jueves, 29 de febrero de 2024

Palestina:¡Lo que pasa en Gaza sin tapujos ni dobleces!


Palestina:¡Lo que pasa en Gaza sin tapujos ni dobleces!

Por Luis E. Sabini Fernández/escritor, periodista y analista internacional/ Prensa Mare Argentina/ Xinhua, Other News, Sputnik, RT, La Jornada de México, Red latina sin fronteras. Sur, ACHEI, Utopía, Argentina Indymedia/ADDHEE.ONG:

Todo parece concatenarse como en una auténtica tragedia griega de modo tal que nada ni nadie decide por sí y ante sí sus próximos pasos y a la vez, quedan marcadas las responsabilidades, los prejuicios, los intereses, de cada “actor”.

Pero lo que tenemos por delante no es griego sino hebreo. El acto político de enterrar vivos a decenas, centenares, tal vez miles de palestinos explica los violentos actos desencadenados por milicianos palestinos el 7 de octubre de 2023. Porque la historia no comenzó en la madrugada de ese día.

El 7 de octubre fue el detonante. Un operativo de resistencia armada pero de amplio espectro. Que proviene de más de un siglo de resistencia a la penetración sionista colonialista israelí. Pero que, además, tiene un antecedente directo. Un operativo de resistencia no armada, palestino de 2018 –Marchas por el Retorno−, reclamando angustiosamente tierra, que tuvo un desenlace desolador. Entonces, inicialmente ni siquiera con piedras, manifestaciones palestinas absolutamente pacíficas fueron “contestadas” de una manera tan cruel y sanguinaria por Israel que las manifestaciones palestinas acabaron con cientos de muertos, burlona, absolutamente asesinados, por francotiradores israelíes cómodamente ubicados en taludes a la vera de los caminos de las manifestantes.

Cuando los mandos securitarios israelíes percibieron que el blanco de los ijares humanos generaba “excesivos” muertos, desangrados (porque la asistencia no llegaba a tiempo o porque tales disparos eran efectivamente mortales, cambiaron el blanco; de las entrepiernas a los tobillos. Israel podía así generar entre los despojados palestinos una buena “producción” de lisiados de por vida. Igual que con su “competencia” futbolística, dedicada a quebrar con balazos las piernas de futbolistas palestinos, arruinando las actuaciones del combinado de fútbol palestino en las eliminatorias asiáticas.[1]

Tal es el estilo del Estado sionista israelí para lidiar con lo palestino; inconmensurable desprecio y un cierto regodeo ante el malvivir, mal morir, palestino; en Israel se opta por asesinae a niños y mujeres palestinos hasta por la espalda, con total amparo legal, por ejemplo.[2]

El 7 de octubre la resistencia armada palestina hizo algo distinto: copó los cuartelillos o establecimientos policiaco-militares de la Franja de Gaza (FdG), y a la vez, “cosechó” rehenes, o intentó hacerlo, para posterior intercambio por prisioneros políticos (o sociales) palestinos, muchos detenidos por años sin ni siquiera abrirles causas, archivados vivos en depósitos.

No hay antecedentes de tantos policías o soldados sionistas colonialistas israelíes[3] matados en enfrentamientos anteriores al de la madrugada del 7 de octubre de 2023: se estima en centenares.

La reacción tiene algo de furia bíblica, al estilo de los relatos del Pentateuco sobre como un dios a veces innombrable (a veces Yahvé) hace matar a determinada gente, sus hombres, mujeres, niños, sus animales de crianza, desmantelándolo “todo”: DEUTERONOMIO, “Capítulo 2. Versículo 9. Y Yahvé me dijo […] 25. Hoy comenzaré a poner tu miedo y tu espanto sobre los pueblos debajo de todo el cielo, los cuales oirán tu fama y temblarán y angustiarse han delante de ti. 26. Y envié mensajeros desde el desierto de Cademoth a Sehon, rey de Hesbón, con palabras de paz diciendo: ‘Pasaré por tu tierra por el camino […] 30. Mas Sehon rey de Hesbón no quiso que pasáramos por el territorio suyo, porque Yahvé había endurecido y obstinado su corazón para entregarlo en la mano, como hoy. 31. Y díjome Yahvé: He aquí yo he comenzado a dar delante de ti a Sehon y su tierra, comienza a tomar posesión, para que heredes su tierra. 32. Y saliónos Sehon al encuentro, él y todo su pueblo para pelear en Jaas. 33. Mas Yahvé nuestro dios lo entregó delante de nosotros y herimos a él y a sus hijos y a todo su pueblo. 34. Y tomamos entonces todas sus ciudades y destruimos todas las ciudades, hombres, mujeres, niños, no dejamos ninguno. CAPÍTULO 3. […] subimos camino de Basán y saliónos al encuentro el rey de Basán, para pelear […] 2. Y díjome Yahvé: No tengas temor de él, porque en tu mano he entregado a él y a todo su pueblo y su tierra: y harás con él como hiciste con Sehon, rey amorrheo […] 4. Y tomamos entonces todas las ciudades […] 5. Todas éstas eran ciudades fortificadas con alto muro, con puertas y barras; sin otras muy muchas ciudades sin muro. 6. Y destruímoslas […] destruyendo en toda ciudad hombres, mujeres y niños. CAPÍTULO 6. 10. Y será cuando Yahvé tu dios te hubiese introducido en la tierra que juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob, que te daría; en ciudades grandes y buenas que tú no edificaste. . 11. Y casas llenas de todo bien que tú no henchiste, y cisternas cavadas que tú no cavaste; viñas y olivares que tú no plantaste […] CAPÍTULO 7. […1] Cuando Yahvé tu dios te hubiere introducido en la tierra en la cual tú has de entrar para poseerla, y hubiere echado de delante de ti muchas gentes, al hetheo, al gergeseo, al amhorreo […] siete naciones mayores y más fuertes que tú. 2. Y Yahvé, tu dios, las hubiese entregado delante de ti y las hirieres, del todo las destruirás […] no te emparentarás con ellos, no darás tu hija a su hijo, ni tomarás mujer a su hija para tu hijo.[…] 5. […] Así habéis de hacer con ellos: sus altares destruirás, y quebraréis sus estatuas […] 6. Porque tú eres pueblo santo a Yahvé tu dios; Yahvé te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la faz de la tierra.[…] 21. No desmayes delante de ellos que Yahvé tu dios está en medio de ti. Dios es grande y terrible. 22. Y Yahvé tu dios echará a estas gentes delante de ti poco a poco […] 23. Y él las quebrantará con grande destrozo hasta que sean destruidos.” [4]

