viernes, 10 de abril de 2020

DIEZ RASGOS PARA UN ECOSOCIALISMO MARXISTA, FEMINISTA Y REVOLUCIONARIO.


DIEZ RASGOS PARA UN ECOSOCIALISMO MARXISTA, FEMINISTA Y REVOLUCIONARIO.

“La emancipación de los trabajadores debe ser obra  de ellos mismos. Los filósofos hasta el momento se han dedicado a interpretar el mundo, de lo que se trata ahora  es de transformarlo” Dr. Karl Marx.

 Conferencia  Ing. Daniel Tanuro/ Belgica.

Llamamos ecosocialismo al razonamiento que consiste en vincular personas explotadas, enajenadas  y oprimidas por el sistema capitalista salvaje y su forma de regir sus países satélites el neoliberalismo. Este razonamiento prepara la llegada de una sociedad socialista democrática, solidaria, culta, no productivista, sin dominación ni explotación, respetuosa y prudente respecto al resto de la madre naturaleza.


Concepto abierto, el ecosocialismo implica un cierto número de interpretaciones diferentes. Los francófonos probablemente conocen el ecosocialismo de JL.Mélenchon, que es de tendencia más bien estatista y soberanista. En algunos países, una socialdemocracia de gestión o de los partidos verdes muy “mainstream” (moda dominante) afirman actuar con una perspectiva ecosocialista. No se puede hablar por lo tanto, hablar en general del ecosocialismo. Los diez rasgos propuestos más abajo resumen las concepciones ecosocialista de la corriente marxista revolucionaria internacional a la que pertenezco.


1.Nuestro ecosocialismo se basa en cuatro requisitos imprescindibles:


– La necesidad de un programa de transición anticapitalista, antiimperialista  que ya considere las limitaciones ecológicas y aporte respuestas a la destrucción ecológica. Por lo tanto divergimos de las corrientes políticas que aplazan la protección y la restauración del entorno ecológico al “día de mañana” del postcapitalismo; 
                                                                                                                                                                 -La necesidad de una estrategia basada en la acción directa democrática y auto organizada de las personas explotadas, enajenadas  y oprimidas, en una perspectiva internacionalista  y en el respeto a la autonomía de los movimientos sociales , así como en el derecho a la auto-organización  de las mujeres y en general  de las capas oprimidas/marginadas


- La profundísima catástrofe política y económica de sentidos y valores que mina la sociedad capitalista salvaje. La dominación del valor abstracto  y el machismo capitalista salvaje son la base de una inversión entre las necesidades  y la producción entre trabajo  creador vivo y trabajo embrutecedor, entre el planeta y el capital. El capital salvaje aliena así  a las personas (hombre y mujer) de su naturaleza de animal racional, social pensante, masificándola, robotizándola.

El balance ecológico catastrófico  de los países del “socialismo stalinista real”, simbolizado por la catástrofe de Chernobil, de la desecación del mar de Aral y de la campaña maoísta para la eliminación  de gorriones en China por dar algunos ejemplos.

Nuestro ecosocialismo es por lo tanto radicalmente anticapitalista, antiimperialista, humanista, solidario, internacionalista, feminista, revolucionario y autogestionario.  A la vez, estrategia de lucha, programa de reivindicaciones y proyecto de sociedad a escala humana socialista.


2.- Nuestro ecosocialismo tiene una fuerte dimensión ética que entronca  en la perspectiva de una civilización  humana digna de tal nombre, respetuosa de los derechos del ser humano y del entorno ecológico.


Siguiendo al legado del Dr. Marx  quien consideraba que “la naturaleza es el cuerpo inorgánico de la humanidad”. La destrucción de la madre naturaleza de la que formamos parte es nuestra propia destrucción y la de nuestros hijos.  La expresión “crisis ecológica” - de los epígonos socialdemócratas y democratacristianos,  dos atajos oportunistas sin salida- es por eso muy limitada. La situación a que nos enfrentamos  es mucha más que una crisis  del funcionamiento de los ecosistemas  debido a la lógica del beneficio del depredador /enajenante capitalista salvaje:  es una crisis sistemática  de la civilización humana agudizada principalmente  por una “crisis” de las relaciones entre humanidad y el  sistema capitalista salvaje .


