jueves, 26 de octubre de 2023

“LO QUE ESTAMOS VIENDO EN GAZA ES UN GENOCIDIO DE MANUAL”



“LO QUE ESTAMOS VIENDO EN GAZA ES UN GENOCIDIO DE MANUAL”


Amy Goodman*/ periodista, escritora, analista internacional – Democracy Now!/Other News, La Jornada de Mexico, Sputnik, RT Y Utopía.

Professor Raz Segal, es profesor adjunto de estudios sobre el Holocausto y el genocidio en la Universidad de Stockton y acaba de publicar un artículo para Jewish Currents bajo el título “A Textbook Case of Genocide” (“Un caso de genocidio de libro: Israel ha sido explícito sobre lo que está llevando a cabo en Gaza. ¿Por qué el mundo no escucha?”). El experto israelí en genocidios modernos califica el asalto de Israel a Gaza de caso de manual de “intento de genocidio” y la racionalización de su violencia de “uso vergonzoso” de las lecciones del Holocausto. El excepcionalismo del Estado israelí y las comparaciones de sus víctimas palestinas con los “nazis” se utilizan para “justificar, racionalizar, negar, distorsionar y repudiar la violencia masiva contra los palestinos”, afirma Segal.

Professor Raz Segal se une a nosotros desde Filadelfia. Profesor Segal, ¡bienvenido a Democracy Now! Exponga su caso.

Gracias por recibirme.

Creo que, efectivamente, lo que estamos viendo ahora en Gaza es un caso de genocidio. Tenemos que entender que la Convención de la ONU para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de 1948 exige una intención específica para determinar lo que es un genocidio. Citando la convención, es la intención de destruir un grupo racial, étnico, religioso o nacional como tal, es decir, de forma colectiva, no sólo individuos. Y esta intención, como acabamos de escuchar, está siendo proclamada abiertamente por los políticos israelíes y oficiales del ejército desde el 7 de octubre. Hemos oído al presidente de Israel. Es bien sabido lo que dijo el ministro de Defensa Yoav Gallant el 9 de octubre cuando declaró un asedio total a Gaza, cortando el agua, los alimentos, el combustible. Afirmó que “Estamos luchando contra animales humanos” y reaccionaremos “en consecuencia”. También dijo que “lo eliminaremos todo”. Sabemos que el portavoz del ejército israelí Daniel Hagari, por ejemplo, reconoció la destrucción gratuita y dijo explícitamente: “El énfasis está en el daño y no en la precisión”. Así que estamos viendo la intención expuesta con claridad. Y realmente, tengo que decir, si esto no es un intento de cometer genocidio, realmente no sé lo que es.

Así que, cuando vemos las acciones llevadas a cabo, el lanzamiento de miles y miles de bombas en un par de días, incluidas bombas de fósforo, como hemos oído, en una de las zonas más densamente pobladas del mundo, junto con estas declaraciones de intenciones, esto constituye realmente una matanza genocida, que es el primer acto, según la convención, de genocidio. E Israel, debo decir, también está perpetrando los actos número dos y tres, es decir, causar graves daños físicos o mentales, y crear condiciones diseñadas para provocar la destrucción del grupo cortando el agua, los alimentos, el suministro de energía, bombardeando hospitales, ordenando el desalojo rápido de hospitales, lo que la Organización Mundial de la Salud ha declarado que es, cito, “una sentencia de muerte” para los enfermos. Así que estamos viendo la combinación de actos genocidas con una intención clara. Se trata, en efecto, de un caso de genocidio de manual.

¿Puede hablarnos del desplazamiento? Israel está diciendo que todo el norte de Gaza –ahora cientos de miles de personas han cumplido– debe desplazarse hacia el sur. La parte norte de Gaza es la más poblada, con la ciudad de Gaza.

Como es bien sabido, se trata de una orden imposible. Es imposible para grupos específicos de personas –personas en hospitales, personas definidas como discapacitadas, ancianos–, muchos palestinos que se niegan a abandonar sus hogares debido a sus historias y sus recuerdos de la Nakba. Es una orden imposible. Es un indicio más de la intención de destruir, de la intención de cometer genocidio.

Todos los perpetradores de genocidio ven a sus víctimas como peligrosas e inhumanas. Así veían los nazis a los judíos

También vale la pena destacar al ministro de Defensa Yoav Gallant, un nuevo término que él acuñó, “asedio completo”. Parece un término completamente nuevo que realmente toma lo que ya era un asedio de 17 años en Gaza, el más largo de la historia moderna, que ya era una clara violación del derecho internacional humanitario. Toma este asedio y ahora lo convierte en un asedio completo, lo que realmente señala el giro hacia este tipo de destrucción genocida que estamos viendo, incluso con esta orden de desalojo.

