Elon Musk y el Cinismo de los Magnates del Club Bilderberg: George Soros, Bill Gates, Jeff Bezos, Bernardo Annual, Warner Bros. Television Studios, Steve Ballmer, Larry Page, David Rockefeller/ Revista Forbes/2023.
Soros
y Musk en la lucha por el control del Club Bilderberg
Por: Fernando Buen Abad/Escritor, académico y analista
internacional/Xinhua, Telesur, ADDHEE.ONG, TVBrics, La Jornada
de México, NewsLetter@Othernews.org, Red Latina sin fronteras. Sur, Sputnik,
RT, Novosti, Tass, Indymedia Argentina, Enred Sin Fronteras, El salto diario,
info@Rosalux, Achei Asociación, Ideario Artiguista, NewsLetter@Globalred:
Nuestro prolegómeno:
El Club Bilderberg ha sido acusado reiteradamente de conspirar para imponer un gobierno/régimen mundial, un nuevo orden internacional del sistema capitalista determinista globalizado hegemónico que tiene como base “la Piedras guías de Georgia/USA” y al régimen de turno de Estados Unidos, como su testaferro.
Sus
objetivos guerreristas, “el fin justifica los medios “, los más siniestros lo
han constituido la maldita guerra de los
Balcanes de Irak, de Libia y de Rusia en
el contexto de una política de Occidente/USA- Unión Europea/Otan, para apoderarse
de las riquezas naturales de estos países, en especial del petróleo y el gas de Irak, Libia y Rusia. El objetivo final de ésta mafia terrorista
que controla la celestina universal, el narcotráfico y la inteligencia artificial genocida es el absoluto control de
todo el mundo, en todos los sentidos
de la palabra. Actúan como si fueran
dios en nuestro desgraciado planeta.
El siempre presente y genial comandante Fidel Castro
Ruz, presidente de la Cuba Socialista definió al Club Bilderberg como “una
camarilla siniestra y sus lobistas que manipulan a la opinión pública para
instalar un “gobierno/régimen oligarca mundial que no conoce fronteras y que no
rinde cuentas a nadie, salvo a sí mismo”...
Prof. Moreno Peralta/IWA
Secretario Ejecutivo ADDHEE.ONG
Aunque aquí sirve de ejemplo, lo que menos importa es su
nombre y apellido, Musk no es más que un engranaje del sistema putrefacto y
criminal que denunciamos y combatimos. Armado con sus veleidades y payasadas de
magnate, Musk babea por adueñarse de las riquezas naturales de Venezuela y
babea por propinarle al Pueblo Revolucionario del presidente Chávez Frías
un escarmiento ideológico por atreverse a construir un país con soberanía y
un proyecto socialista bolivariano. Cuando la avaricia se les convierte en
psicopatía se les desborda y les escurre de pensamiento, palabra obra y
omisión. Desparraman el odio de clase que han añejado en barricas de mediáticas
y lo esparcen a diestras y siniestras. ¿Monroe vs Bolívar de nuevo?
Desde los yacimientos inagotables de sus egos Musk, y sus
jaurías, supura también avaricia macabra desplegada en narrativas golpistas que
se empeñan en ser vanguardia de la estulticia al uso imperial. Pero se les
olvida que hay memoria historica colectiva, que no es sólo inventario de
recuerdos porque constituye un campo de batalla simbólica. Musk alimenta su
lívido perversa con la idea de descargar una arremetida descomunal del
tergiversaciones y fake news para subordinar al Pueblo de Venezuela
con un plan de saqueos, petroleros principalmente, bajo la metodología de la
“inteligencia artificial genocida” burguesa que ellos usan como arma de
guerra. Esa avaricia de Musk se ha exhibido como una secreción de elixires que
embriaga a sus secuaces y admiradores, tan criminales como él, impregnándolos
con creencias o fetiches que aparecen como fenómenos intelectuales propios,
aunque tengan sello de fábrica de laboratorios de guerra cognitiva.
