lunes, 8 de junio de 2015

Seminario Internacional La lucha contra el imperialismo yankee globalizado/ globalización del capital. La tiranía más despótica, depravada y desalmada de la celestina universal.



Organizan: Prof. Dr. Pedro Vuskovic Bravo, Prof. Dr. Luis Inostroza Fernández. Facultad de Economía de la universidad Nacional de México, UNAM.

Ponente: Prof. Dr. Hugo Moreno Peralta/Director Fundación Cesal e.V Berlín/DDR, 11 de Septiembre de 1977.

Agradecimientos: Al socialista, digno, culto, libre y solidario Pueblo de Cuba del maestro libertador José Martí Pérez y de los comandantes Ernesto Guevara de la Serna y Fidel Castro Ruz.

Al Dr. Salvador Allende Gossens, Presidente de Chile. Un Ser Humano digno, leal, honesto y consciente que vivió –luchó- como pensó.

“Elevar el terrorismo a un poder universal, significa institucionalizar el estado de guerra permanente en el planeta”
Prof. Dr. Noam Chomsky.

Los epígonos del capitalismo salvaje globalizado/globalización del capital: Gerhard Schöder, Tony Blair, G. WC. Bush, Aznar, Berlusconi, B. Obama, François Mitterand, Angela Merkel, François Hollande, David Cameron, Mariano Rajoi, etc. no se cansan de repetir “este proceso global que nosotros lideramos es irreversible”. Entonces, digo yo, tendremos más guerra, más cesantía, más miseria, más drogas, más violencia, más niños esclavos o prostituyéndose, más pobreza, más destrucción del entorno ecológico, porque el capitalismo salvaje globalizado/globalización del capital, le ha costado a la Humanidad: sangre, sudor y lágrimas y millones de muertos… ¿por qué debería este engendro orwelliano? Afirmar que el modelo capitalista salvaje está gravemente enfermo, es un lugar común… Por todos los campos serpentea un proceloso malestar. El mundo puede compararse con un inmenso hospital cuya atmósfera está saturada de gemidos, angustia y rabia. Desde varias decenas de años, se trata de hallar un remedio, más el enfermo no se cura. Por el contrario, se empeora. Si hay alguien que mantenga alguna duda al respecto, no tiene más que seguir las peripecias de Wall Street y las del sheriff de turno contra Afganistán, Irán, Libia, Palestina, Siria, etc. Muchos médicos se aproximan al lecho del enfermo, lo examinan con minuciosa diligencia y pronuncian sus diagnósticos. Más vale decirlo al instante, los médicos no logran ponerse de acuerdo entre sí: El chino dice blanco, el teutón dice rojo. Uno quiere marchar a la derecha y el otro a la izquierda. El médico yankee sigue por décadas obcecadamente, negando la existencia de la enfermedad, a saber, para quién no lo hubiera aun comprendido, la cuestión social. A la inversa, los epígonos pragmáticos conciliadores europeos, están acordes con los médicos de Naciones unidas en afirmar que la enfermedad existe, es decir, existe la cuestión social, más cuando llega al punto importante, a la terapéutica, a la medicina que deben aplicar al enfermo para sanarlo terminan como el perro y el gato, enfrascados en discusiones bizantinas. Alguno ensaya un experimento en el enfermo, y otro propone lo contrario, el pobre paciente, entre tanto, prueba y vuelve a probar diferentes brebajes pero no mejora, por el contrario, el desenlace fatal parece ineludible.

Como el imperialismo yankee globalizado y sus testaferros europeos y asiáticos, no tienen una solución a la crisis social/económica, montan el show del terrorismo y buscan nuevos malos que combatir, matar… El imperialismo según el genio universal Dr. Karl Marx es la fase superior del desarrollo capitalista, con la globalización se ha llegado a esta, es decir, la unificación de todos los países bajo un mando único.

