jueves, 20 de febrero de 2014


La Justicia chilena, su realismo jurídico y el empate político: todos somos culpables, por tanto, nadie es culpable


La primera conclusión, “todos somos culpables” por el terrorismo de Estado desde el 11/09/1973, montaje del borrón y cuenta nueva del oráculo mercurial del sumo sacerdote Agustín Dunny Edwards, Paz Ciudadana, nadie es culpable, ¿Y los desaparecidos, los asesinados, los torturados, los exiliados, etc, no cuentan?
La jerarquía de la Iglesia Católica pide “verdad, justicia y reconciliación”. La reconciliación sin verdad, justicia y reparación digna no es posible. Basta ya de tanta hipocresía y mentiras. Para que las nuevas generaciones puedan construir el futuro sin miedos, con memoria y sin impunidad, reitero, que es condición sine qua non: verdad, justicia y reparación digna. Pero veamos la tuerta justicia Chilena: se acaba de sobreseer y archivar la causa por el magnicidio del Presidente Allende Gossens, ¿Por qué? Porque el día que la justicia Chilena aclare el asesinato del Presidente Allende Gossens castigando a los culpables de este alevoso crimen de lesa humanidad y de todos los cometidos por el terrorismo de Estado y del quiebre de la Institucionalidad democrática, se habrá recuperado el verdadero Chile de la mayoría de los Chilenos. Digo de la mayoría, porque el 1% prefiere ser una factoría del imperialismo yanqui globalizado. Humana y racionalmente esta tarea pendiente no se puede iniciar en el marco de la Constitución de la dictadura de marras parchada, del Sistema Binominal de Elecciones, de los Decretos Leyes de amarre secretos, de un pueblo carente de soberanía y la Universidad Chilena sin su Ley fundamental: la autonomía Académica, territorial y administrativa…
El cúmulo de errores cometido por la oligarquía empresarial/sofofa, el poder castrense, la clase politicastra y el poder judicial en el manejo de la cosa pública durante esta patéticas 4 décadas ha depauperado tanto a la Patria- especialmente en lo relacionado con los valores del espíritu, la destrucción de la Educación y la Cultura , el reniego de su dignidad y de su identidad, etc-, que dolorida gime bajo el peso insoportable de su desdicha. ¿Quién devolverá al pueblo Chileno- de Lautaro, del General Libertador Bernardo O’Higgins Riquelme, del Coronel/Jurista Manuel Rodríguez Erdoiza, de la Maestra Gabriela Mistral, del poeta Vicente Huidobro Fernández, del poeta Pablo Neruda y del inolvidable, siempre presente compañero Presidente Dr. Salvador Allende Gossens-, su dignidad su soberanía, su educación, su cultura y su creencia y respeto por los valores del espíritu?
Quien haya perdido el decoro puede prestar oídos a los mercachifles de la sofofa y sus testaferros de la clase politicastra, que obcecadamente y desesperadamente tratan de imponer el infausto proyecto de País heredado de la dictadura terrorista de marras. Los medios mediáticos mercuriales de (IN) comunicación globalizados machacan día y noche, “todos somos culpables (nadie lo es). En nuestra vida política no hay enemigos, sino adversarios”. Así se lava la imagen a los responsables militares y civiles del infausto y nefasto Golpe de Estado el 11 de Septiembre de 1973. “Hay que olvidar, borrón y cuenta nueva”. El carnaval de los sibaritas de la oligarquía empresarial sofofa del poder castrense, de la clase politicastra está garantizado. Es lo que hay, a comulgar con rueda de carreta. La declaración de la Corte Suprema de Justicia, su mea culpa por el Golpe de Estado del 11/09/1973, en el marco del montaje de Paz Ciudadana, antes señalado constituye una aplicación irrestricta del realismo jurídico con que ella funciona, tendencia que se ha profundizado en estos últimos 40 años, cuya explicación lógica se encuentra en el pragmatismo contemporizador del Poder Judicial en general y de la Corte Suprema en particular. Este realismo jurídico se niega a concebir el Derecho como una ciencia al servicio del Ser Humano y del cambio social, sino al servicio de los sibaritas sofofos, asumiéndolo como un sistema lógico considerado solo como un conjunto de decisiones judiciales, copiado del sistema judicial de los Estados Unidos. Esta especie de nihilismo niega al Derecho su calidad de objeto existente en general y con ello los principios o regla de derecho, los deberes y obligaciones jurídicos, etc, y en definitiva como ciencia jurídica. Para los realistas juristas Estadounidenses y Chilenos solo es científico lo que tiene fundamento en la experiencia. En conclusión, el Derecho en los Estados Unidos y en Chile es un instrumento ineficaz, sobrepasado y obsoleto.
