Señora Prof. Dra. Teresinka Pereira / IWA CERTIFICADA
Presidenta Asociación Internacional de Escritores de Estados Unidos.
Toledo, OH 43635-2048/ Estados Unidos / USA
P.O. BOX 352048
Asunto: Ensayo, los orígenes de la poetisa Gabriela Mistral, primer
premio nobel de literatura de América Latina. Autor: Escritor Luis Aguilera
Gonzales.
Estimada amiga Dra. Teresinka Pereira:
En el marco de la confusión
universal reinante en nuestro desgraciado planeta, por causa de la
Globalización del capitalismo salvaje / Nuevo Orden Mundial, las piedras guías
de Georgia / USA, cuando los pueblos no terminan de recobrarse espiritualmente
de los horrores de la última maldita guerra, que ha dejado en ellos, un trauma
moral indeleble, ya están nerviosos/ preocupados, por la perspectiva de una
conflagración de los fabricantes y traficantes de armas del Nuevo Orden Mundial,
las piedras guías de Georgia: “Para
quienes, el fin justifica los medios…”
Dra. Teresinka Pereira / Presidenta IWA
Cada Nación, tiene su propio
sello, su estilo característico, distintivo. Cuando carece de una educación/
sujeto y un arte verdaderamente propios, es que todavía no ha logrado ser una
Nación, una personalidad histórica. Latinoamérica es una realidad colosal, y
sin embargo carece de una cultura propia. Hasta ahora la oligarquía empresarial
y su testaferra la clase politicastra burguesa, se han manejado de prestado, a
causa de su servilismo ancestral con el capital buitre foráneo. Prefieren andar
con muleta, creyendo que lo que es bueno en el capitalismo salvaje
desarrollado, tiene que serlo para los países subdesarrollados. América latina
ha tenido y tiene grandes artistas creadores, pero, los mercaderes de la
educación y la cultura, exportan de la vieja Europa y de los países
desarrollados, en general, un arte, una educación manoseados por viles
empresarios para quienes estos son bienes de consumo por y para el lucro.
Estimada y admirada amiga Teresinka,
el mundo más temprano que tarde, conocerá el estilo de nuestros disgregados
pueblos, por causa de la incomunicación imperialista, por la lucha de creadores
como la profesora Gabriela Mistral, el escritor Miguel Ángel Asturias, el poeta
Vicente Huidobro Fernández, el poeta Pablo Neruda, el escritor Gabriel García Márquez,
y hoy usted, la Dra. Teresinka Pereira / IWA. Para usted, nuestra admirada poetisa de la Patria
Continente América Latina y el
Caribe, es vital para su lucha por la
unidad de los Pueblos Latinoamericanos, facilitar el proceso cultural y
consecuentemente apoyar la obra de sus artistas creadores para hacer lo que
debe hacer, darnos una educación / sujeto y una cultura prioritaria y no una factoría de
los dueños del patio trasero, el imperialismo yanqui tan maldito, perverso,
degenerado como estúpido. Esta posibilidad histórica merece convertirse en
ideal común, pues, son comunes a todos los Pueblos dignos, las ideas de
progreso y los peligros de vasallaje. Hora es de repetir que, si no llegara a
cumplirse tal destino, será inevitable su colonización por el inhumano, inmoral
y perverso imperialismo yanqui globalizado que desde décadas los acecha.
En el marco de estas reflexiones, le hago
llegar a usted el excelente ensayo del escritor Luis Aguilera Gonzales, sobre
los orígenes de la poetisa Gabriela Mistral, Primer Premio Nobel de Literatura
de Latinoamérica: La divina maestra, Gabriela Mistral, como ha sido reconocida
en el mundo entero. En su Patria, la oligarquía empresarial sofofa y su
testaferra la clase politicastra burguesa han tratado de destruir la
maravillosa obra de la profesora Gabriela Mistral sin éxito. Ante este fracaso,
miserablemente han tratado y tratan de frivolizarla. Por su defensa de los Pueblos indígenas, de los marginados y de
haberse muy joven definido como una luchadora socialista, de un socialismo chileno y latinoamericano, que se
gana el pan con el sudor de la frente”. Más aún, en la Universidad Nacional
de Uruguay en su conferencia, la profesora Mistral señalaba contestando una
pregunta de los asistentes sobre su lucha por el socialismo que “la unión de la Clase Trabajadora entre los
trabajadores manuales e intelectuales es uno de los medios más seguro y
necesario para lograr la felicidad de la Patria”.
