Solidaridad con el Pueblo Chileno
Allendista:
Por Sergio Rodríguez Gelfenstein:
Señor
Sebastián Piñera
Presidente de la
República de Chile
Palacio de la Moneda
Santiago.
Chile
Señor presidente, como chileno y venezolano me
dirijo a usted a fin de agradecer su decisión de no enviar un nuevo
representante de su país a Venezuela.
En primer lugar me parece muy sabio que no regrese
el señor Pedro Felipe Ramírez nombrado por su antecesora, quien tiene cierta
fama de promiscuo en su vida privada, (cosa que no me consta), pero es lo que
se comenta en ciertos corrillos diplomáticos de Caracas y también en el Dominó,
Tavelli o en el café Haití de Santiago lugares a los que he acudido en
diferentes momentos y donde al saberse que resido durante algún tiempo en
Venezuela, se han acercado algunos parroquianos a exponerme sus quejas, como si
fuera mi responsabilidad velar por la catadura moral de los miembros del cuerpo
diplomático chileno. Aprovecho de decir que respeto lo que cada quien haga con
su vida, por lo que invariablemente no me he hecho eco de tales perversos
comentarios, y los repudio contundentemente
Pero, por otro lado, quiero felicitar su
inteligente determinación de no enviar un diplomático que provenga de sus filas
a Caracas. Es algo que los pueblos chileno y venezolano le sabrán agradecer,
sabiendo que el aire de Caracas permanecerá un poco más limpio sin la
putrefacta presencia de uno de sus colaboradores, cuando sabemos que se corre
el riesgo que algún pinochetista, posiblemente torturador, asesino o partícipe
de violaciones de derechos humanos pueda estar en la ciudad cuna del Libertador
Simón Bolívar en representación del heroico pueblo chileno. Sería algo muy
difícil de digerir y de aceptar, sobre todo porque enrarecería aún más las ya
difíciles relaciones entre los dos países.
También se corre el riesgo que el nuevo embajador
sea algún amigo de sus correrías cuando estafó el Banco de Talca en agosto de
1982, (no es algo que diga yo, sino el ministro de la Corte, Luis Correa Bulo
en su dictamen sobre el caso) huyendo del país protegido por la CIA a solicitud
de su padre, para regresar libre de polvo y paja gracias a que su hermano José,
ministro de Pinochet, abogó ante su jefe para que su delito quedara impune.
Para ello el dictador le ordenó a la ministra de justicia, la tristemente
recordada Mónica Madariaga que cerrara su expediente. Usted mejor que nadie
sabe, que las relaciones que se establecen en el mundo de las estafas bancarias
no son muy puritanas y no sería bueno que algún colega suyo de esos años, vaya
a Caracas, porque esas prácticas no tan sanas deben estar alejadas del quehacer
cotidiano de la diplomacia. Estoy seguro presidente, que Usted coincidirá
conmigo en este aspecto.
Años después, usted entró en contacto con Julio
Ponce Lerou, yerno de Pinochet, y se involucraron en el caso Cascadas, la
verdad es que cada quien tiene derecho a elegir sus amigos, pero para lo que
nos ocupa, que es la posibilidad o no del nombramiento de un embajador suyo en
Caracas, no parece apropiado. Se corre el riesgo que Ponce Lerou tan
acostumbrado a financiar… mejor dicho, asesorar a los políticos de todos los
partidos de su país, termine recomendándole a alguno de sus amigos comunes en
la embajada en Caracas, a cambio de algún dinerito que nunca viene mal. No se
lo permita, presidente, a pesar de que él es de su misma investidura (le
confieso que pensé en escribir “de su misma calaña”, pero lo evité porque no es
una palabra apropiada para un presidente), corre el riesgo de inducirlo a un
error. Le pido me disculpe la ocurrencia, es que a veces me lleva a la
confusión acordarme que en Chile usted es conocido por su apodo “piraña”.
No se deje presidente, no creo que sea
recomendable, en Venezuela todo lo que huela a Pinochet resulta repulsivo,
sobre todo, a los venezolanos les resulta difícil no se logra comprender cómo
los chilenos pueden seguir viviendo en una situación de ilegitimidad, bajo una
constitución que no aprobó el pueblo, sino que fue impuesta por el dictador,
más sorprendente resulta aún que usted y sus antecesores se solacen hablando de
democracia, cuando esta se práctica solo “en la medida de lo posible”, como
dijo uno de los artífices civiles del golpe de Estado contra Salvador Allende,
el ex presidente Aylwin, quien debe estar junto al diablo riéndose de sus
ocurrencias en La Moneda.
Así mismo Presidente, he sabido que a usted le
gusta nombrar a sus hermanos como embajadores y que la elite chilena está
dispuesta a permitir casi todo, pero no que en Chile se establezca una
monarquía. Usted, aunque se parezca, no es Napoleón Bonaparte, quien si pudo
poner a su hermano donde quiso, además debe recordar que aparte de la guerra
que Pinochet y los suyos declararon al pueblo, usted no ha ganado ningún
combate, salvo los que ha entablado contra la justicia, lo cual no es ninguna
gracia para un millonario en Chile. Pero, debe saber usted que el sistema
político de Chile es republicano, no porque lo quiso Pinochet, sino que por
ello, miles de chilenos bajo liderazgo de O´Higgins, Carrera y Manuel Rodríguez
entre otros próceres, lucharon y derrotaron a Mariano Rajoy…disculpe el lapsus
presidente, es que siempre confundo a ese señor con Marcó del Pont, el sátrapa
español que gobernó Chile a comienzos del siglo XIX…debe ser por lo de sátrapa.