Sustituir la producción  de valor por la producción  de valores  de uso determinados  democrática y solidariamente  es una condición necesaria  para ponerle fin; pero solo es una condición  necesaria, para ponerle fin; pero solo es una condición necesaria e imprescindible. Las destrucciones ecológicas como la opresión explotación, enajenación de las mujeres ha existido mucho antes que el capitalismo salvaje, aunque fuese  bajo otras formas  y a escala  local más que global.  Por otro lado, como se ha dicho, el “socialismo stalinista/real burocrático fue tan destructor del entorno ecológico como el productivismo capitalista salvaje. 


Juntas, estas dos realidade , subrayan la necesidad de un proceso de revolución cultural a proseguir mucho más allá de la abolición del capitalismo salvaje.  Se trata de romper con las visiones  dominantes y utilitaristas, formar el ser humano integral- mujer/ hombre, con una consciencia social,  en el marco irrestricto  de la dignidad  y los derechos del ser humano y del entorno ecológico.


3.- El balance ecológicamente destructivo de la URSS, China y los países del Este se debe ante todo  a la traición/ degeneración  del régimen renegado Stalinista burócrata de la revolución  socialista.


Esto ha implicado a la vez la renuncia a la revolución mundial y al abandono de las experiencias y concepciones ecológicas más avanzadas, que se han desarrollado durante los primeros años del poder soviético. Pero el stalinismo  no lo explica todo: a finales del siglo XIX a principios del XX, el movimiento obrero  y  su ala revolucionaria estaban mayoritariamente impregnados por una visión de la naturaleza como materia a dominar, a modelar sin límites  según la voluntad humana.  Esta visión estaba presente y la imponía también a los opositores al stalinismo.


4.- La emancipación de las mujeres requiere un movimiento autónomo y la construcción en su seno  de una tendencia socialista marxista. Por lo mismo parar la destrucción ecológica exige la construcción en el seno de la izquierda de una corriente ecosocialista marxista que intervenga, por así decirlo, en nombre del resto de la madre  naturaleza  en una perspectiva  anticapitalista, antiimperialista, internacionalista y antiburocrática.


Rechazamos  la idea de que ésta corriente esté condenada a predicar en el desierto  por el hecho de que el Homo sapiens sea destructor e insensible por naturaleza. La humanidad ha causado muchas destrucciones ecológicas, pero no hay ninguna razón para pensar que la inteligencia  y la sensibilidad humanas sean insuficientes  para reaprender  lo que hemos olvidado, cuidarnos del entorno ecológico, reconstruir lo que se pueda, inventar una nueva relación  con la vida en general.


5.- Nuestro ecosocialismo es radicalmente anticapitalista /antiimperialista y en consecuencia marxista.


Encontramos en el Dr. Marx no solo una crítica irreemplazable de la lógica del capital, sino también ideas preciosas y a menudo desconocidas que nutren directamente nuestra reflexión ecosocialista. Las  principales son las siguientes:


“El Capital” del Dr. Karl Marx: “la biblia de la clase trabajadora”/Addhee.ong


-La naturaleza y el trabajo creador son las únicas fuentes de toda riqueza, la naturaleza es la fuente  principal de  los valores del uso


-La única agricultura racional es la basada en los agricultores independientes o en la propiedad comunitaria del suelo (¡a distinguir de la propiedad estatal de los  koljoses!). La única explotación forestal racional es la que huye  de la búsqueda del lucro “cortoplacista” del capitalista salvaje.


