Perfiles para un Socialismo.
“Cada vez surgen más
cristianos convencidos de que, si realmente queremos materializar la
fraternidad predicada por cristo, el maestro de Galilea, tienen en el
socialismo la oportunidad tan ansiada durante siglos. Si es cierto que Cristo vive
en cada pobre, y agoniza cada minuto que pasa en la opresión y la miseria, los
cristianos estarán liberando a Cristo por el mismo camino que el Pueblo busca
liberarse a sí mismo”
Dr. Salvador Allende Gossens, Presidente de Chile. Universidad del Norte /
Chile, Sede Antofagasta, 2 de Octubre de 1972. (desaparecida por la dictadura
fascista cívico militar).
Desde el derrumbe de los
llamados socialismos reales se piensa que el capitalismo es la única opción
política económica que existe para gobernar a los pueblos, para regir sus
destinos. Fuera del capitalismo no existe nada más. Y obviamente los
interesados en la mantención de este sistema político económico son los que con
mayor intensidad propalan esto como si fuera un dogma. Asimismo se encargan de
difundir los defectos de los otros
sistemas planteando que son regímenes de esclavitud, de opresión, que reniegan
de Dios, que son ateos, etc. Y tienen a sus servicios un verdadero imperio de
medios de comunicación para difundir los ataques a cualquiera idea o propuesta
de nueva sociedad que pueda afectar sus ganancias, sus utilidades. Si es necesario
usan todo su poder para derrocar cualquier régimen que pueda tocar sus
intereses. Así ha ocurrido en Chile hace pocos años. Cabe hacer notar que uno
de los más socorridos argumentos que emplearon antes del Golpe de Estado de
1973 fue que el gobierno del Dr. Salvador Allende Gossens era una dictadura,
que la libertad estaba en grave riesgo, que el totalitarismo amenazaba a Chile.
En verdad los partidarios del
capitalismo y golpistas luchaban por su
libertad. Pero una libertad muy especial ya que ellos entendían y entienden por
libertad aquella que les permite acumular las riquezas en pocas manos, que les
permite vivir gozando de todos los bienes en propio beneficio mientras la gran
mayoría viva en la pobreza y en muchos casos en la miseria. Esa es la libertad
que han protegido y que protegen. Y lamentablemente a través de los tiempos,
con algunas excepciones, la jerarquía de la Iglesia Católica ha avalado esta
situación.
Así entonces es una realidad que los
defensores y mantenedores del capitalismo basan su filosofía, si pudiéramos
llamarla así, en el egoísmo, en el individualismo, en el lucro, en la usura.
Para ellos el amor al prójimo no existe y no lo conciben en la realidad. La
suerte de los que también viven en el país les tiene sin cuidado aunque vivan
en condiciones miserables y en algunas veces, ligeramente mejor que los
animales. Y para resguardarse de éstos han creado fuerzas militares y policiales adiestradas para mantener este orden que les
beneficia. Y el adiestramiento incluye llegar a matar si fuere preciso. Es lo
que ellos llaman democracia, y es lo que rige en Chile. Claro, hablan de
democracia por cuanto cada 4 años llaman a la ciudadanía a votar para elegir un
Presidente de la República y a los integrantes del Congreso, pero siempre bajo
un orden político económico que jamás cambia y que jamás cambiará, y ese orden
consiste en que la riqueza y el disfrute de los bienes siempre estará en pocas manos, que son las de ellos, y jamás en las del pueblo. Los pobres nunca podrán disfrutar
de la prosperidad y de los beneficios de la riqueza. Esto es lo que denominan
una injusta distribución de la riqueza, que en verdad ni siquiera se puede
hablar que pueda existir algo de distribución de ella. Pero el pueblo es muy fácil de convencer o engañar y así
dentro del sistema ideado llamado democracia se encuentran las elecciones a las cuales
llaman a votar cada cierto tiempo y de esta manera la ciudadanía queda convencida que por el solo hecho que se
les permita votar es que viven en una
democracia. No se percatan de la mentira. Con su concurrencia a votar no hacen
otra cosa que mantener un sistema injusto, no hacen otra cosa que ir contra sus
propios derechos, pero todo indica que no existe mucha conciencia de ello. Pero
de eso se trata, que no exista conciencia del engaño por cuanto así la minoría
podrá vivir eternamente en la opulencia, en la riqueza y la mayoría lo hará en
