jueves, 2 de mayo de 2024

La diferencia en el trato a Llaitul y a Ponce Lerou:


La justicia de clase decimonónica, en la medida de lo posible: A líder mapuche un largo presidio y Ponce Lerou libre por el mundo...

La diferencia en el trato a Llaitul y a Ponce Lerou:

La clasista justicia chilena no termina de entregar testimonios de su proceder e insiste en el trato diferente a quienes son millonarios y pertenecen a las elites, ya sean políticas, económicas, sociales, culturales o religiosas, quienes jamás van a la cárcel, mientras que los pobres, indígenas o gente modesta y sin relaciones con el poder, abarrotan las prisiones del país sin ningún tipo de exenciones.



El veredicto del Tribunal Oral en lo Penal de Temuco, indicó que Héctor Llaitul es culpable de cinco delitos, dos de ellos contemplados en la Ley de Seguridad del Estado, por lo que podría ser condenado a 25 años de presidio.

También se informó que la Fiscalía Centro Norte puso fin a la indagatoria contra Julio Ponce Lerou, en lo referente al caso Cascadas, el mayor escándalo del mercado financiero que perjudicó a accionistas minoritarios, a las AFPs y fondos mutuos.

Ambos acontecimientos muestran en toda su brutalidad, la dispar forma en que el Estado chileno se enfrenta a las personas que son acusadas, pero que pertenecen a diferentes clases sociales. Llaitul saldría anciano de la cárcel y Ponce Lerou viajará por el mundo gozando de su colosal fortuna acumulada en dudoso proceder, ya que era el yerno de Pinochet.

En tal sentido, no está de más traer a colación las palabras de una monja en la visita del Papa Francisco a la cárcel de mujeres de San Joaquín en el 2018, quien señaló que en Chile se encarcelaba a la pobreza. Aún está en la retina de muchos que el Papa, el Nuncio y otros personeros de la Iglesia Católica solo sonrieron.

Es parte de la cultura de la sociedad chilena, la que condena a clases de ética a los empresarios, pero a la vez, es intransigente con las personas de pocos recursos y, sobre todo, si estas tienen origen indígena y son pobres.

¿Se le comprobó algún asesinato al Héctor Llaitul? Obviamente que no, entonces la lógica se encuentra en que son acciones de carácter político, pero no se reconoce tal condición.

El caso de Julio Ponce Lerou es uno de los más increíbles, ha estado involucrado en numerosos delitos, pero hábilmente se las arregló para tener a las elites políticas comiendo de su mano al financiarles ilegalmente sus actividades y candidaturas. Todo ello le concedió legitimidad a sus sucios negocios e impunidad a sus delitos, inclusive, Carolina Tohá, la actual ministra de Interior estuvo involucrada, pero nadie le ha enrostrado su infracción tanto ética como penal, porque todos y todas, de una u otra forma, estuvieron implicados en el oscuro financiamiento de la política.

Julio Ponce Lerou es el personaje más importante del litio al controlar SQM mediante subterfugios y terceras personas. Esta es la empresa que explota el yacimiento más importante del mineral ubicado en el Salar de Atacama. Así, por supuesto que la justicia no lo procesará, es parte de un exclusivo club de privilegiados.

¿Tiene futuro la sociedad chilena con estos papelitos de la justicia? Por supuesto que uno muy sombrío, debido a que esta dimensión de la desigualdad, del racismo y el abuso, es un componente de la crisis que se manifiesta larvada, la que más tarde o más temprano, puede manifestarse en protestas generalizadas, que sin duda es una situación hipotética, sin embargo, lo seguro es que el orden político no puede construirse con este nivel de exclusión y atropellos a las personas, en especial, si existe un conflicto histórico de larga data.

Estimados amigos asociados: querido y digno Pueblo Mapuche, la Justicia Plena es el equilibrio entre la moral y el Derecho. Tiene un valor superior al de la ley. Lo justo es siempre moral. La leyes pueden ser injustas, lo justo es siempre moral. Acatar la ley es un acto de disciplina, pero a veces implica un inmoralidad.

El mayor obstáculo al progreso de los pueblos es la fosilización de las leyes. La Justicia Plena no es inmanente ni absoluta, está en el devenir incesante, en funciones de la moralidad social. Los intereses creados obstruyen la Justicia Plena, todo privilegio injusto implica una inmoral subversión de los valores sociales. En sociedades como la chilena, por más de 50 años, carcomida por la injusticia, la clase oligarca, empresarial, financiera-bancaria/agiotista, agrícola, monopolista/CMPC/SOFOFA que ocupa el país y su testaferra clase burguesa politicastra castrense corrupta, el parasitismo deja de inspirar repulsión a quienes lo usufructúan y encenegan  las victimas en el consumo, la drogadicción y la telebasura/internet. Cuando en la conciencia social no vibra un fuerte anhelo de conciencia, nadie templa  su personalidad ni esmalta su carácter. Donde medran los corruptos que más se arrastran, las piernas no se usan para caminar erguido.  Cuando se obstruye a una sola persona el camino de todas las posibilidades hay injusticia en la nación. Todo privilegio en favor de una casta partido, partido, grupo, cohesionado en oposición de la mayoría de los ciudadanos de un país es un residuo de la barbarie violatoria de la Justicia Plena como ocurre por más de 50 años en el Chile ocupado. Todo esta dicho pero como nadie hace caso hay que volverlo a repetir.

Con esperanza y memoria, querido Digno Pueblo Mapuche, luchar es vivir y esto lo saben muy bien, porque “Solo merecen la libertad y la vida quienes cada día las conquistan”.

Prof. Moreno Peralta/IWA

Secretario Ejecutivo ADDHEE.ONG

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