martes, 26 de julio de 2016

LA DEMOCRACIA, LA IGUALDAD Y LA JUSTICIA…

“Sin el respeto, ni la certeza del Derecho y la igualdad de todos ante la Ley, no hay Justicia ni Estado de Derecho”.

Prof. Juan Guillermo Mattus Valencia. Director AAJ Valparaíso Aconcagua, Prof. Moreno Peralta, Secretario Ejecutivo ADDHEE. ONG

“Aplicar la igualdad a los que están en una situación de desigualdad/marginación, lo único que se consigue es profundizar la desigualdad…”


La oligarquía empresarial farisea sofofa y sus paniaguados, la clase politicastra están muy nerviosos, por la presión que tienen de la mayoría de la población que no tolera un día más, la constitución de 1980, un artilugio que impuso la dictadura cívico-militar de marras, menos que sean los mismos corruptos politicastros: Agustín Dunny Edwards, Sebastián Piñera, Ricardo Lagos, Enrique Correo, Joaquín Lavín, Andrés Allamand, Max Marambio, Eduardo Frei Ruiz-Tagle, Jaime Estévez, Andrés Zaldívar, etc., quiénes entre gallo y medianoche, impongan un nuevo artilugio, un desaguisado más, promovido día y noche a través de los medios mediáticos mercuriales de (in)comunicación globalizados.
La democracia da por sentada la igualdad entre sus principios básicos, que nadie se llame a engaño. Esta igualdad no significa nivelación uniforme e indiscriminada. Sería injusto e irracional, pues no todas las personas tienen la misma valía ni actitudes de la misma índole. La igualdad, en democracia –la del gobierno del Pueblo, por y para el Pueblo-, equivale a la Justicia Plena, que no quiere decir, dar a todos lo mismo, sino a cada uno lo suyo, según sus necesidades. Una de sus formas es la igualdad de oportunidades para todos. Nadie se debe sentir defraudado, porque no se le brindó la oportunidad necesaria, si todos, salen del mismo punto de partida, cada uno llegará hasta donde pueda según se lo permitan sus actitudes.
Las odiosas marginaciones se deben a que los resortes democráticos antes citados y con ellos el elemental principio de la igualdad, no funcionan. Sin los odiosos privilegios de la casta oligárquica farisea sofofa y de sus tartufos ventajeros corruptos de la clase politicastra, no sería difícil obtener de los grandes sectores populares cualquier esfuerzo tendiente a unificar al Pueblo, alcanzando una cohesión nacional que hoy no existe, porque se habrá estimulado de la mejor manera su natural sentido social y su sentimiento de patriótica solidaridad.
La libertad es una aspiración natural de la persona y del Ser Humano, de claro sentido individualista. La igualdad en cambio, tiene un carácter ostensiblemente social.
Del maestro de la Patria continente América Latina y el Caribe, José Martí Pérez, aprendimos que “La libertad es el Derecho que toda persona- hombre o mujer- tiene a ser honrada, y a pensar y a hablar sin hipocresía”. De esto concluyo que la persona desea y busca la libertad. Esto en una sociedad verdaderamente democrática requiere complementarla con la igualdad. Su supremo objetivo consiste en alcanzar la felicidad de la persona y del Ser humano. En la democracia, el Estado de Derecho no tiene fines propios. Le ofrecerá a todos los ciudadanos igual oportunidad para que cada cual tenga la posibilidad de realizarse humana y profesionalmente. Como colofón facilitará los instrumentos para que cada persona – hombre o mujer- pueda realizar los fines trascendentes de la vida. No es aceptable que un gobierno en nombre del respeto por la libertad individual, se lave las manos ante una flagrante injusticia social como la que sobreviven grandes sectores marginados en la arcadia mercurial de la alegría. Como si lo anterior fuera poco, se mantiene prescindente, ajeno, en medio de conflictos que perturban la tranquilidad del país: La corrupción, a impunidad, lla falta de una constitución soberanamente sancionada por el Pueblo, el maltrato y abandono de la infancia y la juventud, el futuro del Pueblo chileno, etc.
La persona –hombre o mujer-,  es un ser social y su libertad la que nos ha enseñado el maestro libertador José Martí Pérez, la tolerancia, el respeto a nuestros semejantes, constituyen una libertad de carácter social.
Del compañero presidente, Dr. Salvador Allende Gossens, aprendimos, “que gobernar a un Pueblo no es igualar a sus miembros, ni sacrificar alguna parte en beneficio de otra, es propender hacia un equilibrio que favorezca la unidad funcional, desenvolviendo la solidaridad entre los ciudadanos”… La igualdad en la democracia no consiste en considerar que todas las personas –hombres o mujeres- son iguales, porque no existe una que sea igual a otra. La igualdad democrática es ante todo jurídica, con los mismos derechos, sin que prevalezca/predomine nadie por razones de fortuna, de casta, de raza, de religión, etc.  Yo reitero, la Justicia Plena consiste en darle a cada uno lo que merece según sus necesidades, no a todos lo mismo. Acentúo, significa el fin de toda discriminación en contra de la persona,  es decir, igualdad de derechos y oportunidades: Derecho a ser iguales en dignidad.
¿Cómo sabemos lo que cada persona merece? Como ya lo afirmé, dando a cada una la misma oportunidad, es decir, dando a todos iguales posibilidades iniciales. Como colofón, acentúo que, la falta de igualdad democrática ha permitido que grandes valores humanos se hayan perdido/malogrado. La Historia nos cuenta que muchos grandes artistas, científicos, sabios geniales lograron crear, realizar sus obras, casualmente, porque un filántropo ciudadano le facilitó los medios económicos, otros con la misma capacidad intelectual que los anteriormente citados, no se les presentó la oportunidad que los primeros tuvieron, casualmente. Individualmente, sus vidas se frustraron por la falta de oportunidad y la Humanidad perdió grandes adelantos.
“Ninguna persona es una isla, estamos todos dependiendo el uno del otro. Cuando sufre uno, sufren todos. Cuando muere uno, muere una parte de todos. Por lo tanto, no preguntes, por quién doblan las campanas, doblan por ti…”

Con esperanza y memoria.

Prof. Moreno Peralta/IWA.

Secretario Ejecutivo ADDHEE.ONG

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