Están gastando sumas obscenas para el golpe de Estado cuya
verdadera y concreta tarea es adueñarse de las riquezas naturales en todas las
áreas. Que el saqueo golpista se presente “seductor” con la oferta de
“maravillas libertarias” a granel; dejar sobre la mesa de nuestras realidades
la muy amarga impotencia que nos asalta ante los escaparates de la violencia
imperial. Vendernos, a punta de bayoneta, la ruta de los “sacrificios” para
mantenernos la fe en el futuro que nunca
vendrá. Hacernos creer que ellos siempre han tenido la razón de explotarnos,
saquearnos y que debemos agradecerles y que debemos enseñar a nuestros hijos a
adorar la sumisión/rastrerismo al imperio como su mejor herencia.
Musk puso la “jeta” para liderar un delirio de las
dictaduras que operan sus caldos ideológicos por dentro de las “democracias”
burguesas como tendencias sordas camufladas con votos. Musk ha logrado
infiltrarse, con palabrerío “democrático”, y todas las formas del engaño
tecnológico, en un terreno propagandístico fértil para su irresponsabilidad
rentable. Se trata también de un golpe de estado semántico orquestado por los
ejércitos mediáticos oligarcas que llaman “democracia” a sus perversiones
saqueadoras explotadas, enajenadas que pretende transmutar a la persona en
un guarismo orwelliano.
También la concentración monopólica de la tecnología es una
amenaza contra las democracias. Y parece que nos acostumbramos, a costos
incalculables, a consumir mansamente, planificada y adictamente, todo cuanto
nos imponen los consorcios tecnológicos trasnacionales frecuentemente con
matriz en la industria bélica. Internet no nos dejará mentir, por ejemplo.
Transferimos al aparato empresarial bélico, bancario y mediático -sin frenos y
sin auditorías-, sumas ingentes. Entiéndase aquí “dependencia” en su sentido
amplio que incluye las adicciones más variadas y las más “novedosas”.
Adquirimos tecnología sin soberanía; no consolidamos nuestras fuerzas de
producción, no creamos una corriente internacionalista para una tecnología
emancipada y emancipadora; no creamos las usinas semióticas para la emancipación
y el ascenso de las conciencias hacia la praxis transformadora; en la
producción de tecnologías no creamos un bastión ético y moral para el control
político del discurso y el gasto. No es que falten talentos o expertos, no es
que falte dinero ni que falten las necesidades con sus escenarios. Hizo
estragos, nuevamente, la crisis de dirección política transformadora. Hablamos
mucho, hicimos poco. Ni el “Informe MacBride” (1980) supimos escuchar y usar,
como se debe.
Ese es el campo fértil en el que bichos como Musk se
multiplican. Estamos en medio del fuego cruzado entre tres guerras simultáneas:
una Guerra Económica desatada para dar otra “vuelta de tuerca” contra la clase
trabajadora; una Guerra Territorial para asegurarse el control, metro a metro,
de los recursos naturales y contra las movilizaciones y protestas sociales; y
una Guerra Cognitivo-Mediática para anestesiarnos y criminalizar las luchas
sociales y a sus líderes. Tres fuegos que operan de manera combinada desde las
mafias financieras globales, en especial el narcotrafico, la industria
bélica y el re-editado “plan cóndor comunicacional” empecinado en silenciar a
los pueblos.
En particular, la guerra cognitivo-mediática que se
despliega en las “redes sociales” como “X”, es extensión de la guerra económica
imperial que no se contenta con poner su bota explotadora en el cuello de los
pueblos, como si se tratara de un triunfo moral de toda la humanidad, operado
desde las centrales imperiales con ayudas vernáculas. Para eso ha servido el
negocio de Musk que nos impone adicciones inducidas para el consumismo de sus
“ideologías”. Se trata de una doble articulación de la dependencia que supera a
los poderes nacionales (muchos de ellos no tributan, no respeta leyes y no
respeta identidades) mientras ofrece respaldo a operaciones locales en las que
se inclina la balanza del capital contra el trabajo.