Pero bueno, presidente, lo que le quería decir es que no permita que los
habituales chupamedias de oficio le recomienden enviar a su hermano José a su
embajada en Caracas. La Constitución venezolana impide establecer modelos
neoliberales, reprimir a los trabajadores, hacer constituciones ilegales,
privatizar los fondos de pensiones y establecer modernizaciones de corte
fascista. Pienso que su hermano se aburriría mucho en Caracas, sin poder hacer
las gracias que le permitió Pinochet mientas asesinaban, torturaban y reprimían
al pueblo chileno.
Ya sé que no fue su culpa lo del fallido intento de
enviar a su hermano Pablo de embajador a Argentina, pero si es su
responsabilidad presidente, tener un canciller tan penca, un tipo que de
derecho internacional no sabe nada y que blasona un estandarte de ignorancia
tras una mediocridad intelectual disfrazada de novelista, gracias al dinero de
la derecha europea en pago por haber aceptado su papel de converso, con el que
encubre la cobardía y el fracaso que no le permitió llegar donde quería en sus
años juveniles. Nadie lo obligó a ponerlo ahí, debe saber presidente, que su
canciller es “escritor” de ficción, y que como tal puede inventar cualquier
cosa, pero la política en general y la política exterior en particular se
conforma con actores reales y hechos reales, además se soporta en el
conocimiento del derecho y la historia, de lo cual adolece su ministro, como
quedó claramente demostrado ante el mundo en la reciente reunión ministerial de
la OEA donde hizo el ridículo ante las delegaciones de los gobiernos de la
región. No sé presidente, si logró ver la mueca de asco que mostró el
representante de Trump en la OEA cuando hablaba su canciller. No creo que lo
haya visto, porque eso no lo muestran en CNN en español que debe ser su
principal vía de comunicación, es además una manera de informarse que nos lleva
a entender –después de escucharlo- porque siempre parece que usted anda
despistado en asuntos de política internacional.
El Chile decente, que es la aplastante mayoría, que
sabe que a través de la historia tuvo entre sus diplomáticos a Gabriela
Mistral, Eduardo de la Barra, Alberto Blest Gana, Luis Enrique Délano, Pablo
Neruda y Vicente Pérez Rosales, entre otros, esos si escritores de verdad que
dieron prestigio y generaron respeto hacia el país, debe sentir una profunda
vergüenza de tener a este seudo intelectual como canciller.
Sé que Usted me puede refutar diciendo que cada
quien es dueño de hacer el ridículo donde quiera y es verdad, lo que pasa que
en este caso, se hace con cargo al fisco y al bolsillo de todos los chilenos, y
eso no me parece correcto, incluso si la constitución de Pinochet lo permite.
Finalmente, me han dicho que usted ha estado
pensando en liberar a los criminales, asesinos, torturadores y violadores
presos en la cárcel cinco estrellas de Punta Peuco, la que usted pretende
cerrar aduciendo que esas basuras humanas merecen un trato humanitario para
transitar los años finales de sus vidas. Yo no me debería meter en eso, pero es
claro que a usted le preocupan más los victimarios que las víctimas, por eso usted retiró el proyecto de ley para
reparar a víctimas de la dictadura, por eso también, usted le paga 170.000
pesos mensuales como indemnización a las víctimas y 2.300.000 a los
victimarios, porque en el fondo usted ama esos asesinos y odia y desprecia al
pueblo, recuerde que por usted sólo votó el 26,5% de los chilenos, presidente,
solo le quería recomendar que si libera a los
asesinos de Punta Peuco, no se le ocurra mandar a ninguno de ellos de embajador
a Venezuela, lamentablemente para usted sería rechazado, y eso tampoco ayudaría
al mejoramiento de las relaciones.
Debo decirle, que las relaciones y los vínculos
entre los dos pueblos están en su mejor momento, incluso como se vio en la
reciente votación en la Cámara de Diputados, hay una cantidad mayor de
representantes populares que rechazaron su política contra Venezuela, que es la
misma del gobierno anterior, lo que significa que el pueblo está eligiendo de
otra manera. Así mismo, las muestras de solidaridad del pueblo chileno con
Venezuela son infinitas y eso no lo va a poder evitar usted ni nadie, señor
presidente.
Es su potestad enviar embajador o no, le reitero mi
agradecimiento por tomar la decisión de no enviar a alguno de sus amigos,
porque las relaciones entre los pueblos de Chile y Venezuela siempre se han
mantenido en un alto nivel, incluso durante la dictadura de su amado general
Pinochet, e incluso también cuando su antecesor Ricardo Lagos fue el primer
jefe de Estado del mundo que reconoció la dictadura impuesta en Venezuela tras
el golpe de Estado contra el presidente Chávez en 2002 y que el pueblo
venezolano depuso en menos de 72 horas con el apoyo de las fuerzas armadas,
esas relaciones no se van a romper porque Usted no quiere mandar a su
embajador, los venezolanos pueden esperar a “que se abran las grandes alamedas
nuevamente” para tener un digno representante del pueblo chileno en Caracas.
Ah, Presidente, se me olvidaba, me permito hacerle
una última solicitud que no guarda relación con el tema de esta misiva, pero
por favor presidente, no se atragante hablando de democracia, cuando todo el
mundo sabe que usted es un furibundo apasionado de la dictadura, o acaso ¿no es
verdad que su campaña electoral finalizó con el grito “¡Viva Chile y
Pinochet!”?
Muchas gracias por atenderme, señor presidente
Sergioro07@hotmail.com.
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