Como colofón, espero que usted comparta la opinión de que el ensayo
adjunto es un excelente trabajo literario, digno de traducirse y difundirse, no
sólo en la IWA, sino también entre los
amigos de PEN CLUB/USA. No me queda duda, que una presentación y traducción
suya, del excelente trabajo del escritor Aguilera González, será muy bien
recibido, en las universidades y en todos los centros culturales del mundo
entero. Esta petición también se la estoy haciendo a mis queridos amigos y
colegas de la Universidad de Lomosov/ Rusia, de Crakovia/ Polonia, de Italia,
de Alemania: Universidad de Humboldt, Fundación CESAL e.v, Francia, etc. que
cada día difunden la magnífica obra de Gabriela Mistral, Primer Premio Nobel de
nuestro continente América Latina y el Caribe. Termino
esta carta con una maravillosa reflexión de la divina maestra Gabriela Mistral:
“Ni el
escritor ni el artista, ni el sabio, ni el estudiante pueden cumplir su misión
de ensanchar la frontera del espíritu, si sobre ellos pesan las Fuerzas Armas
de un Estado Gendarme que pretende dirigirles. El trabajador manual y el
trabajador intelectual, no pueden permanecer indiferentes a la suerte del
Pueblo Chileno y al derecho que éste tiene de expresar sus anhelos. América
Latina en su historia no representa sino la lucha pasada y presente de un mundo
que busca en la libertad el triunfo del espíritu". "(...)Nuestro
siglo no puede rebajarse de la libertad a la servidumbre, se sirve mejor al
indígena, al campesino, al trabajador, a la mujer, al niño y al estudiante,
enseñándoles a ser libre, porque se les respeta su dignidad"
Con cordiales saludos, haciendo votos por que
el año que ya se ha iniciado sea pleno de éxitos humanos y profesionales, me despido de usted.
Prof. Moreno Peralta / IWA
Secretario Ejecutivo ADDHEE.ONG
CC Las señaladas en la carta:
·
Prof. Ing. Víctor Pey Casado/ Propietario Diario
“El Clarín” de Chile
·
Señor Escritor Luis Aguilera Gonzáles, la
Serena, Chile.
PS: Lo subrayado es nuestro.
__________________________________________________________
Documento Adjunto :
Los Orígenes de la Poetisa Gabriela Mistral: Primer Premio Nobel
de Literatura de la Patria Continente América Latina y el Caribe. Por Luis E.
Aguilera González/ Escritor.
“Lo que el alma hace por su
cuerpo es lo que el artista hace por pueblo”.
Los escritores
chilenos tenemos una gigantesca deuda de honor y gratitud hacia el padre de
Gabriela Mistral o Lucila Godoy Alcayaga, Poeta Juan Jerónimo Godoy Villanueva,
profesor rural, investigador, traductor, poeta, payador, bohemio y errabundo.
Nuestra Gabriela
Mistral nos dice en uno de sus textos iniciales: “Mis recuerdos
pudieron ser amargos por la ausencia, pero están llenos de admiración por
muchas cosas suyas y de su ternura filial, que es profunda”.
Lo que indica que el
rencor jamás tuvo cabida en su alma. Ella siempre lo recordó en la lejanía.
La joven Lucila no le
reclama las cosas materiales que su padre, Jerónimo Godoy Villanueva no le pudo
dar, pero le reconoce una heredad profunda: “Revolviendo papeles
encontré unos versos suyos muy bonitos, que impresionan de manera muy viva mi
alma infantil. Esos versos de mi padre, los primeros que leí, despertaron mi
pasión poética”. El poema se
titula “Corazón” y está
dedicado al señor Antonio Thénoux B., con motivo de su cumpleaños. Escrito en
La Serena, el 13 de junio de 1889.
¿Qué nubes de topacio cruzaron por los cielos/ que
llenaron de encanto este feliz hogar?/ ¿Qué ninfa misteriosa, envuelta en
púberes velos/ derramando mil flores acaba de pasar?
¿Por qué tiembla de dicha tanta graciosa niña,/
modulando palabras de dicha y de placer?/ ¿Por qué siente mi triste y
abandonada lira/ arrancar de sus notas un cántico también?
¿Es que hay un tierno móvil, que nos impulsa tanto/ y
al que sin ser poesía le da inspiración,/ ese móvil lo siento que empieza con
tierno canto/ ¿Sabéis como lo llamo? Lo llamo corazón…
Perdona que te ofrezca en tu feliz cumpleaños/ un
corazón marchito, sin esperanza ya./ Corazón donde anidan pasados desengaños/ y
que hoy también se atreve venirte a saludar.
En tu jardín posees Ercilias y Matildes,/ Teresas y
Adelaidas y otra graciosa flor/ pero mi pobre lira te ofrece aquella humilde/
descolorida y seca, que llamo corazón.
Que vivas muchos años, mil siglos si es posible/ pero
la dicha más y de tu fiel hogar,/ que en escuadrones vengan ilusiones felices/
a prodigarte dicha, placer y bienestar.
Así es el estilo del
poeta Jerónimo Godoy Villanueva que
impresiona a Lucila.
