Chile no acepta lecciones de
una dictadura, pero vive bajo la Constitución/Artilugio de 1980, impuesta
por la dictadura cívico militar de
Pinochet.
Por Rolando Prudencio Briancon:
Barómetro Internacional.
Cabe inicialmente aclarar que el
gobierno de Nicolás Maduro Moro no tiene un ápice de ser una dictadura, ni que
Venezuela esté viviendo bajo ese tipo de régimen; por cuanto, por una parte, el
gobierno de Nicolás Maduro Moro es producto del voto del 67% de los
venezolanos. Además, que la Democracia Venezolana Bolivariana es una de las que más vivencias electorales ha
tenido en lo que va en este algo más de un año y medio, que contra viento y
marea quieren acabar la oligarquía empresarial vende patria por orden del
imperialismo yanquis, para hacerse Este del control del petróleo del Pueblo/Venezolano
Bolivariano y de sus riquezas mineras.
La dictadura cívico militar de la
libertad, democracia y justicia en la medida de lo posible. En el marco de la Constitución/artilugio
de 1980.
La verdad es que no se esperaba
que no sea otra la resentida actitud del capitulado canciller -ex comunista en
su momento-chileno Roberto Ampuero Espinoza, quien respondiendo al embajador
venezolano Jorge Arreaza, le dijo: “Chile no acepta lecciones de moral de
ninguna dictadura”; después que el canciller venezolano, señalara que el
gobierno chileno “vendió su soberanía y autonomía a EE.UU., al reconocer a Juan
Guaidó como presidente encargado”.
Y es que en cierta medida es
comprensible, que quien ha vendido su alma a la extrema derecha sofofa, como es
la del régimen de Sebastián Piñera, reaccione tan revecera e hipócritamente
como acaba de hacerlo Ampuero, pues habiendo sido ex militante del partido
Comunista de Chile, se asiló durante la dictadura fascista de Pinochet en la
Republica Democrática Alemana Oriental y Cuba posteriormente, donde obtuvo el
título de licenciado en Literatura Latinoamericana; sea hoy un despechado
detractor, y ya no sólo de la Revolución cubana, sino también de la
bolivariana.
Claro que esos pueden ser los
traicioneros traumas que a nivel personal tiene Ampuero, pero que presuma que el Chile actual es un ejemplo de país
democrático; basta con enterarse que no es sino una farsa, como ha sido la vida
política de Ampuero, pues para nadie es un secreto que Chile sigue viviendo
bajo la Constitución/Artilugio de 1980 y de 150 decretos leyes más que los
dictó el más criminal dictador del Plan Cóndor. Ésa es pues la razón por la que
no sólo Ampuero transija sus principios, sino que hoy obedezca las órdenes que
desde los EE.UU., le han mandado para que reconozca a Guaidó.
La historia está llena de
traidores y reveseros – recordemos las palabras del presidente mártir Dr. Salvador
Allende Gossens asesinado por la taifa de militares traidores ordenado por
imperialismo yanqui: “ Estas son mis
últimas palabras, tengo la certeza que mi sacrificio no será en vano, tengo la
certeza que por lo menos, será una lección moral que castigará a la felonía, la
cobardía y la traición, Viva Chile, Viva el Pueblo” - ; pero también de
resistencias, y cada quien ya han tomado sus opciones. Roberto Ampuero no es
más que un triste traidor; y a Venezuela le toca, como siempre lo han hecho los
Pueblos dignos, resistir y revertir esta arremetida del imperio yanqui y
sus testaferros; un imperio que también está en decadencia.
Lo subrayado es nuestro.
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