la pobreza, en la opresión, y todo esto ratificado por el pueblo que no percibe
la mentira. Entonces el pueblo solo se hace necesario cuando es llamado a
votar, lo que le hace pensar a éste que
es realmente considerado para regir los destinos del país, que vive en una
democracia cuando cumple con “su deber cívico “ de concurrir a las urnas, y
concluido el proceso eleccionario manifiestan algunos su alegría por cuanto
ganaron , sin darse cuenta que el llamado a votar y las elecciones es el
anzuelo para hacerles creer que ellos son parte del gobierno del país, que han
influido con su participación en los destinos del mismo sin percatarse que todo
ya está definido , que todo en lo esencial se mantendrá igual : Una minoría
dueña de la riqueza y poder y una gran mayoría que sobrevive y que mantiene a
la primera. No perciben que han sido utilizados para “legitimizar” la realidad
política económica que favorece a los poderosos. Si después la ciudadanía
pretende luchar por sus derechos, por la justicia, la autoridad les dirá que
estamos en una democracia, que ellos han concurrido a votar no solo por los
candidatos sino que también implícitamente por el orden establecido, lo que
hace que hayan aceptado esta realidad.
Tenemos
entonces un sistema político económico de esclavitud, lo que no es exageración.
Sin ahondar mucho en este aspecto, y para fundar esta afirmación, cabe
preguntarse si el trabajador que percibe un salario equivalente a un ingreso
mínimo puede, al igual que los dueños de la riqueza, dar educación, atención de
salud, de vestuario, de vivienda con tal ingreso. En verdad no puede. Y si no
puede es que no existe la igualdad. Y si no tiene igualdad no tiene libertad, y
si no tiene libertad lo que tiene es otra cosa y esa otra cosa es la
esclavitud.
Y de esta
“democracia” profitan partidos que se autodenominan de muchas formas, y también
como demócratas cristianos, usurpando
este último término a lo cual no tienen derecho. Sus integrantes impulsan,
defienden y mantienen esta “democracia”, como si el egoísmo, el lucro, el
individualismo, la codicia, el culto al dinero fueren “virtudes cristianas “.
Sabemos que no. Y ellos también lo saben, pero comulgan dominicalmente con una
expresión en sus rostros de profunda beatitud, sus ojos entornados parecen
indicar una piedad infinita. Pero al día siguiente sus ojos se asemejan a los
que tienen los lobos cuando se acercan a
una oveja. No puede quedar en el olvido qué partido fue determinante para que los
militares dieran el Golpe de Estado de 1973, con todos sus horrores.
Así
entonces podemos concluir, sin riesgo a equivocaciones, que los que así piensan
y gobiernan y se confiesan cristianos no
son en absoluto fieles y consecuentes con los postulados del Cristianismo.
Dicen ser una cosa pero en la realidad, en el día a día, son lo opuesto a lo
que dicen ser.
Prosiguiendo, lamentablemente
una parte importante de la Jerarquía de la Iglesia Católica acepta esta
realidad y la defiende a ultranza aún contra su propio ministerio, lo que es
bastante grave por su inconsecuencia por
cuanto el capitalismo es un sistema político económico ideado por hombres que
usan al ser humano como un medio para obtener un fin que no es otro que la
riqueza y poder: “El fin justifica los medios”. El culto al dinero es lo central
en este sistema político económico. Es el dios de los mercaderes y la jerarquía
de nuestra iglesia católica, en parte importante, lo acepta y calla. El ser
humano es un medio desechable/descartable, como lo es también el medio
ambiente, la naturaleza, la ecología. El efecto invernadero es una consecuencia
clara y directa de la voracidad de los hombres que han sustentado y sustentan
el capitalismo. Entonces es evidente que el pensamiento capitalista, el sistema
capitalista en sí es enemigo del hombre, de sus derechos humanos, es enemigo de
la naturaleza y los destruye a ambos. Es urgente entonces efectuar cambios
radicales y profundos que van desde la sustitución del capitalismo por otro
sistema que no destruya al ser humano y al medio ambiente, como también se hace
necesario un cambio de mentalidad, de valores en las personas acostumbradas a
los vicios del capitalismo, en suma debe producirse un cambio valórico en
ellas, cosa que sabemos que no es algo rápido, pero perfectamente posible.