Disculpe el lector la larga (y tediosa) cita, pero es bueno tener en cuenta que estos textos pertenecen a los más leídos por gente letrada e ilustre, pero sobre todo por mentes captadas.[5]

Y que Beniamin Netanyahu invoca con penosa asiduidad pasajes como éstos para reforzar su exterminador comportamiento.

Vayamos entonces al cuadro general de situación. Porque indudablemente la acción guerrillera palestina y la reacción militar sionista colonialista israelí han ensanchado penosamente el cuadro, dando lugar a alianzas y refuerzos.

Primero y principal: la casi total paralización del concierto institucional internacional ante la reacción sionista colonialista israelí, exterminadora, frente al operativo de Hamás. Lo excepcional ha sido, por ejemplo, que una etnia del mundo árabe, en Yemen, enfrentada con el gobierno yemenita y también con el saudí −el estado árabe sunita mayor de la península arábiga−, desde hace por lo menos diez años y sufriendo con ello una represión feroz, haya sido el primer “actor” político mundial que haya explicitado su apoyo políticomilitar a los palestinos gazatíes que están viviendo bajo la condena de muerte étnica de los israelíes. Los hutíes han tomado las armas para amparar, de alguna manera, a los aplastados palestinos, bombardeando los suministros que tantos estados cómplices ceden a Israel, por temor tal vez a ser calificados de antisemitas.

Hasta ahora −ya está corriendo el quinto mes− desde el sangriento golpe de mano de Hamás y la furibunda reacción sionista colonialista israelí con sus asesinatos masivas, el único apoyo políticomilitar expreso ha sido ése. Ha habido otro, de Sudáfrica, denunciando a Israel por genocidio ante la Corte Penal Internacional y ante la ONU. Cuando se iniciaron represalias sionista colonialista israelí, desde ese 7 de octubre, matando masivamente civiles, Bolivia rompió relaciones diplomáticas con Israel,[6] y poco después hizo lo mismo Honduras, Sudáfrica, Chad y Belice. También ha sobrevenido la actitud de “en guardia” del Hezbollá libanés, amén de muchísimas manifestaciones solidarias con Palestina y los palestinos, incluidas las de miles de judíos antisionistas o antiisraelíes, en muy diversos países; fundamentalmente (y sin agotar la lista) en EE.UU., el Reino Unido (los principales sostenes de Israel), España, Yemen, Jordania, Líbano, Turquía, Kuwait, Bahréin, Siria, Irán, Malasia, Australia, Chile, Colombia, Argelia, Egipto, Marruecos, Nigeria, Senegal, Túnez, Pakistán, Yemen. Afganistán, Bangladesh, Qatar, Corea del Sur, India, Irak, Indonesia, Japón, México, Bélgica, Grecia, Portugal, Finlandia, Irlanda. Islandia, por ejemplo, mostró su rechazó negándose a actuar junto a artistas israelíes. Y el grupo BRICS ha retirado a su embajador de Israel. Hasta en Israel ha ganado la calle el repudio a la acción gubernamental, a tal punto que un Tribunal Superior israelí dictaminó “el derecho a la crítica” pero restringido a no más de 700 disconformes (sic).

En Ucrania, en cambio, hubo manifestaciones a favor de Israel.

Y en Brasil, Canadá, Argentina, Uruguay, Noruega, Inglaterra, Francia, EE.UU., Nueva Zelandia, Rumania, han sobrevenido manifestaciones a favor de los palestinos y también a favor de Israel y los israelíes.

