipulada en la actual Constitución Política de Chile (que
para ser rigurosos no es la “Constitución de Pinochet”, sino la Constitución
elaborada durante la dictadura civil militar, reformada por los gobiernos
civiles de la post dictadura y que desde el año 2005 lleva la firma de Ricardo
Lagos), en el CAPITULO I, Artículo 1, está escrito lo siguiente:
“Las personas
nacen libres e iguales en dignidad y derechos.”
Más adelante se puede
leer, en el CAPITULO III DE LOS DERECHOS Y DEBERES CONSTITUCIONALES, en su
Artículo 19:
“La Constitución asegura a todas las personas: 1°. El derecho a la vida y a la integridad física y psíquica de la persona. La ley protege la vida del que está por nacer. 28 La pena de muerte sólo podrá establecerse por delito contemplado en ley aprobada con quórum calificado. 29 Se prohíbe la aplicación de todo apremio ilegítimo; 2°. LA IGUALDAD ANTE LA LEY. EN CHILE NO HAY PERSONA NI GRUPOS PRIVILEGIADOS. En Chile no hay esclavos y el que pise su territorio queda libre. Hombres y mujeres son iguales ante la ley. 30-31 Ni la ley ni autoridad alguna podrán establecer diferencias arbitrarias;”
No hay que hacer un
análisis profundo para darse cuenta que no basta que un derecho esté
explícitamente consagrado en un texto constitucional para que en la práctica
cotidiana se concrete de manera ecuánime y eficaz. Clases de ética para
algunos, cárcel para otros(as).
Por último, las
causas y las aspiraciones populares que detonaron aquella explosión de rebeldía
el año 2019 siguen tan presentes hoy como en esos momentos y, además, se han
profundizado durante este último período como consecuencia de la crisis
económica social por la que está atravesando nuestro país.
El próximo 4 de septiembre seguiremos transitando el paso a paso institucional, adquiriendo con este nuevo evento electoral el “pase de movilidad democrático” otorgado por el sistema capitalista de dominación vigente, sistema que seguirá adelante vivito y coleando con la nueva inmunidad adquirida a través de este proceso constitucional.
Lo subrayado/interpolado es nuestro.
CARTA DE JORGE ARRATE A RICARDO LAGOS ESCOBAR.
«Estimado ex Presidente, estimado Ricardo:
Los punteros del reloj siguen su curso y el tiempo
corre sin que nada lo modere. Por eso las vidas demandan, al llegar a
la última recta, como en nuestro caso, una rúbrica, en particular a
quienes hicimos de los asuntos públicos una de las motivaciones principales de
nuestra existencia.
Yo intento ser leal a aquello que
ha definido mi transcurso político: soy socialista y allendista. Y el de
nuestra generación política: luchar por un mundo más justo y humano. Pensé que tú, más
allá de nuestras legítimas diferencias, procurarías algo semejante.
Pero tus declaraciones recientes desmienten mi expectativa.
Mi opinión no tiene influencia
decisiva en el plebiscito próximo. Deberías abrirte a la posibilidad de que la
tuya ya no sea muy importante. Ha
emergido una nueva generación e intentar extender tu influencia es iluso y
artificial. El pasado nos hace morisquetas burlonas. A mí no me
perturba demasiado, no pienso haber tenido siempre la razón. La política es
un permanente ejercicio de conformación de voluntad mayoritaria en torno a un
proyecto de sociedad. Tal vez el éxito es impulsarlo una y mil veces, a pesar
de lo abrupto del camino, sin perder nunca el norte y sin necesariamente
liderarlo. Nuestro activo es perseverar, nunca desertar.
Leo ahora tus últimas
declaraciones. Mientras más hablas de lo que te ha llevado a adoptar tu
postura, más te hundes en un marasmo de argumentos aberrantes. Algunos lo
han dicho: tus expresiones dañan la opción transformadora y favorecen a
la derecha. Pero quisiera ir más allá: si gana el Apruebo, tu
rol será aun menor de lo que ya es. Solo el Rechazo te daría la
oportunidad de negociar con la derecha, una vez más, nuevos retoques a la
Constitución pinochetista.
Como rúbrica de una trayectoria
política es indecorosa.
¡Qué pena, Ricardo!»
Reflexiona una
militante socialista Allendista:
Señora
Gloria Clavero Aranda en respuesta a Jorge
Arrate:
Estimado Jorge Arrate.
Muchas gracias por hacerme reflexionar profundamente.
Soy una vieja de tu
generación, Allendista, como tú, y tantas personas, que aún seguimos en esta
vida, agradeciendo la oportunidad de asistir a la transformación de nuestro
amado país, en la que la gente joven, mal que les moleste a ciertos
dinosaurios, la llevan, para abrir las ventanas de Chile y proporcionarnos aire
fresco. Suerte que hay persona mayores, tanto en el Gobierno, como las hubo en
la CC, que son capaces de trabajar con la Juventud, incluso, de tenerlos como
“Jefes”, y “Jefas”, sin que les cuestionen su falta de experiencia , o les
entre comezón, o sarpullidos, por tener líderes y lideresas que podrían ser sus
hijas, o hijos, ¿ y qué?…
Me emociona leerte,
dirigiéndote a Ricardo Lagos Escobar como un señor que parece que se congeló en
el tiempo, pero, al que sin embargo, tú, Jorge, tratas con respeto, intentando
“entenderlo”, sin juzgar su actitud, “fuera de lugar”. Tú eres humilde, por eso
puedes hacerlo; él, en cambio, es un ser arrogante. Me pregunto ¿Cuánto Poder
Político cree él que le queda todavía, para influir en las gentes simples?…
El inmenso error de
Lagos, es no darse cuenta que estamos en el siglo XXI, que nos preceden tres
generaciones, después de la dictadura cívico militar. Que la segunda, o sea,
nuestras hijas e hijos, aún pagan lo que fue “nuestra Lucha por la Justicia”,
mientras las terceras y cuartas, es decir, las de nuestras nietas y nietos,
vacunados contra el Virus del Terror Pinochetista, nos muestran, con lo que
tienen; con sus deseos y sus sueños, con sus equivocaciones, y su propia
Utopía, que otro Chile, más justo y equilibrado es posible… . ¿Será que gentes
como Lagos Ecobar, y otros, inconscientemente proyectan sus fracasos en la
Política, y por esto, hoy se han transformado en “influyentes”?…¿o, quizás, son
los Medios mediáticos mercuriales Comunicacionales,
pagados por el Poder de los Poderosos, quienes utilizan a gentes vanidosas,
como Ricardo Lagos Escobar, para revolver la “olla de la discordia política?
…¿Es posible que una personalidad como este ex presidente, considerado un líder
inteligente, en el pasado, caiga en esta burda trampa que le tienden las
Derechas?….
Gracias Jorge Arrate,
por hacernos reflexionar, con tu calidad ética…
Gracias Mario, por
estar pendiente de lo importante…
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