sábado, 16 de julio de 2022

Una publicación conjunta: EL PASO A PASO PARA REMOZAR EL SISTEMA CAPITALISTA DOMINANTE VIGENTE. // CARTA DE JORGE ARRATE A RICARDO LAGOS ESCOBAR. // Reflexiona una militante socialista Allendista: Señora Gloria Clavero Aranda en respuesta a Jorge Arrate.


EL PASO A PASO PARA REMOZAR EL SISTEMA CAPITALISTA DOMINANTE VIGENTE.

Por  Dr. Guillermo Correa Camiroaga, escritor y Defensor de los derechos Humanos/Addhee.Ong.  Valparaíso, Julio 2022

Ya tenemos un texto definitivo del borrador de la nueva Constitución, armonizado y con sus normas transitorias respectivas, el cual deberá ser aprobado o rechazado en el Plebiscito de Salida del próximo 4 de septiembre.

Los pasos institucionales fijados en concordancia con el Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución de noviembre del 2019 han ido regular y tranquilamente cumpliéndose, permitiendo de esta manera, al ganar el Apruebo como creo que sucederá, la proyección y estabilidad del actual sistema de dominación por un largo período de tiempo.

Los sectores rebeldes que dieron sus primeros pasos en forma tibia para participar en la institucionalidad resueltamente cuestionada durante la violenta rebeldía que irrumpió el 18 de octubre del 2019, aceptando en los hechos el Acuerdo por la Paz y acatando la Convención Constitucional y las normas fijadas para su realización, a medida que ha ido pasando el tiempo han participado con fuerza, fervor y pasión dentro de la institucionalidad que cuestionaban, para defender con ímpetu esta criatura jurídica institucional de la Convención y la nueva Constitución allí escrita , Convención que fue elaborada inteligentemente con un mecanismo y unas reglas determinadas desde las élites y la clase política institucional ante el temor de perder sus privilegios que experimentaron con la rebelión de octubre.

De esta manera, una vez concluida la Convención, dichos sectores rebeldes, unidos al coro del reformismo tradicional de las “dos derechas” que se han alternado en el poder durante los gobiernos civiles de la post dictadura, llaman enérgicamente a estudiar y valorar el texto allí redactado pues contiene, nos dicen, definiciones que consagran y aseguran la concreción de derechos sociales, económicos, políticos y culturales favorables a los sectores populares en un Chile de carácter plurinacional, intercultural, paritario, regionalista y ecológico. Así sepultaremos definitivamente, argumentan también, la Constitución pinochetista y el modelo neoliberal consagrado en ella.

Uno de los aspectos fundamentales que siempre se le ha criticado –y con justa razón- a la constitución del 80, además del contenido antipopular de la misma, es su ilegitimidad en el origen, ya que fue concebida y redactada al amparo de la dictadura civil militar.

Pues precisamente esto fue lo que se le cuestionó por parte de los sectores rebeldes en un primer momento al Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución y la Convención Constitucional derivada de este, su origen ilegítimo, ya que dicho acuerdo fue concretado entre gallos y medianoche por la clase política institucional apoyada por las elites y la institucionalidad neoliberal que la rebelión popular cuestionaba y rechazaba tajantemente. Diversas encuestas de opinión le otorgaban en ese entonces apenas un 2% (dos por ciento) de apoyo a los partidos políticos institucionales, un 3% de confianza en el Parlamento, alrededor de un 5% (cinco por ciento) al gobierno de Piñera y otros índices de bajo monto al resto de las instituciones tradicionales del Estado, razón por la cual los sectores populares rebeldes continuaron movilizándose en las calles y rechazando en forma decidida y enérgica ese acuerdo político realizado a espaldas del pueblo, acuerdo que tenía como objetivo de dividir y frenar la protesta popular que desbordaba los marcos institucionales y amenazaba con fracturar seriamente las instituciones del sistema de dominación. Es decir, rechazaron en ese momento tanto en sus declaraciones como en su accionar rebelde concreto este acuerdo por tener un origen ilegítimo.

Posteriormente, poco a poco y en forma creciente, diversas organizaciones, colectivos e integrantes del pueblo rebelde fueron relativizando sus posiciones, aceptando los marcos y las reglas impuestas desde la clase dominante, para comenzar a dar sus primeros pasos dentro del itinerario institucional tan brillantemente elaborado y delimitado desde las elites y la clase política institucional. Estos sectores que decidieron entrar a la cancha institucional así delimitada, todo lo anteriormente expuesto lo han dejado olvidado y bien sellado en el baúl de los recuerdos y la amnesia política.

Una vez más, estos sectores que abandonaron su rebeldía por la sumisión, seguirán normalizado el mal menor travestido de flexibilidad táctica política, llamando a aprobar sí o sí el borrador de la Nueva Constitución con el falaz argumento de que con esta Carta Magna no solo se “enterrará” la Constitución del 80, sino también el modelo neoliberal. Quien pretenda cuestionar la ilegitimidad y el carácter antipopular de todo este proceso -que solo tiene como objetivo mantener el actual sistema de dominación capitalista con una cara remozada- será “extorsionado(a), chantajeado(a)” emocionalmente, conminándolo(a) una vez más a no “hacerle el juego a la derecha”.

