“Lo que no sabe el general Paleo”.
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Sergio Rodríguez Gelfenstein,Escritor y analista internacional/ Addhee.Ong
El artículo escrito por
el periodista Horacio Verbitsky en el portal “El cohete a la Luna”, https://www.elcohetealaluna.com/un-general-paleolitico-barbecho/
desnuda con absoluta meticulosidad la
maquinación del Ejercicio Puma cuyo objetivo era una invasión a Venezuela al
mando del general
Juan Martín Paleo, en ese entonces comandante de la fuerza de despliegue rápido
y ahora Jefe de Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas.
El ejercicio en
cuestión se realizaba en el marco de la operación diseñada por Estados Unidos
para derrocar al presidente Maduro que incluyó la autoproclamación de Juan
Guaidó como “presidente encargado”, el intento de irrupción por la fuerza y
violación de la soberanía de Venezuela desde Colombia bajo el disfraz de ayuda
humanitaria así como de un golpe de Estado que involucró a un insignificante
contingente militar, todo lo cual tuvo absoluto apoyo de Macri al tiempo que
fracasaba estrepitosamente.
Verbitsky expone con
sumo detalle las características del ejercicio y su lógica en el contexto
político reciente de Argentina. Señala que las fuerzas armadas incluyeron en
Puma a “la
fuerza de despliegue rápido, con su Compañía de Comando y su Sección de
Inteligencia, […] efectivos de la Brigada Aerotransportada IV de Paracaidistas,
la Brigada de Infantería Mecanizada X y los comandos de la Fuerza de
Operaciones Especiales”.
Así mismo, el periodista argentino reflexiona
acerca de la inserción de este hecho en la razón intervencionista de Estados
Unidos y en el juego geopolítico global que señala como enemigos principales a
China y Rusia y en el plano regional a Cuba y Venezuela y explica la conducción
de todo el proceso por parte del Comando Sur de las Fuerzas Armadas de Estados
Unidos cuyo jefe, el almirante Craig Faller hizo esfuerzos personales para
involucrar a las fuerzas armadas argentinas en el proyecto sobre la base de
supuestos acerca de la situación interna de Venezuela y su fuerza armada, lo
cual condujo al fracaso e incluso al ridículo.
Pero, más allá de que a nadie sorprende la participación
directa de Macri y su regimen en esta acción claramente intervencionista, si
causa total desconcierto que hasta el momento de escribir estas líneas a 72
horas de haber sido publicado el artículo de Verbitsky, el gobierno argentino guarde total silencio.
Ya nos hemos acostumbre a que ante cualquier
duda o inquietud sobre lo que ocurre en Argentina en el ámbito de la política,
los amigos nos digan: “Este país es distinto: Tienes que entender al
peronismo”. Hemos aprendido que el peronismo va desde López Rega y Menem hasta
los montoneros”, pero cuesta comprender el silencio del gobierno ante este
acontecimiento: ¡quien calla otorga!
Hace unos años era natural decir que pareciera
que “Alberto Fernández no manda ni en su casa”. En los hogares modernos mandan
las mujeres y los hombres por igual, pero en el caso de Fernández, da la
impresión que ni manda ni se deja mandar, aunque esto último siempre resulte
beneficioso.
En cualquier caso, me da la impresión que este
general Paleo no sabe que estamos en el año del bicentenario del encuentro en
Guayaquil de los Generales Libertadores
San Martín Matorras y Bolívar Palacios y Blanco marcando la impronta eterna
bajo la cual Argentina y Venezuela deben estar siempre unidas como garantes de
la total independencia de América.
Este general no debe saber tampoco que los
ejércitos argentino y venezolano lucharon juntos en Riobamba, Pichincha Junín y
Ayacucho donde bajo las órdenes de Bolívar y Sucre combatió con hidalguía y
honor el Regimiento de Granaderos a Caballo – que había sido creado por San
Martín- y que actuó bajo el mando del comandante Alejo Bruix, francés al
servicio del Ejército de Los Andes y el coronel José Félix Bogado, héroes
anónimos de la Patria Grande. El origen de los ejércitos de Argentina y
Venezuela está signado por la unidad en el combate, nunca debería serlo por el
enfrentamiento fratricida.
Debe saber este general, que durante la guerra
de las Malvinas, miles de venezolanos estuvimos dispuestos y listos para ir a
combatir junto a los soldados argentinos para liberar a las islas que, nadie lo
duda en Venezuela, son argentinas y por tanto latinoamericanas. Eso, incluso
sabiendo que Argentina era oprimida por militares felones y cobardes que solo
destacaban por librar la guerra interna contra el pueblo, masacrando y
desapareciendo a decenas de miles de argentinos. Hoy Paleo se subordina a las
fuerzas armadas imperiales que no dudaron en ponerse al lado del agresor para asesinar soldados argentinos.
Sabe señor general Paleo, ¿a quién recurrió el
presidente Kirchner cuando llegado al gobierno, se encontró un país devastado y
arruinado por el neoliberalismo capitalista? ¿Sabe quien le ofreció su ayuda
generosa sin miramientos de ningún tipo? No voy a ser yo quien te lo diga.
Miles de argentinos que lo atestiguaron, te lo podrán contar mejor que yo.
¿Sabes general Poleo quién fue el único mandatario
extranjero que quiso acompañar al presidente Kirchner a su última morada en Río
Gallegos, durante aquel aciago octubre de 2010?. Se llamaba Hugo Chávez, y lo
hizo porque se le había ido un hermano y tenía estrujado el corazón.
¿Sabes general Paleo que el Palacio de Gobierno
de Venezuela tiene una salón que lleva el nombre de Néstor Kirchner en homenaje
a un amigo de Venezuela quien dio todo por la integración latinoamericana?
Venezuela ha sentido durante estos años, la
extraordinaria solidaridad del pueblo argentino, incluyendo la de innumerables
agrupaciones peronistas de base. ¿Crees tú que esta profunda hermandad
histórica puede ser cambiada por tu enfebrecida lealtad perruna aun país que no
es el tuyo, usando para ello a 541 soldados argentinos.
No tengo dudas que a esos 541 soldados que
pretendió movilizar de forma ignominiosa este hijo de Videla, de Massera y de
Agosti se le hubieran opuesto miles, tal vez decenas de miles de buenos
argentinos hijos de San Martín y de Güemes. A los 541 fusiles de la traición y
la vergüenza se le opondrían miles de fusiles del honor y la dignidad argentina.
Es evidente que esto no lo conocen ni Macri ni
Paleo. La pregunta que hay que hacerse ahora es. ¿Lo sabe Alberto Fernández?
Lo
subrayado/interpolado es nuestro.
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