También merece la pena intentar explicar, creo, por qué Israel es tan explícito en su declaración. Hemos oído al presidente de Israel hablar del mal. También hemos oído a Biden usar la palabra “mal”. Los líderes de la Union Europea describen el ataque de Hamás como “malvado”. Y hay que decirlo, el ataque de Hamás fue un claro crimen de guerra, el asesinato en masa de más de 1.000 civiles israelíes, un horrendo crimen de guerra que con razón conmocionó a muchos israelíes y a mucha, mucha gente en todo el mundo. Pero “maldad” no es un término para describirlo. “Maldad” es un término para descontextualizar. “Malvados” es un término para demonizar y aumentar realmente las fantasías generalizadas de los israelíes de hoy de que están luchando contra nazis. De hecho, el ex primer ministro Naftali Bennett, lo dijo directamente en una entrevista el 12 de octubre: “Estamos luchando contra nazis”. Vemos esto y muchos, muchos otros indicios en la sociedad y la política israelíes de hoy. Y si estamos luchando contra los nazis, entonces todo está permitido.

En realidad quería hablar del ex primer ministro, Naftali Bennett, que actualmente está en el ejército israelí. El día 12 de octubre explotó contra el presentador de Sky News Kamali Melbourne durante una entrevista, cuando Melbourne le presionó sobre los ataques de Israel contra civiles palestinos. Esto es parte de lo que dijo:

10 días de bombardeo del régimen sionista israelí a la población de Gazza, ¡2000 niños asesinados”

Melbourne: ¿Qué pasa con los palestinos que están en el hospital con respiración asistida y los bebés en incubadoras, a los que habrá que cortar la respiración asistida y la incubadora porque los israelíes han cortado la electricidad en Gaza?

Bennett: ¿En serio sigues preguntándome por los civiles palestinos? ¿Qué… qué te pasa? ¿No has visto lo que ha pasado? Estamos luchando contra nazis. No los atacamos. Ahora, el mundo puede venir y traerles lo que quieran, si quieren traerles electricidad. No voy a dar electricidad o agua a mis enemigos. Si alguien más quiere, está bien. No somos responsables de ellos.

Profeasor Segal, usted es un historiador israelí. A esto se refiere cuando utiliza la analogía nazi y también cuando dice: “¿Está hablando en serio de los civiles palestinos?”.

Es muy importante entender este contexto, la idea de luchar contra los nazis, la idea de utilizar la memoria del Holocausto de esta manera. Hay un amplio contexto, una larga historia, por supuesto, de este vergonzoso uso de la memoria del Holocausto, que los políticos israelíes han utilizado para justificar, racionalizar, negar, distorsionar, quitarle importancia a la violencia masiva contra los palestinos. Y ha permitido también que se desarrolle una visión de Israel como algo excepcional, que le proporciona impunidad. La verdad, sin embargo, es que todos los perpetradores de genocidio en realidad ven a sus víctimas como peligrosas, como viciosas, como inhumanas, ¿verdad? Así veían los nazis a los judíos. Y así es como hoy los israelíes ven a los palestinos.

Y por eso las lecciones del Holocausto, que en realidad nunca pretendieron encubrir y racionalizar la violencia y el genocidio del Estado, sino más bien proteger a los grupos, especialmente a los grupos sin Estado e indefensos, a los grupos bajo ocupación militar y asedio, de los Estados violentos, las lecciones del Holocausto son ahora muy, muy urgentes. Tenemos que centrar las voces de quienes se enfrentan a la violencia estatal y al genocidio, y tenemos que pasar a la prevención lo antes posible. Para ello, tenemos que reconocer lo que está sucediendo a nuestro alrededor, lo que se está desarrollando delante de nuestros ojos, que es realmente un caso de libro de genocidio, con la retórica, con las acciones, con todo lo que implica. 18/10/2023

……………….

*Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro “Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos”, editado por Le Monde Diplomatique.

Por amor a esos niños y niñas de Gaza




POR CARLOS AZNAREZ/ ECRITOR, PERIODISTA, ANALISTA INTERNACIONAL/OTHER NEWA, SPUTNIK, RT, LA JORNADA DE MEXIO, UTOPIA/ ADDHEE.ONG:

Hay fotos que lo explican todo. Casi no se necesitan palabras para intentar meterse en la piel y los ojos de esos niños que miran el cielo, de donde precisamente viene la muerte. Niños y niñas de Gaza, que desde que nacen ya intuyen que en otro punto de su territorio usurpado, hay perversa gente que los considera “enemigos”.

Niños y niñas que cuando tienen pocos años, tratan de evadir el dolor de tanta destrucción, hasta que se produzca el próximo bombardeo, jugando en las calles de su ciudad mártir. Son momentos que le roban al miedo, para poder parecerse a otros niños del mundo. Pero en el fondo, saben que son diferentes, debido a esos malditos que incluso en “tiempos de paz” sobrevuelan la Palestina ocupada rompiendo la barrera del sonido, y con esa explosión, logran que esos niños y niñas que se animan a corretear entre escombros o a acercarse a una playa desierta, se estremezcan por lo que pudiera venir muy pronto.

