LA IDENTIDAD EN AMERICA
LATINA
Conferencia
Internacional
: Columbia University/N.Y/ USA. Institute of LatinAmerican Studies 1979.
Conferenciantes: Prof. Ing. Enrique
Kirberg Baltiansky y Prof. Dr. Hugo Moreno Peralta/ Gast professor
La
llegada al Continente Americano de Cristóbal Colón, el 12 de Octubre de
1492, por larga data, ha sido aceptada como el arribo a las Indias
Orientales (la India). Los españoles las
llamaron “Indias Occidentales” y a sus
aborígenes “indios” para asegurarse el dominio del Continente Americano, con la
venia del Vaticano. No tuvieron conciencia que habían llegado a un nuevo
continente. En 1566 el sacerdote Bartolomé de las Casas afirmaba: “El
designio de Dios, nos permitió descubrir
un nuevo mundo “… Fue Martín Waldseemuller, cartógrafo, quien en su libro
“Cosmographia Introductio” (1507), da el
nombre de América al nuevo continente, por la admiración que sentía por su
maestro Américo Vespucio. Su obra se basó en la Novus Mundos (1503) del
florentino navegante.
No
cabe duda que el Continente Americano en la construcción de su identidad ha sido
objeto de diversas tendencias y opiniones caracterizadas por ubicar “el nuevo
mundo” no a partir de su especificidad, sino de la función que debía cumplir en el
conjunto de la política mundial.
Cuando
el Continente Americano salía de un periodo de incertidumbres, de
indeterminación cayó en otro peor, que
los criollos (hijos de españoles nacidos
en el continente americano), europeos avecindados e “historiadores
oficiales “llamaron “procesos
independentistas”. En sus cabildos “los independentistas”, se constituyeron en
Junta de Gobierno, para luchar por la vuelta al trono del borbón Fernando VII apresado por Napoleón
Bonaparte, durante su invasión a España.
Una “independencia muy peculiar y singular”. La misma oligarquía empresarial agrícola citadina y la
burguesía politicastra paniaguada, de
espalda a la historia celebraron el
2010, el “bicentenario de aquella independencia”.
Desde
1810 a 1900 se celebró en Madrid el congreso social y económico
hispanoamericano, el debate central fue encontrar el nombre adecuado que
expresara la nueva realidad continental, ya que
se utilizaban diversos calificativos: Hispanoamérica, Iberoamérica,
Latinoamérica, etc. Hasta la fecha no se
ha podido lograr un consenso en la
materia. La España profunda monárquica franquista que encabeza el borbón de
turno, la oligarquía empresarial/patronal y la clase politicastra
y sus epígonos, insisten en que
América sigue siendo una colonia satrapía de su imperio y la llaman
Hispanoamérica. La mayoría de los Pueblos
Latinoamericanos, insisten en llamarla
América Latina /Latinoamérica, porque pertenece al mundo latino. La idea de
latinidad es anterior al Congreso antes
señalado, entre 1853 y 1856, el chileno Francisco de Bilbao y el editor
Alejandro Magariño, uruguayo, en la publicación llamada” Revue De Races Latines” y el poeta José Mario Torres,
en su poema “Las dos Américas”, son los primeros intelectuales en nombrar así al
continente, para precisar la especificidad de lo que es éste. En esto se basa
la búsqueda de la propia identidad, en cuanto no es lo que distingue al nuevo
mundo y además lo define. El movimiento social por la Patria Continente en la
década de los 60, asumió en el Continente
Americano y en Europa el concepto de América Latina/Latinoamérica.
La
odiosa oligarquía empresarial agrícola
citadina estadounidense, el 1%, y su
régimen de turno, en forma irreflexiva y reiterativa, se han apropiado del nombre del Continente
Americano: América. Esto es un plagio, una distorsión geográfica, histórica, política
y social. Es falso, de falsedad absoluta, llamarles americanos a los habitantes
de Estados Unidos. Americanos son todos
los habitantes nacidos en el Continente Americano desde Alaska hasta Tierra del
Fuego. Los habitantes de los Estados Unidos, se llaman estadounidenses. Pero,
ya lo afirmó el maestro libertador Lic.
José Martí Pérez, “el aldeano ignorante zafio y fatuo cree que el mundo entero
es su aldea….”
La identidad de América
Latina.
