lunes, 10 de noviembre de 2014

LA UNIVERSIDAD CHILENA



2. LA UNIVERSIDAD CHILENA, ENTRE EL NEGOCIADO, EL FRAUDE
Y  LA  IRRACIONALIDAD…


El Chile pinochetista / concertacionista / con casi quince millones de habitantes, tiene casi 70 universidades. La mayoría de los profesores universitarios están en sus cátedras por razones no estrictamente universitarias, no estrictamente intelectuales, sino políticas. La vida intelectual ha sido y es estrangulada por jerarquías académicas que no se legitiman por su actividad científica, sino por su astucia burocrática. Cuando llegue la hora de la verdadera reforma – que es el fin último que justifica la autonomía -, la universidad chilena estará no congelada, sino petrificada, será un fósil definitivo y sin remedio, habrá muerto de pasotismo, mediocridad, oportunismo, chalaneo, mercantilismo, negociados, y mucha estupidez. Esta última no tiene límite, la inteligencia sí. Frente a esta patética realidad de la educación en general y universitaria en particular, la clase política chilensi, exitista  y autocomplaciente repite majaderamente, “¡es lo que hay!”. Sí, una densa enmarañada y oscura red de irregularidades administrativas e irracionalidades científicas. La educación en general más que un fracaso, ha sido y es una estafa.

El estancamiento, la rutina, la reproducción simplificadora de los conocimientos en la universidad, la falta de buenas bibliotecas y laboratorios para la investigación, la escasa innovación cultural que se propone en sus aulas – la cultura es un negociado de El Mercurio y de Copesa / Diario La Tercera -, sus medios económicos limitados, especialmente para las universidades estatales, así como los chanchullos, chalaneos, las corrupciones y los fraudes sistemáticos que cometen los grupos económicos privados, dueños mayoritariamente del negocio de la educación en general, y superior en particular, con la aprobación del gobierno concertacionista de turno constituye el obstáculo principal – en la suma de diversos obstáculos -, para sanear la ecuación superior y así, la sociedad chilena empiece a caminar con equidad, ecuanimidad, probidad, etc.

Desde hace siglos, el progreso de los pueblos está primordialmente determinado por sus respectivas capacidades en explorar la naturaleza, para descubrir las soluciones y efectos entre unos fenómenos y otros, por sus posibilidades de investigar empíricamente y de inventar teóricamente, a fin de, en suma, proponer saberes e instrumentos científicos innovadores, así como para ofrecer cultura y prácticas sociales y sensiblemente nuevas. Estos progresos se observan con toda claridad desde hace muchos años, en países como: Alemania, Francia, Suecia, Japón, etc. El Chile pinochetista/ concertacionista, no va ni a remolque de los antes citados.

Hoy más que nunca, las ciencias y las sensibilidades innovadoras forman parte todavía más decisiva de la buena marcha de los sistemas productivos. Sin tales elaboraciones, teórico – prácticos, las formaciones sociales jamás consiguieron despegar o lo hicieron de modos subordinado a las sociedades que inventaban, o volvieron a caer o continuaron estancadas en viejos y en otros nuevos aspectos del subdesarrollo, este es el caso de Chile. Que nadie se llame a engaño, con el “desarrollo macroeconómico artificial”, disfrazado que la Diosa blanca y su lavadora produce en la sucursal pinochetista/concertacionista del paraíso del imperialismo yanqui globalizado.

Hay que ser plenamente concientes, pues, de que Chile está en una situación gravemente contradictoria: los gobiernos concertacionistas que administran la herencia de la dictadura de marras, lanzan de vez en cuando declaraciones exitistas y autocomplacientes, afirmando que “estamos integrándonos en los países desarrollados”, y a la vez, no se financian los medios claves para alcanzar realmente esas sociedades, que ya aplican la revolución científica – tecnológica, contando con invenciones propias. Para la financiación de la enseñanza y de la investigación, los gobiernos concertacionistas ponen una partida presupuestaria inferior a la de diversos países subdesarrollados. El engaño pasa, porque generalmente se habla de la entrega de grandes sumas de dinero para el mejoramiento de la educación sin aclarar que éstos van a dar a las faltriqueras de los grupos privados que comercian y lucran con el negocio de la educación. Para nadie es un misterio, que la educación en Chile es financiada mayoritariamente por los padres de familia y los estudiantes.

Bajo la dictadura de marras, y los regímenes/concertacionistas, en la formación y en la selección de profesores ha predominado y predomina lo político, el compadrazgo por encima de lo académico. La universidad chilensi, está gestionada, según las relaciones simbólicas y económicas feudales: el trueque. O sea, “tú me das una cosa a mí, yo te doy una cosa a ti”.