En un día de
festividades patrias, de mucho calor Huascoaltino, de ese calor que hace
endulzar las uvas aún más, para transformarlo en ese exquisito “Pajarete”, vino
dulce, en el norte de chile; en esa creciente primavera nace Juan
Jerónimo Godoy Villanueva, en San Félix un 21 de Septiembre de 1856. Provenía
de una familia pequeña, modesta, muy religiosa. Sus padres Gregorio Godoy,
agricultor de los valles del Huasco, -fallece a los pocos años de haber nacido
Jerónimo- y su madre Isabel Villanueva -dueña de casa-, viven humildemente en
el villorrio de San Félix, al interior de Vallenar, pueblito imperceptible en los
mapas del país, aún hoy.
La señora Isabel
Villanueva, de ascendencia Argentina, al fallecer su esposo se traslada a la
ciudad de La Serena, con la íntima esperanza de guiar a sus hijos “por el buen
camino del Señor”; se radicará definitivamente allí hasta sus últimos días.
Esta permanencia en La Serena le permitirá a señora Isabel tener una estrecha
relación con Lucila Godoy, su nieta.
Los “Godoy-Villanueva”
eran una familia humilde, de sólidos principios cristianos. Isabel alza los
ojos al cielo prometiéndole a Dios consagrar a todos sus hijos al culto de Él.
Terminado el estudio básico de los niños se fueron a La Serena. Pronto Carmen
se convirtió en monja del buen Pastor. Zoila se hizo hermana de la Caridad.
Jerónimo estudiaba en el seminario, con la íntima finalidad de transformarse en
sacerdote. Al correr de los años se da cuenta que no era su vocación y se lo
comenta a la familia y a su madre; le atraía de sobre manera el apostolado de
la enseñanza, misión tan piadosa como el sacerdocio; así los sueños de su
madre, doña Isabel, se trizan cuando Jerónimo renuncia a sus objetivos
eclesiásticos y solamente recibe las Órdenes Menores. La señora Isabel se
desespera y no le perdona la falta que cometió su hijo, quien abandona el
hogar.
Después de varios
meses de vagabundeos por la ciudad logra un puesto de profesor rural en la
escuela Nº 10, en La Unión, hoy Pisco Elquí; Llega a ser muy querido por la
gente que lo rodeaba gracias a sus dotes artísticas. Juan Jerónimo amaba la
enseñanza rural, era su pasión, este anhelo provenía quizás de su origen,
entusiasmo por el campo, los pueblos pequeños de su Valle inolvidable del
Huasco. Esta pasión no lo abandonó durante toda su existencia.
En el año 1887 conoce
a Petronila Alcayaga, mujer de gran atractivo físico. Sus padres eran Lucila
Roja y Francisco Alcayaga, llegados directamente de España con el Título del
Rey que les concedía el Valle de Peralillos. Familia de abundante descendencia
en todo el valle de Elqui. Petronila era viuda y con una hija de 14 años,
(Emelina), bastante conocida en el pueblo de La Unión (hoy Pisco Elqui), por lo
cual Jerónimo no tuvo dificultad para saber sobre ella. La voz de ella
enloquecía a Jerónimo por lo que hicieron un dúo.
Al conocerla, Jerónimo
Godoy tenía treinta y un años; ella trasponía el umbral de los cuarenta y dos;
era una mujer con excelentes cualidades artesanales; tejía, cosía,
bordaba. Con la intención de conocerla más, Jerónimo le pide que le teja un
chaleco de lana, solicitud a la cual ella accede (esta prenda de vestir la
llevará, conservará durante muchos años), de vez en cuando Jerónimo llegará a
casa de Petronila con la intención de saborear la exquisita
repostería: dulces de membrillos, tortas de higos, frutas confitadas. Estas
cualidades de Petronila llaman profundamente la atención al joven profesor. En
estas circunstancias se va conformando una relación íntima, que se acrecienta
aún más con el correr del tiempo, las circunstancia.
Finalmente, en 1888
contraen matrimonio civil y religioso en la ciudad de Vicuña; pero la felicidad
inicial del matrimonio Godoy Alcayaga duró hasta finales de 1888. Jerónimo, fue
suspendido de sus labores educacionales por acusaciones de poca eficiencia en
sus labores. Debido al desempeño irregular –se comentaba-, es separado de su
cargo y sometido a sumario.
En esa época Petronila
ya estaba embarazada, por lo cual se comentaba la posible dificultad de su
parto (44 años). Esos pronósticos coincidían con malestares de la madre, así
que se trasladaron a Vicuña; porque en caso de emergencia tendrían asistencia
médica. Se instalaron en la calle Maipú, que sería la casa natal. La conciencia
de Jerónimo hizo que se convirtiera en un hombre hogareño.
Nacimiento
Llegó la hora del
parto; a las 4:00 de la mañana del 7 de abril de 1889, nació Lucila de María
del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga. Con algunos inconvenientes, Jerónimo y
Petronila la bautizaron en la Iglesia Parroquial de Vicuña. Su padre muy
emocionado escribió unos versos como regalo:
“Oh dulce Lucila/ que en días amargos/ piadosos los
cielos/ te hicieron nacer/ Quizás te deparó/ para ti, hija mía,/ el bien que a
tus padres/ no quiso ceder”.