Pero como se
dice más arriba se ha promovido que no existe otro sistema político económico
que el capitalismo, pero ello no es así, como se pasa a demostrar.
SOCIALISMO COMUNITARIO.
Existe otro
sistema político económico que se basa en el respeto de los Derechos Humanos. Lentamente
se ha ido tomando conciencia de ellos, y en esto tiene mucho que ver Raúl
Cardenal Silva Henríquez, el que enarbolando la defensa de tales derechos, creó la Vicaría de
la Solidaridad.
Previo a proseguir es necesario reiterar algo que es sabido y
ese algo es que no todas las personas
son creyentes, no todas creen en Dios dado que existen también el ateísmo y
el agnosticismo, sin perjuicio de los que son indiferentes.
Así entonces respetando a
aquellos que no creen pero sin que esto implique una debilidad o un no querer
plantearse por un mal entendido respeto a otras posiciones en esta materia, es
una realidad que para el católico los Derechos Humanos son los Derechos de
Dios.
Para los no creyentes estos son los derechos del hombre, son principios o
valores históricos sin vinculación con Dios al cual no reconocen.
Continuando y entrando ya en materia cabe hacer presente que en la historia de la humanidad se han
conocido solo dos principios económicos rectores de los sistemas políticos
económicos: El uno que se basa en dar a cada uno según sus posibilidades.
El otro que se basa en dar
a cada uno según sus necesidades.
El primero es el elemento
esencial del capitalismo, es la raíz del mismo, es el individualismo, el
egoísmo, es la negación del amor al prójimo, y en el fondo, de Dios.
El segundo, a cada cual según
sus necesidades, es esencialmente cristiano, católico, y el que lo dude y no
crea, que busque en Hechos de los Apóstoles, 2, 42-47 : “Todos los creyentes vivían unidos
y compartían todo cuanto tenían. Vendían sus bienes y propiedades y se
lo repartían de acuerdo a lo que cada uno de ellos necesitaba”. En efecto,
allí encontramos la Primera Comunidad de los cristianos, de los católicos, los
que vendían cuanto tenían y lo colocaban al servicio de todos los integrantes
de tal comunidad y lo entregaban a cada
cual según sus necesidades. Se comprueba que no existía la propiedad privada o
individual sobre los bienes importantes
de los cuales depende finalmente el sustento de sus integrantes, de toda la
Comunidad, los que ahora se denominan bienes de capital. No existía lo mío.
Existía lo nuestro, lo común, lo de todos.
Dirán
que dar a cual según sus necesidades es
una utopía, que no es posible su existencia en la realidad. Quien lo piense así
no es católico. Ahora bien lo importante de esto es el principio rector ya
referido, el que es perfectamente aplicable en un nuevo sistema económico
político. No se trata de una copia de la Primera Comunidad, pero el principio
citado bien puede ser la inspiración de todo un nuevo proceso económico que dice
relación fundamentalmente con la recta y justa distribución de la riqueza. Y
este principio económico a cada cual según sus necesidades existe, como ya se
ha dicho, y es nuestro, es católico.
A través del tiempo ha
existido el propósito de hacer aparecer este principio como propio del Marxismo, como propio de él,
pero en verdad que está en la Biblia muchos siglos antes que Carlos Marx
naciera.
Ahora bien y ya que estamos en esto, y en
relación a la lucha de clases que el marxismo plantea como motor de la historia
que esta se desarrolla mediante la lucha
entre ellas y así avanza el ser humano a través de los tiempos, se estima que ello no es así, como se pasa a demostrar.