A
menudo nos preguntamos: ¿Qué somos, ¿Quiénes somos? ¿De dónde vinimos?, ¿Cómo
nos definimos?, ¿Cuál es nuestra esencia ¿Cuáles son nuestras raíces?,¿Cuál es
nuestro punto de partida. Solo contestándonos estas preguntas, podemos
descubrir nuestro mundo propio en relación con el mundo circundante. Para
encontrar repuesta a estas preguntas no se necesita un decreto imperial
monárquico, ni menos un milagro del Vaticano, por lo arcaico del primero y porque el segundo no
existe.
La construcción de
nuestra identidad y la memoria histórica: Tupac Amaru, Lautaro, Gerónimo,
Cuauhtemoc, etc.
El
presidente de Chile Dr. Salvador Allende Gossens brutalmente asesinado el 11 de septiembre de 1973 por la dictadura
cívico militar en su legado nos recuerda
el 1º de diciembre de 1972, en el Congreso de la Unión México, “los pueblos sin memoria histórica nada
significan ni nada valen. Hay que honrara a aquellos seres humanos que dieron
sus vidas y su existencia por darle
contenido, forma y perfil a
nuestras nacionalidades”….
Para
los latinoamericanos, dos elementos contribuyen a la construcción de nuestra
identidad: el espacio y el tiempo, los cuales ya eran categorías fundamentales
en la visión del mundo, para los Pueblos Mayas, Aztecas, Incas, Aymaras, etc.
Las cosas se captan en el orden que poseen, en la sucesión del tiempo y en el
lugar que ocupan en el espacio.
La identidad supone una
continuidad de intereses que hacen consciente a un grupo humano de su propia
existencia, el origen de nuestras maneras de pensar y actuar.
Nuestra
concepción de la identidad está referida
al patrón de la lógica Aristotélica. Identidad consigo mismo, es darse cuenta plena de lo propio. La
peculiaridad frente a lo universal. Es la reivindicación del mundo particular
frente a otro que aparece como el único
válido. Así, se deberá plantear la
especificidad del territorio que surgió con la llegada a las inexactas “indias orientales” de los
europeos, asumiendo por parte nuestra, el carácter
propio ”la Patria continente América Latina y el Caribe “.
Desgraciadamente
nuevos y odiosos imperios, el inglés y después
el estadounidense/yanqui han enajenado nuestra identidad latinoamericana
con la complicidad y sumisión de la
oligarquía empresarial farisea
agrícola/citadina y la burguesía
politicastra ambas apolíticas parásitas
dependientes del capital buitre foráneo.
Recuperar nuestra
identidad en plenitud, nuestra humanidad devaluada, pasa por reconocer nuestras raíces
etnológicas, los pueblos indígenas, sus culturas, sus costumbres y devolverles
sus tierras.
El
único camino viable para alcanzar nuestra identidad, es tomar
en nuestras manos nuestra propia
realidad que parte de su especificidad, es decir, en el espacio y en el tiempo, como categorías que marcan lo histórico en lo
permanente que tiene.
Este
es un proceso de regulación de lo nuevo. Nosotros los Pueblos Latinoamericanos
tenemos que exponer nuestros argumentos en cuanto nuevo mundo en el momento en
que entramos a la historia”. La historia oficial “de las oligarquías empresariales impuesta por la monarquía franquista española y posteriormente por el
imperialismo yanqui, no es nuestra
historia. La única historia que
reconocemos es la historia que hacen los pueblos libres, dignos, cultos y
soberanos.
La
llegada del colonialista europeo y la dificultad para reconocer a América
Latina, ha hecho presente en el mundo actual una manera diferente de entender
los problemas ya legitimados, una visión de la cual los Pueblos Latinoamericanos,
mayoritariamente no somos responsables. Pero sí, los que amamos la Patria
Continente América Latina y el caribe estamos
comprometidos cambiar, terminar
con ésta impostura.
La
América nuestra, “ la Patria Continente, América Latina y el Caribe “ reclama,
exige el fin de los problemas seculares
que la tienen en el atraso, en el subdesarrollo por causa de los coloniajes de los imperios antes
citados y de su oligarquía empresarial
agrícola citadina y su burguesía
politicastra parásitas apátridas, que la han expoliado, enajenado y
marginado, revalorizando las formas
propias de nuestros mundo.
Debemos
dar a conocer como debe ser entendida y como ella misma
quiere ser interpretada. América Latina
puede y debe mostrar al mundo su
manera propia de reflexionar, de hacer filosofía, de educar, de otorgarse su
propio parámetro a partir de un proceso en que se haya implícita la conciencia
de su propia especificidad. Este es nuestro gran desafío, nuestra utopía, - entiéndase por utopía “el
desafío que se opone al realismo moderno. Ella se alcanza con el cambio
revolucionario que trata la justicia social”, el sueño despierto Aristotélico.