Poco tiempo después el
señor Ramón Herrera, Gobernador de Elqui, llama al profesor exonerado para
comunicarle que se levantaban los cargos y se le restituían sus derechos y
puesto de profesor; Sin embargo, en 1891 comienza la sangrienta Guerra Civil,
los rencores alteraron la paz hasta llegar a los rincones más apartados
del Valle de Elqui, el Gobernador es removido de su cargo por no colaborar con
el Gobierno del Presidente Balmaceda. Esto tuvo repercusión en el profesor
rural Jerónimo Godoy recién reintegrado, lo que implica ser enviado al mineral
Cerrillos de Tamaya en la ciudad de Ovalle y después viajaría a Santiago.
En 1892 se produce la
separación definitiva entre Lucila y su padre, ella tiene tres años. Su padre,
bohemio escritor profesor, se aleja de la familia por las nuevas
responsabilidades asumidas en el ámbito de la educación. Su media hermana,
Emelina, es designada directora de la escuela de Monte Grande, donde vive junto
a su madre y su hermana menor, Lucila.
Gabriela Mistral, a
través de su vida, declaró su inmenso amor a la Maestra Rural,
encarnada en su hermana Emelina.
“No
podemos aceptar esa especie de jefe de faena, capataz de fundo en que algunos
quieren convertir a la conductora del espíritu, la luz de conciencia social: la
maestra(o)*.
Pero también cantó a
su valle de Elqui, añorando perennemente esos tiempos:
“Tengo
de llegar al Valle/ que su flor guarda el almendro/ y cría los higuerales/ que
azulan higos extremos,/ para ambular a la tarde/ con mis vivos y mis muertos./
Pende sobre el Valle, que arde,/una laguna de ensueño/ que lo bautiza y
refresca/ de un eterno refrigerio/ cuando el río de Elqui merma/ blanqueando el
ijar sediento…”.
La ladrona
Se entera que su
padre, Jerónimo Godoy Villanueva hace clases en la Escuela Normal de profesores
de Copiapó y que luego se instalaría en Vallenar hasta 1887.
La hija mayor de
Petronila, Emelina asume el sustento de la familia. Primero encontró trabajo
como profesora ayudante en Paihuano, y en 1892 la asignan directora de la
Escuela de Niñas de Montegrande. En esa escuela Lucila aprende a leer, en solo
un mes. Recordando este tiempo dirá “mi Montegrande, donde me crie de 4
a 10 años, que es el único recuerdo dulce de esa infancia”.
En 1899 llega con su
madre a la ciudad de Vicuña para estudiar. El único establecimiento en que podía
cursar sus estudios era la “Escuela de Mujeres de Vicuña”. Se destacó por su
participación en distintas actividades. Sería su última escuela y su primer
sinsabor. Fundada en 1851, desde 1884 la dirige una profesora ciega venida
desde La Serena, se llama Adelaida Olivares, quien la acusa de ladrona. No
obstante, muchas veces más sería humillada por su timidez ante sus compañeras.
“Yo
no puedo llevar otros ojos que los que me rasgó la luz del valle del Elqui”. En
un parque, medio botánico y zoológico, del hacendado y naturalista elquino
Adolfo Iribarren, en Montegrande, aprende el nombre de las plantas y las
flores, se instruye en la historia de los animales y adquiere elementales
conocimientos de astronomía: “Echa atrás la cara, hijo/ y recibe las
estrellas. / A la primera mirada,/ todas te punzan y hielan,/ y después el
cielo mece/ como cuna que balancean,/ y tú te das perdidamente/ como cosa que
llevan y llevan”.
(*)Maestra es la/ el formadora (or) del ser humano en
general y de su conciencia social en particular”. Así, lo definieron el maestro libertador de la
Patria Continente América Latina y el Caribe, Lic. José Martí Pérez y su discípula
la maestra, profesora Gabriela Mistral.
Gabriela Mistral, que
siempre se lamentó de los cielos brumosos o borroneados en otras latitudes y
espacios del mundo, encontró su patria real en los cielos de su valle, “que
tuve en mis niñeces y que no quiero olvidar”. Nunca olvidará, tampoco, la
fiesta de lectura que encontraría, años después, en la biblioteca del
periodista serenense don Bernardo Ossandón.
Comienzos
literarios
No pasaba todavía
quince años y Lucila colabora en el periódico El Coquimbo, La Voz de
Elqui de La Serena; a los dieciséis es designada ayudante de la maestra en la
Escuela de La Compañía Baja, enseñando a muchachones analfabetos que le
sobrepasaban en edad. En sus tardes libres se iba a la grande y óptima
biblioteca del viejo periodista. Nunca fue buena para los números.
Las poesías de su
padre la motivaron a ser poeta. Lucila se transformó en una niña silenciosa y
retraída. Sus recuerdos son muy vagos y dirá: “Ese tiempo y el de maestra rural en la Cantera me hicieron el
alma”.