Nuestra dependencia tecnológica
en materia de comunicación es pasmosa y muy peligrosa. Está a la vista el
peligro enorme de estar expuestos a psicópatas magnates dueños de la
comunicación mercantil planetaria, como Musk. Y, no obstante, contra todas las
dificultades y no pocos pronósticos pesimistas, los pueblos luchan desde
frentes muy diversos y en condiciones asimétricas. Con experiencias
victoriosas, en más de un sentido, pero es necesaria una revisión autocrítica
de urgencia mayor. Esclarecidos en la batalla mediática, hasta en lo que ni
imaginamos, vamos con nuestras “prácticas comunicacionales” combatiendo manías
y vicios burgueses a granel. Luchamos y resistimos la andanada descomunal de
ilusionismo, fetichismo y mercantilismo con que nos zarandea diariamente la
ideología de la clase empresarial,
oligarca dominante, que ha hipnotizado a la burguesía politicastra/castrense
y los ha convertido en loros capaces de repetir, con felicidad, modelos
hegemónicos. Es vital ponernos a salvo todas y todos. Los enemigos de los
pueblos están mostrando sus rostros y sus armas. Lo diremos también en
“X”.
Por: Dra. Verónica
Sforzin/ académica de la Universidad de la Plata/Argentina.
Como dos caras de una misma moneda, confluyen
ideológicamente el tecnoliberalismo renacido en los ’90 en el Silicón Valley y
las derechas empresariales oligarcas latinoamericanas y sus testaferros la clase burguesa
politicastra/castrense.
En el mundo de servicios corporativo digital en el que
transitan parte de su vida las nuevas generaciones de latinoamericanos, las
cuales incluso construyeron sus subjetividades a partir de mediaciones
digitales, la política es mala palabra y el Estado no es nombrado, no tiene
significancia. Para estas generaciones, atravesadas por inestabilidades
económicas y sociales (provocadas principalmente por la injerencia sostenida de
Estados Unidos en los asuntos regionales), lo digital les otorga un falso
bienestar, a costa de la perder soberanía cognitiva.
Esta relación directa, que se establece entre los ciudadanos
y las corporaciones del mundo digital (una relación de obscena desigualdad), se
ha naturalizado. Mientras consumimos cotidianamente a Meta o Alphabet se
produce el extractivismo de nuestros datos y las poblaciones se encuentran
vulnerables a la manipulación social. En ese mundo digital se instalan ideas
fuerza, siendo una de las más estructurales el desprestigio a la política y al
Estado.
En nombre de esta “idea del mundo – imperio corporativo” y
para frenar el inevitable avance del mundo multipolar liderado por China, se
están produciendo las nuevas cruzadas del capital occidental, en donde se intentan
desaparecer los derechos sociales y humanos. En este ideal de mundo
privado y corporativo se entrecruzan el tecnoliberalismo de Elon Musk con el
libertarismo que pregona Javier Milei en Argentina o Corina Machado en
Venezuela, quien se enorgullece del libertarismo como filosofía política, y las
derechas latinoamericanas; ideología funcional al despliegue de una nueva etapa
del colonialismo anglosajón.
La desregulación de la vida, para imponer el imperio
corporativo, es una de las grandes ideas fuerza que se intenta instalar
cotidianamente en las redes sociales que los latinoamericanos consumimos. En
este terreno los grupos de poder avanzaron logrando no solo ganar la batalla
cultural e ideológica, sino que avanzan en la guerra cognitiva, enmarcado en
una guerra hibrida.
Elon Musk y la batalla por los datos y recursos del patio
trasero latinoamericano/yanqui
El tecnolibertario Elon Musk, uno de los individuos
más rico del Club Bilderberg, parte del Deep State (Estado Profundo) de
los grupos de poder anglosajones, es uno de los grandes referentes ideológicos
de la extrema derecha fascista. De manera descarada vocifera por
las redes sociales su derecho a realizar golpes de Estados y apropiarse de
nuestros recursos naturales.
Elon Musk está enfrascado en la pelea por conducir la cadena
de valor de la tecnología, pero, sobre todo, por no tener flancos débiles que
le impidan seguir el proceso de innovación y de desarrollo estratégico (un
paso en falso implicaría salir rápidamente de la primera línea tecnológica en
la que solo unos pocos logran mantenerse).