La identidad de América
Latina.
La
identidad de América Latina no es una falacia antropológica, ni una metáfora antropomórfica.
Es un proceso mucho más profundo que no empezó con la llegada del colonizador
europeo, sino que viene de muchos siglos pretéritos y que continuará en la lejanía de la historia.
Cuando
los intelectuales progresistas de América latina reflexionan sobre nuestro
continente y sus originarios/autóctonos habitantes, no se trata de un gesto
retrógrado, ni de un lenguaje de simple seducción, sino que representa un
esfuerzo de reflexión fundamental: la
búsqueda de nuestras raíces, es indispensable si queremos hablar de la
identidad de América Latina científica e
históricamente. Sin raíces no hay un
punto de partida, no hay un pueblo originario, autóctono. No podemos hablar del desarrollo del árbol y su vida ,sin partir
desde sus raíces.
La unidad en la
diversidad, concepto cultural y la democracia plena a nivel político , son las ideas que nos
pueden permitir comprender la complejidad de nuestra actual situación
histórica.
Como
colofón acentúo que dos corrientes se
unieron para dar nacimiento a nuestra identidad, los Pueblos autóctonos
indígenas y los que llegaron de otros continentes, no sólo de Europa,
especialmente de África.
Según
el “Consejo de Indias de Sudamérica”, en su reunión efectuada en Lima el 30 de
Octubre de 1988, los pueblos indígenas
representan una población de
cuarenta y dos millones de seres humanos que podría alcanzar a sesenta
millones, referida a toda América Latina y a comienzo del presente siglo. Para
los indígenas, el problema fundamental dice relación con la recuperación de la
identidad anonadada/ degradada por el proceso de aculturación a que los pueblos
aborígenes fueron sometidos por los colonizadores europeos, españoles,
ingleses, franceses, alemanes, y hoy, por los colonizadores del imperio
estadounidense/yanqui “del patio trasero”. Evidentemente, junto con la
indiscutible reivindicación anterior, hay que agregar la devolución de sus
tierras robadas, usurpadas, etc.
El Pueblo Mapuche raíz
etnológica del Pueblo Chileno.
El
Presidente de Chile Dr. Salvador Allende Gossens, refiriéndose a la solución de
los problemas que afectan al Pueblo Mapuche manifestó: “ La solución integral de los problemas que por larga data afectan al
Pueblo Mapuche pasa, porque lo
reconozcamos como nuestra raíz etnológica, le devolvamos sus tierras y le
respetemos su cultura y sus tradiciones. El indígena mapuche es la base, el
punto de partida del común denominador que unifica al pueblo chileno y le
otorga una gran profundidad histórica”.
El colonialista español y sus paniaguados – las oligarquías
empresariales agrícolas citadinas, sus testaferros la burguesía politicastra y los cipayos mamelucos, los apodaron “araucanos”, cambiando
el nombre a estos seres humanos y como después lo hicieron costumbre
para mostrar que las cosas cambian. El sabio alemán el Prof. Dr. Albert
Einstein, afirmó,: “ reconozco dos cosas
infinitas las distancias en el universo y la estupidez humana….”
“Mientras no camine el
indígena no caminará el Continente
Americano/ nuestra América Latina.” Lic. José Martí Pérez. Maestro Libertador
de la Patria Continente América Latina y el Caribe.
No
se trata de reivindicar la reconstrucción cristalizada del antiguo sistema de
vida o de toda su cultura ancestral de los pueblos indígenas del Continente Americano,
sino la recuperación de sus tierras, de un sistema abierto, donde las
reivindicaciones/ reparaciones exigidas por los pueblos indígenas sean
acompañadas por transformaciones decididas soberana y democráticamente por
ellos. Evidentemente el punto de partida
es el pasado histórico de estos pueblos. Sin pasado ,no hay presente, ni
futuro. Además, se deben reconocer y respetar sus tradiciones consolidadas por
siglos. Todo este proceso debe darse en el marco de la autodeterminación de los
pueblos indígenas en el seno de un
Estado Plurinacional con una democracia plena, en el marco de la República de
todos con iguales deberes y derechos, en la que ellos sean protagonistas, con
una Justicia Plena de la certeza del
Derecho de la igualdad de todos ante la ley.