En Uruguay, la protesta contra el genocidio israelí ha tenido lugar en la capital, Montevideo y en otros puntos del país. Los actos de apoyo a Israel, sacudido por el ataque sorpresa, acompañando sus matanzas de respuesta, también fueron llevados a cabo en la capital, con la presencia de la vicepresidenta del país y al menos en un punto fuera de Montevideo; en Maldonado. Promovido por una peculiar red político-económico-social denominada CIPEMU.[7]

Pero salvo en Uruguay, Argentina y tal vez en algún otro país, aquellos que han tenido manifestaciones de uno y otro lado ante lo acontecido el 7 de octubre, han contado con una inmensa mayoría repudiando el comportamiento israelí y muy menguadas defendiéndolo.

Terminando con la recorrida, brindada por Wikipedia, en Letonia se ha impedido todo apoyo a lo palestino.

Lo provisorio y tentativo de los datos que repasamos, alcanza para captar la brutal resonancia que el primer genocidio de la historia humana ejercido en tiempo presente, a la vista y paciencia de todos nos deja (por más subterfugios que se aleguen, como bebitos israelíes decapitados u horneados de los que no se han encontrado pruebas).

No tenemos más remedio que inteligir que lo que está aconteciendo en la FdG y en Palestina en general es una atroz novedad, un monstruoso strip-tease en nuestra hipermodernidad tardía.

¿Porqué hiper y por qué tardía? Por lo que los griegos, hace dos mil o tres mil años, ya habían captado: el significado de lo hybris: algo que excede toda medida.

Junto con esta pavorosa falta de sentido que va constituyéndose en nuestro presente, a partir del 7 de octubre tenemos, como su sombra, este presente en que nos situamos o estamos situados bajo un caudal de noticias falsas, ahistóricas. Como que un conflicto entre Israel y Hamás se inició el 7 de octubre. Ignorando o negándole al 7 de octubre su carácter histórico; como si hubiera brotado desde la nada (o más bien, de la violencia palestina).

La “producción” de mentiras y calumnias revela: a) la frágil relación entre la verdad y la información; b) el carácter a menudo proyectivo de muchas argamasas informacionales (por ejemplo, el asesinato de niños); c) el volumen extraordinariamente enorme de tales operaciones.

Mitchell Plitnick nos de una clave lógica y psicológica: “Netanyahu jamás pensó en llevar a cabo una respuesta proporcional y ni siquiera absolutamente desproporcionada, como han sido los ataques del sionista colonialista israelí sobre Gaza en el pasado. Esta operación siempre tuvo otra significación: adueñarse del territorio causando todo el daño y muerte posible. Para ese fin, se planteó el objetivo de erradicar a Hamás, algo que quien conozca apenas la cuestión sabe que es inalcanzable. Porque hasta para Israel explicitar que ‘Proyectamos hacer un genocidio’ resulta un poco fuerte. Y disfrazar ese objetivo con Hamás como blanco es menos chocante.” [8]

De todos modos, la disponibilidad cada vez mayor de instrumentos comunicacionales, conspira contra los silencios cómplices, aunque nos complique el cuadro el aluvión de las fake news. Nos da la impresión que los manejos mediáticos son algo a combatir porque no están derrotados de antemano, pero que el peso de lo real; por ejemplo, el asesinato de miles de seres humanos por la sola razón del exterminio, repugna a muchísimos seres humanos.

El 7 de octubre descolocó a los mandos israelíes que poco a poco se habían ido acostrumbrando a una superioridad militar y securitaria aplastante. Todo lleva a pensar que les pasó como a la liebre en la fábula de su carrera con la tortuga. A partir de la superioridad militar y securitaria de que gozó desde décadas (aunque ya se pueda empezar a hablar de siglos), el revolcón del 7 de octubre “volvió locos” prácticamente a todos los israelíes, los retrotrajo a la tan invocada calidad de víctima durante tanto tiempo esgrimida (con apoyo en episodios históricos donde judíos no sionistas fueron victimados).

Ese traspié psíquico tal vez explique la reacción bestial, la matanza indiscriminada de población civil palestina. Como para mantener los viejos guarismos de un judío muerto por cada cien palestinos matados. Como si esa relación militar supremacista pudiera satisfacerlos.

Pero más allá de semejante aritmética, perversa, la cuestión es el asesinato en masa de humanos, derecho viejo. Y con niños incluidos.

Si lo que acabamos de reseñar es atroz, ¿qué papel le damos a la contumacia, orgullosa, que muestra Israel, gobierno y población (con excepciones, afortunadamente) defendiendo como valioso matar palestinos a mansalva? Si la ONU fuera una organización interestatal, realmente, tendría que haber expulsado de sí semejante comportamiento y, consiguientemente al responsable. Pero esa posibilidad ni siquiera asoma en el imaginario “internacional”.

La incursión y el copamiento del 7 de octubre al cuartel regional israelí en FdG, y la operación de toma de rehenes en terrenos israelíes aledaños, ha desnudado aun más la faz genocida que la metódica implantación del Estado de Israel en Palestina encarnaba, y que a la vez se escamoteaba con “conversaciones”, treguas, acuerdos, convenios… o amagos de, en tanto la implacable política genocida seguía adelante.