Formalmente, los Estados paniaguados mantienen una libertad, una democracia, una soberanía y una justicia en la medida de lo posible, con un control total de sus materias primas por parte de las empresas multinacionales y de los bancos usureros, en condiciones de depredación de los recursos naturales de los satélites del imperio globalizado. Les obliga a abrir sus mercados para la exportación de artículos de consumo “excedentes”, y subsidia su agricultura y la mayoría de los productos imperiales, aplicando a los países dependientes la ley del embudo. La relación lógica no es suficiente para comprender toda la complejidad del imperialismo globalizado actual como lo impone los Estados Unidos: una tiranía, la más despótica, depravada y desalmada de la celestina universal. La concentración de la producción y del capital ha llegado a un punto tan alto de desarrollo que ha hecho que la Humanidad esté regida por las empresas multinacionales y los bancos usureros. La fusión del capital bancario con el industrial, hace surgir lo que hemos llamado globalización del capital, controlada por una oligarquía farisea financiera apátrida.

Adquiere un rol importante la exportación de capitales- especialmente los capitales buitres- y como colofón se pone fin al reparto territorial del mundo. El que no está con la globalización del capital, está contra ella, y en este último caso, las consecuencias son ya conocidas: Invasión y ocupación por parte del Pentágono y su testaferro, la Otan. Estos puntos clarifican alguna de las peculiaridades del imperialismo moderno globalizado, cuya preocupación más importante no es el control territorial directo, sino la hipoteca político-económica- social de los países satélites colonizados. Un buen ejemplo es la “Asociación del Pacífico” en el patio trasero del Continente Americano. Instrumento privilegiados para alcanzar su orwelliano objetivo imperialista, es la exportación de capitales buitres. Mediante la exportación de los capitales antes señalados, se crean economías sucursales de las empresas multinacionales, se soluciona el problema del exceso de acumulación capitalista y se crean mercancías en relación más directa con el mercado y a más barato costo. Por ejemplo, las inversiones estadounidenses en Latinoamérica, garantizan el crecimiento de la expansión capitalista del imperio,  sateliza las industria donde se produce la inversión, se les garantiza a los inversores de fondos buitres: mano de obra barata, bajos intereses y no pago de impuestos, etc. Las empresas multinacionales y los bancos usureros cuentan con todo el apoyo de los gobiernos testaferros, llegando a un total de interdependencia entre el Estado y los monopolios internacionales ante citados, hasta el punto de que la política internacional de Estado, no es otra cosa que la resultante de los interesas monopolistas internacionales globalizados.

La globalización del capital que ha impuesto el imperialismo yankee a nuestro desgraciado planeta, se traduce en la incondicionalidad del actuar de las grandes potencias, bajo el tutelaje del sheriff de turno a todos los niveles. Económico, político y militar. Si en el rostro del mundo actual reconocemos nuestro drama orwelliano colectivo, si vemos el hambre, la miseria, la corrupción, la degeneración, la impunidad, la prostitución infantil y juvenil., la criminalidad, las drogas, el narcotráfico, el terrorismo en general y del Estado en particular, es que las ideas impuestas a la sociedad nos han sido, ni son las más eficaces, ni se inspiran en un sentido ético real de Humanidad. Si el individuo no es esclavo de la naturaleza, lo es de la economía, de un sistema perverso, depravado, e inhumano, globalizado, irracional e insolidario que no ha logrado convertir el caos en felicidad humana. Paradojalmente, el irracionalismo que envuelve al género humano se produce cuando se cree estar en el más alto nivel de la evolución histórica.