El sistema de dominación estipulado en la Constitución dictatorial del 80 y todas sus reformas posteriores no será desmantelado ni “enterrado” con la aprobación de esta Nueva Constitución que será plebiscitada el próximo 4 de septiembre, texto de la Nueva Constitución que además tiene que ser concretado posteriormente mediante leyes realizadas por la misma clase política institucional y el Parlamento tan ferozmente repudiado durante la rebelión de octubre.

Desde mi punto de vista, reiterando lo anteriormente expresado en esta reflexión, considero totalmente ilegítimo el origen de esta Nueva Constitución, ya que es el fruto del Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución elaborado desde las esferas del poder de dominación institucional, y que, junto a la instauración de la pandemia de coronavirus en nuestro país, lograron dividir, desarticular y frenar la rebelión iniciada en octubre del 2019.

Por otro lado, el debatir sobre el contenido, las aspiraciones, las buenas intenciones de los derechos sociales, económicos, políticos y culturales que se encuentran en el borrador del texto elaborado por los(as)154 convencionales, es inconducente teniendo en cuenta la premisa anterior, pero además, no basta que queden escritas en un texto para que estos se realicen en la práctica, más aún, teniendo en cuenta que deberán concretarse dichas aspiraciones mediante leyes elaboradas en el Parlamento actual que continuará su funcionamiento inalterado hasta el año 2026.

La Convención Constitucional y la Nueva Constitución emanada desde allí, a mi modo de ver, no responde a las demandas populares de fondo que motivaron y se expresaron violenta y multitudinariamente a lo largo de todo el territorio nacional durante el potente proceso de masiva protesta popular desarrollado durante la rebelión iniciada el 18 de octubre de 2019. En este texto ni siquiera se hace mención a la nacionalización de nuestras riquezas mineras que sin duda permitirían obtener los ingresos necesarios para concretar derechos como vivienda digna, pensiones dignas, salud y educación universal, gratuita y libre para todos(as). No se olvide tampoco que los Tratados de Libre Comercio quedaron explícitamente fuera de toda posibilidad de ser revisados, cambiados o eliminados en la legislación que fijó las normas de funcionamiento de la Convención Constitucional.

Por muy maravilloso que esté escrito un texto constitucional, si no existe una potente fuerza popular que exija organizada y enérgicamente la concreción de dichos derechos, estos permanecerán como palabras de buenas intenciones o “letra muerta”.

Para ejemplificar en forma muy simple lo anteriormente expresado basta remitirse a la “igualdad ante la ley” estipulada en la actual Constitución Política de Chile (que para ser rigurosos no es la “Constitución de Pinochet”, sino la Constitución elaborada durante la dictadura civil militar, reformada por los gobiernos civiles de la post dictadura y que desde el año 2005 lleva la firma de Ricardo Lagos), en el CAPITULO I, Artículo 1, está escrito lo siguiente:

“Las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos.”

Más adelante se puede leer, en el CAPITULO III DE LOS DERECHOS Y DEBERES CONSTITUCIONALES, en su Artículo 19:

“La Constitución asegura a todas las personas: 1°. El derecho a la vida y a la integridad física y psíquica de la persona. La ley protege la vida del que está por nacer. 28 La pena de muerte sólo podrá establecerse por delito contemplado en ley aprobada con quórum calificado. 29 Se prohíbe la aplicación de todo apremio ilegítimo; 2°. LA IGUALDAD ANTE LA LEY. EN CHILE NO HAY PERSONA NI GRUPOS PRIVILEGIADOS. En Chile no hay esclavos y el que pise su territorio queda libre. Hombres y mujeres son iguales ante la ley. 30-31 Ni la ley ni autoridad alguna podrán establecer diferencias arbitrarias;”

No hay que hacer un análisis profundo para darse cuenta que no basta que un derecho esté explícitamente consagrado en un texto constitucional para que en la práctica cotidiana se concrete de manera ecuánime y eficaz. Clases de ética para algunos, cárcel para otros(as).

Por último, las causas y las aspiraciones populares que detonaron aquella explosión de rebeldía el año 2019 siguen tan presentes hoy como en esos momentos y, además, se han profundizado durante este último período como consecuencia de la crisis económica social por la que está atravesando nuestro país.

El próximo 4 de septiembre seguiremos transitando el paso a paso institucional, adquiriendo con este nuevo evento electoral el “pase de movilidad democrático” otorgado por el sistema capitalista de dominación vigente, sistema que seguirá adelante vivito y coleando con la nueva inmunidad adquirida a través de este proceso constitucional.

 Lo subrayado/interpolado es nuestro.


CARTA DE JORGE ARRATE A RICARDO LAGOS ESCOBAR.

«Estimado ex Presidente, estimado Ricardo:

Los punteros del reloj siguen su curso y el tiempo corre sin que nada lo modere. Por eso las vidas demandan, al llegar a la última recta, como en nuestro caso, una rúbrica, en particular a quienes hicimos de los asuntos públicos una de las motivaciones principales de nuestra existencia.