El 7 de octubre acentuó el strip-tease de muerte. El copamiento típicamente guerrillero del 7 de octubre, tuvo un potencial desmistificadcor formidable. Porque la naturaleza del supremacismo sionista es tal que, con o sin ayuda, siempre va a terminar haciendo lo que, por ejemplo, ahora Israel está haciendo. Como lo hicieron con la Operación Plomo Fundido, matando a miles de hombres, mujeres, niños. Como lo hicieron los mistarviim con su guerrilla invertida (donde poderosos asesinan a débiles). Como lo hicieron cuando les tomaron prisionero a un soldado israelí, Gilad Shalit, y “el ejército más moral del mundo” asesinó entre 100 y 200 palestinos con el pretexto de ubicar al “prisionero”.□

Notas

[1] Vale la pena recordar que en Asia, donde al menos geográficamente se ubica Israel, su participación, por ejemplo en las justas deportivas internacionales, ha sido resistida por estados asiáticos, no sólo árabes. Por su parte, Israel quería evitar a toda costa enfrentar futbolísticamente a Palestina en campeonatos mundiales. Y gracias a su proverbial influencia suprageográfica y extraorganizativa, logró ser incorporado al “jardín” europeo.

[2] Véase Leandro Albani, 6 julio 2019: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=258021&titular=el-ej%E9r-cito-israel%ED-tiene-v%EDa-libre-para-asesinar-a-ni%F1as-y-ni%F1os-palestinos-por-la-

[3] Dada la muy peculiar estructura de Israel como etnoestado, en claro contraste con la teoría generalizada de los Estados modernos que proclaman una ciudadanía independiente de lo racial (aunque en los hechos, hay muchos más etnoestados de los declarados), la “pureza del Estado” se preserva mediante un cuerpo securitario con funciones policiales y militares simultáneas; es decir, a hacer cumplir y a eliminar lo que no “cumple”. El Estado de Israel tiene aparte funciones policiales “tradicionales” para tratar con “delitos” de judíos.

[4] La Santa Biblia [sic], Miami, Florida, EE.UU.

[5] El origen de “mentecato” proviene de esta expresión; mente captada, mente capta.

[6] https://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_Israel-Gaza_(2023-presente).

[7] “Comité Israelí Punta del Este, Maldonado, Uruguay”. Creada por un multimillonario hombre de negocios, Rolando Rozenblum, que escapó de una cárcel brasileña donde purgaba condena por un robo al fisco brasileño avaluado en 80 millones de dólares (su fuga, junto con la de su padre, ahora muerto, data de 2007). De inmediato hizo su refugio en Punta del Este, con explícito apoyo político local. El balneario de mayor lujo en el país, que funciona como islote de protección impositiva para multimillonarios uruguayos, primermundianos y, sobre todo, argentinos.

[8] https://mondoweiss.net/2024/02/dehumanization-and-misinformation-in-service-of-genocide/.

fuente: https://revistafuturos.noblogs.org/2024/02/se-esta-dando-vuelta-la-tortilla/

ACNUR Y LA UNION EUROPEA, UNIDAS POR SU HIPOCRESÍA “LA HIPOCRESIA ES EL HOMENAJE QUE LE RINDE EL VICIO A LA VIRTUD”...


ACNUR Y LA Union Europea, UNIDAS POR SU HIPOCRESÍA “La hipocresia es el homenaje que le rinde el vicio a la virtud”...

Por David Bollero*/ Escritor, periodista y analista internacional/ Prensa Mare Argentina/ Xinhua, Other News, Sputnik, RT, La Jornada de México, Red latina sin fronteras. Sur, ACHEI, Utopía, Argentina Indymedia/ADDHEE.ONG:

El Mediterráneo hace ya demasiados años que se convirtió en una fosa común. 2023 se cerró con casi 2.200 personas muertas, la cifra más alta desde 2017 y, a pesar de ello, la Unión Europea se muestra cada vez más insolidaria, con un reciente pacto migratorio más preocupado por proteger sus fronteras que los derechos humanos. Conocido el sufrimiento de estas personas a bordo de esas embarcaciones precarias, en raras ocasiones echamos la mirada atrás, al infierno que previamente han de atravesar antes de embarcar. La periodista irlandesa Sally Hayden lo ha hecho y Capitán Swing nos trae su descarnado Cuando lo intenté por cuarta vez nos ahogamos

Corría un 26 de agosto de 2018 cuando Hayden se topó con un mensaje de Facebook. Lo escribía un migrante desde un centro de detención en Libia, denunciando las lamentables condiciones en las que se encontraban allí hacinados. Después de que Hayden realizara las oportunas comprobaciones, propuso el tema a  diversos medios de comunicación, pero los habituales ritmos de decisión que acostumbran a tener con los periodistas freelance enfrentado a la urgencia de lo que se vivía en Libia hizo que la irlandesa optará por comunicarlo a través de Twitter (ahora X). El revuelo que se armó desembocó en una cobertura de la BBC y el traslado del centro de los migrantes. 

