viernes, 31 de enero de 2025

TIPOLOGIA DE LOS PUEBLOS MARGINADOS POR LA METAMORFOSIS GEOPOLITIC

TIPOLOGIA DE LOS PUEBLOS MARGINADOS POR LA METAMORFOSIS GEOPOLITICA



Por Mariano Sierra S./escritor, filosofo, jurista y analista internacional/ADDHEE.ONG/Other News:

Colombia. El mudo y tantos pueblos colonizados donde su devenir histórico social y político se ha ejercido a través de tragedias donde ellas yacen en el enmarañado discurrir de la gobernanza. Pero el tiempo llega siempre, un Kairós que nos concentra al cambio ante la entropía política, anacrónica, que se alza con esperanza ucronica  para reconstruir este mundo en debacle social y político.

Es un hecho que en el mundo manda el poder económico y su gran compuesto político, pero la verdad, muestra un manifiesto diferente. De allí que pregonemos que todo el acontecer es un entramado de comedias donde con la mentira ocultamos la verdad, ocultamos las realidades que impactan creando brechas insalvables, Esas tragicomedias vagan por todos los entornos como expresiones falaces, abordando roles diversos en ese actuar del hombre formando contradicciones, generando diversidad de gestiones que distan del bien común, pero cerca del injusto cruel.

Es una verdad de apuño que nuestra civilización es un devenir donde afloran libretos sociales y políticos en escenarios donde hacen presencia comedias humanas de todas las estirpes.  Es allá en el pandemonio, recinto de la mitomanía y los engaños, desde donde deliberan las tiranías, los satánicos personajes de las instituciones, donde la gobernabilidad es una ficción, allí donde se desconoce la ética y la moral, donde el bien común del pueblo se desvía para engrandecer la voracidad de los poderosos por medio de impunidad y corrupciones.

 Quienes gazapean, trampean usando a los demás, fustigan, fantasean, para engañar al otro, a quienes gobiernan, ejerciendo sus actos en el común del tiempo y el espacio, reflejando la descomposición social reinante. Comedias, comediantes se sumergen en un mundo habilitado para tramoyas, para desarraigos donde se codicia, se ejercen vejámenes dantescos. En esos escenarios se practica el sentir real de la vida decadente con encantos que hacen ver paraísos artificiales, donde muchedumbres inquietas se revuelcan en sus desgracias que como dice el poeta se alzan pilares de la poética urbana acompañado de la bohemia bochornosa.

Las tragedias sustentan dramas continentales, artificios para desentrañar realidades o para ocultarlas. Propósitos diversos muestran la existencia de una lucha social cargando en su interior acciones, creencias, pensamientos, ideologías confusas, doble moral y expresiones éticas para traficar, debatiendo acontecimientos que buscan limpiar las practicas impúdicas y toda estigmatización cobarde.  Los roles de las comedias se perfilan dentro de trascendentales hechos de la vida en común y por sus efectos y recurrentes episodios dejan entrever como se desintegran las conductas humanas para encapsular ciertos comportamientos non santos. Pecados sociales.

Al recorrer nuestros pensamientos por las múltiples sendas de las democracias, sobresalen ecos que dicen que en esos roles se debaten ñoños que disparan diatribas de inconformidad. En contexto.  hoy no interesa el pueblo a los ciclopes, sino hacer de su poder actos de opresión y acallamiento. Pero el silencio no puede ser un instrumento de pecado y miedo, sino esa fuerza que espera el desenlace de su rebeldía cansada de tantas falacias degradantes que solo tienen papeles donde se violan los derechos, se usurpa la verdad, se menosprecia al débil, se trafica la tierra y la dignidad.

El hombre actuando con camuflajes se aparta de si, falsificando identidades, camuflando posturas con elementos seductores. El poder del mal es patético en los roles que penetran en la sociedad que viene de cruzar sendas de colonización sin independencia. La tragedia social la que narra lo absurdo se centra en hechos donde predomina el poder y el dominio a donde pertenecen la politiquería y la religión dejando por fuera la esencia que es el hombre a quien le profanan sus valores naturales, y con esto lo degradan y lo criminalizan, para después cínicamente victimizarlo.

Las comedias y tragedias suponen verdades de apuño, como decir que, en toda pandemia, la comunidad ha explotado su desgano, porque los controles han dejado sin realización alguna los procesos. Pero la razón de desgaño se funda para socavar al país.  Sacar provecho de realidades son los momentos para que la corrupción se avive., allí los mercaderes políticos exponen sus entramados para incrementar la codicia.

