Gran Bretaña: la “justificación” de un robo.
Por
Sergio Rodríguez Gelfenstein:escritor y analista internacional/Addhee.Ong
En marzo
de 2018, la ex primera ministra de Gran Bretaña Theresa May, afirmó en el
parlamento británico que era “altamente probable” que Rusia estuviera tras los
ataques que sufriera un ex doble agente de origen ruso que residía en el Reino
Unido tras un intercambio de espías entre los dos países.
May no
aportó ninguna prueba pero su discurso sirvió para desatar una histeria anti
rusa por parte de Estados Unidos y los países satélites de la OTAN además de otros que hacen méritos “para
dormir en la cama” de la potencia norteamericana.
La
doctrina de la “alta probabilidad” es una amenaza para el sistema internacional
toda vez que no obliga a aportar pruebas para afirmar un criterio o acusación
que puede devenir en cualquier crimen. De esta doctrina esgrimida por Tony
Blair (laborista) y Theresa May (conservadora), ahora Gran Bretaña ha pasado
directamente a la doctrina de la “mentira, la quimera y el disfraz” para
justificar sus pillajes y robos.
No puede ser de otra manera en una monarquía vinculada a
la expoliación y al robo durante siglos como instrumento para forjar su
riqueza, como desembozadamente lo exponen públicamente en sus museos. En fechas más recientes, un miembro
prominente de esa corrupta casa real se ha visto involucrado en casos de
violencia y agresión sexual y violaciones que permanecen en la impunidad
amparado en su “poder real”, lo cual tampoco es una novedad como también se han
encargado de mostrar en sus películas.
De manera
que la catadura moral de la putrefacta monarquía británica no le deja mucho
espacio para erigirse en defensa de ninguna causa decente. Al contrario, la
clase política británica es un asco que no trasmite ni confiabilidad ni
respeto.
Quiero
pedir disculpas a los lectores, pero en este punto recurro a un artículo que
escribí en marzo de 2018 y que me veo obligado a renovar tras el robo cometido
por la monarquía británica a Venezuela, refrendando de esa manera sus
ancestrales prácticas de piratería que la proveyeron de riqueza y “esplendor”.
Escondido tras la doctrina de “alta probabilidad” y ahora de “mentira, quimera
y disfraz” como ejes de su política exterior, el Reino Unidos ha cometido y
sigue cometiendo desmanes en contra de la humanidad.
He aquí
una parte del artículo mencionado:
“También
hay que analizar el origen de esta nueva doctrina. La tradición del llamado
Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, se remonta a una historia con
´altas probabilidades` de mentiras, falsas verdades y elementos que han
permitido la dudosa construcción de un país dominado por trogloditas que
arrasaron el mundo a través de su práctica colonialista e imperial.
Comenzando
con la alta probabilidad del falso patriotismo de una familia monárquica
inglesa que en realidad es alemana, nacionalidad de la cual pretendió
diferenciarse solo porque en el momento de adoptar el apellido Windsor en
1919, Inglaterra se encontraba en guerra con Alemania. Es altamente
probable que hayan adoptado ese nombre por oportunismo e interés de hacerse del
poder.
Antes,
cuando la monarquía inglesa estaba en manos de la familia Tudor, fue altamente
probable que necesitada de un poder divino que justificara sus satrapías,
Enrique VIII, fundara su propia iglesia: la anglicana, la cual a partir de ese
momento ha justificado con creces su creación, amparando todas las tropelías de
su país por el mundo.
Así
mismo, es altamente probable que el poderío y la riqueza de este país se hayan
logrado no a través del trabajo y el esfuerzo, sino del apoyo a los piratas y
corsarios que alentados y financiados por la monarquía se dedicaron durante 200
años al robo, el saqueo, el chantaje, el asesinato y la devastación. Incluso, algunos de ellos como Drake, Raleigh
y Morgan obtuvieron títulos nobiliarios dando así los pasos iniciales para que
la práctica del robo y el estupro fueran aceptadas como una actividad económica
que podría ser considerada la madre de la especulación financiera actual.
