Los delincuentes empresarios
sofofos de Penta y de Soquimich no serán demandados por el Servicio de
Impuestos Internos, lo que impedirá actuar al Ministerio Público. La corrupta
clase politicastra los liberó de toda acción penal y civil, una mano lava a la
otra, y las dos lavan la cara: Ahora, a votar por los corruptos en las próximas
elecciones.
El artilugio de 1980, “La
Constitución de la dictadura fascista cívico militar”, protege los negociados
de los corruptos. En la arcadia mercurial de la alegría, los intereses creados
no obstruyen la justicia en la medida de lo posible. Se respetan los
privilegios de la oligarquía empresarial sofofa, aunque esto implique una
inmoral subversión de los valores sociales. En la sociedad chilena carcomida
por la injusticia, la corrupción y la impunidad, los politicastros han perdido
totalmente el sentimiento del deber y desde el 11 de septiembre de 1973, se han apartado de la verdad. El parasitismo
deja de inspirar repulsión a quiénes lo usufructúan y encenegan a las víctimas
en la marginación/domesticación. Los individuos sobreviven esclavos de
fantasmas vanos. La justicia en la medida de lo posible enmudece y se abisma.
El Estado se ha convertido en confabulación de favoritos y de tartufos dispuestos
a lucrar de la Patria, pero incapaces de honrarla con obras dignas.
Sapere aude,
Prof. Moreno Peralta/IWA
Secretario Ejecutivo ADDHEE.ONG
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