lunes, 20 de mayo de 2024

Estados Unidos: hipocresía y extorsión

Estados Unidos: hipocresía y extorsión

Por la Jornada de Mexico./ Lucha internacionalista/ El Salto/ Prensa Mare Argentina/ Xinhua, Other News, Sputnik, RT, Publico.es, Red latina sin fronteras. Sur, ACHEI, Utopía, Argentina Indymedia/ADDHEE.ONG:

Prolegómenos: el día mundial por la libertad de prensa. Por el Semanario Sur Andino, director Luis Espinoza Garrido.

La UNESCO, Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, concedió el Premio Mundial de la Libertad de Prensa Unesco/ Guillermo Cano 2024, a los periodistas palestinos que cubren la guerra en Gaza, por “su compromiso y valentía”. Desde los inicios del cruel magnicidio, han muerto 26 periodistas y trabajadores de los medios de comunicación mientras ejercían la labor de informar sobre los acontecimientos. No ha sido fácil para los comunicadores trabajar en un escenario en el que se vuelven blanco de los soldados israelíes, quienes se preocupan especialmente de acribillarlos, porque no desean que la opinión pública mundial se entere de la masacre que ocurre a diario. Estos no solo son casos referidos a los últimos siete meses que lleva la actual ofensiva sionista, sino que ha sucedido durante todo el largo conflicto. Aún se mantiene en el recuerdo el asesinato de la periodista Shiren Abu Akleh, reportera palestina de la cadena Al Jazeera, asesinada por los disparos de soldados israelitas en Yenin, en la Cisjordania ocupada. El reconocimiento es de gran valor, ya que destaca a profesionales que enfrentan junto a su pueblo, los riesgos de una injusta y cruel guerra.

El periodismo y la Libertad de expresión, “Y la prensa libre?: para la ADDHEE.ONG”.

Los mefistofélicos empresarios – financieros/bancarios, agiotistas, agrícolas monopolistas, del sistema capitalista globalizado/hegemónico, dueños de la Celestina Universal controlan los medios mediáticos de (in)comunicación globalizados, especialmente la telebasura/internet, que regentan testaferros de la Sociedad Interamericana de Prensa/SIP, especialmente en el patio trasero latinoamericano/yanqui en contra del bien común y de la libertad de expresión. Como colofón, reitero una vez más, sin prensa libre no existe la Democracia. Cuando las opiniones al alcance del pueblo están controladas hasta la uniformidad la verdad deformada para ser ajustada al punto de vista de la clase empresarial dueña de los grandes medios de (in)comunicación globalizados y de su régimen burgués politicastro/castrense, corrupto de turno y quienes infrinjan la norma corran riesgos en sus libertades personales y otras formas de persecución, la Dignidad brilla por su flagrante ausencia y esta negada de hecho la vida democrática: ¿qué hacer con la miseria moral del periodismo en el sistema capitalista salvaje?. Con esperanza y memoria, que más temprano que tarde tendremos por fin una verdadera Libertad de Prensa.

Prof. Moreno Peralta/IWA.

Secretario Ejecutivo ADDHEE ONG

El presidente Joe Biden promovió y firmó una ley para que el gigante chino de redes sociales ByteDance venda la aplicación TikTok en un plazo de un año o será prohibida en las tiendas de aplicaciones y los servidores localizados en Estados Unidos, lo que haría imposible descargarla o acceder a sus contenidos desde ese país. Ayer, la compañía presentó una denuncia en la que plantea que el ultimátum es inconstitucional, y tanto la propia empresa como organizaciones de derechos civiles, personalidades y usuarios de a pie se han manifestado en rechazo a este golpe contra la libertad de expresión y el libre comercio.

La embestida de Washington contra TikTok se remonta a 2020, cuando esta plataforma se convirtió en fenómeno global y comenzó a desplazar a las redes sociales dominantes, sobre todo entre el público joven. Desde entonces, legisladores y funcionarios estadunidenses han insistido en que su uso representa un peligro de sustracción de datos y espionaje del gobierno chino. Al contrario de la documentada colaboración de Google, Meta (propietaria de Instagram, Facebook y WhatsApp, entre otras) y demás gigantes tecnológicos con autoridades y agencias de espionaje de la superpotencia, no se ha presentado ninguna prueba de que ByteDance abra sus datos a Pekín. Además, esta preocupación quedó resuelta con el almacenamiento de todos los datos generados en Estados Unidos en servidores alojados en esa misma nación, medida que TikTok tomó bajo presión de la Casa Blanca y que le costó más de mil 500 millones de dólares.

Está claro que los argumentos sobre la seguridad nacional y la salvaguarda de la información de los ciudadanos es mera retórica propagandística. En los hechos, la hostilidad contra ByteDance puede rastrearse a tres vertientes principales: la económica, la tecnológica y la de control del discurso. En el primer aspecto, se inscribe en la guerra comercial desatada por el ex presidente Donald Trump con el expreso propósito de contener el crecimiento de la economía china y revertir el déficit en la balanza de pagos de bienes –no así de servicios– contraria al país estadounidense. En lo tecnológico, es parte de los manotazos de Washington para detener los avances chinos en cada vez más rubros. En su desesperación al verse rebasado por el gigante asiático, Estados Unidos recurre a todas las formas de coerción a su alcance, con las sanciones y las restricciones comerciales como mecanismos centrales. Debe recordarse que el ataque contra TikTok no es una excepción, sino parte de un patrón que se hizo visible con el veto contra Huawei, líder mundial en sistemas de telefonía móvil, y ha continuado con la guerra de los chips, la batería de acciones dirigidas a impedir que China fabrique o adquiera semiconductores de punta.

En cuanto al control del discurso, debe notarse que TikTok es la única red social de alcance mundial que no se originó en Estados Unidos ni tiene dueños de esa nacionalidad, por lo que no forma parte del aparato de difusión hegemónica que las clases dominantes estadunidenses tienen en sus plataformas digitales y medios de comunicación. En este sentido, es necesario reconocer que Pekín tiene una actitud simétrica: el público chino no puede acceder a Google, Facebook ni otros sitios de Internet que, a juicio de las autoridades, pueden convertirse en vehículos de subversión y penetración de agentes extranjeros. La diferencia radica en que Pekín no va por el mundo calificando el desempeño de otros estados en materia de derechos humanos, democracia y libertad de expresión ni mucho menos derrocando gobiernos para imponer regímenes amigables con el libre comercio, mientras Washington se declara campeón de todos estos ideales que, según se confirma ahora, sólo defiende a su conveniencia.

Más allá de exhibir de nueva cuenta la hipocresía estadunidense, ni la venta ni la prohibición de TikTok en ese país pueden traer saldos positivos. Por el contrario, implican daños al comercio, la economía, el desarrollo y la libertad de expresión. Si China responde a esta provocación, se caerá en una escalada de sanciones de consecuencias económicas cuya magnitud es incalculable, pero sin duda resultarán sumamente costosas, sobre todo para Estados Unidos.

Lo subrayado/interpolado es nuestro.

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