lunes, 25 de abril de 2011

PRECISIONES Y DESAFIOS

De nuestra consideración:

Nuestra organización no gubernamental a solicitud de Sindicatos a nivel regional y nacional, y especialmente de CONGEMAR ha asumido el desafío propuesto por los trabajadores de que “otro Chile es posible”. Este desafío lo entendemos y asumimos empezando por una nueva Constitución sancionada soberanamente por el Pueblo Chileno. Además de la derogación de la ley de elecciones/binominal y todos los decretos leyes de amarre de la dictadura de marras. Además, este desafío exige: la aclaración judicial del magnicidio del Presidente de Chile Dr. Salvador Allende Gossens, en cuyo proceso nos haremos parte; aclaración judicial del plagio, hurto y peculado del legado, herencia del poeta Pablo Neruda en general y, de la Antología Popular 1972, que éste, le regalara al Pueblo de Chile en la persona del Presidente Allende; que el Estado chileno haga justicia al Pueblo Mapuche devolviéndole sus tierras y exigiendo respeto por sus tradiciones y cultura…

Desde 1990, el Chile de la oligarquía empresarial que administraron los regímenes concertacionistas y el cesarista actual no han resuelto los vitales problemas de la mayoría del Pueblo Chileno, en el sentido de hacerlo un poco dichoso o, por lo menos, menos desdichado, que le permitiera salir de las marginaciones sociales a que está sometido por casi cuatro décadas. Asumen los trabajadores y nuestra organización las sabias palabras de nuestro poeta Pablo Neruda: “lo mas importante en el mundo es intentar que este sea digno para todas las vidas humanas y no sólo para algunas”…

Nosotros estamos convencidos que la unión de los trabajadores, de la mujer y de la juventud chilena es la alternativa para devolverle a este pueblo su dignidad, su educación, su cultura y su creencia y respeto por los valores del espíritu. La cultura y la educación de los seres humanos es patrimonio de todas las personas. Todo intento de destrucción, de mercantilizarlas es una agresión a todos los seres humanos. Cuando la agresión se  hace en escala magna, enajenando, embruteciendo al ciudadano a través de los medios mediáticos de comunicación globalizado y de la educación objeto persiguiendo la destrucción de todos los valores espirituales de un pueblo, como medio eficaz de aniquilamiento del espíritu nacional y paso previo para su mejor dominio y explotación, la agresión destructiva se convierte en el factor más brutal y perverso de todos los que constituyen el genocidio de un pueblo.

Parafraseando al genial dramaturgo/ escritor/ poeta Bertolt Brecht, acentuamos “que el pueblo chileno no debe aceptar lo habitual como cosa natural, pues en tiempo de confusión generalizada, de arbitrariedad consciente deshumanizada, nada debe parecer imposible de cambiar”…

“Los que no tienen el valor de sacrificarse, de llamar las cosas por su nombre, por lo menos deberían tener el pudor de callar ante los que se sacrifican”. Maestro libertador José Marti Pérez.

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