Es
altamente probable que las llamadas Guerra del Opio que Gran Bretaña desatara
contra China en (1839-1842) y (1856-1860) tuvieran como objetivo el interés
británico de introducir la droga en el país asiático para intentar equilibrar
su deficitaria balanza de pagos y compensarla de las colosales cantidades de te
chino que compraba. Es altamente probable que la derrota de la decadente
monarquía china, le significara la imposición del libre comercio con Gran
Bretaña (incluyendo del opio) y la cesión de Hong Kong por 150 años. Es
altamente probable que estas guerras hayan inaugurado la utilización del
comercio de las drogas (conocido en la actualidad como narcotráfico) como
sustento fundamental de la economía capitalista cuyos recursos fluyen
articulada y ordenadamente por el sistema financiero occidental, bajo la
protección de sus gobiernos, incluyendo por cierto, el británico.
Es
altamente probable que la determinante influencia británica (dada su condición
de primera potencia mundial) en el Congreso de Berlín, realizado entre 1884 y
1885 y que significó la repartición de África entre los poderes europeos,
dieran origen al mayor genocidio de la historia en el territorio de ese
continente.
Es
altamente probable que la injerencia británica en el Medio Oriente, que
significó la creación de países, la secesión de otros y el dominio de todos por
el imperio colonial británico sea causa fundamental de los graves conflictos
que se viven en esa región del mundo. A un escocés: Arthur Balfour, se le
ocurrió darle alas al sionismo para que comenzar su apartheid contra los
palestinos. A un galés: Thomas Lawrence, (conocido como Lawrence de Arabia), le
cupo la brillante idea de inventar Arabia Saudita, un país salido de la nada
pero que se transformaría en principal ariete de la política británica para la
región, para cumplir el acuerdo que un inglés: Mark Sykes, había firmado con un
francés: François Georges-Picot, para repartirse la región ante la inminente
derrota del imperio otomano.
Es altamente probable que posteriormente y en la lógica de
hacerse de las grandes reservas petrolíferas y gasíferas de Irán, las agencias
de inteligencia de Gran Bretaña en alianza con la CIA estadounidense diseñaran
y ejecutaran la Operación Ajax para dar un golpe de Estado y derrocar al gobierno
democráticamente electo del primer ministro Mohammed Mosaddeq que había
nacionalizado el petróleo. Así, reinstalaron la monarquía e inauguraron el
régimen más sanguinario de la historia de Irán, el del Sha Mohammed Reza
Pahlevi.
La
impronta británica en América Latina no ha sido menor, es altamente probable
que el gobierno de Su Majestad haya estado tras las guerras de la Triple
Alianza (1864-1870) que enfrentó a Argentina, Brasil y Uruguay con Paraguay. No
contentos con haber inventado a Uruguay para controlar la desembocadura del Río
de la Plata, los
británicos pretendían penetrar hasta las profundidades del continente, para lo
cual el gobierno nacionalista de Francisco Solano López era un impedimento, por
lo que Gran Bretaña conspiró con la monarquía brasileña, el gobierno del
general Venancio Flores, instalado en el poder en Montevideo, por el ejército
brasileño y con el presidente argentino Bartolomé Mitre para declarar la
guerra, derrotar a Paraguay y destruir su exitoso modelo económico que era un
ejemplo para toda la región.
Otro
tanto ocurrió en la Guerra del Pacífico (1879-1883) que enfrentó a Chile contra
Perú y Bolivia y la Guerra del Chaco (1932-1935) entre Paraguay y Bolivia, en
las que fue altamente probable que los intereses salitreros y petroleros
británicos respectivamente condujeran a las acciones bélicas entre pueblos
hermanos,
causando centenares de miles de muertos, heridos y desaparecidos entre los
latinoamericanos, mientras que el gran ganador fue el capitalismo inglés que se
hizo de la única reserva de salitre natural del mundo en los territorios
usurpados por Chile y la empresa anglo-holandesa Royal Dutch Shell que a través
del conflicto en el Chaco, logró posicionarse en la región contra los intereses
de la también trasnacional Standard Oil (Esso).