La universidad chilensi, se ha convertido en lo contrario: en una “particularidad”. Algunos de los resultados nocivos para la sociedad son los siguientes: que la mediocridad de la mayoría de los enseñantes, repercute negativamente sobre los estudiantes. Se sienten poco estimulados para realizar sus estudios, la prueba es que muchos de ellos repiten curso o abandonan definitivamente sus estudios pasando a engrosar el montón de cesantes sin presente ni futuro. Todos esto se ha empeorado con la gestión ineficaz, incapaz, superflua, etc. de los ministros de educación concertacionistas: Lagos, Arrate, Aylwin, Bitar, etc. Es muy lamentable que bajo un ministerio de educación perteneciente a un gobierno  supuestamente de centro izquierda – catalogación política que cada vez cree menos gente, pues la concertación en el mejor de los casos es un gobierno liberal de centro derecha-, se permita que los “dueños de las universidades” despidan arbitrariamente a profesores progresistas, se nombre profesor emérito de la Universidad de Chile al fascista pinochetista Álvaro Saieh Bendeck, empresario dueño del holding Copesa y Corp Banca, etc. Era difícil de hacerlo peor que bajo la dictadura de marras, pero los ministros de educación antes citados lo han conseguido: agravar un problema que hunde la educación en general y universitaria en particular, como lo afirman diversos catedráticos y expertos en la materia. Pero la estructura caciquil, el espíritu aldeano de muchos centros universitarios, su fortísima propensión endogámica, a encerrarse en sí mismo, oponiéndose irracionalmente a las necesidades de la elaboración de la cultura, y más aún, a las innovaciones científicas. Las pocas que hay proceden del extranjero. El fracaso de la universidad chilensi, pasa, entre otras cosas, por la falta de la ley fundamental que rige a estos centros de educación superior: la autonomía universitaria – académica, territorial y administrativa -, esto último ha llevado a la universidad a “particularizarla”, convirtiéndola en un coto, en un feudo de la iglesia católica, de las sectas religiosas, o de los grupos económicos sofofos que negocian con la educación del Pueblo.

Si no se consigue efectuar cambios eficientes y superadores de esta situación, el país se seguirá hundiendo en la oscuridad educacional y cultural, lo que pondrá en serio peligro el cacareado éxito macroeconómico de los dueños de este país: los ricos sofofos, un 8%.

Yo creo que sería muy triste, tras mis críticas, no apuntar a alguna alternativa, al menos teórica, para tratar de resolver esa circunstancia. También cito a aquellos, que poco o mucho, sugieren o quieren - al menos consideran que más que necesario es imprescindible hacer -, auténticos cambios progresistas en el conjunto de la educación chilena, procurando que en ellas entren las formas y los contenidos de las ciencias y de las sensibilidades que están a la vanguardia del mundo de hoy, y que le ponen en un nuevo movimiento racionalizador en todo, no quiero ocultar que algunos profesores e investigadores, entre los de mayor rigor científico, opinan que ya es imposible sacar a la universidad chilensi de su hundimiento, que ya no es factible hacer salir a ésta de su estado de postración patológica. Claro que, como lo sugirieron en su oportunidad grandes catedráticos como los profesores: Dr. Viterbo Osorio Santelices, Dr. Luis Bisquertt Sussarte, Prof. Carlos Aldunate Lyon Sj, Dr. Edgardo Enríquez Frodden, Profesor Arquitecto Fernando Castillo V., Prof. Ing. Enrique Kirberg, etc. el desafío también dependerá de cómo y con qué energía los sectores más cultos y mejor preparados de nuestra sociedad decidan replicar a tal situación para exigir que se supere. A los colegas de la Universidad de Chile, recientemente exonerados por sus opiniones progresistas, les insisto, que la lucha por salvar a la universidad chilena de su hundimiento, aún no ha empezado. Ustedes han luchado por cambiar la universidad heredada de la dictadura de marras, pero esta lucha se ha encontrado con que la democracia formal no era lo que Ustedes creían, la clase política pinochetista concertacionista antepone legalidad a la legitimidad, orden  - igual mano dura -, a la justicia, seguridad a la libertad, etc. ¿qué se podía esperar de esto?.

Nuestro lema ha sido y es: Educación pública, laica, de calidad y gratuita bajo el control del Estado.

…“Luz más Luz”…     




Dr. Moreno Peralta

Director Cesal eV Berlín Alemania



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