Niños y niñas de Gaza, que como esos dos hermanitos a los que días atrás una de las tantas bombas asesinas de los sionistas/nazionistas, convirtiera su casa en un gigantesco cráter, de donde pudieron emerger, magullados y aturdidos, pero vivos. Solitos, comenzaron a caminar hacia el hospital más próximo y una vez allí, el niño de 6 años, abrazando todo el tiempo a la hermanita de 3, se sentaron en el piso del  pasillo abarrotado de camillas, heridos, sangre, gritos de dolor, médicos y enfermeros desbordados. En un momento, un paramédico voluntario los descubrió y el niño, sin soltarle la manito a su hermana, musitó: “nos quedamos solos, toda mi familia quedó enterrada después de ese gran ruido, yo ahora tengo que protegerla porque tiene mucho miedo”.

O esa otra chiquita  que mirando a cámara, temerosa, dice: “todos los días me siento enferma, miro a mi alrededor y veo solo escombros y más escombros. ¿Qué puedo hacer, si solo soy una niña de 10 años?  Le pregunto al mundo: ¿ellos, -por otros niños que la miraban con admiración- qué mal pueden hacer? Y sin embargo,  señor, todo el tiempo nos tiran bombas para asesinarnos. ¿Por qué nos odian tanto por ser musulmanes?” 

Niños y niñas de Gaza a los que sus familiares sobrevivientes de tanto horror les escriben en la mano o en el cuerpo su nombre y edad para que en caso de ser asesinados en el próximo bombardeo sionista israelí, puedan ser identificados y no morir sin siquiera saber como se llamaba. Niños que tienen  desde muy pequeños la conciencia adulta de que hay que aferrarse a esa tierra que en algún momento muy lejano -75 años atrás, antes que llegaran “ellos”- era un espacio de paz. Bien que lo sabe Ahmed, un pequeño de 11 años, al que un periodista que estaba filmando uno de los tantos edificios demolidos por los misiles, encontró en un hueco que milagrosamente había quedado sin derrumbarse. Allí, semi escondido y acurrucado, Ahmed resistía. Y cuando el hombre le dijo que salga, que lo iba a llevar a un lugar seguro, él contestó: “esta es mi casa y tengo que cuidarla, ahora que mi mamá ya no está”.

Niños y niñas palestinas, al que los soldados sionistas invasores, en Cisjordania ocupada, les martillan las manos por tirar piedras a los tanques. ¿No lo creen? Sepan que hay una Asociación de niños y jóvenes con brazos amputados o a los que solo les quedan un muñón como muestra de la barbarie sionistas. O aquellos niños y adolescentes de Gaza a los que los francotiradores sionistas baleaban en las piernas -desde el otro lado de la frontera- para que no puedan jugar al fútbol o directamente caminar.

Niños y niñas de Gaza que son odiados en la otra punta del mapa de ese territorio ocupado que se llama Palestina. Allí, donde siguiendo el ejemplo de aquella inefable  Golda Meir que comparaba a los palestinos con “cucarachas”, varios altos referentes del sionismo no dudan en decir en voz alta lo que piensan. Como la ex-ministra de Justicia, Ayelet Shaked, que refiriéndose a las mujeres palestinas y sus hijos, advirtió: "Deberían desaparecer junto a sus hogares, donde han criado a estas serpientes. De lo contrario, criarán más pequeñas serpientes”.  A lo que el actual ministro de Defensa, Yoal Gallant agregó: “estamos luchando contra animales humanos”. 

Pero a pesar de esa acumulación de dolores y odios que soportan sobre sus pequeños cuerpos, las niñas y niños de Gaza y de Palestina entera, no dejan de reír, jugar y soñar con que algún día podrá mirar al cielo sin temor, porque esos aviones que vomitan fuego, desaparecerán del hermoso cielo de Gaza y también de la Cisjordania ocupada, donde viven sus primos o hermanas. Que llegado ese momento, la vida le ganará a la muerte, y podrán corretear en esa playas a las que hoy no pueden acercarse por temor a ser asesinados, o irán a sus escuelas y universidades, o viajarán a Hebrón, Ramalah, y también a la tan venerada Al Quds, para visitar la Mezquita sionista de Al-Aqsa, . O celebrar la dicha de enamorarse y construir otro futuro que hoy se les niega por la prepotencia asesina de los invasores.

Ese día llegará sin duda, gracias a la lucha inclaudicable de todo un pueblo digno que tiene muy claro que solo merecen la libertad y la vida quienes cada día las conquistan, de los hombres y mujeres de la Resistencia, que esos niños y niñas tanto admiran, porque saben que son sus hermanos mayores que están poniendo el cuerpo e incluso la vida para que Palestina siga existiendo.

Lo subrayado interpolado es nuestro.

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