Postula con grandes
esfuerzos económicos a la Escuela Normal de La Serena. Una vez más sería
rechazada, esta vez por el Capellán Munizaga, por sus escritos que al sacerdote
le parecieron muy “disolventes” y “Algo paganos”, que son los argumentos para
no permitir su ingreso. (Esto ocurrió en 1905).
A los diecisiete
recibe el nombramiento como profesora en la Escuela La Cantera. El 10 de junio
de 1908 aparece su primer poema firmado como Gabriela Mistral “Rimas”, en el
Periódico La Constitución de Ovalle.
En 1910 realiza un examen en la Escuela Normal N°1 de
niñas de Santiago, obteniendo el título de profesora.
Un telegrama le llega
sorpresivamente comunicándole el fallecimiento de su padre, a la edad de
cincuenta y cinco años, hecho acaecido a las siete de la mañana del 29 de
agosto de 1911 en Copiapó, lo que le causa una gran pena por el padre ausente,
a quien ella quería mucho: “Mis
recuerdos pudieron ser amargos por la ausencia, pero están llenos de admiración
por muchas cosas suyas y de su ternura filial, que es profunda”
Gabriela Mistral o la
joven Lucila, no le reclama las cosas materiales que su padre Jerónimo Godoy
Villanueva, no le pudo dar; pero le reconoce una heredad profunda “Revolviendo papeles encontré unos versos
suyos muy bonitos, que impresionan de manera muy viva mi alma infantil. Esos
versos de mi padre, los primeros que leí, despertaron mi pasión poética”.
Los
Sonetos de la Muerte:
Se fue a los Andes
donde pasó largo tiempo de vida. Allí conoció a Pedro Aguirre Cerda quien era
profesor, abogado y a la postre llegaría a la más alta magistratura del país,
como presidente de Chile. Entre sus amigas tuvo a Laura Rodig, reconocida escultora.
Los primeros Juegos
Florales de Santiago, en 1914, se convirtieron, con el paso del tiempo, en el
concurso más importante de nuestra literatura. Postularon 96 poetas. Nadie
pensó que una profesora del colegio de los Andes ganaría el primer lugar con
los “Sonetos de la Muerte”. Obtiene la más alta distinción. Otro gran poeta,
Julio Munizaga Ossandón gana el segundo lugar. La gala se realizó el 22 de
diciembre, a teatro lleno. Asistieron muchas autoridades. Todos esperan
sentados su aparición, pero se llevaron una sorpresa al saber que Isauro
Santelices fue el que representó a Gabriela Mistral. Orgulloso recibió el
Diploma y la medalla de oro.
Ya listo para
regresar, en la Estación, Isauro se encontró con Gabriela Mistral, quién
emocionada le contó que había estado en la galería, escuchando sus versos
ganadores y aplaudió junto a la gente.
Pero en los poemas
ella expresaba la muerte de un ser querido. Su nombre era Romelio Ureta. Lo
conoció cuando ella era profesora y él trabajaba en los Ferrocarriles. Él era
muy tímido y callado. Un día Lucila le propuso una "cita de amor"
para ver qué ocurriría con ellos. Tiempo después Romelio se suicidó.
¿Esto fue la que la
inspiró para escribir los Sonetos de la Muerte? Nunca quedo del todo claro,
pero allí están esos bellos poemas para la historia y un nicho descuidado en el
Cementerio católico de Coquimbo.
Punta arenas, Temuco, Santiago.
Pedro Aguirre Cerda
habló con el Presidente, diciéndole que la persona indicada para hacerse cargo
de la Dirección del Liceo de Punta Arenas era Gabriela Mistral. Él aceptó y
firmó el contrato designándole el puesto. Gabriela hizo sus maletas y partió de
nuevo.
El primero de junio de
1918 le ofrecen una recepción en el Hotel “Kosmos”.
Muy emocionada, le
dedica una poesía a Punta Arenas, describiéndola. Lucila junto a su secretaria,
Laura Rodig, comenzaron a plantar árboles en la Plaza y en la Avenida Colón.
Más tarde le dedicaría el poema: “Tres árboles”:“Tres árboles caídos/
quedaron a la orilla del sendero./ El leñador los olvidó, y conversan,/
apretados de amor, como tres ciegos./ El sol de ocaso pone/ su sangre
viva en los hendidos leños/ ¡y se llevan los vientos la fragancia/de su costado
abierto!.../
Y luego otro “Árbol
Muerto”, dedicado a Alberto Guillén: “En el medio del llano,/ un árbol seco
su blasfemia alarga;/ un árbol blanco, roto/ y mordido de llagas,/ en el que el
viento, vuelto/ mi desesperación, aúlla y pasa./ De su bosque, el que ardió,
sólo dejaron/ de escarnio, su fantasma./ Una llama alcanzó hasta su costado/ y lo
lamió, como el amor mi alma./ ¡Y sube de la herida un purpurino/ musgo, como
una estrofa ensangrentada!...”.
