(12 de Octubre de 1492)
Universidades
agonizando no porque falte presupuesto si no porque sobran ladrones: La educación para la oligarquía
empresarial es un bien de consumo, por y para el lucro.
Por
Dr. Manuel Humberto Restrepo Domínguez.
Prolegómenos: Para
el General Libertador Simón Bolívar Palacios y Blanco: “Nos dominan más que por la ignorancia que por la fuerza”.
El
presidente de Chile, asesinado por la corrupta taifa castrense y la oligarquía empresarial
farisea sofofa, por orden del imperialismo yanqui, en su visita a la
Universidad del Norte Chile- desaparecida por la dictadura fascista cívico
militar-, una periodista le preguntó: “En un proceso revolucionario, qué es el
más primordial: ¿Lo económico o lo político?. El Prometeo del Pueblo Chileno le
contestó: ¡La educación!.
La conciencia, juzga, escoge, mueve, permite comprender el sentido de
las luchas, las resistencias, los compromisos con los derechos, con el respeto
a los otros y con el cumplimiento responsable ante la sociedad por cada actitud
tomada o acción ejecutada. Conciencia es el calificativo de la apoteósica
movilización universitaria del 10 de octubre de 2018, que luego de haber llenado
las plazas principales de las ciudades capitales e intermedias en todo el país
tendrá que cobrar cara su victoria.
La toma de Bogotá en defensa de la universidad pública, -desfinanciada
y puesta en riesgo por la inequitativa distribución de los recursos del Estado
y la intromisión de la clase política en la toma de decisiones- señaló el rumbo
de la lucha universitaria renovada y dispuesta a impedir que las Universidades
públicas dejen de existir. La movilización redescubrió que no se necesita ser
estudiante, profesor o trabajador de la universidad para entender que mientras
el pueblo sea mantenido en la ignorancia las elites tendrán asegurado su
presente y su futuro y los sectores populares su desgracia.
Los datos indican que el 60% de
los estudiantes de las universidades publicas pertenecen a los sectores
populares, que reciben ingresos familiares menores a dos salarios mínimos al
mes (aprox 500 dólares) y el 70% del profesorado tiene contratos precarios
inferiores a 10 meses y sometidos a rigurosos controles a sus actividades y sus
actuaciones para ser contratados otra vez. La nación colombiana permanece atada
a los compromisos del pacto social vigente, paga impuestos onerosos
cumplidamente, acata las leyes, responde a las convocatorias a elecciones, pero
el estado distribuye mal, privilegia asuntos como la guerra y el pago de
intereses de la deuda contraída con organismos y banca multilateral que se
quedan con cerca de la mitad del presupuesto nacional en detrimento de derechos
como salud, trabajo, agua, alimento y educación y esas mismas elites que mal
distribuyen despojan en corrupción de 40 billones y exoneran empresas
trasnacionales por más de 10 billones. Montos que si no fueran saqueados y se
diera una mejor distribución estatal no tendrían en problemas y carencias a
nadie y Colombia seria el país rico y en paz que todos sus habitantes anhelan
Está en riesgo el sistema universitario público compuesto hasta hoy
por 32 universidades públicas, 28 instituciones técnicas y tecnológicas y el
servicio nacional de aprendizaje (Sena), cuyo sostenimiento depende de los
recursos de la nación y de su autonomía y libertades de investigación y
catedra. La causa inmediata del riesgo es la desfinanciación con origen en los
incumplimientos del Estado para asignar los presupuestos adecuados para el
funcionamiento e inversión acordes al crecimiento desbordado pero necesario sin
garantías. Por tratarse de una situación de riesgo que pesa sobre un derecho
conquistado en luchas anteriores, corresponde al Estado poner las soluciones
inmediatas, como lo ha hecho en otras ocasiones, incluso por fuera de sus
obligaciones, salvando de las crisis a bancos o exportadores. Al partido de
gobierno (C.D) que controla la presidencia y el congreso le corresponde atender
el momento de crisis aunque su talante “retrogrado, sectario, divisionista y
destructivo” (Cecilia Orozco Tascon, el espectador.com 10/10/2018), provoque
desesperanza, sobretodo porque con arrogancia dictatorial, el presidente del
senado muy molesto en su primer acercamiento con los manifestantes mando a
callar a la representante estudiantil que explicaba la crisis en el senado y
con desprecio concedió “30 segundos para que acabe niña”, y el presidente del
gobierno con indiferencia adujo que “tenemos el presupuesto más alto que se
haya visto”.