- La búsqueda de rentas (superbeneficio) estimula continuamente el pillaje de los recursos naturales, minerales y orgánicos, sobretodo la tendencia  a una agroindustria cada vez más intensiva que agota los suelos, practica el monocultivo y privilegia la producción de carne:


- El capitalismo se basa en la desposesión. No hay capitalismo sin crecimiento y por lo tanto, sin reproducción ampliada constante con un doble movimiento: por una parte, apropiación/ explotación /enajenación de la fuerza de trabajo contra un salario y por la otra, apropiación/pillaje de recursos naturales.


- el capital no es una cosa, sino una relación social de explotación  del trabajo que exige inputs en recursos naturales y orientado a la  producción de plusvalor. “El único límite del capital, es el  propio capital”, afirmó el Dr. Marx: enigmática a simple vista, la frase significa simplemente que el capital proseguirá  su obra de destrucción, tanto tiempo como disponga de fuerza de trabajo embrutecedora y de otros recursos naturales para explotar. Por ello, el capital no puede fallar hasta haber franqueado los límites. Ningún mecanismo endógeno le permite considerar las fronteras de la sostenibilidad (“ boundaries”)


En consecuencia, la producción de plusvalía implica necesariamente la ruptura de los equilibrios en el intercambio material ,entre la humanidad y el resto de la naturaleza (metabolic rift). La acumulación capitalista agota a la vez la tierra  y la Clase Trabajadora. Para el pillaje de recursos ( la “gestión racional del intercambio material” sociedad naturaleza) exige la abolición de la explotación de la  fuerza de trabajo y la reducción  del tiempo de trabajo.


 6.- Sin embargo la obra de Marx y Engels esta en tensión.


Primero está marcada en cierto grado por las ilusiones del progreso  y la  perspectiva de un “crecimiento ilimitado de las fuerzas productivas”. Segundo: Su pensamiento debe pasar por encima de los  estereotipos feministas machistas patriarcales del neoliberalismo del capitalismo salvaje.


Para el Dr. Marx como hemos visto, “el capital agota las dos únicas fuentes de toda riqueza: la tierra y el trabajador”. En esta cita “el trabajador” incluye la trabajadora- que se entienda de una vez que la mujer y el hombre  son igualmente explotados y enajenados por el perverso sistema capitalista-. Por lo tanto, el trabajo está femenizado.  Las mujeres asumen  gratuitamente la mayoría de los trabajos de reproducción en el marco de la familia, y este trabajo está “invisibilizado” en la sociedad capitalista salvaje.  El Dr. Marx  dijo también que, “la apropiación privada de la Tierra, parecerá un día tan bárbara como la apropiación privada de un ser humano por otro”. Y por tanto,  el capitalismo salvaje ha integrado al patriarcado feminista preexistente que constituye una forma de apropiación de un ser humano por otro.  Engels, lo había señalado: en este estereotipo, la familia, el hombre es el oligarca explotador  y la mujer el proletario”.


Nuestro ecosocialismo desarrolla por tanto la frase del Dr. Marx para integrar explícitamente el trabajo de reproducción. La lógica capitalista salvaje, que aumenta la explotación, la enajenación del trabajo asalariado y de los recursos, también aumenta la opresión explotación y enajenación patriarcal de las mujeres: La apropiación del cuerpo de las mujeres, el trabajo doméstico que prestan gratuitamente y su discriminación en la esfera productiva, constituyen una forma específica de apropiación de riqueza por el capitalismo salvaje.  Esta forma debe evidenciarse para que la crítica de este modo de producción sea completa.


7.- Nuestro ecosocialismo trata de integrar todos estos aspectos.


 La opresión, explotación y enajenación de las mujeres  se combina  con la explotación del trabajo asalariado y el pillaje de recursos, con la ruina de los campesinos y la destrucción de comunidades indígenas.


La Lucha de clases  de las mujeres explotadas ,enajenadas no es contra los hombres, sino contra el explotador y enajenante,perverso sistema capitalista salvaje.


