Declaración pública: El “Plan B” que plantea la derecha y otros parlamentarios
Francisco
Huenchumilla Jaramillo
Senador
He visto a
parlamentarios de distintos signos plantear lo que llaman un “Plan B”. Este
plan es un disfraz del Rechazo; bajo su apariencia se envuelve el Rechazo con
papel couché. Es el Rechazo disfrazado. No estoy disponible para este Plan.
Si algunos o
algunas están por el Rechazo están en su derecho, pero que no nos traten de
pasar gato por liebre. Este es un llamado a la gente para que vote tranquila
por el Rechazo, porque esa
alternativa
contendría implícitamente una solución: el Plan B. El Rechazo no sería un salto
al vacío, porque habría un Plan B que ofrecen estos parlamentarios, y que según
han manifestado sería su disponibilidad para hacer una nueva Constitución inmediatamente;
claro que, ahora sí, con otras reglas y formas.
¿Qué
credibilidad puede tener una fórmula que llama a votar Rechazo, y la simple
promesa de un
cambio
constitucional futuro? Este cambio, ¿sería un nuevo acuerdo cupular para que
todo cambie, pero nada cambie, al estilo gatopardo?
La
centroizquierda y la derecha debieran tener presente que lo que está en juego
en este proceso, es si vamos a mantener o no el modelo social, económico y
político implantado en la Constitución de la dictadura, o vamos a transitar hacia
a una democracia moderna con un Estado democrático de derechos y con una
economía social y ecológica de mercado, al estilo europeo, dejando atrás el
neoliberalismo individualista de los Chicago Boys.
Propiciar
fórmulas gatopardezcas es un error político que traería nuevas convulsiones
sociales, poniendo en jaque la estabilidad y gobernabilidad que necesitamos
como país.
Esta es una
“operación encubierta” de la derecha, que ya acordó oficialmente votar por el
Rechazo ¿para, producido este resultado, recuperar su poder de veto y mostrarse
proclive a los cambios, con una cara de “buenismo”; pero que éstos sean de tal
entidad, que resguarden los elementos centrales de la Constitución del 80, y específicamente
el modelo económico que fue el causante de los abusos y desigualdades que gatillaron
el estallido social.
Con esto se
reafirma y renace la tesis de Jaime Guzmán, de que cualesquiera sean las circunstancias,
“nuestros adversarios no harían algo distinto” a lo que ellos mismos harían. Es
preocupante que sectores de la centroizquierda se compren esta operación de la
derecha, que quiere atraer gente al rechazo bajo la promesa de que “AHORA SÍ”,
los que se opusieron durante 30 años a los cambios, estarían disponibles (naturalmente,
con su poder de veto recuperado).
La derecha le
está pidiendo al país un acto de fe. ¿Por qué habríamos de creerle?
El 4 de
septiembre existe el Apruebo o el Rechazo.
No hay otras
alternativas.
Naturalmente,
existe y no tengo inconvenientes en eso, la más amplia libertad, espero que
bien informada, para optar por alguna de estas alternativas. Pero, sin trampas
y sin cartas marcadas.
Será el
ejercicio de la soberanía popular y se respetarán los resultados. Y espero que
el juicio recaiga sobre el contenido y no sobre el proceso.
Otra cosa es que
va a suceder el día después.
Si gana el
Rechazo, espero que todas las fuerzas políticas estén disponibles para, con
sentido de estado, trabajar para dar gobernabilidad, estabilidad y continuidad
al proceso de cambios dentro de la institucionalidad. Cada cual asumirá su
responsabilidad, y la derecha tendrá la oportunidad de demostrar su
credibilidad.
Ahí se verá cuál
es el mejor camino para ello. Yo, desde ya, rechazo el grupo de expertos, como redactores,
sin perjuicio de su rol de asesoría; esa es una medicina que ya la probamos, y
la última vez, quedamos vacunados.
Si gana el
Apruebo, tendremos una inmensa tarea en construir la nueva arquitectura
jurídica institucional en un texto complejo y difícil que nos podría tomar
algunos años. Para ello, es clave y determinante lo que se establezca en las
normas transitorias. Éstas tienen un rol fundamental en lo que será el proceso
institucional venidero, en orden a establecer gradualidad, con cambios que den
certeza y confianza.
5/junio/22
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