Para la empresa Tesla, la principal corporación de
Musk, la cadena de valor comienza con el litio y las baterías recargables, así
como para los desarrollos que impulsa en Inteligencia Artificial genocidaa
través de Neuralink. Lograr sostener múltiples acuerdos y diversificar las
entradas de este material es tan estratégico, como lograr que otros actores no
controlen su extracción y el desarrollo de baterías.
El litio es considerado uno de los minerales críticos por los gobiernos de
Estados Unidos, la Unión Europea y Canadá/occidente.
En este marco podemos comprender el famoso twitt de Elon
Musk “Le daremos un golpe a quien queramos” en relación a las acusaciones que
le hizo un seguidor de la antigua Twitter acerca de su instigación al Golpe de
Estado en Bolivia en el año 2020.
Sus preocupaciones son el aumento del precio del litio (en
el año 2022 subió un 80% su precio) y la agresividad de nuevos competidores,
principalmente las corporaciones chinas que amplían su presencia en Sudamérica,
no solo en extracción, sino en la importación del mineral.
La estrategia de
Tesla desde siempre fue la diversificación y tratar directamente con las
mineras, sin intermediarios. Actualmente mantiene contratos con proveedores
chinos, australianos, uno canadiense, uno de la República Democrática del
Congo, otro de Canadá y dos más de Nueva Caledonia y Argentina.
Bolivia cuenta con la mayor cantidad disponible de litio del
mundo, junto con la Argentina y Chile forman el Triángulo del Litio, reuniendo
el 60% de este mineral disponible en el planeta. Así podemos contextualizar el
interés de Elon en controlar políticamente la región y en influir
ideológicamente mediante su red social.
Dentro de EE.UU. tiene serios problemas ya que no controla
el flujo del mineral. La empresa
Albemarle Corporation es la dueña de la mina de litio estadounidense y tiene
porcentajes de explotación en Chile y Argentina (también en Australia).
Esta empresa es controlada por fondos financieros de inversión como The
Vanguard, State Street y Black Rock. A su vez, si bien Estados Unidos figura
entre los cinco primeros países de la lista con más reservas, no es uno de los
mayores productores, prefiere comprarlo a otros países como Argentina y Chile.
Frente a la situación de no controlar el flujo del litio
dentro del país donde Elon tiene la fábrica más grande de autos eléctricos, hay
jugadas nuevas de diversificación: por un lado, a fines del 2023 se anunció la
posibilidad de que Tesla Chile SpA comercialice y produzca partes de los autos
eléctricos. Sería la primera plaza en Sudamérica con estas características. Es
decir, sería una forma de asentarse para realizar por sí mismo la extracción,
algo que no realiza, así como la posibilidad de hacer acuerdos de largo plazo
con las empresas que extraen y producen componentes. A su vez hay que marcar
que esta jugada se produce justo después de la entrada de empresas chinas a
Chile.
No controlar el flujo
del litio en Estados Unidos y el avance de China en la extracción en
Sudamérica: dos situaciones geopolíticas complicadas para Tesla.
Venezuela, país que cuenta con las más grandes reservas de
petróleo y una de las más importantes de gas, pero que además posee minerales
como el cobre, hierro, bauxita, coltán,
casiterita, níquel, rodio y titanio, se convierte en una pieza clave. En
primer lugar, para neutralizar el posible avance de corporaciones chinas o
rusas y en segundo lugar para controlar una fuente de minerales claves para la
cadena de valor de la tecnología.
Su intromisión en las últimas elecciones venezolanas fue
explicita y evidente, donde se le quito al presidente en funciones la tilde de
verificación de color gris de su cuenta en “X” y su red social fue la
plataforma por excelencia desde donde se instalaron las ideas fuerzas de la
oposición.