Las luchas de las mujeres forman parte  de la lucha de clases, sin limitarse a eso, porque la opresión patriarcal  capitalista  es una de las bases del capitalismo salvaje y de su forma de explotación y enajenación: el neoliberalismo.  Las luchas ambientales forman parte de la lucha de clases, sin limitarse a eso,  porque  el apetitivo insaciable del capital salvaje  para consumir recursos es la inclinación de su dependencia del trabajo vivo que, por una parte, transforma esos recursos  en valor, y por otra, reproduce en el ámbito doméstico, la fuerza de trabajo.


Las luchas campesinas y de los pueblos indígenas, forman parte de la lucha de clases, sin limitarse a eso, porque la bulimia capitalista implica la apropiación  de todos los recursos y la mercantilización de todas las relaciones y en consecuencia también la  masificación generalizada.


Nuestro ecosocialismo es por lo tanto, no únicamente alianza anti productiva de lo social y lo ambiental, es decir, alianza social obrera-campesina-pueblos indígenas, sino que también tiene en cuenta el feminismo en lo social y lo ambiental.  Es decir, eco feminismo socialista. Esta visión es la base de nuestra estrategia


Ecosocialista de convergencia  de las luchas. Concluyo que  quien no entiende  que el hombre y la mujer  son igualmente explotados y enajenados por el capitalismo salvaje, es un enajenado que no entiende nada.


John Bellamy Foster  estima que hay una “ecología de Marx”. Su libro en este aspecto es claro  y pone el reloj en hora  respecto al pretendido  productivismo marxista. Pero rechazamos la apología.  “La ecología de Marx”, en nuestra opinión, es una obra inacabada. Nuestro ecosocialismo comporta rematar  la construcción, superando los límites y, acaso, las contradicciones. Esta visión sin anteojeras es indispensable para considerar las nuevas cuestiones  como los “derechos  de la Madre Tierra”, el sufrimiento animal, etc.


8.- Es una ilusión creer que un modo de producción basado en la apropiación del cuerpo de las mujeres  y en la explotación de la fuerza de trabajo humana como recurso natural ,podría engendrar  en la mayoría de la población una conciencia social respetuosa con los recursos naturales y con la naturaleza en general.



En un sistema  de producción capitalista salvaje  generalizado de mercancías, es decir, de “cosificación” generalizada.



 La ideología dominante  frente a la “ madre naturaleza”  forzosamente es una ideología del mercado, que considera el entorno como una reserva de recursos gratuitos. Las luchas ecológicas  deben acompañarse y acompasarse con las económicas y feministas, para transformarse en fuerza social de transformación del orden existente, las cuestiones del trabajo, de la producción, de la reproducción y del desarrollo están  en el centro de nuestro ecosocialismo. La naturaleza del Homo sapiens es producir socialmente su existencia mediante la expresión del trabajo, relación ineludible entre humanidad y naturaleza.


Pero, para los epígonos del capitalismo salvaje ,la naturaleza humana  sólo existe en concreto  mediante sus formas históricas, que impone el capitalismo salvaje a través  de su forma de regir a sus países satélites: el neoliberalismo. La respuesta  a la “crisis ecológica” no consiste en salir del trabajo embrutecedor,  del subdesarrollo, en “salir del consumo”, en salir del “crecimiento”, etc., que son abstracciones  ahistóricas. Consiste  en salir del trabajo  embrutecedor, abstracto productor de valor, por tanto salir del modo de desarrollo capitalista salvaje centrado en el crecimiento del beneficio y el modo de distribución/ consumo  que de él se deriva.


9.- Rechazamos la idea  de que la madre naturaleza sufre a la humanidad  como una enfermedad.  Comparto la  reflexión profunda del maestro  de la Patria Continente América Latina y el Caribe  Eduardo Galeano que afirmó que “ la Madre naturaleza y los derechos del ser humano  son dos palabras  y una sola dignidad”.