A partir de ahí, el contacto de Hayden entre migrantes retenidos en diversos centros de detención libios corrió como la pólvora. Cuando lo intenté por cuarta vez nos ahogamos recoge las desgarradoras historias de varias de estas personas que huyeron de países como Eritrea, Etiopía, Sudán, Somalia… en busca de un futuro mejor en Europa y terminaron encerrados durante años en centros de detención libios o muertos a manos de los traficantes antes, incluso, de llegar al Mediterráneo. 

El libro de Hayden es un ejercicio de buen periodismo, repleto de fuentes y referencias que nos sumerge en el sufrimiento de centros de detención y almacenes de traficantes en Libia en los que la tuberculosis campa a sus anchas, donde se priva a las personas migrantes de higiene –centros con cuatro baños para 3.000 personas-, de comida, de libertad, en espera del pago de grandes sumas de dinero por parte de sus familias. En ocasiones, la periodista veía imágenes atroces en Facebook como aquella de «una mujer que tenía las muñecas y los tobillos atados a la espalda, vómito de color rojizo o sangre al lado de la cara y una picana eléctrica cerca de ella», compartida más de 1.200 veces y con 273 Me gusta, corazones y emoticones tristes. 

La realidad que nos presenta Hayden es la de traficantes de seres humanos que se apuestan grupos de migrantes en casinos de Dubái, de pagos de hasta 17.500 dólares por grupos de 150 somalíes, de continuos conflictos en Libia que aún complicaban más la vida de las personas migrantes. Este crudo relato, además, es una enmienda a la totalidad a las políticas de migración de la Unión Europea y a la labor que ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados) realiza sobre el terreno. 

«ACNUR escucha a los soldados, no a nosotros». Le contaba el joven eritreo Essey a la periodista desde su detención. ACNUR es la responsable de determinar qué migrantes adquieren el estatus de refugiado, pero la red de corrupción y sobornos que describe Hayden es descorazonadora, con pintadas en centros de detención como el de Suq al Khamis, escritas con un cepillo de dientes y una mezcla de dentífrico y carbón, como «¿Dónde está ACNUR? Aquí se han vendido a tres personas» o «Qué Dios te ayude si entras aquí. Libia es un mercado de seres humanos». 

Es desolador cómo, a pesar de que Europa es consciente de cuanto sucede en Libia -denunciado repetidas veces por activistas como Helena Maleno-, prioriza que este país actúe como muro de contención desde hace años. Tal y como se relata en el libro, ya en 2012 el Tribunal Europeo de Derechos Humanos decretó que los barcos europeos no pueden ni deben devolver refugiados a Libia porque allí sus vidas corren peligro. ¿Qué hizo la UE? Equipar, entrenar y financiar a la Guardia Costera libia para que sea ella directamente quien realice el trabajo sucio. La propia Frontex, describe la autora, en lugar de auxiliar a las embarcaciones precarias de migrantes que detectaba en alta mar, comunica sus coordenadas a la Guardia Costera Libia para que se hagan con ellas antes de que lleguen a costas europeas o sean encontradas por barcos como el Open Arms o el alemán Sea-Eye (en el que Hayden se embarcó). 

Pocas buenas palabras tiene Hayden para ACNUR, detallando sobornos a su personal, el mismo qué decide quién obtiene el estatus de refugiado o refugiada. Como ejemplo, 2017, cuando de las algo más de 107.000 personas refugiadas que se reubicaron en todo el mundo, tan sólo 65.000 lo fueron a través de ACNUR, a pesar de que ese año tenía bajo su jurisdicción a 17 millones de refugiados y refugiadas. Mientras, los cargos de ACNUR y la ONU viven ostentosas vidas, con grupos de trabajo en hoteles de lujo y dietas que equivalen a varios meses de sueldo de población local. 

El retrato que hace Hayden de ACNUR, tanto en Libia como en Sudán, es el de una organización más preocupada por cuidar su imagen para continuar recibiendo fondos que de utilizar esos fondos para la protección internacional de quien la precisa. Este relato y el elogio que, en cambio, se hace de la labor de Médicos Sin Fronteras, me recordó a la entrevista que realicé hace más de una década a un cooperante que se pronunció en los mismos términos. 

Este libro lleva al lector a la miseria humana y el sufrimiento que se viven en estos centros de detención libios, en los que se pueden permanecer varios años antes de tener la oportunidad de jugarse la vida en el Mediterráneo. «¿Vienes para morir o mueres para vivir?», le preguntaron una vez al adolescente Essey. «Morimos para vivir», contestó. Essey tuvo suerte, tras años de dolor y desamparo por parte de ACNUR y la UE, llegó a Italia y, desde allí consiguió viajar hasta Luxemburgo. Corrió mejor suerte, por ejemplo, que la joven que se retorcía de dolor en el centro de Abu Salim después de que le electrocutaran un pecho por resistirse a que un traficante la violase, que finalmente murió ahogada en 2020 en otro intento por cruzar el mar.  