Elon en el cielo con diamantes
La empresa de Elon Musk para controlar el espacio es Space
X, y aquí tiene una ventaja con las demás corporaciones anglosajonas. Esta
corporación desarrollo una nueva constelación de satélites, de órbita baja (a
unos 550km de la tierra) llamada Starlink, cuyo objetivo es proveer acceso a
internet de banda ancha de forma global. Su servicio de internet ya se
encuentra activo en muchos países y tiene una red operativa de 2400 satélites.
A su vez, así como fue un peligro para Elon Musk que Bolivia
no solo nacionalizara el litio, sino que se animara a la construcción de
baterías e incluso autos eléctricos, también es un peligro ARSAT, la empresa
estatal Argentina, la cual tiene por misión: “(…) generar condiciones de
igualdad en el acceso al servicio de las telecomunicaciones en todo el país,
conectando a los argentinos con infraestructura terrestre y satelital. Nuestra
visión es transformar el mercado de las telecomunicaciones generando valor para
la nación y bienestar de los argentinos.” (Fuente: www.arsat.com.ar ).
Los acuerdos con Milei en donde se avanza en el desguace del sistema científico
tecnológico y la posible privatización de ARSAT le permitirían a Musk ser
prácticamente hegemónico en la región en términos servicios satelitales.
Elon Musk, el
niño bobo de la Inteligencia Artificial genocida
El gran déficit de Elon Musk es el desarrollo de la
Inteligencia Artificial Genocida (IAG generativa, lejos de poseer la
cadena de valor de esta tecnología apenas va iniciando, en comparación con Alphabet
o Meta.
Su postura, también bastante burda, fue la de gritar a
cuatro vientos la necesidad de regular la IAG, vaticinando los peligros
de la misma, cuan niño que pide tiempo en medio del juego. Luego de profetizar
que la IA era la “destrucción de la civilización” y de que se uniera a otros
líderes tecnológicos para pedir una pausa en una carrera de IAG “fuera
de control”, lanzo xIAG, su propio desarrollo de IAG.
La corporación x IAG ya contrato trabajadores de
DeepMind (Alphabet) y otras empresas más avanzadas y trabaja con datos de Tesla
(de los usuarios y de rutas de los coches inteligentes) y de la Red Social X
(los datos y meta datos que dejan sus usuarios). A lo que a simple vista parece
muy poco. Hay quizás una alianza con Nvidia para usar sus chips, empresa
controlada por los Fondos Financieros Black Rock y The Vanguard, State Street,
sí, los mismos dueños de la corporación que extrae el litio de EE.UU. Pero por
ahora todo está en veremos ya que Musk necesita nada menos que 1.000 millones
de dólares para lanzar realmente esta empresa. El modelo de lenguaje al estilo
Chat GPT, se llamaría Grok.
Otras empresas del megamillonario son Neuralink, la cual es
una empresa de neurotecnología estadounidense especializada en el desarrollo de
interfaces cerebro-computadora, implantables, también conocidos como
Brain-Computer Interfaces y la red social X (ex Twitter).
Manipulación social y globalismo hegemónico
La tecnología globalista hegemonía angloamericana es
la realización material, la estructura económica, que sostiene una nueva
situación de colonización. En este sentido la forma que adquiere la guerra de
manera permanente es a través de la conducción del proceso de innovación y
tecnología, para la anglosfera esta se pone al servicio de la manipulación
social, a través de condicionar las conductas. Sin mediaciones, ya no necesitan
de las viejas estructuras de la modernidad como el Estado o los Partidos
Políticos, estructuras que se achican al mínimo de sus funciones y son
fácilmente reemplazables. Por eso tampoco alcanza con la defensa de la
democracia en un marco de guerra hibrida y de guerra psicológica y cognitiva
que se produce en nuestras tierras.
Avanzar sostenidamente en el despliegue de la soberanía
tecnológica y comunicacional, construir una conciencia social y critica respecto
de las tecnologías y retomar el sendero de la UNASUR y las articulaciones
regionales parecen ser algunas de las claves para enfrentar estas nuevas
herramientas tecnológicas subordinadas a los intereses anglosajones.
Lo subrayado
interpolado es nuestro
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