Es
altamente probable que actuando de manera artera y traidora, Gran Bretaña
(que no por casualidad es conocida como la ´pérfida Albión`) ocupó por
la fuerza las Islas Malvinas, a pesar de no tener ningún conflicto con
Argentina en ese momento. Desde esa fecha las ocupa ilegalmente, desoyendo a la
comunidad internacional que ha llamado a un arreglo pacífico de esa
controversia. Al contrario, ha llevado armamento, incluso de tipo nuclear a
este archipiélago perteneciente a un continente que ha sido declarado Zona
de Paz por sus gobiernos. Es altamente probable que tras esta agresión a
América Latina, la ambición de apoderarse de las gigantescas riquezas
energéticas, minerales y pesqueras de las islas y su estratégica ubicación
geográfica.
Es
altamente probable que cuando Gran Bretaña se vio obligada a dar la
independencia a Pakistán e India a mediados del siglo pasado, decidiera dejar
la provincia de mayoría musulmana de Cachemira bajo soberanía india, para
instalar de manera perpetua un trance entre dos grandes países de religiones
diferentes, sembrando con ello la semilla de la discordia y el conflicto.
Es
altamente probable que Gran Bretaña como parte de la OTAN y país subordinado a
Estados Unidos, haya aportado las pruebas falsas que permitieron las invasiones
de esa alianza guerrerista a Irak y Libia. En todo caso, en estos dos asuntos
dejó de ser altamente probable para ser cierto, tras el propio reconocimiento
del ex primer ministro Tony Blair de que había actuado bajo premisas falsas: el
único detalle es que ese ´pequeño errorcito` ha significado más de un millón de
muertos y la inestabilidad de Irak. En Libia, el montaje del falso escenario de
una represión que no existía, justificó la intervención militar de la OTAN, el
desmembramiento y el conflicto que parece no terminar nunca. Vale recordar que,
casualmente ambos países son grandes productores de petróleo.
Ante
estos hechos de la historia, uno podría asegurar que es altamente probable que
la primera ministra Theresa May sea una mentirosa, no tenga ninguna prueba de
lo que afirma con respecto del doble agente ruso y todo sea una cortina de humo
para salvarse de su descrédito e incapacidad de resolver el gran problema que
ha significado para su país el Brexit y el posicionamiento positivo de Rusia en
cada vez más regiones del planeta, en particular en Siria, Ucrania y la península
coreana.
Como en
la segunda guerra mundial, Gran Bretaña necesita nuevamente ahora mostrar que
están siendo atacados, para que Estados Unidos acuda en su ayuda a salvarlos,
al igual que en aquella ocasión cuando nunca fueron el objetivo primordial de
los nazis, pero lograron con subterfugios demostrar esa situación para recabar
recursos y preservarse bajo falsas premisas. Aunque toda vida humana tiene el
mismo valor, la cifra de 430 mil británicos muertos y desaparecidos palidece
ante los 32,5 millones de soviéticos, 16.6 millones de chinos, 7 millones de
alemanes, 3,6 millones de polacos, 2 millones de japoneses y 1,6 millones de
yugoeslavos muertos en la conflagración.
Sin
embargo, esta ´pérfida Albión` con toda probabilidad está apostando nuevamente
por la mentira, la tensión, el conflicto y la guerra. Tal actuación es
inherente a su ADN, así surgió y así se ha comportado a través de la historia”.
Hasta ahí
el artículo publicado en marzo de 2018. Ahora, se puede afirmar que es
altamente probable que la decrepita y corrupta monarquía haya decidido apoyar
al inexistente gobierno de Juan Guaidó para que en contubernio con su amo
estadounidense (como lo afirma John Bolton en su libro) tuvieran un argumento
para justificar ante su opinión pública el robo del oro de Venezuela que está
depositado en el banco central del Reino Unido, continuando de esa manera su
inveterada práctica de actuar en política internacional como ladrones y
esquilmadores de la riqueza del planeta.
Lo subrayado
es nuestro
No hay comentarios:
Publicar un comentario