El
desafío, la utopía antes señalada no se enmarca en bellas nostalgias, sino en
la esperanza concreta por alcanzar un modo de vida comunitario, basado en la
solidaridad entre el indígena y la naturaleza, sus costumbres y la libertad
plena…
Las
personas que tienen la capacidad de
entender, se han dado cuenta que el asunto de los problemas de los indígenas
pasa, reitero, por recuperar sus tierras, y el respeto por su cultura,
costumbres y sus tradiciones que son muy importantes. Además, ellos no pueden estar ausentes en la
construcción de un nuevo modelo alternativo de sociedad socialista a escala
humana en el irrestricto respeto por la dignidad, los derechos del ser humano y
del entorno ecológico, que exige la mayoría de la Humanidad, después del fin
del sistema capitalista salvaje globalizado.
Absolutamente
nada tienen que decir o hacer en este
proyecto las oligarquías empresariales agrícolas citadinas ni sus testaferros menos aún, el imperialismo yanqui globalizado.
El
triunfalismo y el exitismo de la monarquía borbónica franquista, de la
plutocracia española /patronal y sus epígonos peninsulares y latinoamericanos
que quieren obtener obstinadamente un sofisticado y paternalista – todo
paternalismo es un escupitajo a la dignidad
del ser humano- , control imperial sobre los Pueblos Latinoamericanos,
nos parece una inmoralidad, una desvergüenza, un insulto a la dignidad de los Pueblos
Latinoamericanos que sobreviven del genocidio secular del que fueron víctimas
de los colonialistas europeos, los que ni siquiera han pedido perdón por los
crímenes cometidos a millones de seres humanos asesinados, sus culturas
saqueadas y destruidas en todo el Continente Americano durante siglos.
La Patria Continente
América Latina y el Caribe, legado del General Libertador Simón Bolívar
Palacios y Blanco
Este
desafío se funda en el hecho de que
existen las coordenadas que validan las ideas
de identidad latinoamericana:
-
La
misma raíz demográfica e histórica nacida de la mezcla de pueblos, culturas que
dieron origen a nuestros libertadores: General Simón Bolívar Palacios y
Blanco, General José Gervasio Artigas Arnal,
General José de San Martín Matorras, General Francisco Miranda y Rodríguez,
General Bernardo O’Higgins Riquelme, etc., no podemos olvidar al sacerdote Miguel Hidalgo y Costilla, y al jurista
Coronel Manuel Rodríguez Erdoiza y una larga
etc. También frente a la historia debemos denunciar la taifa de tiranos cívicos /militares que a
lo largo de la historia han servido rastreramente al imperialismo
de turno del capital buitre foráneo por algunas monedas.
-
Las
mismas lenguas español, portugués y francés, portadoras de la religión
católica. Frente al genocidio de los pueblos indígenas por parte del
colonizador español hay que reconocer la obra del sacerdote Bartolomé de las Casas y muy en especial de
la Compañía de Jesús en defensa de los pueblos aborígenes del Continente Americano.
Esperemos que más temprano que tarde se les haga justicia, especialmente a los
jesuitas como precursores y libertadores del Continente Americano y
Latinoamericano en particular.
La identidad
latinoamericana , la unidad en la diversidad.
La
identidad latinoamericana como proceso es posible comprender a través del
concepto de unidad en la diversidad, por cuanto, si América Latina tiene una
existencia real, también es cierto que no hay dos pueblos latinoamericanos
semejantes. Junto a una historia, cada pueblo tiene la suya. Pero, no es menos cierto que las historias de los pueblos
latinoamericanos se han mezclado a través del tiempo.
Para
hacer consecuente y realista, para alcanzar nuestra identidad debemos apoyar
todo los acuerdos económicos y culturales que han sido sancionado por los
pueblos y sus gobiernos democráticamente elegidos: el Mercosur el Alba, Celac, etc.
, aportando nuestra contribución al proceso unificador en el marco de una
filosofía latinoamericana que se basa en un pensar que parte de nuestra propi
realidad, de nuestra propia alteridad
que sirve como hilo rojo a nuestro
proceso en marcha de identificación
cultural, siendo conscientes de nuestra dificultad de ser ,que deriva de éstos casi doscientos años de “historia
oficial” impuesta por las oligarquías empresariales agrícolas citadinas y sus
testaferros las burguesías politicastras gobernantes y sus cesarista regímenes
reaccionarios que cada año se preparan para celebrar el bicentenario de la mal llamada “independencia,” de la Madre
Patria, la España profunda monárquica franquista”.