Como colofón, en el marco del realismo jurídico que caracteriza a la Justicia Chilena en la medida de lo posible, el mea culpa de la Corte Suprema de Justicia nos permite apreciar que el Derecho ha significado hasta nuestros días una rémora, un obstáculo al cambio social, por lo que a nadie debería sorprender su declaración compartiendo el montaje de Paz Ciudadana de Agustín Dunny Edwards: “todos somos culpables (nadie lo es)”, ordenado por los ocupantes del País, la oligarquía empresarial sofofa, el poder castrense con el incondicional apoyo de sus testaferros la clase politicastra.
Cierra su declaración la Corte Suprema de Justicia criticando el comportamiento de sus pares durante el golpe militar fascista y los 17 años de dictadura terrorista, “por contradecir un Estado de Derecho propio de una República Democrática”. Es sabido, - espero no lo ignoren los Magistrados-, que para que exista el Estado de Derecho es condición sine qua non, una Constitución sancionada soberanamente por el pueblo. ¿Acaso los miembros de la actual Corte Suprema no se han informado que la Constitución que les rige, es la de la dictadura de marras parchada por sus herederos y administradores de la clase politicastra: Espuria, fraudulenta, una aberración en materia jurídica, ilegitima y antidemocrática en sus conceptos para destacados juristas y jurisconsultos, expertos en derecho Constitucional. En el marco de este engendro antidemocrático, un desaguisado jurídico, una pantalla onerosa y retardatriz que sacrifica la justicia al procedimiento, la Corte Suprema de Justicia compromete “sus mejores esfuerzos en el esclarecimiento de esta clase de delitos- de lesa humanidad, e insta a todos los Jueces de la República y funcionarios del Poder Judicial a persistir en tal tarea, como también al reconocimiento y promoción de los Derechos Humanos, tal cual lo prescribe la Constitución de la República ”. Lógica y racionalmente ningún Ser Humano consciente puede sorprenderse que estos Magistrados sigan defendiendo a ultranza el principio de la continuidad del ordenamiento jurídico impuesto por la dictadura de marras. Esto garantiza el único supuesto de supervivencia de la Legislación fascista heredada de la dictadura de marras que se rige por un cuerpo de leyes represivas de origen totalitario y que de acorde con ello, la jurisprudencia de este País continúe funcionando en el contexto del conservadurismo judicial, tendencia a reducir lo nuevo a lo antiguo.
Los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia actual, les corresponde una cuota de responsabilidad en tan deplorable estado de cosas ocurridas desde el Golpe de Estado hasta nuestros días, por seguir imponiendo a raja tabla el Derecho como algo estático, reducido a un ordenamiento normativo rezagado al servicio de los ricos.
Nuestras reflexiones precisan, como colofón, que ante la crisis económica/social y moral de la Sociedad Chilena profundamente traumatizada por el consumo desenfrenado, las drogas, las depravaciones, la indigencia educacional y cultural, la Corte Suprema de Justicia en su declaración palmariamente señala que seguirá cumpliendo su rol destinado a asegurar la coherencia de la ideología capitalista salvaje dominante en pugna con las grandes declaraciones programáticas en defensa de la dignidad, los derechos del Ser Humano y del Estado de Derecho. Un ejemplo, la causa por el Magnicidio del Presidente de Chile Dr. Salvador Allende Gossens, el Ministro Carroza Espinoza en visita extraordinaria la sobresee y la archiva. La Corte de Apelaciones de Santiago, rechaza las apelaciones. Ahora le corresponde a la Corte Suprema de Justicia ver la casación. ¿A quién le queda duda que ésta será rechazada? Así procederá en consecuencia igual que ayer en el esclarecimiento de un delito de lesa Humanidad, el asesinato del Presidente Allende Gossens.
Concluimos, que la declaración de la Corte Suprema de Justicia precisa que la Constitución parchada de la dictadura de marras que le priva al pueblo chileno de su soberanía, que garantiza el empate político entre los herederos de la herencia Orwelliana de la dictadura de marras los sofofos y el poder castrense y sus administradores la clase politicastra seguirá vigente. Esta patética realidad impone el borrón y cuenta nueva.
Con esperanza y memoria, “luz, más luz”
Prof. Hugo Moreno Peralta/Iwa
Secretario Ejecutivo
Addhee.ONG

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