Gabriela también
escribió sobre la educación y el niño, donde su inspiración se elevó aún más en
esa ciudad. Luchó para que en el diario se publicara una página donde contaran
Crónicas de los colegios. Entre otros
cambios que se propuso fue lograr vacaciones de invierno para los niños.
Piececitos de niños,
Azulosos de frío,
Como les ven y no los
cubren,
¡Días mío!
¡Piececitos heridos,
Por los guijarros
todos,
Ultrajados de nueve,
Y lodo!
El hombre ciego ignora
que por donde pasan
Una flor de luz viva
dejan.
Eso es Español II, Prof. Moreno Peralta / IWA. Berlín, Alemania.
Gabriela siempre realizaba visitas a cárceles,
sindicatos, hospitales y poblaciones, aconsejando y ayudando. Con el invierno de
Magallanes logró el título de su primer libro: “Desolación”.
Su secretaria Laura
Rodig cuenta que el 7 de abril de 1919, el día en que Gabriela Mistral cumplía
treinta años, le obsequió algo muy curioso: Cuarenta libretas de tapas firmes y
flexibles, donde Gabriela le fue dando a cada una un destino. Escribió sobre
Los ríos de Chile, Los pájaros de Chile, Yerbas Medicinales, etc.
A Gabriela le gustaba
todo en Punta Arenas, menos el frío. Pero tuvo que partir de nuevo. El 30 de
marzo de 1920 hizo entrega de su cargo, y el 5 de abril se embarcó en el vapor
Orcoma, a hacerse cargo del Liceo de Hombres de Temuco.
En el otoño de 1920 el
recuerdo pertenece a un adolescente llamado Ricardo Eliezer Neftali Reyes
Basoalto, que sería conocido como Pablo Neruda. Él le presenta tímidamente sus
versos y ella inclina reiteradamente la cabeza diciendo: Están bien, están
bien. Se frecuentaban muy poco pero fueron buenos amigos. Así recuerda la
profesora Mistral a Pablo Neruda, “Una
vez me prohibieron desde Chile, por orden de Gabriel Gonzales Videla, recibir
en el Consulado a Pablo. Qué poco me conocen, me hubiera muerto cerrándole la
puerta de mi casa, al amigo, al gran poeta y por último a un chileno perseguido
políticamente, a quien en sus primeros pasos influí con lecturas que le seleccioné
y afirmaron su recio espíritu. Y como
también, fui perseguida políticamente, echada de revistas y diarios y hoy lo
serán y han sido muchos escritores que gritan sus verdades”.
Esto es Español II, Prof. Moreno Peralta / IWA. Berlín, Alemania.
También fue acusada
por un senador de la zona por “meterse en la política”. Muchas veces Gabriela
salía junto a su secretaria a recorrer la ciudad, donde fueron espectadoras de
grandes incendios forestales. Entre otros amigos tenían a Augusto Winter, poeta
ecológico.
Gabriela al escuchar
un día en la calle una grosería a una mujer embarazada, se le ocurrió
dedicarles poemas a las madres;
“Madre,
madre, tú me besas,/ pero yo te beso más./ Como el agua en los cristales,/ caen
mis besos en tu faz.../ Te he besado tanto, tanto/ que de mí cubierta estás/ y
el enjambre de mis besos/ no te deja ni mirar.../ Si la abeja se entra al
lirio,/ no se siente su aletear:/ Cuando tú, a tu hijito escondes/ no se le oye
el respirar.../ Yo te miro, yo te miro/ sin cansarme de mirar,/ y que lindo
niño veo/ a tus ojos asomar...”/
Gabriela ya no quiere
permanecer en Temuco. En Santiago se ha implantado un Liceo de Niñas. Pero se
ha formado una polémica, porque se le acusa de no tener título profesional.
-Sabemos que fue fundadora del Liceo Nº6 el 14 de mayo de 1921-. Ella no
sintiéndose cómoda ahí se retira. Pero sigue dedicándoles cartas a sus alumnas.
No lo hace como una profesora, sino como una madre chilena, porque en la
distancia, todas llevan el apellido de la patria.
De Chile a México
Más tarde, José
Vasconcelos, Ministro de Educación de México, la invita a colaborar a la gran
reforma educacional de su país. El 22 de junio de 1922 se embarca en Valparaíso
junto a su secretaria. Las reciben muy gratamente. Le asignan como secretaria a
Palma Guillén. Con el tiempo fue fundada una escuela en México con su nombre.
También con el nombre de Gabriela Mistral hay calles, estatuas, bibliotecas,
etc. Con el cambio provocado en México, Gabriela diría que en este país
tuvo tiempo de descanso.
Ganó una popularidad,
tanto que asistió al Congreso de Indígenas y Campesinos, en el anfiteatro de la
Universidad como incógnita. Pero en medio de la asamblea alguien la descubre y
la hace pasar al escenario. Entre los asistentes, una voz grita pidiendo darle
un abrazo a la maestra. Ella muy contenta hace el gesto de las manos cruzadas.