Sin embargo, todos estos años de encarcelamiento, de penurias, de sus derechos humanos pisoteados, hacen mella, dejan una huella imborrable que en ocasiones conduce a estas personas al suicidio, a pesar de encontrarse ya en libertad en suelo europeo. «Yo soy libre, pero mi mente no ha llegado aún a su destino final», reconoce Essey. Cuando lo intenté por cuarta vez nos ahogamos es periodismo en estado puro, un alegato de denuncia de la miseria moral que destilan ACNUR y la UE y una defensa de quienes un día reclamaron el auxilio de Hayden y ésta ayudó como mejor sabe: escapando de la censura –que también sufrió- y sacando a la luz lo que otros ocultan. 

……………

*Licenciado en Ciencias de la Información. Ex corresponsal de Público en Londres. Ahora, de vuelta a las TIC, como editor de SinDominio.es y colaborador de TICbeat y  Business Insider España., el medio de comunicación líder en información económica y tecnológica a nivel mundial. Bollero se incorporó a Aleph Comunicación en 2006 como director de cuentas y operaciones.

Lo subrayado/interpolado es nuestro.

Un fallo contra el corazón de Occidente: Estados Unidos, Unión Europea y el patio trasero Latinoamericano/yanqui.

 

Un fallo contra el corazón de Occidente: Estados Unidos, Unión Europea y el patio trasero Latinoamericano/yanqui.

Por Belén de los Santos y Gabriel Vera Lopes/Escritores, periodistas y analistas internacionales/ Prensa Mare Argentina/ Xinhua, Other News, Sputnik, RT, La Jornada de México, Red latina sin fronteras. Sur, ACHEI, Utopía, Argentina Indymedia/ADDHEE.ONG:

La causa palestina no es tan solo una lucha por la defensa de los más básicos derechos humanos, sino una de las luchas anticapitalista antimperialistas más significativas de nuestro tiempo.

El 29 de diciembre del 2023 Sudáfrica puso contra las cuerdas no solamente a Israel, sino a todo occidente. Por primera vez, un país del Sur Global acusó a Israel ante la Corte Internacional de Justicia de la Haya (CIJ) de violar la Convención sobre la Prevención y Castigo del Crimen de Genocidio. Las imágenes están ahí para quien quiera buscarlas: ciudades enteras reducidas a montañas de escombros grises, cuerpos envueltos en bolsas blancas apilados fuera de un hospital, madres arrodilladas sobre esas mismas bolsas preguntándose por qué el mundo permite semejante horror.

Con su denuncia, Sudáfrica busca demostrar ante el máximo tribunal de la ONU que los incesantes ataques de Israel sobre Gaza constituyen actos de genocidio según la definición que plantea la misma convención y que las sistemáticas declaraciones públicas de las máximas autoridades del Estado de Israel demuestran su intención genocida; es decir, no esconden su voluntad deliberada de destruir al Pueblo Palestino.

En este marco, el viernes 26 de enero la CIJ tomó una primera determinación: en base a la contundente evidencia recopilada, consideró que los argumentos de Sudáfrica demuestran, al menos, la necesidad urgente de intervenir en favor del pueblo de Gaza. Es por esto que aprobó una serie de medidas de emergencia en un intento por preservar los derechos humanos de los palestinos en la Franja mientras procede a evaluar los méritos de la acusación.

En otras palabras, la Corte Mundial rechaza la defensa de Israel y admite la plausibilidad del genocidio: decide continuar con su investigación, considerando que son verosímiles y pertinentes las denuncias presentadas. Si bien el juicio puede llevar años en resolverse, lo cierto es que llegar a esta instancia constituye en sí mismo un hecho histórico. Nunca antes, en ningún tribunal internacional, se había investigado por genocidio a un país perteneciente al corazón del poder de Occidente.

Israel al banquillo de los acusados. ¡No es la primera vez!

El Estado de Israel es señalado desde hace décadas por sus sistemáticas y continuas violaciones a los derechos humanos y al derecho internacional, a la vez que mantiene un largo historial de incumplimientos de las resoluciones de la ONU. Sin embargo, esta será la primera vez en que se verá forzado a responder legalmente por sus acciones.

La valiente denuncia presentada por Sudáfrica compromete a toda la «comunidad internacional occidental» y al «mundo basado en reglas» que dice defender. Apenas se presentó la denuncia, el Estado de Israel anunció que impugnaría el caso al considerarlo un «libelo de sangre» (en alusión a las falsas acusaciones que se utilizaron para perseguir a la comunidad judía). Inmediatamente, Washington y Londres se apuraron a calificar la denuncia como «infundada» y «una tontería».

Sin embargo, la inmensa mayoría de jueces que conforman el máximo tribunal de la ONU, lejos estuvieron de considerar «infundada» la denuncia. Menos aún, «una tontería». Durante la lectura del fallo, la presidenta de la corte, Joan E. Donoghue, explicó durante más de 45 minutos las razones que dan motivos para creer que el Pueblo Palestino podría estar sufriendo un genocidio.

El sionismo colonialista israelí  asesinando a niños palestinos, ¡esta asesinando al futuro de este Pueblo!