La expansión del imperialismo yankee globalizado/globalización del capital, no se ha logrado en forma exclusiva por medio militares. Las presiones económicas, el narcotráfico, igualmente implacable y el modo alguno similares al mito de la competencia y libre empresa, han desempeñado un papel de importancia. Entre dichas presiones se cuentan:
a) Los créditos atados a los países dependientes y a los países devastados por las malditas guerras -la mayoría de ellas planeadas por el imperialismo  yankee y llevadas a cabo por el Pentágono y la Otan para apoderarse de las materias naturales- en condiciones impuestas por el FMI, el banco Mundial y el Banco del Desarrollo/BID. Organismos financieros al servicio del capital, de la celestina universal.
b) Los convenios comerciales que prohíben la protección de la industria y la agricultura de países más débiles, contra la destrucción por parte de las poderosas empresas multinacionales.
c) Utilización de embargos y boicot contra países que rechazan la hegemonía del imperio. Un caso significativo es el del digno, culto y libre Pueblo de Cuba, del maestro libertador José Martí Pérez y de los comandantes Ernesto Guevara de la Serna y Fidel Castro Ruz.
d) Intervención descarada diplomáticas para arrancar concesiones en beneficio de las empresas multinacionales del imperio.
e) Imposición de créditos buitres no solicitados a través de bancos usureros que proporcionan a corto plazo grandes utilidades a los bancos imperiales.

En resumen, la imposición imperial se ha conseguido en tres fuentes perfectamente complementarias:
a)    El económico, progresiva satelización de las economías internacionales. La relación de dependencia se establece por la inversión mayoritaria de capitales buitres, créditos atados, la usura de convenios bilaterales, etc. El rol del sheriff del imperialismo yankee globalizado consiste en mantener a raya a los países desarrollados y, en general, el crecimiento capitalista competitivo, pero sin llegar a asfixiarlos, porque podría dar paso a situaciones prerrevolucionarias y serios trastornos en el equilibrio del poder del sistema del capital globalizado.
El sheriff debe vigilar los eslabones más frágiles del sistema, los países subdesarrollados, para que prosiga el expolio y los países ricos y desarrollados sigan siendo más ricos. La dificultad de conseguir equilibrio entre el controlador expoliador y necesario aumento del nivel de vida, suele decantarse hacia el primer término. Es entonces cuando el imperialismo yankee fomenta políticas internas fascistas en los países satélites/colonizados y así conseguir la sumisión por el terror, administrados por regímenes títeres/demagogos/populistas corrompidos. Si las cosas se complican, apela a la brutalidad de las Fuerzas Armadas apátridas, quiénes siempre están al servicio  del amo imperialista, del capital foráneo.
b)    El político. De lo anterior se desprende lo complejo que es el control político del sistema del capital globalizado. La hegemonía imperialista yankee globalizada, descansa en la sumisión de los epígonos de la globalización del capital: Tony Blair, Gerhard Schröder, Berlusconi, Aznar, G. WC. Bush, B. Obama, François Mitterand, Angela Merkel, François Hollande, David Cameron, Mariano Rajoi, etc. Este es un pacto que se fraguó  en los años de la guerra fría. Tras la segunda guerra mundial, los imperialistas yankees, bajo el dudoso manto de la beneficencia del Plan Marshall y luego con el control del Pentágono y de la OTAN y la estrecha vigilancia de la Comunidad Europea, lograron el control progresivo de la economía europea.
c)    La influencia de la cultura de la basura, la depravación y el consumo desaforado yankee a través de los medios mediáticos de comunicación globalizados, nos ha permitido concluir a las personas que tenemos la capacidad de pensar, de imaginar que la globalización del capital es una dictadura mediática, bastarda,  económica y política. En este régimen mediocrático solo el 10% - en el mejor de los casos-  de la población tiene acceso a la prensa de oposición, y el resto recibe las noticias enajenantes a través de una televisión basura bajo control, si por un lado está extendido el convencimiento de que se acepta el disenso. La primera consecuencia que se deriva  de este punto, es que la “política cultural” del imperialismo yankee globalizado,  tienen un carácter sistemático que se extiende hasta los rincones más  inesperados de la filantropía y de la cooperación técnica, y se amplía progresivamente, en la medida en que sus servicios son reclamados con insistencia creciente por las necesidades estratégicas y económicas que tiene el imperio en los territorios que controla.