La humanidad  forma parte de la naturaleza que transforma. Otras especies han transformado  la naturaleza en profundidad. Pero la transformación del homo sapiens es distinta:  lejos de ser “natural”, está determinada históricamente por las relaciones sociales de producción.  Así, no hay” capacidad de carga de carga” específica de la especie humana.  En función de la productividad del trabajo,  la “capacidad de carga” humana ha variado, por ejemplo, desde 8 humanos/km2, para la  agricultura de “tala y quema “: 25 humanos/km2 para los primeros agricultores sedentarios, 100 humanos/km2 en la agricultura de regadío  del antiguo Egipto.


Por otro lado,  la historia presenta varios casos  en que el progreso de la productividad del trabajo ha sido ecológicamente positiva (por ejemplo la Europa Occidental el descubrimiento del papel de las leguminosas como “abono verde” ha frenado la  deforestación). Actualmente, las tecnologías energéticas renovables suponen un progreso de la productividad cuya extensión generalizada  se impone de manera urgente  para evitar el cambio  climático hacia “un planeta invernadero”.  Pero en el marco capitalista salvaje productivista y “adorador del crecimiento”, tales tecnologías se añaden  a las energías fósiles  en vez de reemplazarlas y, se despliegan al servicio del beneficio. Razón por la que no detienen  la destrucción medioambiental.


Así se ve bien,  que el problema no es el progreso general, sino lo que Michel Lowy  llama el “progreso destructivo” del modo capitalista salvaje de producción.  Ese “progreso”  produce bajo nuestros ojos  y cada vez más rápido una naturaleza transformada y empobrecida. Está a punto de destruir millones de formas de vida, amenaza la existencia  de cientos de millones de pobres, crea el riesgo de una caída de la humanidad en la barbarie, e incluso podría, eventualmente, a fin de cuentas, amenazar  a la especie humana en su conjunto. 



 



10.- La “auténtica madre naturaleza” virgen no existe.! El  mercanchifle victimario  capitalista  salvaje  depredador la destruyó¡



Aquellos que piensan que la “auténtica naturaleza es la naturaleza del Homo sapiens”, no tienen  ninguna solución  para la “crisis” sistemática. Su única alternativa lógica consistiría en desear  la desaparición de los humanos ( en tal caso que nos muestre el ejemplo¡). .. Frente a  estas concepciones misántropas, la cosmogonía de los Pueblos Indígenas ( La Madre Tierra) constituye una fuente de inspiración.  Pero no nos equivoquemos: esta cosmogonía no implica “defender los bienes comunes” que lo serían por naturaleza. En efecto, esta noción de los bienes comunes implica en cambio que ciertos bienes no serían, naturalmente, comunes. Muy al contrario, se trata de afirmar la legitimidad de un proceso de construcción social Del Común.



Ese proceso de definición democrática de lo que queremos  instituir  como común, no está limitado a priori por ninguna naturaleza de las cosas.  Una sociedad ecomarxista / socialista –comunista sin clase-,  recuerda en ciertos aspectos  a las llamadas “sociedades  primitivas”. Ella instituiría lo común. Sin embargo , será muy diferente, visto el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas. Esta sociedad elaborará  un concepto de las relaciones humanidad- madre naturaleza que probablemente recordará en ciertos  aspectos  a la de los pueblos indígenas, pero también será diferente. Un concepto en el cual las nociones  éticas de precaución, de respeto y de responsabilidad, así como maravillarse  ante la belleza del mundo, se nutrirán permanentemente de la aprehensión científica  a la vez más sutil y al mismo tiempo claramente incompleta.  Pues a mayor progreso de la ciencia, más crece la conciencia  de lo que no se explica…



Por Ing. Daniel Tanuro, ingeniero agrícola/ecologista y activista socialista valón, es dirigente de la LCR-SAP del Reino de Bélgica

No hay comentarios:

Publicar un comentario