 Las comedias, representaciones ficcionales y realidades del oficio político marginan el discurrir social. Todos los actos de gobierno son actos donde intrusos actores del poder con sus galas y caretas que adornan sus rostros cínicos actúan con rigor, con gran rigor, mientras una sociedad de primera línea hace presencia, donde Lamentaciones humanas ven correr la sangre producto de las balas asesinas y de los atropellos de unos gendarmes enceguecidos por los deseos de matar.

Bajo que pilares se sitúan hoy las sociedades ¿Las sociedades giran en el vacío, aun ante la existencia de un mundo presencial porque han perdido el norte con la decadencia ética, cuando la ilegalidad se sitúa por encima de la democracia, aun bajo la egida de un contrato social que no se cumple.El imperio de las comedias recorre el mundo incrustadas en el poder metamorfoseado, que absorben identidades, que les son propios a intereses comunes, esto es, al pueblo, que no puede perder su reconocimiento.

El devenir de las tragedias sencillamente suprime derechos y atributos de la identidad, crean desigualdades y entran con mayor asiduidad cuando la sociedad exige que se cumpla la institucionalidad. Así pues, entre contradicciones, confusiones, promesas, propuestas, percepciones, interpretaciones, exageraciones y cumplimientos sin resultados, la obra teatral se expone, pero queda en suspenso, queda en el vació, en el devenir porque las tragedias buscan ocultar tensiones sociales originadas por el desordenado manejo de la cosa pública que siempre está cosechando en todos los frentes del tejido social propuestas desestabilizadoras ante la falta de trazabilidad en las tareas propias de la gobernanza.

Los procesos oscuros de una nación en destrucción, solo genera paraísos artificiales que anuncian decadencias. Desterrados, surgimientos de movimientos ilegales, siervos sin tierra, condenados de la tierra que dormitan en cumbres borrascosas que van y vienen ante sus desarraigos, cantando himnos y versos de esperanza, en un delirio absurdo, pero decidido afán rebelde de liberación. Hemos venido diciendo que los actos de comedia configuran formas de administración de estado y de posturas sociales, Los comediantes politiqueros y funcionarios están siempre en escena haciendo del absurdo, las trisas, la razón de sus actos.

 Las tragedias socio políticas se entrelazan en todos los eventos de una colectividad, esto quiere decir que ellas son mutantes dentro de un escenario multicultural. El multiculturalismo es un proveedor de desigualdades y de otros espectros sociales que le dan un amplio dinamismo al conjunto de variedades circenses, al margen de acrobacias, típicas posturas de quienes se mueven en el argot político. El pueblo viene recibiendo la influencia de los roles del dramatismo de todos los actores del absurdo político en sus libretos plasmados de engaño y mentiras basófilas.

Vivimos llenos de Los mensajes que llegan de los distintos frentes de la institucionalidad con sus aberrantes tóxicos, haciendo perder los valores que conducen a una verdadera relativización desconcertante, en torno a un pluralismo confuso. Pero ante esta guerra fría no debemos ceder, para lo cual tenemos que denunciar toda esta amalgama de atrocidades, que tienen el carácter de crímenes de lesa humanidad, pues atentan contra la dignidad humana y natural, para que la justicia acuda con sus leyes a aplicar los debidos castigos.  No es forzoso decir que esos atentados irracionales vienen de personajes del orden que desde ya se deben declararse como un peligro para la sociedad, después que recibieron de la comunidad la representación constitucional. Por desgracia.

En el diario vivir con sus insalvables obstáculos, llenos de salvaguarda, siempre habrá la fuerza espiritual para sembrar y cosechar esperanza y dar ubérrima solidaridad a quienes están siendo azotados con distintas viles posturas humanas. Seamos comediantes de paz, de mensajes justos, de ubérrimos sentidos de amor y servicio, esto es, gobernar sirviendo. Un gobierno actuante es aquel que no aparenta gobernanza, que siente la realidad que lucha por su comunidad, que no se disfraza con mentiras, dentro de la unidad de contrarios, que lleva a la nación a la armonía, no a la crisis y su posterior destrucción y pondera la grandeza de su pueblo.

La conciencia humana se aviene con desfogues sociales y políticos donde las tragedias y las tramoyas parecen ser el veredicto a todo juicio, que el dialogo perdió su cometido superado por el escepticismo moral y ético. La ausencia de una mística pública y privada fuerza toda adversidad social. Un desorden espiritual importa para que   impongamos medidas cautelares a los actores del conflicto para que frenen el ímpetu perverso de toda tragedia injustificada. Un imperativo humano debe aliarse para enderezar la convivencia social deteriorada por las lujurias políticas.

