“En el sexagésimo aniversario del Día de la independencia de Argelia”.
Por Sergio Rodríguez Gelfenstein.
Escritor y analista
internacional
El pueblo argelino celebró este 5 de julio, sesenta
años de su emancipación y de su nacimiento como país libre tras 132 años de una
ocupación colonial brutal por parte de Francia, período en el que los argelinos
se mantuvieron firmes, desarrollando una larga lucha de resistencia que perduró
todo el siglo XIX y más de la mitad del XX hasta que la gloriosa Revolución del
1° de noviembre de 1954 estalló en todo el territorio nacional llevando a la
victoria del 5 de julio de 1962.
De hecho, la ocupación francesa provocó una profunda
fisura en la construcción de la sociedad, tras su empeñó por detener el
crecimiento cultural y social de Argelia durante todo el período colonial en el
que la metrópoli trató de borrar la identidad nacional y liquidar los cimientos
materiales y morales sobre los cuales se fue creando el sentir del pueblo
argelino, golpeando la unidad tribal y familiar y llevando a cabo una política “misionera”
con el objetivo de borrar la religión y las creencias islámicas. Sin embargo,
todos sus intentos fracasaron ante la firmeza del Pueblo Argelino.
La Argelia independiente ha llevado adelante una larga
batalla de 60 años tanto en el ámbito interno como en el externo. a través de
la construcción de un Estado fuerte, capaz de salvaguardar sus recursos e
intereses vitales y conquistar metas de estabilidad, progreso, desarrollo
global hasta ganarse una posición de respeto en el mundo en el que ha desempeñado
un rol activo y positivo en la defensa de las causas y derechos legítimos de
los países y pueblos que luchan por alcanzar su autodeterminación.
La invocación de este aniversario coincide con una
serie de logros concretados en varios niveles y escalas a pesar del difícil período
que atravesó el país a principios de los años noventa del siglo pasado, que
obligó a la Nación Argelina a fortalecer su cohesión social gracias a la
adhesión de los ciudadanos a los valores de la reconciliación nacional y los
principios del 1° de noviembre que siguen siendo una fuente de inspiración para
el desarrollo de la política del Estado.
En sus de 60 años de vida independiente, Argelia tuvo
que librar la batalla en contra de la yihad, en la que tuvo que enfrentar grandes
desafíos con firmeza, consiguiendo conquistar importantes logros en varios
sectores y áreas, que han dado y darán testimonio de la gloria del Pueblo Argelino.
Tras esos años de oscurantismo que trastornaron el
proceso de desarrollo del país, el Estado logró recuperar el tiempo perdido y pudo
vencer a las fuerzas del mal, derrotando las ideologías basadas en el
extremismo y la violencia con el sacrificio de sus mejores hijos. En esta
difícil situación, el Ejército Nacional Popular y los aparatos de seguridad
debieron asumir su responsabilidad de vanguardia de la sociedad para hacer
frente al terrorismo ciego
Argelia también se ha empeñado en un camino de
evaluación de lo ocurrido, concluyendo en la necesidad de la reforma de las
estructuras del Estado y sus misiones, a fin de darle a las instituciones,
herramientas imprescindibles para apoyar el camino democrático, consolidar la
buena gobernanza, modernizar la economía y promover el progreso social. Estos
instrumentos han contribuido a transformar Argelia en un expandido laboratorio
en el que sus logros y los diversos proyectos de desarrollo que se han
realizado, redundan en un indudable beneficio para el pueblo.
Las cifras de la economía argelina en el año 2021
indican la contribución del sector agrícola al PIB en un 20%, es decir
alrededor de 32 mil millones de dólares. El gobierno se ha comprometido a
duplicar esa cifra apoyando la agricultura a través de la ampliación de las
regiones irrigadas con agua de pozo profundo en las regiones del Gran Desierto,
para mejorar la explotación racional de las tierras agrícolas a través de la digitalización
del programa de este sector estratégico.
Desde principios de los años setenta y ochenta del
siglo pasado, Argelia se ha interesado por el desarrollo de proyectos en el
campo de la industria, mediante la creación de polos y polígonos en todo el
territorio nacional, inicialmente enfocados en las industria pesada a partir de
un modelo del sistema socialista propio, con el fin de garantizar que todos los
sectores, como los de los fertilizantes, la industria alimenticia, metalúrgica,
petroquímica, eléctrica, siderúrgica, mecánica, farmacéutica y otras, estén
incluidos. Estos grandes proyectos han contribuido a proporcionar puestos de trabajo
a pesar de las dificultades que emergen de la necesidad de seguir el ritmo del progreso
y el desarrollo tecnológico que tiene lugar en el mundo.
