La Caravana de la Muerte en Chile: inicio de la era del terror
Este 30 de
septiembre se cumplen 49 años de que iniciara una de las operaciones más
mortíferas de la dictadura de Augusto Pinochet en Chile, la Caravana de la
Muerte.
El siglo XX tuvo épocas oscuras para
varios países de América Latina, donde se instauraron dictaduras fascistas cívico
militar militares que apagaron las vidas de miles de personas sin piedad,
sin culpa ni conciencia. Una de esas naciones fue Chile, cuando en 1973 la
vuelta de la democracia se frustró para dar paso a la era del terror.
El Gobierno democrático del presidente
Salvador Allende Gossens, electo en 1970 por mayoría de votos, fue
arrancado de cuajo en tan solo 24 horas y en su lugar se instauró una de las
dictaduras fascistas cívico militar más mortíferas de la historia, el 11
de septiembre de 1973, encabezado por el general Augusto Pinochet.
Para ese entonces Pinochet ya gozaba de
cierto prestigio en el ámbito militar chileno, y había capitalizado, -desde la
llegada al poder de Allende- el malestar que generaron en los sectores reaccionarías
de las fuerzas armadas y la clase empresarial/sofofa el avance de la
izquierda y las nacionalizaciones generalizadas.
Con la instauración de la junta militar,
se había fracturado el sistema simbólico-cultural que en la democracia daba
sentido a la sociedad chilena, pero peor aún, comenzaba una de las operaciones
más lascivas contra los Derechos Humanos que se haya documentado en la historia
reciente del Continente Americano: La Caravana de la Muerte.
¿Qué
fue la Caravana de la Muerte?
El golpe de Estado se dio el 11 de
septiembre de 1973, y el 30 de ese mismo mes, Pinochet inició lo que la
historia registra como la Caravana de la Muerte, una comitiva que recorrió
Chile de norte a sur, haciendo una especie de "limpieza" que dejó una
estela de asesinatos, torturas y desapariciones, muchas de ellas envueltas aún
hoy en una nebulosa.
Finalmente después de 49 años de ejecutada
la masacre de 26 prisioneros políticos, entre ellos mi esposo el abogado y
periodista Carlos Berguer Guralnik, en Calama por la Caravana de la muerte, se
dictó fallo definitivo de la Corte Suprema que se condena en calidad de
autores…
— Carmen Hertz Diputada
(@carmen_hertz) September 24, 2022
La medida no sorprendió del todo, pues tan
solo una semana después de perpetrar el golpe militar, Pinochet advirtió a sus
opositores que "no habrá piedad con los extremistas", aunque en ese
momentos fueran insospechables las dimensiones que tomaría la crueldad de la
dictadura fascista cívico militar.
No fue el propio dictador de marras
quien se hiciera cargo del operativo, el trabajo sucio cayó en las manos del
general Sergio Arellano Stark. Su misión era la de "uniformar criterios de
administración de justicia y acelerar procesos" de los prisioneros
políticos.
Sus "Conselos de Guerra de
Calama" valían nada. Le dejo la declaración del General Joaquín Lagos, por
si a usted se le olvidó cómo la Caravana de la Muerte trató a los
prisioneros. pic.twitter.com/kKfYNWEMqq
— Cronopia (@Cronopia1966) September 27, 2022
Para eso, Pinochet lo designó Oficial
Delegado del Comandante en Jefe del Ejército y Presidente de la Junta de
Gobierno, dotándolo de la autoridad suficiente para actuar en su nombre.
El corrido, que comenzó a bordo de un
helicóptero militar, en un inicio recorrió ciudades ubicadas al sur de
Santiago, entre Rancagua y Puerto Montt, y continuó el 16 de octubre por el
norte del país, entre Arica y La Serena, para acabar el día 22 con un saldo de
al menos 72 víctimas.
Los prisioneros, muchos de los cuales ya
habían sido condenados a cárcel por los consejos de guerra, eran ejecutados a
su paso por Cauquenes, La Serena, Copiapó, Antofagasta y Calama. La comitiva
los retiraba de las prisiones locales y los trasladaba a regimientos o a los
alrededores de esas ciudades para asesinarlos.
Se hablaba de que muchas ejecuciones
fueron justificadas como presuntos "intentos de fuga."
Los testimonios de víctimas y ejecutores
pueden resultar perturbadores. Uno de ellos es el del general retirado Joaquín
Lagos, jefe militar de ciudades donde actuó la misión castrense, quien revelara
hace algunos años cómo eran despedazadas las víctimas del pelotón de fusileros:
"las fusilaban 'por partes' (. . . ). Primero las piernas, después los
órganos sexuales, después el corazón (. . . ). Ni siquiera había tiro de
gracia".
Las cifras son alarmantes: unas tres mil 200 personas asesinadas a manos de la dictadura cívico militar, de ellas mil 192 aún están reportadas como detenidas o desaparecidas; más de 28 mil opositores fueron torturados; y cerca de 300 mil debieron exiliarse por motivos políticos. La cifra final de asesinados y desaparecidos nunca se sabrá mientras el Pueblo Chileno no se de una nueva Constitución soberanamente elaborada y sancionada en el marco de una Asamblea Legislativa Constituyente.
- Los regímenes cívico fascista/Nueva Mayoría prometieron verdad, justicia y reparación digna para las víctimas, la mayoría aun esperan que cumpla con lo prometido.
- Fuentes informativas: El sacerdote José Donoso Phillips SJ., ex profesor de la Universidad del Norte/Chile, desaparecida por la dictadura cívico militar y ex Capellán de la Cárcel de Antofagasta.
- Los estudiantes del Padre José donoso Phillips SJ., victimas sin verdad, justicia ni reparación digna.
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