Desolación
En 1921 el prestigioso
profesor español Federico de Onís había dado una conferencia sobre la poesía de
Mistral en el Instituto de las Españas de Nueva York. Su nombre no era
conocido, pero al escuchar sus versos, preguntan por el libro que los contenía.
Constatan que no existía, así que le piden que les permita hacerlo. Gabriela no
estaba muy convencida, pero el poderoso paisaje magallánico había sembrado en
la naturaleza la desolación de su alma.
El libro apareció en
Nueva York en 1922. También habían variado las ediciones: Vida, La Escuela,
Infantiles, Dolor, Naturaleza, Prosa escolar-cuentos. Casi todos los
libros que publicó, lo hizo en el extranjero, donde empezó a ser conocida en
todo el mundo.
En 1923 la Editorial
Nacimiento publica el libro Desolación en su primera edición chilena. Este
libro aparece en mayo. En junio se publica Crepusculario, de su amigo y poeta
Pablo Neruda.
Ya que en Chile fueron
difundidos sus poemas y escritos, el rector de la Universidad de Chile, Prof.
Gregorio Amunátegui, del Consejo de Instrucción Pública le otorga el título de
profesora de castellano.
De México al mundo
En mayo, en 1924,
Gabriela se embarca en el vapor Patric desde México. Fue una despedida muy
triste para ella. Los niños desfilan en el parque cantando las canciones de
ronda de Gabriela Mistral. Ella agradece al país por haberla dejado hacer
lo que quiera.
Gracias a Gabriela
ahora los escritores chilenos reciben becas para sus estudios. Ya en 1924
ha pasado por Estados Unidos y desde allí se embarca a Europa. Más tarde
Gabriela escribiría: “Todo lo que yo sé, poco pero muy fértil, en mi
vida, ella, Europa, me lo ha dado”. Hace un mes ha dejado América,
diciendo: “La diferencia del Mediterráneo con ellos es la del vino en
la copa”. En 1924 pública su segundo libro Ternura, por la Editorial
Saturnino Calleja.
En 1925 regresa a
América. Después de un largo viaje, arriba a Montevideo. Ya acercándose a las
orillas, Gabriela observa que la gente comienza a agitar pañuelos. Ella pensaba
que iba alguien importante en el barco. Pero para su sorpresa ese recibimiento
iba para ella. Muy emocionada, se encierra en su camarote.
En la Universidad Nacional de Montevideo,
Uruguay, da una conferencia sobre la lucha de los Pueblos Indígenas de América
Latina, contestando una pregunta de los asistentes sobre ésta lucha por un
socialismo latinoamericano, puntualiza: “La unidad de la clase trabajadora, de los
trabajadores manuales e intelectuales, es uno de los medios más seguros y
necesario para lograr la felicidad de la Patria”
El crítico Hernán Díaz
Arrieta cuenta que Gabriela lo único que quería era ir a La Serena a ver a su
madre. Más tarde parte hacia Valle de Elqui. El 15 de septiembre Vicuña la
declara “Hija Predilecta”, otorgándole la jubilación como profesora.
En 1927 se traslada a
vivir a Fontainebleau, Francia. Asiste, en representación de la Asociación de
Profesores de Chile, al Congreso de Educadores, celebrado en Suiza. Funda la
colección de Clásicos Iberoamericanos traducidos al francés. Su activa labor en
ese Instituto, le permitió a Gabriela Mistral compartir un intercambio amistoso
con importantes intelectuales del mundo: Henri Bergson, Marie Curie, Paul
Valéry, Georges Duhamel, Francois Mauriac, George Bernanos, etc.
En el año 1929, recibe
la noticia más triste de su vida: muere su madre el siete de julio, doña
Petronila Alcayaga a la edad de ochenta y cuatro años, en la ciudad de La
Serena. Es sepultada en la misma ciudad, Cementerio General en un pequeño
Mausoleo de la Familia.
Profundamente conmovida por la situación de desamparo
de los niños españoles víctimas de la Guerra Civil, Gabriela Mistral decidió en
1938 publicar su tercer poemario, titulado Tala, en Buenos Aires por la
editorial Sur. Gabriela Mistral cedió íntegramente todos los derechos de este
libro en ayuda de aquellos niños.
Tala es un nombre
alegórico que evoca la cosecha que la poetisa realiza en su afán por reunir un
conjunto de poemas publicados en revistas y periódicos dispersos en América y
Europa. Por ejemplo, rescata poemas como “Saudade” escrito durante su estadía
en Lisboa. Gabriela Mistral dedicó la obra a su amiga Palma Guillén y a través
de ella consagró su libro a la piedad de la mujer mexicana.
Fiel a su compromiso
por los niños, como motivo poético y de lucha personal, en Tala Gabriela
Mistral demuestra un profundo sentido de identidad y preocupación por la tierra
americana, dando paso a un nuevo caudal poético.
