LA LIBERTAD COMO UN DERECHO NATURAL
DE LA PERSONA Y DEL SER HUMANO
“No hay razas inferiores, todas ellas están destinadas a alcanzar la
libertad.”
Prof.
Alexander Von Humboldt.
La Educación
sujeto/ integral, permanente, pública, laica, de calidad y gratuita para todos,
la cultura y la libertad son valores
permanentes, consustanciales con la persona y el ser humano. No se los puede
menoscabar sin que resulte lesionado lo más noble y característico de éste. Las
grandes luchas de todos los tiempos se han dado en el marco de estos valores
esenciales. Hoy, más que nunca, la lucha que viene librándose en nuestro
planeta habrá de afectar al desenlace de tan sustancial cuestión, ya decidirá,
si estos como condición básica, salen victoriosas, para iluminar el futuro de
la Humanidad o perece para sumergirnos en las tinieblas engendradora de una
bárbara regresión económica, educacional, cultural, política que nos está
tratando de imponer los dueños de la celestina universal con su globalización salvaje
del capital que nos agobia y mutila. A partir del siglo XXI, esta maldita taifa
de mercachifles y sus bancos usureros, pretende imponerle a la Humanidad un “Nuevo
Orden Mundial, las piedras guías de Georgia/USA”.
Un filósofo Alemán preciso que los problemas de la filosofía,
de la educación / cultura, está constituida por los productos de la actividad
de la persona en cuando es específicamente humana y no puramente animal. El
concepto de educación /sujeto /cultura se opone al de naturaleza, entendida
ésta como el conjunto de objetos existentes sin la intervención de la persona.
No existen, sin embargo, tan sólo, la naturaleza y la educación / cultura, sino
que además, debe reconocerse la existencia de la persona diferente por esencia
de los objetos naturales y también educativos y culturales. La persona no es
naturaleza, sino en lo que tiene de materialidad o animalidad y no es educación
/ cultura, sino su hacedor y protagonista. Como
colofón, lo que la persona posee como específicamente humano es el espíritu.
La tendencia innata de la persona a su propio
perfeccionamiento, en lo que tiene de específicamente humana, en el campo
espiritual, constituye la raíz del hecho educativo / cultural. De tal tendencia
se derivan necesidades vitales, necesidades del espíritu, cuya satisfacción sólo
puede alcanzarse por vía de la actividad humana espiritual, aplicada a la
naturaleza. Sus resultados constituyen el hecho educativo/ cultural, de ahí que
el esquema de la educación / cultura, puede fijarse en estos términos:
Naturaleza + Actividad Humana
Espiritual = Educación / Cultura.
Precisado así, el concepto de la educación/ la cultura,
pónese de relieve el hecho de que éstas no puedes existir sin libertad, ya que
sin ella, el elemento creador del hecho educacional/ cultural, la actividad
humana no puede rendir todos los frutos de que es capaz cuando NO se la somete a trabas, manipulaciones,
restricciones ni intimidaciones de ninguna especie.
No es fácil fijar con precisión el concepto de libertad. Es
de aquellos que se comprenden mejor, que se expresan generalmente se le
entiende en sentido negativo tan sólo, como la ausencia de obstáculos para una
determinada actividad. Pero no cabe duda de que, en su más amplia significación,
la
libertad se refiere al poder de realización de la persona a la multiplicidad de
actividades que pone en juego… Se relacionan éstas con el mundo externo
/ naturaleza, consigo mismo y con las demás personas. Y de las tres fuentes
pueden proceder y proceden los obstáculos para la actividad humana. Lo que la
naturaleza opone a la persona son formidables, muchos de ellos, invencibles.
Los domina en parte, por medio de la ciencia, de la tecnología, de la
organización, etc. Los que tienen su origen en sí mismo son de orden
especialmente psicológicos y éticos. Los
domina por medio de la educación y la civilización. Los que proceden de las demás personas, los
únicos que generalmente se consideran, son de orden económico, social y
político. Ellos constituyen el verdadero problema de la libertad.
Este gran problema de la libertad de la persona frente a las
demás personas, tiene su raíz filosófica en el hecho natural de que todos
nacemos iguales y con los mismos derechos y deberes. Porque nacer iguales equivale a nacer
libre, ya que ser libre, significa no estar sometido a otro individuo, pues en
otro caso, el sometimiento implica una desigualdad entre el que domina y el
dominado, entre el que manda y el que obedece. Inversamente, ser libre equivale
a ser iguales, porque ser libre consiste en gozar de la libertad plenamente y
todos sus aspectos, de modo que todas las personas disfrutan de ella en igual
grado, sin diferencias, que de existir significarían que quienes son libres en
menor grado, no lo son realmente…
Cabría la objeción de que ser iguales no equivale a ser
libres, porque cabe ser iguales en sometimiento, debido a que los individuos
pueden estar sujetos a la sociedad, al Estado, al Gobierno, en el mismo grado
de sujeción para todos, lo que quiere decir que todos son iguales en la
esclavitud, por lo que serán iguales pero no libres. Semejante razonamiento es,
sin embargo un sofisma. Porque la sociedad, el Estado y el Gobierno son meras
abstracciones.
