Valparaíso, Diciembre 2015.
Certificada/Prioritaria
Personal.
Señor
Magistrado
Sergio Muñoz Gajardo
Ministro
Presidente Corte Suprema/Pleno
Santiago
Ref.: Carta
Respuesta a la Señora Presidenta Dra. Michelle Bachelet Jeria, Proceso
Constituyente.
Estimado
Señor Ministro Presidente Muñoz Gajardo:
En
el Chile virtual, ante la crisis moral social y la esquizofrenia reinante en el
marco de la infausta “Constitución de 1980”, impuesta por la dictadura de marras,
a la que no ha escapado el Poder Judicial/Corte Suprema, por la incapacidad de
la “justicia en la medida de lo posible” de impartir justicia para todos. Esto
se debe, a que no existen “justos en la medida de lo posible”. En los países
democráticos, donde se respeta el Estado de Derecho, el Derecho –la ciencia-,
es una creación humana derivada de las necesidades sociales, un pacto tendiente
a que no nos lesionamos recíprocamente.
La
justicia –la suma de todas las virtudes-, es una necesidad social, y el Derecho, es la
regla de la vida para la asociación política y la decisión de lo justo, en el
marco de la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley. En síntesis, derecho
a ser iguales en dignidad.
En misterio y secreto de cómo se ha impartido
la justicia en Chile, una liturgia en la que el Pueblo, en el mejor de los
casos es un destinatario pasivo y atemorizado. Los jueces y magistrados son
sacerdotes, emisarios de un orden injusto, inhumano e invisible, pero
omnipresente. Árbitros de una cofradía injusta/inicua, se hacen la ilusión de
participar del Poder del que emanan. Prisioneros de él, silenciosos, aislados
de la comunidad, se sienten independientes, neutrales, apolíticos, cuando más
desgajados del Pueblo. Usan un lenguaje misterioso y hermético, concebido no
para ser entendido, sino para ser acatado. Según estos señores, no reciben
órdenes de nadie, aunque, la más de las veces, se anticipan a ellas. Viven
encerrados en una abstracción: El Derecho. Este es su ghetto.
Las
cosas empiezan a cambiar en la vulgata capitalista salvaje globalizada de
Latinoamérica, los jueces con dificultados, vacilaciones, prueban nuevas
prácticas, que impongan un cambio que
les parece inevitable, y que ayer les parecían imposibles: Un proceso
constituyente, en Chile, para acabar con la “Infausta Constitución de 1980”, y
sus amarres. Desde dentro han derribado las puertas del ghetto. Han permitido
que entre un poco de aire fresco y se han dejado oír, y comienzan a ser
comprendidos. Este acontecimiento se produce, en Chile, en los momentos en que
el país es sacudido por escándalos de corrupción entre la odiosa plutocracia
farisea sofofa, y sus testaferros, la clase politicastra. Salen a la luz
pública, los escándalos del Holding Penta, Soquimich, Compañía de Acero del
Pacífico, Caval, Corpesca, BancoEstado, etc. Agréguese a esta tenebrosa lista,
las privatizaciones de empresas del Estado por parte de la Dictadura de
marras”: Endesa, Iansa, LanChile, CTC, Entel, Laboratorios Chile, el Instituto
de Seguros del Estado/ISE, etc. Pero sin lugar a dudas, el más grande escándalo
de corrupción, es el que golpea a las Fuerzas Armadas, “la reserva moral de la
Sofofa”, con la Ley del Cobre. Por un corto tiempo, los medios mediáticos
mercuriales de (in)comunicación capitalistas globalizados, informaron a su
enajenada audiencia, sobre algunos de estos escándalos de corrupción, entre la
oligarquía farisea sofofa, el poder castrense y la clase politicastra. Pero de
repente, silencio. La mordaza sofofa, los calló…
Proceso Constituyente
por una nueva Constitución, sancionada soberanamente por el Pueblo Chileno.
Es
la única alternativa para extinguir los resabios de la “Constitución de 1980”,
espuria, fraudulenta, una aberración en materia jurídica, ilegítima en su
aprobación y antidemocrática en sus conceptos. Por primera vez el Pueblo Chileno
se dará una Constitución soberanamente sancionada por éste.
Algunos
jueces y magistrados, recelosos, timoratos por el cambio de Constitución,
insisten, en su proclamada voluntad de mantenerse “independientes” de toda
opción política concreta, de partido. Los móviles de su acción, según ellos,
son éticos. Sucede que, en una sociedad en crisis, usurpada por la corrupción,
cualquier actitud ética, asume una valoración política.
A
estos jueces con mala memoria, les recordamos, que la “Constitución de 1980”,
portadora de los valores eternos, dios, patria y familia, fue creada para
proteger el legado de la dictadura de marras, que asesinó al Presidente de
Chile, Dr. Salvador Allende Gossens, y a miles de ciudadanos, a otros tantos,
los desapareció, torturó, y a miles los mandó al exilio. A esto, agréguese, la
infausta amnistía, decreto ley 2191, y la media prescripción que protegían y
protegen a los asesinos y torturadores de la dictadura militar fascista.
Como
colofón, acentuamos a estos jueces y magistrados miedosos, que la defensa de
los valores de libertad y democracia, no constituyen una opción política
partidista, sino un supuesto indispensable a la realización de la Justicia Plena,
patrimonio de toda sociedad civilizada.