Donoghue señaló que lo que está sucediendo en Gaza es una «verdadera tragedia humana» y denunció la situación «especialmente desoladora que viven los niños y niñas en la Franja» añadiendo que «una generación entera de niños está siendo traumatizada y tardará años en sanar; miles han sido asesinados, mutilados o quedado huérfanos. Cientos de miles están siendo privados de su educación. Su futuro está en peligro con consecuencias de largo alcance y duraderas».

Imágenes del horror

Las cifras no alcanzan a dar cuenta del horror que se vive en Gaza. «Un infierno en vida», repiten locales y veedores internacionales. Cada día que pasa, cientos de personas son asesinadas, alcanzadas por bombas que caen incluso en las zonas «seguras», mientras buscan refugio en una escuela u hospital o esperan en una eterna fila por algo de comida. Mientras tanto, millones son forzados a desplazarse más y más lejos para sobrevivir. Pocas veces la humanidad ha sido testigo en vivo y en directo de semejante barbarie. La «única democracia de medio oriente» se asienta sobre ríos de sangre inocente.

Hasta la fecha, el Estado de Israel asesinó a más de 27.400 personas en Palestina; se estima que al menos 12.000 de ellos eran niñas y niños. También hay más de 8.000 desaparecidos bajo los escombros, al menos 66.600 heridos y 1.93 millones de desplazados. La Organización Mundial de la Salud calcula que 1 de cada 4 hogares está en condiciones «catastróficas» y con riesgo de inanición, mientras más de la mitad de los hogares palestinos han sido destruidos por los ataques. Los sistemáticos bombardeos contra hospitales palestinos, sumados al bloqueo impuesto por el Estado de Israel contra la Franja de Gaza, ha hecho que el sistema sanitario se encuentre completamente colapsado, llegando a operar por encima del triple de su capacidad.

Aún así, los principales medios de comunicación occidentales se han limitado —en el mejor de los casos— a mantener un silencio cómplice. Y quienes intentan dar cuenta del horror en el propio terreno, en muchos casos pagaron con sus vidas: en 120 días de asedio fueron asesinados más de 120 periodistas. La «única democracia de oriente medio» produjo el «daño colateral» de un periodista muerto por día.

Según el Artículo 2 de la Convención sobre el Genocidio, se considera un acto de genocidio no solamente la matanza de personas con intención de destruir total o parcialmente a los miembros de un grupo nacional, étnico o religioso, sino también la imposición deliberada de condiciones de vida pensadas para destruir físicamente al grupo. Es por esto que más allá de las escalofriantes cifras de muertes, la destrucción de las condiciones que hacen posible la vida en Gaza también debe ser considerada en sí misma un acto genocida. No son daños colaterales, no son excesos: es un plan sistemático. 

Los laberintos del derecho internacional

Desde el punto de vista legal, para que estos actos sean considerados dentro de lo dispuesto por la Convención sobre Genocidio, se debe probar, además, la existencia de una «intención genocida». Es por ello que dentro de la extensa y minuciosa demanda de 84 páginas presentada por Sudáfrica se incluyen 10 páginas de declaraciones públicas realizadas por autoridades israelíes que dan cuenta de su determinación explícita de destruir al pueblo palestino.

Los discursos de odio y el lenguaje deshumanizante contra los palestinos por parte de las autoridades del Estado de Israel son, desde hace décadas, parte de una política de estado. En uno de sus últimos trabajos, Law for Palestine, una organización destinada a recopilar información sobre Palestina y la Ley Internacional, compiló una base de datos con más de 500 registros de incitación al genocidio por parte de autoridades israelíes.

Haciéndose eco de este señalamiento, la Corte también advirtió el uso de lenguaje deshumanizante contra el pueblo palestino e incorporó en su dictamen algunas declaraciones, como las del ministro de defensa isrealí Yoav Gallant, que aseguró estar combatiendo «animales humanos», o las del ministro de infraestructura y energía de Israel, que afirmó que los palestinos «no recibirán una gota de agua ni una batería hasta que abandonen el mundo».

En este contexto, la Corte Internacional de Justicia aceptó seis de las nueve medidas provisionales solicitadas por Sudáfrica. Estas medidas son de carácter vinculante y se ordena su inmediata aplicación: tienen por objetivo evitar el desarrollo de un posible genocidio mientras el tribunal investiga los acontecimientos. En este marco, la corte le exigió al Estado de Israel la adopción de todas las medidas a su alcance para prevenir el asesinato de palestinos en la Franja de Gaza, así como los daños físicos y psicológicos a la población y la imposición de condiciones que pongan en riesgo la vida de los habitantes, entre otras medidas. Además, según la disposición de la corte, Israel debe tomar medidas urgentes y efectivas para garantizar la provisión de ayuda humanitaria a la población palestina.

Luego de revelado el fallo, gran parte de la prensa occidental destacó que la Corte no había ordenado explícitamente un cese al fuego, tal como había solicitado Sudáfrica. Sin embargo, la CIJ sí obligó al Estado de Israel a dar cuenta en el plazo de un mes de las medidas tomadas para acatar las órdenes del tribunal; esto es, explicar de qué modo previene el horror que hasta hoy ha impuesto en Gaza.