Estar sometida al Estado, no significa estar sujeto a un ente
distinto de la persona, sino, a los individuos que manejan y son dueños del
Estados. De ahí que la supuesta igualdad de todo en la esclavitud consiste en
una radical desigualdad entre los individuos que, bajo la máscara del Estado,
ejercen el despotismo. Y en tal sistema, son libres: La clase oligárquica
empresarial privilegiada y son esclavos los burócratas burgueses testaferros de
ella y los demás. No puede haber pues
igualdad en el sometimiento, sino igualdad en la libertad.
La libertad por consiguiente, es un derecho innato del ser
humano. Corresponde por igual, en el mismo grado a todas las personas. Si la
libertad no es concebida en esta forma, no es realmente libertad. Porque una de dos: O se la considera
como algo que corresponde a la persona por el hecho mismo de su nacimiento y
forma parte esencial de su ser, sin que nadie tenga facultad legítima para
condicionarla, limitarla y menos suprimirla, o se la estima cual una concepción
graciosa de algún poder superior a la persona, sea una pretendida divinidad,
sea una abstracción como la sociedad o el Estado. Pero, en este segundo caso,
no es tal libertad, sino mera tolerancia de quien puede permitir o negar
ampliar o restringir su concesión. La libertad no puede ser concebida pues,
sino como un derecho natural de la persona/ y del ser humano, es decir como un
derecho que le asiste por su propia naturaleza.
La libertad es también
un derecho completo e integral. Y, además de un derecho, es una plenitud.
Abarca y afecta a todos los aspectos y manifestaciones de la personalidad, sin
excluir a las de índole económica. Tanto así, que incluso puede afirmarse que
el derecho a la libertad en lo económico debe figurar en primer término, porque
antes que el derecho natural a la libertad, está el derecho a la vida, el cual
implica, a su vez como condición básica y esencial, el derecho de acceso igual
y libre a la naturaleza para la obtención de los recursos vitales.
Como colofón, reitero que la libertad es indivisible, es
ilimitable e incondicional, porque en cuanto se la restringe o se la
condiciona, deja de ser libertad.
La libertad no se puede circunscribir a determinadas
actividades y suprimirla en otras. Ante todo, semejante cercenamiento no puede
ser ejecutado sino por un abusivo empleo de la fuerza militar represiva, sin
derecho legítimo para ello. Además, la discriminación para el atentado
liberticida no puede basarse sino sobre el mero capricho o el simple
arbitrismo, uno y otro resultado, por lo general, de la ignorancia, el dogmatismo,
el fanatismo y el fundamentalismo.
Lo habitual en el capitalismo salvaje globalizado es negar la
libertad, con una aparente sinceridad,
en lo económico y político, y sostenerla
en las demás actividades, especialmente en
lo intelectual. Pero no debe
olvidarse que lo económico influye tan poderosamente sobre todo lo demás, que
la estructura de las actividades productoras de riqueza termina por imponerse a
las demás. De ahí, que sí se elimina a la libertad en el campo económico,
fatalmente concluye por desaparecer en lo político y en lo educacional /
cultural, o vice y versa, sí a pesar de todo, sí se insiste en respetar la
libertad política, ésa acaba por rescatar la libertad económica y abolir las
limitaciones en este campo. Lo que
no es posible, lo que nunca ha sido posible es conciliar la carencia de
libertad, en lo económico con la vigencia de la libertad en los demás órdenes.
Como colofón, reitero que así como el atentado a cualquier
aspecto de la libertad, repercuten perniciosamente sobre toda la libertad en
general, así también la defensa de la libertad en uno de sus aspectos o
manifestaciones contribuyen eficazmente al fortalecimiento de la libertad
total. Por ello, cuando luchamos por la libertad de la educación / sujeto –
pública, laica, de calidad y gratuita, etc. – y la cultura, contribuimos al
mayor arraigo y extensión de toda la libertad.
“Sólo son dignos de la libertad y la
vida, quienes cada día las conquistan”. Dr. W. Goethe.
Con esperanza y memoria.
Prof. Moreno Peralta / IWA
Secretario Ejecutivo ADDHEE.ONG
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