La señal es que a los dos, no les importan los estudiantes, ni la
crisis de las universidades públicas que solo reciben el 10% del total de los
recursos asignados a la educación (de los que habla el presidente), y estos
incluyen una alta suma transferida al sector privado con programas como “ser
pilo paga” que además se beneficia de la capacidad de los mejores estudiantes
provenientes de los sectores populares, que en en la universidad pública se
formarían con recursos públicos 5 o más veces por debajo de lo que le cuesta al
país formarlos en la universidad privada, que los reclama suyos.
Las plazas llenas, sin el menor asomo de violencia, con una forma
organizativa renovada, creativa y convencida de la necesidad de que la
universidad es un bien público innegociable y la educación un derecho
irrenunciable, le notificaron al poder hegemónico, que hay inconformidad y
total disposición a mantener de manera indefinida, hasta cobrar cara su
victoria en las calles, para materializar mediante la justa lucha el derecho
que tienen los hijos de los sectores populares a asistir a la universidad
pública y contribuir con conocimiento, ciencia y cultura a forjar la riqueza y
el bienestar de la nación que aspira a vivir en paz, alejada de la guerra y las
humillaciones a las que son sometidos los pueblos que sobreviven en la
ignorancia y el olvido.
Las movilizaciones de hace 100 años en Córdoba y hace 50 en Berlín, Paris Y México, le sirven de referencia a los
jóvenes entrados en rebeldía y a la sociedad que comprende la magnitud y
significado de este momento de protesta, para interconectar luchas transversales
contra las técnicas del poder hegemónico, al que no le interesa nada distinto a
lo que resulte benéfico para los suyos y sus negocios particulares a costa del
sacrificio de la nación entera. Queda claro en la conciencia que la educación
produce riqueza y la ignorancia destrucción, razón por la que las elites
aparezcan ajenas, indolentes.
La movilización tiene a los estudiantes en la vanguardia. Ellos tienen
la palabra y control de la hoja de ruta y también la posibilidad en sus propios
caumpus de hacer demostraciones de su capacidad para autogobernarse allí donde
sus autoridades, por incapacidad o indiferencia producen desgobierno. El
profesorado, trabajadores, organizaciones sociales, indígenas, campesinos e
incluso buena parte de directivos acompañan esta lucha acompañan la justa lucha
con la claridad de que es ahora o nuca que las universidades se salvan o
empiezan su agónica muerte, como lo demostraron con estudios, informes y
solicitudes en la Cámara de Representantes el día 10, que coincidiendo en
ratificar que “sí hay dinero disponible” para superar el riesgo. Los 500.000
millones ofrecidos por el gobierno, no solucionan nada y la manera de
distribución envía un mensaje de indiferencia al indicar que 55.000 millones
irán a la base presupuestal (promedio cercano a 1000 millones para universidad
de entre 20 y 30.000 estudiantes) y 223.000 millones para inversión cuando la
deuda histórica supera 15 billones. La suma ofrecida no responde a las demandas
y se puede interpretar más bien como una pieza táctica del engranaje de
falsedades y engaños para debilitar, dividir y crear fisuras en la unidad de
lucha.
Quedó al descubierto que sí
existen recursos ordinarios disponibles y no apropiarlos viola la ley. Se dijo
por ejemplo que la reforma tributaria ya contempló estos recursos, pero además
que hay otras fuentes posibles como los recaudos adicionales por aumento en los
precios del petróleo que por cada dólar dejan 350.000 millones. En síntesis
como muchos dijeron no se necesita ser estudiante, docente o trabajador de la
universidad para entender que la educación produce más riqueza y bienestar que
la ignorancia. Y que no falta
presupuesto si no que sobran ladrones incrustados en el poder hegemónico.
PS: Lo subrayado es nuestro
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