En el campo de la energía, y dado que Argelia es uno
de los mayores productores de petróleo y gas a nivel mundial, y el segundo
proveedor de gas a Europa tras Rusia, sus intereses se han centrado desde principios
de los años 90 del siglo pasado en la realización de múltiples proyectos
gigantes, entre los que se destacan el desarrollo de la actividad de la empresa
estatal Sonatrach, mediante la realización de tres plantas de refinación de
petróleo y dos plantas de producción de amoníaco y urea. También completó 13
plantas desalinizadoras de agua de mar y cinco grandes gasoductos para
transportar el gas desde Argelia hacia Europa
Así mismo, está en ejecución el llamado “Proyecto del
Siglo”, que es el gasoducto transahariano que viene desde Nigeria a través de
Níger hasta Argelia, cuyos trabajos han alcanzado un ritmo avanzado, con una
longitud de 4.128 km., y una capacidad de más de 30 mil millones de metros
cúbicos anuales, esperando que se pueda conectar con la red de gasoductos argelinos
con destino a Europa.
Argelia apuesta por hacer del 2022 un año de despegue
económico a partir de capacidades propias y abierta a la cooperación sobre la
base de intereses comunes y beneficios mutuos en medio de una tendencia a
revisar su entramado jurídico, incluyendo la ley de inversiones y las leyes
municipales y estatales que están íntimamente relacionadas con las cuestiones
del desarrollo.
Por otra parte, la diplomacia argelina ha podido resolver
muchas crisis y tensiones a nivel regional e internacional a lo largo de
décadas, gracias a su historia, su eficacia, la firmeza de sus principios y su
compromiso inquebrantable en la defensa de las causas de los pueblos que luchan
por su independencia. En este sentido, cobra especial relevancia su continuo
apoyo a la Causa Palestina y la del pueblo saharaui. Así mismo ha hecho una
gran contribución a la solución de varios
conflictos internacionales, entre los cuales se puede mencionar, el acuerdo firmado
en 1975 sobre la disputa territorial entre Irak e Irán, la liberación de
rehenes estadounidenses en Teherán en 1981 y el acuerdo de paz entre Etiopía y
Eritrea en 2000. Argelia también logró durante su presidencia de la Asamblea
General de Naciones Unidas en 1974, suspender la membresía de Sudáfrica en el
organismo internacional debido a la política de discriminación racial practicada
en aquel entonces.
En lo relacionado a la crisis libia, Argelia se empeñó
en instar a las partes en conflicto a entablar un diálogo político global bajo
el patrocinio de Naciones Unidas y los países vecinos, a fin de construir instituciones
legítimas a través de elecciones libres y justas que conduzcan al país a su
salvación, priorizando los intereses supremos del pueblo libio mediante el
diálogo como camino más eficaz para resolver esta crisis.
Paralelo a ello, la diplomacia argelina está activa en
la región de la costa y el desierto en Mali que es inseparable de la cuestión
libia, y busca sin descanso activar el plan para la paz y la reconciliación
firmado entre las partes del conflicto maliense, de acuerdo a las aspiraciones
de su pueblo en materia de seguridad, estabilidad y desarrollo.
En cuanto a la
causa del Sahara Occidental, la posición de Argelia es firme y está acorde con
sus principios, ya que apoya el derecho del pueblo saharaui a la
autodeterminación, según la legitimidad internacional y las correspondientes
resoluciones de Naciones Unidas y la Unión Africana. Ante la peligrosa
escalada que experimentó el conflicto luego de la agresión marroquí contra la
región del Guerguerat y la represión y violación de los derechos del
pueblo saharaui en los territorios ocupados, Argelia advirtió de las
consecuencias que esta situación pudiera significar para la seguridad y la paz
de la región y llamó a Naciones Unidas y a la comunidad internacional a asumir
sus responsabilidades.
Además, Argelia ha contribuido desde su independencia,
a apoyar la Causa Palestina por diversos medios y se ha esforzado
particularmente por unificar las posiciones árabes hacia ella. El apoyo de
Argelia no se ha limitado al nivel oficial, sino que el pueblo se ha movilizado
con todos sus actores y componentes para lanzar iniciativas de solidaridad y
apoyo al pueblo palestino, expresando su condena a las prácticas de la entidad
sionista y apoyando al Pueblo Palestino en la recuperación de todos sus
derechos legítimos, en particular el de construir su Estado independiente con Jerusalén
como su capital. Argelia, basada en sus firmes convicciones y su apoyo
incondicional a la Causa Palestina, ha rechazado toda forma de normalización de
relaciones con la entidad sionista.
A nivel internacional, Argelia ha reclamado durante
varios años la necesidad de una reforma integral de Naciones Unidas, con el fin
de mejorar su desempeño y aumentar su eficiencia y capacidades, con el fin de
atender mejor las muy variadas causas que movilizan al planeta, especialmente a
la luz de las actuales condiciones regionales y globales. Así lo reafirmó el
presidente Tebboune, durante su participación vía teleconferencia en la 75º
sesión de las Naciones Unidas, celebrada en septiembre de 2021 en Nueva York.
En este marco, las relaciones entre Argelia y
Venezuela marchan con buen pie como lo ratificó la reciente visita del
presidente Nicolás Maduro a Argelia durante el pasado mes de junio. A su
llegada a Argel el presidente Maduro informó que: “Llegamos a la República
Argelina Democrática y Popular, en el marco de nuestra agenda internacional,
estamos muy felices de reencontrarnos y poder revisar nuestra agenda de
cooperación y complementariedad, a favor de los pueblos”.
Lo subrayado e
interpolado es nuestro.
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