En su nuevo viaje a
Chile, entra por Buenos Aires, donde había sido publicado su libro por Victoria
Ocampo. Visitó Puerto Montt y Osorno. Invitada a Chillán, se desvía a Valdivia,
donde descansa algunos días. Ya que siempre recibía homenajes en todas partes,
ella pidió que la dejaran pasar tranquila en cada ciudad.
El acto oficial se desarrolló el 12 de mayo, donde
había salido a leer el joven profesor de matemáticas del Liceo: Nicanor Parra,
donde Gabriela Mistral lo reconoce como un verdadero poeta ya formado.
Yin-Yin
y el Nobel
En 1943 ocurre uno de
los episodios más enigmáticos y controversiales de la vida de la poeta, hecho
particular para Gabriela Mistral, aparece en su vida Carlos Miguel Godoy y le
dice a Gabriela Mistral que es hijo de Jerónimo Godoy Villanueva. Ella lo acoge.
Este pronto se casará con una muchacha llamada Marta Mendoza, con quien
tuvieron un hijo: Juan Miguel Godoy Mendoza. Al poco tiempo muere su madre y
Carlos Miguel -el hermano aparecido- nuevamente hace presencia en la casa y le
pide que lo cuide. Gabriela Mistral se lo lleva de Italia, arrancando de la
guerra y llega finalmente a Petrópolis en Brasil. El catorce de agosto
después de una fiesta de compañeros de colegio, muere por una dosis de
arsénico. La policía dijo que fue un suicidio. Tenía 18 años.
La profesora Gabriela Mistral, Primer Premio Nobel de Literatura
de América Latina y el Caribe
En 1945, hallándose
Gabriela Mistral en la ciudad de Petrópolis, recibe la noticia de que le
ha sido concedido el Premio Nobel de Literatura. Esta noticia no fue recibida
con tanta alegría ya que se encontraba afectada por el gran dolor de haber perdido
a Yin-Yin. Es 15 de noviembre de 1945, tiene 56 años de edad. El 18 de
noviembre se embarca para Estocolmo en el vapor sueco Ecuador. El 10 de
Diciembre recibirá el premio de manos del Rey Gustavo. Allí frente al rey y el
príncipe, se cumplían, una vez más, los versos de esta vate, es decir, vidente,
de Montegrande:
“Y
Lucila, que hablaba al río,/ a montaña y a cañaveral,/ en las lunas de la
locura/ recibió reino de verdad.”/
Una Chilena Universal
En 1946 le ofrecen
otros homenajes: en París se le otorga el grado correspondiente a la Legión de
Honor. En Italia es Doctor Honoris Causa de la Universidad de Florencia. El
mismo grado le otorga en 1947, en Mills College, de Oackland, California, y New
Orleans la declara “Hija ilustre de la ciudad”. Entre 1948 y 1949 regresa a
México, como Cónsul en Veracruz. También recibe el premio Tierra de las
Américas, en 1950.
En 1951 se le concede
el Premio Nacional de Literatura en Chile. Reside en Rapallo, Italia. En 1953
es nombrada Cónsul de Chile en Nueva York. Participa en la Asamblea de
las Naciones Unidas, representando a su país en la Comisión “La condición
jurídica y social de la mujer”.
En 1954, finalmente
viene a Chile y se le ofrece un homenaje oficial. Lagar es editado en Santiago
por la Editorial del Pacífico.
En 1955 regresa a los
Estados Unidos y participa nuevamente en la Asamblea de las Naciones Unidas que
celebra el Séptimo año de la promulgación de la Declaración de los Derechos
Humanos. Su salud está muy debilitada.
En 1956 participa en
su último acto público en Washington, en el encuentro de la Unión Panamericana.
Se le diagnostica cáncer al páncreas.
Murió físicamente el
10 de enero de 1957, a las 4.10 horas, en el Hospital General de Hempstead, en
Nueva York. Desde Estados Unidos su cadáver fue transportado en un avión de la
Fuerza Aérea Peruana. En Lima, pasó a un avión de Chile donde regresaría a su
Patria. La Universidad de Chile la acogió en su Salón de Honor para el
velatorio. Todo su pueblo fue a rendirle honores. Era una cola interminable de
gente, que lo único que querían era verla una vez.
El 21 de enero sus
restos fueron trasladados al Cementerio General, en espera de su morada
definitiva en Montegrande. En marzo de 1960 se cumplió su sueño. En el libro
Poema de Chile, después de muerta, dice:
“Este
mi segundo cuerpo/ en el punto en que comienza/ Patria y Madre que me dieron”.
En un vehículo en
caravana va su segundo cuerpo, enterrado en un lomaje que vigila, “El punto en
que comienza” su historia:
“Porque
todo lo que he olvidado/ menos un valle y un pueblo./ El valle lo mentan Elqui/
y Montegrande, mi dueño.”
PS:
Lo subrayado es nuestro.
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