La independencia del
Poder Judicial.
Señores
jueces y magistrados, no basta con declarar, difundir, la independencia de los
tribunales, sino concurren determinados supuestos previos. Es falsa,
mitificadora y alienante, toda apelación a la independencia del Poder Judicial
chileno, cuando por ejemplo, los jueces para ser nombrados miembros de la Corte
Suprema, deben ser elegidos por el Poder Ejecutivo, y ratificados por el
Senado, para garantizar que no llegue al Tribunal Supremo, un magistrado no
fiable para los intereses del poder económico sofofo.
Revisión de los
principios: Justicia y libertad.
No
es la libertad, una suma de posibilidades, de libertades. Nadie es libre por el
hecho, de que se “pueda” asociar, reunirse con otras personas, viajar,
expresarse, sino, porque se expresa, se asocia, trabaja, se divierte, opina,
según sus deseos. La persona aislada en medio de la naturaleza, sin otras
contribuciones que la que ésta le impone, no posee el concepto de libertad:
“Es” libre. No necesita que le reconozcan derechos, consigue los objetivos a
que los derechos apuntan.
Cuando,
como ha sucedido en nuestro país, durante largo tiempo, las libertades
políticas han sido conculcadas, su conquista se nos presenta como un objetivo
prioritario, y así, debe ser, porque las
llamadas por algunos, despectivamente, “libertades formales”, forman parte
substancial de la democracia, han sido históricamente, el resultado de una
larga lucha de la Clase Trabajadora y de la juventud.
Justicia e igualdad.
Si
el principio de la libertad favorece el predominio de quienes están en
condiciones económicas de hacer prevalecer su voluntad, el principio de
igualdad no corrige este desfase, sino que lo acentúa, cuando se traduce en un
trato igualitario ante los tribunales, de quiénes comparecen en condiciones
reales de inferioridad, respecto a las consecuencias de una aplicación
indiscriminada de la norma…
La justicia en nombre
del Pueblo.
Durante
mucho tiempo, la Justicia ha sido administrada “En nombre de dios”, o “En
nombre del Rey”. Para el pueblo, la cosa era sencilla, podía estar con la
justicia, o contra la justicia, podía desentenderse de ella, puesto que no era
cosa suya. Pero un día, en alguna parte del mundo, y no de modo definitivo, se
decidió, o al menos se proclamó que la justicia había de administrarse “en
nombre del Pueblo Soberano”. Cuando un
sistema político, se supone basado en la soberanía del pueblo, expresa esta
creencia en todas las acepciones de la soberanía. El Pueblo, directamente o a
través de sus representantes legítimos, será la ley.
La justicia represiva:
“El combate mercurial contra la delincuencia”. No es la existencia del
delincuente la que delinque, sino su actitud
y esta es producto de una realidad social…
Cuando
se afirma que la sociedad necesita de policías y jueces que la defiendan,
deberíamos entender, que no se trata de una protección frente a los delincuentes,
sino que comprenden a éstos, porque esta protección consiste en el uso adecuado
del Derecho, como instrumento corrector de desarmonías sociales.
Hablar
del combate contra la delincuencia, sin reconocer que ella es producto de las
marginaciones de grandes sectores de la población, es una hipocresía. Mujeres y
hombres sin trabajos, sin educación, sin una casa digna, son impelidos, a
recurrir al delito para sobrevivir. La delincuencia es un fenómeno social que
se combate con trabajo digno, educación de calidad, etc.
Como
colofón, queremos reiterar la importancia que tiene en la formulación de la
nueva Constitución, la participación de jueces, magistrados y funcionarios del
Poder Judicial. Nos preocupa la actitud de sectores pragmáticos
contemporizadores, renovados, social demócratas, que hasta ahora han defendido
“la Constitución de 1980”, la amnistía del decreto ley 2191/1978, y la media
prescripción, en aras de la paz y del progreso económico: Una posición ambigua
y oportunista. Quieren cambio de forma y no de fondo. La mayoría de estos
individuos, traicionaron al Presidente Allende Gossens y después del infausto
golpe militar fascista, aparecieron administrando el legado de la dictadura de
marras.
Para
que las nuevas generaciones puedan construir el futuro sin miedo, con memoria y
sin impunidad, es condición sine qua non, se dé ya, una nueva Constitución
sancionada soberanamente por el Pueblo Chileno...
Jorge Bustos B.
Presidente ADDHEE.ONG/CONGEMAR
Prof. Galvarino Jaramillo Pflüker
Vicepresidente
Abogada Ma. Cecilia Chinchón Canales.
Vicepresidente
Lic. Yirsela Peirano Cofré
Asistente ADDHEE.ONG
Prof. Hugo Moreno Peralta/IWA
Secretario Ejecutivo
CC:
Señora
Presidenta Dra. Michelle Bachelet Jeria/ Palacio de la Moneda, Santiago.
Señor
Presidente de la Cámara de Diputados Marco Antonio Núñez Lozano, Valparaíso.
Señor
Presidente del Senado Patricio Walker Prieto, Valparaíso.
Señora
Ministra de Justicia Javiera Blanco, Ministerio de Justicia, Santiago.
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