Una depuración política e institucional urge por la falta de ética y honestidad. La comunidad debe ser informada de todas las gestiones de gobierno, debe también darse debates públicos ante la explosión e implosión de los problemas sociales, diseñando procesos de solución donde converja el respeto ideológico y toda diferencia personal. El descuaderna miento que vive el mundo por la fragilidad humana desborda los limites insolidarios. Hoy se quiere subsanar todo conflicto mediante una vorágine de violencia, eliminando con la muerte a sabiendas que todo queda impune, y que aquí no pasa nada. Las comedias son la puerta abierta para establecer la dictadura globalizada/hegemónica del sistema capitalista salvaje.

La tragedia de la vida presenta una sociedad que se deleita con los placeres, las tragedias, los vacíos y los comportamientos ajenos, que descalifican toda conducta, pensamiento y emociones positivas. Todos somos comediantes con base a roles que eluden realidades engendrando dramas haciendo de la razón una ficción, comportándonos como bufones, adalides virtuosos, detractores de la historia. La postura humana en todas sus facetas discierne ante el sentir emocional, y en esos libretos cunde el hombre disfrazado de personajes tipo para ocultar la verdadera identidad. No somos, lo que somos. Somos lo que una sociedad y un estado quiere que seamos. El teatro de la vida es hipócrita pues sus comediantes no ejecutan el papel del verdadero libreto lleno de ambigüedades.

Ante la proliferación de las tragedias sin fin. Verdaderas pesadillas atormentan a la comunidad en su armonía, comunidad que afronta la embestida de engaños administrativos, por acuerdos sin retorno, por garantías sin avales, de leyes impopulares y mucho más. Las obras del teatro comediante no dejan de asombrar ante las necesidades de una nación que llora los muertos del estado, el trabajo sin contrato laboral, la educación sin escuelas, la farsa de los compromisos, las viviendas palomeras, la salud sin desarrollo, el hambre que nunca se va, la muerte siempre en vilo.

Por todo, en la tragedia social y política la persona se juega su identidad en desenlaces sombríos, donde cunde un lenguaje retorico con el aval de las mariposas amarillas con su velorio de noches sin estrellas, con los rezos de una comunidad sin esperanza que interpreta los evangelios del amor y del servicio ante la oscuridad que espera la luz del nuevo día con la ilusión del devenir utópico. Esta es la situación del pueblo que interpreta imaginaciones que se dramatizan según se vive. Las comedias hacen eco con el mensaje de Dante, esto es, el vicio, la virtud y el paraíso.

Por los laberintos de los comediantes políticos y gobernantes, clanes, partidos, carteles como de otros movimientos del colectivo de la comunidad, surgen pensamientos ubérrimos de ambiciones, de maldad cual leviatanes del poder con el dramatismo propio de su incapacidad. Esos monstruos públicos se perfilan como parásitos que absorben las riquezas de los otros que debieran estar al servicio social. El ser razón de la existencia de ser, transforma el mundo. Este ente de grandezas de vida y otras materializaciones sociales, el mismo hombre lo privatiza para luego después de saciarse, lo extingue. El hombre y sus instituciones letales hacen del ser, razón de ser de la muerte, que, bajo esquemas múltiples, sucumbe en un mundo donde la violencia hace parte del aparato público.

El show global de mitómanas tragedias recorre el mundo. Países genocidas, Guerras, elecciones, pandemias, conflictos, emigraciones, medio ambiente, derechos humanos, narcotráfico, conflictos fronterizos. Estos y más asuntos que están en los libretos de gobiernos de manera explosiva, en vez de conducir a solucionar problemas generan más crisis. Esta es la forma de gobernar con engaños. De allí que recobre altura expresiones de Maquiavelo cuando dijo que el gran engaño encuentra siempre quien se deje engañar, y ese quien está en una comunidad que vive en el terror y el miedo.

Las tragedias son una costumbre en nuestra civilización con componentes destructivos alejados del curso social que impactan en todos los pueblos, a través de puestos y curules de juegos políticas donde en casinos oficiales se juega al país. No votamos por parlamentarios u otros funcionarios públicos, sino por jugadores de la peor calaña en su mayoría, que haciendo uso de la corrupción como su mejor carta que la manejan bajo la manga llena componendas, leyes y acuerdos nefastos.

Lo subrayado/interpolado es nuestro.

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