Partiendo
de las especificidades de cada país, podemos concebir una búsqueda
epistemológica de lo que es propio y común, más allá de la historia, de la
lengua, de la religión, tradiciones, etc., compartidas para integrarnos más
como Latinoamérica y también al resto
del mundo, es una actitud positiva hacia los grandes cambios económicos,
políticos, ecológicos que hoy exige la humanidad.
El
proceso de identificación cultural no se lleva a cabo contra ningún país del
planeta, podemos aprovechar las experiencias integradoras de la Comunidad
Europea, pero no como modelo para imitar, así como rechazar cualquier plan
imperialista que pretenda incorporarnos a un proyecto de explotación,
aculturación y enajenación ajeno a los intereses de los pueblos
latinoamericanos. En el aspecto ideológico en el contexto de un pensamiento
propio podemos señalar con orgullo, dos aportes importantísimos para la
construcción del nuevo sistema alternativo de sociedad, de la Republica de
todos, sociológicamente hablando: la teología de la liberación del sacerdote
Camilo Torres Restrepo y el socialismo latinoamericano : en la Cuba socialista del maestro José Martí
Pérez y de los Comandantes Fidel Castro Ruz y Ernesto Guevara de la Serna, el Gobierno Popular socialista del Presidente
Dr. Salvador Allende Gossens, en la Nicaragua socialista del General de
seres humanos libres Augusto Sandino, y recientemente en el
socialismo bolivariano venezolano del Comandante Hugo Chávez Frías y en el
socialismo aymará /inca boliviano del Presidente Evo Morales Ayma.
Es
imprescindible introducir una modernización
que permita el desarrollo de las fuerzas productivas, la racionalización de
nuestra economía y de la vida comunitaria dentro del concepto de Estado
solidario para terminar con la odiosa marginación de sectores mayoritarios de
la sociedad impuesta por el sistema capitalista salvaje globalizado. Así lograremos el verdadero modo de ser del
latinoamericano: digno, solidario, culto, soberano y libre que le hará ser
latinoamericano sin más. Cuando yo hablo
de democracia, justicia y libertad, lo digo en el sentido pleno, rechazo
totalmente la falacia de “ en la medida de lo posible”. Cuando hablo de
libertad no me refiero a la libertad del arcaico fenecido liberalismo ni del
instrumento el neoliberalismo ni del positivismo
del sistema capitalista salvaje globalizado, sino de la libertad plena y
creadora. Alcanzada esta meta, se puede
avanzar en la identidad, es decir, la capacidad de autodeterminación sin
dependencia de ningún centro hegemónico.
Un pueblo sin raíz
etnológica, sin identidad no es pueblo.
La
identidad es un problema histórico – de “la historia que hacen los pueblos
dignos y soberanos” - y para alcanzarla tenemos que poner en funcionamiento la
memoria histórica de los arquetipos que las unen a sus raíces.
Una
vez que tengamos nuestra identidad, un modo de ser propio, y no como hasta
ahora, en que una parte de la Humanidad posee
el verbo, mientras que la otra ,
la subdesarrollada, no puede hacer otra cosa que pedirlo prestado, podremos
terminar con cualquier tipo de coloniaje encubierto o por venir. Solo por este camino alcanzaremos la construcción
de la Patria Continente América Latina y el Caribe y podremos vivirla en plena
democracia, libertad, solidaridad y
justicia vivible para todos y no como ahora que lo es solo para algunos, como lo acentuara Pablo
Neruda, poeta del amor y la esperanza de nuestra América Latina.
Con
esperanza y memoria
Prof.
Dr. Hugo Moreno Peralta
Director
Fundación Cesal e. V. DDR
Secretario
Ejecutivo Codeh-Codes Chile/Berlín DDR
Esta
conferencia se llevó a cabo también en:
-
Fundación Cesal e.V. Berlín DDR. Universidad Von
Humboldt/en Junio 1978.
-
Universidad
Lomonosov. Moscú/URSS, Septiembre 1978.
-
Conferencia
conjuntamente con el Prof. Ing. Enrique Kirberg Balteansky, Columbia University
N.Y.USA. Institute Of. Latinamerican Studies/1979.
-
Cepla
Chile, Universidad de Valparaíso /1995
-
Conferencia
Internacional “Los desafíos del Nuevo Milenio”, organizado por la Asociación Americana de Juristas/Rama
Valparaíso Aconcagua. Con la convocatoria internacional de la Fundación
Heinrich Böll Berlín/Alemania. Valparaíso 1999.
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