Que es efectivo que
existe una clase minoritaria y dominante dueña de la riqueza y poder y que
oprime al pueblo y que es la clase dominada, pero éste pueblo lucha contra los opresores no como una simple
lucha de clases que los divide en opresores y oprimidos, no como un bloque sin
mayor contenido que pertenecer a una clase explotada sino que lo hace por algo que va mucho más
lejos, lo hace para luchar por sus
derechos humanos a la vida, a la libertad, a la Justicia, a un sueldo o salario
digno, por su derecho a la salud, a la educación, al trabajo digno, a la
vivienda digna, etc. En consecuencias el
motor de la historia lo constituye la lucha del pueblo por sus derechos humanos, que son los derechos de Dios, pudiendo
concluirse que esta lucha es una búsqueda y encuentro con Dios. Prosiguiendo el
pueblo en esta lucha a través de la
historia enfrenta a sus opresores
algunas veces con las armas en la mano, otras solo con los puños, de tal manera
que logra, con mucho dolor y sufrimiento, avanzar un poco que sea en la
obtención y respeto por sus derechos y su dignidad. En la historia hay muchos
ejemplos que avalan lo que se plantea. Por citar algunos casos la Revolución Francesa,
que marcó un gran hito en la historia del ser humano, la ciudadanía se levantó
en contra del yugo de la monarquía, de la desigualdad, de la injusticia, por el
derecho a comer, a vivir con dignidad, y tanto más, y triunfó. Luchó por sus
derechos humanos. Quizá no se obtuvo una liberación absoluta, pero el resultado
obtenido fue grande para la época.
Pero no es necesario ir
tan lejos en el espacio y en el tiempo. Hablemos de Chile. Cuando los poderosos
dueños de la riqueza dieron el Golpe de Estado en el año 1973 y sumieron al
pueblo en el asesinato, en la tortura, el pueblo en un primer momento se
replegó para salvar sus vidas y de este modo evitar ser afectado por la represión. Pero más
adelante el pueblo empezó a avanzar protestando
y defendiéndose y de este modo
comenzó la lucha por la vida, por la libertad,
por sueldos y salarios dignos, por la justicia, o sea inició la defensa
de sus Derechos Humanos y eso no paró hasta que puso en jaque a los dueños de
la riqueza, a los poderosos, y a sus sirvientes, siendo el primero de ellos
Augusto Pinochet Ugarte. El Pueblo luchó por sus derechos humanos y
pudo haber llegado mucho más lejos en su lucha libertaria, pero fue traicionado
por el Arzobispo Fresno, la antítesis del Cardenal Raúl Silva Henríquez, y por
los que decían representar al Pueblo, Patricio Aylwin Azocar, Ricardo Lagos
Escobar, y todos aquellos que conformaron la Concertación, ahora la nueva
mayoría. Tranzaron a espaldas de la ciudadanía, le mintieron, se burlaron de los
caídos y de tanto sufrimiento del pueblo, y así tomaron el poder y continúan en
el nadando ahora en la corrupción y en
la mentira.
Pero
pese a que el triunfo total se truncó por lo que se ha dicho, la lucha del
pueblo por sus derechos humanos lo hizo
avanzar en la historia de este país. Y su lucha por los derechos humanos va a
continuar en un plazo no largo hasta expulsar del poder a los que lo
traicionaron, a los que lo explotan y oprimen. Y se movilizarán por sus
derechos humanos, lucha que constituye
el motor de la historia de la persona humana y que los hará avanzar hasta su liberación
total.
Sin ningún ánimo de
incurrir en fundamentalismos sino que
plantear con absoluto derecho algo propio de nuestra fe y sin temores ni
complejos, se dijo precedentemente que los Derechos Humano son los derechos de
Dios, y ello es así.
AMAR AL PRÓGIMO
En efecto, podemos constatar que el
mandamiento de amar al prójimo pasa por
respetar los derechos de éste. Entre éstos y por citar algunos tenemos los
derechos al trabajo, a un sueldo digno, a la salud, a la vivienda, a la
recreación, a la educación, a la vida digna, a la Justicia, etc.