Yo intento ser leal a aquello que ha definido mi transcurso político: soy socialista y allendista. Y el de nuestra generación política: luchar por un mundo más justo y humano. Pensé que tú, más allá de nuestras legítimas diferencias, procurarías algo semejante. Pero tus declaraciones recientes desmienten mi expectativa.

Mi opinión no tiene influencia decisiva en el plebiscito próximo. Deberías abrirte a la posibilidad de que la tuya ya no sea muy importante. Ha emergido una nueva generación e intentar extender tu influencia es iluso y artificial. El pasado nos hace morisquetas burlonas. A mí no me perturba demasiado, no pienso haber tenido siempre la razón. La política es un permanente ejercicio de conformación de voluntad mayoritaria en torno a un proyecto de sociedad. Tal vez el éxito es impulsarlo una y mil veces, a pesar de lo abrupto del camino, sin perder nunca el norte y sin necesariamente liderarlo. Nuestro activo es perseverar, nunca desertar.

Me cuesta aceptar que pienses como equivalentes la Constitución de 1980 y sus modificaciones y esta nueva Constitución, y los senderos que abren el Apruebo y el Rechazo. Desde ya la legitimidad democrática es incomparable. Por más que hayas estampado tu firma en reemplazo de la firma de Pinochet, la Constitución de 1980 no dejó de ser la Constitución del Estado subsidiario, binominal, centralizadora, ignorante de nuestra rica diversidad humana, despreocupada de la naturaleza, sin resguardo ni aseguramiento de derechos sociales y con un veto implícito para la derecha. En cambio, la nueva Constitución se hace cargo con decisión de los grandes problemas del país y es integradora y democrática.

Leo ahora tus últimas declaraciones. Mientras más hablas de lo que te ha llevado a adoptar tu postura, más te hundes en un marasmo de argumentos aberrantes. Algunos lo han dicho: tus expresiones dañan la opción transformadora y favorecen a la derecha. Pero quisiera ir más allá: si gana el Apruebo, tu rol será aun menor de lo que ya es. Solo el Rechazo te daría la oportunidad de negociar con la derecha, una vez más, nuevos retoques a la Constitución pinochetista.

Como rúbrica de una trayectoria política es indecorosa.

¡Qué pena, Ricardo!»

Reflexiona una militante socialista Allendista:

Señora  Gloria Clavero Aranda en respuesta a Jorge Arrate:

Estimado Jorge Arrate. Muchas gracias por hacerme reflexionar profundamente.

Soy una vieja de tu generación, Allendista, como tú, y tantas personas, que aún seguimos en esta vida, agradeciendo la oportunidad de asistir a la transformación de nuestro amado país, en la que la gente joven, mal que les moleste a ciertos dinosaurios, la llevan, para abrir las ventanas de Chile y proporcionarnos aire fresco. Suerte que hay persona mayores, tanto en el Gobierno, como las hubo en la CC, que son capaces de trabajar con la Juventud, incluso, de tenerlos como “Jefes”, y “Jefas”, sin que les cuestionen su falta de experiencia , o les entre comezón, o sarpullidos, por tener líderes y lideresas que podrían ser sus hijas, o hijos, ¿ y qué?…

Me emociona leerte, dirigiéndote a Ricardo Lagos Escobar como un señor que parece que se congeló en el tiempo, pero, al que sin embargo, tú, Jorge, tratas con respeto, intentando “entenderlo”, sin juzgar su actitud, “fuera de lugar”. Tú eres humilde, por eso puedes hacerlo; él, en cambio, es un ser arrogante. Me pregunto ¿Cuánto Poder Político cree él que le queda todavía, para influir en las gentes simples?…

El inmenso error de Lagos, es no darse cuenta que estamos en el siglo XXI, que nos preceden tres generaciones, después de la dictadura cívico militar. Que la segunda, o sea, nuestras hijas e hijos, aún pagan lo que fue “nuestra Lucha por la Justicia”, mientras las terceras y cuartas, es decir, las de nuestras nietas y nietos, vacunados contra el Virus del Terror Pinochetista, nos muestran, con lo que tienen; con sus deseos y sus sueños, con sus equivocaciones, y su propia Utopía, que otro Chile, más justo y equilibrado es posible… . ¿Será que gentes como Lagos Ecobar, y otros, inconscientemente proyectan sus fracasos en la Política, y por esto, hoy se han transformado en “influyentes”?…¿o, quizás, son los Medios mediáticos mercuriales  Comunicacionales, pagados por el Poder de los Poderosos, quienes utilizan a gentes vanidosas, como Ricardo Lagos Escobar, para revolver la “olla de la discordia política? …¿Es posible que una personalidad como este ex presidente, considerado un líder inteligente, en el pasado, caiga en esta burda trampa que le tienden las Derechas?….

Gracias Jorge Arrate, por hacernos reflexionar, con tu calidad ética…

Gracias Mario, por estar pendiente de lo importante…


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