La responsabilidad crucial de los científicos y políticos honestos ante el intento sistemático de ponerlos al servicio del sistema imperial, es defender a toda costade su dignidad e independencia. Fatalmente, esto supone un pronunciamiento ante los problemas de nuestro tiempo y es claro que el imperialismo, en general, y cultural, en particular, tan sólo puede existir como una manifestación del antiimperialismo en el plano político, por esto, soporta ciertas formas de protestas.

El científico en un país atrasado, debe mantener viva la llama del saber, de la dignidad, aunque esto implique necesariamente que su trabajo debe ser modesto, comparado con el despliegue material que realiza la sociedad industrial. Esta limitación no tiene mayor importancia, si comprende que su tarea real es a largo plazo y que tan sólo una sociedad de iguales – socialista, no confundir con socialdemocracia, balón de oxígeno del sistema capitalista- a escala humana, en el marco de un irrestricto respeto de los derechos del ser humano y de su dignidad, puede aprovechar en forma cabal  los frutos del pensamiento. Él sufre, dentro de sí mismo, el desgarramiento del choque entre la búsqueda del conocimiento y la voluntad de ponerlo al servicio del Pueblo, por un lado, y la irracionalidad, el desvarío, el delirio  de un sistema que, por otro lado, pone vallas infranqueables a su propósito.

Quizás el papel más importante que tienen asignados los científicos, que sobreviven al margen de la globalización y que no figuran en los textos de ninguna ciencia, es aprovechar esta amarga experiencia para liquidar, terminar con la degradación moral en que ha caído, bajo la égida del imperialismo yankee globalizado, la mayor parte de la práctica científica, y volver a convertir el pensamiento en instrumento de progreso, bienestar y liberación del género humano. Un ejemplo admirable de lucha en esta dirección lo constituye el Prof. Dr. Noam Chomsky.

Como colofón, digamos que, el imperialismo yankee globalizado está llevando al planeta por un despeñadero, no tiene ninguna solución a corto, mediano ni largo plazo de su crisis que arrastra por décadas. Cuando se afirma que es indispensable políticas para un crecimiento sustentable, equitativo y democrático, no se quiere escuchar. El desarrollo no consiste en ayudar a unos pocos individuos a enriquecerse, ignorando y marginando a las grandes mayorías. Por el desarrollo entendemos la transformación de una sociedad injusta, degenerada, inhumana e insolidaria por otra que mejore la vida de los pobres, que les permita salir adelante accediendo al pleno trabajo, a la salud, a la educación y a la cultura. Este desarrollo es imposible en el marco de la globalización del capital. ¿Cómo salimos del círculo vicioso? Muy difícil. Los países en desarrollo deben tomar las riendas de su propio porvenir.  Pero la clase politicastra, la oligarquía empresarial plutócrata, rastrera, neutral, rastrera, apolítica y sumisa a los designios del sheriff de turno del imperialismo yankee, está siempre preparada para asesinar al pueblo y la temblorosa rodilla en tierra ante el dólar yankee. No es fácil cambiar la mentalidad de la clase tartufa/testaferra de los países desarrollados.

Si se quiere que funciones una globalización de rostro humano, entonces debemos protestar y luchar para terminar con la globalización de capital que nos quiere imponer el imperialismo yankee globalizado. Pero es condición sine qua non que los gobernantes que rijan los destinos de la Humanidad sean los más sabios y honestos. Hasta ahora hemos sido gobernados –salvo excepciones, por políticos inmorales, depravados, corruptos y estúpidos. En estos países la violencia, la corrupción, la depravación y la impunidad por causa de la decadencia política: todos lucran, nadie piensa, nadie sueña…

Sapere aude: el que no vive como piensa, termina de pensar como vive.
 
Prof. Dr. Moreno Peralta/IWA



 

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