Y así miente quien dice que ama a Dios y no
ama a su prójimo. Y no ama a su prójimo el que viola los derechos humanos, el que
no los respeta, el que paga un sueldo indigno, el que le niega el derecho a la
salud, a la educación, a la vivienda digna, etc., y en consecuencias no aman a
Dios.
Podemos constatar lo mismo en
relación a las Bienaventuranzas. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de
justicia. La Justicia es un derecho humano irrenunciable. Tuve hambre y me
distes de comer. Apreciamos acá el derecho humano a alimentarse, etc.
EL ESTADO SOCIALISTA COMUNITARIO.
Planteada ya las bases del presente proyecto de socialismo comunitario,
es del caso ahora trazar a grandes rasgos lo que se propone como un Estado
Socialista Comunitario.
En
primer término cabe decir que la presencia del Estado es vital para la protección
de la ciudadanía y sus Derechos Humanos.
Es un hecho real y largamente
acreditado que los sectores que acumulan en sí la riqueza y poder no les
conviene la existencia del Estado. Son muy amigos, eso sí, del Estado
Subsidiario, de un Estado que no estorbe la acumulación de la riqueza en pocas
familias, en pocas personas, lo que les da también el poder.
En síntesis está probado que la
ausencia del Estado o un Estado débil deja al pueblo a merced de la minoría dueña
del poder económico, naciendo así la explotación del hombre por el hombre. Ejemplo de esto son las A.F.P., las Isapres,
los Bancos y su usura. De todo hacen un negocio y vemos
que aparece la muerte, el crimen disfrazado de falta de atención médica o de
salud, lo que constituye un delito encubierto, el ser humano trabajador no existe, pero si existe el trabajador desechable. Un Estado débil condena al pueblo a la explotación, a la esclavitud porque es de la esencia del
capitalismo crear la desigualdad en todos los planos. Ahora si no existe la igualdad, no hay libertad y si
no hay libertad existe la esclavitud. En suma el sistema capitalista
que necesita un Estado débil o
inexistente para lograr sus fines violatorio de los Derechos Humanos. En
conclusión el capitalismo y el sistema económico neo liberal es un sistema político económico inmoral.
Como lógica conclusión se aprecia que se hace necesario para el bienestar del hombre
y el respeto de sus derechos humanos un Estado fuerte pero no totalitario, un
Estado fuerte en el respeto de los derechos humanos del pueblo, un Estado
fuerte en la defensa de las personas en el intento de otros en explotarlos, de
esclavizarlos.
Indudablemente también que se está
planteando la construcción de una nueva sociedad, de una sociedad distinta, de
una sociedad humana donde el centro de ella sea la persona humana y sus
Derechos Humanos y no el dinero, el lucro.
LA PROPIEDAD PRIVADA
Así entonces teniendo este norte, se
plantea que no constituye un Derecho Humano la propiedad privada de los bienes
de producción, o sea que la gran industria , incluida en ella la extractiva, no puede estar en manos privadas, tampoco la
banca, la agrícola , las aguas, la minería, en suma toda aquella que genera la
riqueza de un país.
La propiedad privada de
los bienes de producción solo genera injusticias y desigualdades y termina
violando los Derechos Humanos del pueblo. Esta es la consecuencia de un sistema
económico que tiene como postulado máximo
dar “a cada cual según sus posibilidades”, lo que es la consumación del
egoísmo. Y se permiten llamar a esto “Democracia”.
Seguramente queda la pregunta dando vueltas entonces que pasa con la
propiedad de los bienes de producción,
quienes son sus dueños.
La propiedad de tales bienes es de todo el pueblo. Todo el pueblo es su dueño y
no unos pocos. Y todos se beneficiarán de ellos conforme sus necesidades,
conforme al espíritu de la primera Comunidad. Así entonces el dar a cual según
sus necesidades implica necesariamente una justa distribución de los ingresos,
y si esta existe, es cosa de algún tiempo la desaparición de la pobreza, de la
miseria. En consecuencias no se está planteando imposibles.
Prosiguiendo, la Comunidad
entrega al Estado la administración y explotación de los bienes comunes buscando satisfacer las necesidades de las
personas, de tal forma que la distribución de los ingresos sea equitativa y
justa, como ya se ha dicho, haciendo que la pobreza se diluya, que desaparezca, llegando de esta manera a la
igualdad y, por ende, a libertad. Tenemos entonces un Estado Comunitario y no empresario.
Se dirán entonces de dónde saldrá el
dinero, de dónde saldrán los recursos para echar a andar este sistema nuevo. Sus
detractores dirán que el financiamiento será imposible, que es una utopía*, que
es un sueño imposible de realizar.
Ello no es así. Cabe tener presente
que las Administradoras de los Fondos de Pensiones manejan recursos no
inferiores a ciento noventa mil millones de dólares, recursos que son de los
afiliados, es decir, de millones de chilenos, que ahora benefician a pocas
familias que reciben sus utilidades. Si las inversiones que los administradores
efectúan arrojan pérdidas, éstas son
absorbidas por los afiliados y nunca por los que reciben los beneficios. Es un
negocio redondamente inmoral.
Ahora estos recursos los administrará
el Estado fundamentalmente en la industrialización del país, en la educación,
en la salud, etc. dejando un fondo suficiente para responder a los retiros de
los afiliados pagándoles pensiones dignas y justas.
A lo anterior cabe agregar que la
gran minería será solo de los chilenos y así los beneficios o ingresos que
produce el cobre serán destinados al mismo objeto, a satisfacer las necesidades
de la ciudadanía. También se agrega a esto el recurso mineral de ahora y del
futuro, que es el litio, el que pasará a reemplazar al cobre, mineral este
último que está demasiado explotado y su futuro no es largo en años.
Todo esto hará innecesario
endeudarse con el Banco Mundial y
cualquiera otra entidad crediticia mundial, lo que dará la independencia
al país en todos sus planos. Nadie podrá afectar su soberanía ya sea en su
política interna como en la externa.
A su vez como la economía bien
estudiada y planificada dará frutos buenos tanto internos como en el comercio
exterior, lo que hará que los recursos tendrán que aumentar.
Pero todo esto no es lo único a
llevar a cabo, y para que pueda culminar satisfactoriamente el crecimiento
económico, en forma paralela deberá llevarse a cabo una profunda reforma
educacional, con cambios radicales en sus programas y objetivos en el sentido
que se destierren los antivalores de los mercaderes como el lucro, el
consumismo, culto al dinero, etc., y se incentiven realmente los valores de la
persona humana, de sus derechos humanos y también de sus deberes. Desde la
infancia las personas deberán tener
conciencia tanto de su propia dignidad
como la de su prójimo, y tener conciencia de la solidaridad y su pleno rechazo al egoísmo. En suma una
educación fundada en los Derechos Humanos,
en el conocimiento y la difusión de la cultura en todos sus planos.
Con esperanza y
memoria que estas líneas puedan servir de utilidad en la lucha liberadora del Pueblo
Chileno.
ALEJANDRO GUZMÁN
BARBÉ
Abogado de Derechos Humanos.
guzmanbarbe@hotmail.com
Santiago, 17 de Enero de 2018.
PS: Lo subrayado es nuestro.
CC: Dra. Teresinka Pereira / IWA, Presidenta
Asociación Internacional de Escritores de los Estados Unidos.
-
PEN CLUB / USA.
-
Consejo
de Transparencia, Presidencia de la República de Chile.
-
Prof.
Ing. Víctor Pey Casado, Propietario Diario “El Clarín” de Chile.
-
Fundación
CESAL e.V, Berlín, Alemania.
-
Fundación
HEINRICH BÖLL, Berlín, Alemania.
-
R.P
Superior General P. Arturo Sosa SJ., Roma, Italia.
-
Padre
Eugenio Pizarro Poblete, Santiago, Chile.
-
Padre
Mariano Puga / Pastoral Juvenil, Valparaíso, Chile.
-
R.P.
Santiago Silva Retamales, Presidente de la Conferencia Episcopal, Santiago,
Chile.
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