Los días siguientes al fallo, pese a todo, fueron particularmente sangrientos. El Estado de Israel intensificó sus operativos y ataques no solamente en la Franja de Gaza, sino también en los territorios ocupados de Cisjordania. El Estado de Israel nunca se preocupó por cumplir con las disposiciones de la ley internacional, y nada indica que esta vez será distinto.

El fallo de la corte no solo obliga a Israel a acatar la orden, sino al conjunto de los países firmantes de la Convención sobre el Genocidio a garantizar su cumplimiento. En este sentido, la resolución del máximo tribunal invoca el Artículo III de la Convención, donde figura el crimen de complicidad con la comisión de un genocidio. De esta manera, si se determina que el pueblo palestino está sufriendo un genocidio, cualquier país o entidad que colabore con el Estado de Israel podría ser señalado como cómplice.

Las principales potencias de Occidente han sostenido siempre al Estado de Israel. Desde 1948 hasta comienzos de 2023, Israel recibió más de 158.000 millones de dólares de Estados Unidos, dentro de los cuales se incluyen 124.000 millones en ayuda militar. Esta lógica solo aumentó luego del 7 de octubre, al punto que el presidente Biden prometió seguir enviando dinero «hasta deshacerse de Hamas». Además del apoyo militar, tanto Estados Unidos como Inglaterra han vetado sistemáticamente cualquier resolución contraria a Israel en el Consejo de Seguridad de la ONU.

De esta manera, Sudáfrica logra un fallo que apunta directamente contra el corazón de Occidente, exponiendo la hipocresía flagrante de las principales fuerzas del Norte Global que, mientras se presentan a sí mismas como líderes del «mundo libre», defienden y promueven una matanza a cielo abierto.

Cuando el sheriff es amigo del criminal

El abogado especialista en derechos humanos Francis Boyle asegura que, si bien es probable que Israel no cumpla con las órdenes de la Corte Internacional de Justicia, el fallo «abre la puerta a una serie de medidas que pueden tomarse en materia de derecho internacional». Boyle fue el primero en ganar una orden del tribunal mundial amparado en la Convención sobre Genocidio, en el juicio contra Yugoslavia de 1993.

«Como en cualquier otro procedimiento legal, vas al juez para obtener una orden. Pero el juez no ejecuta la orden, sino que la ejecuta el sheriff», explica Boyle. «Bajo los términos de la carta de la ONU, el Consejo de Seguridad es el sheriff. Si los Estados Unidos o el Reino Unido vetan cualquier medida de ejecución contra Israel en el consejo —cosa que hacen sistemáticamente—, entonces Sudáfrica podría llevar esta orden a la Asamblea General de la ONU para exigir su ejecución».

Boyle señala que en caso de darse esta situación las consecuencias podrían ser «bastante serias» para Israel, ya que la Asamblea General podría suspender al estado de participar en sus actividades. «Lo mismo que hizo contra el régimen criminal del apartheid en Sudáfrica, y también contra Yugoslavia», ejemplifica.

A su vez, la Asamblea General podría recomendar a sus estados miembros adoptar sanciones económicas frente al desacato de Israel y admitir a Palestina como un estado miembro pleno de derecho en la ONU, ya que actualmente solo tiene estatus de estado observador. «Los votos para admitir a Palestina están», asegura Boyle. «Mientras que Israel y los sionistas de todo el mundo quieren destruir Palestina e infligir a los palestinos una segunda Nakba, la inclusión de Palestina en la ONU es importante para protegerlos».

En tierras ocupadas

Es posible que el eje argumentativo de la defensa del Estado de Israel sufra un nuevo revés en las próximas semanas. En el año 2022, la Comisión de Investigación Internacional Independiente sobre los Territorios Palestinos Ocupados, creada por la ONU, afirmó en un reporte ante la Asamblea General tener «motivos razonables» para considerar a la ocupación israelí como ilegal según el derecho internacional, por su permanencia y políticas de anexión de facto de territorios ocupados.

A raíz de este informe, la Asamblea General solicitó a la CIJ un pronunciamiento no vinculante sobre la cuestión; esta opinión consultiva se dará a conocer el 19 de febrero próximo. Hassan Ben Imran, experto en derecho internacional y parte del consejo directivo de la organización Law for Palestine, asegura que si la corte mundial considera —como lo hizo la comisión previamente— que la ocupación israelí es ilegal, implicaría el derrumbe definitivo del principal argumento que esgrimen tanto Israel como sus aliados y promotores: el derecho a la autodefensa.

«Esto significa que Israel no puede reclamar el derecho a la autodefensa, porque está ocupando ilegalmente los territorios. La mera presencia militar israelí en los territorios palestinos es la continuación de una agresión, del uso ilegal de la fuerza, no un acto de autodefensa. Desde el punto de vista legal, en lugar de ser el agredido, Israel sería el agresor», explica.

Estrategias de distracción

Apenas se conoció el fallo del pasado 26 de enero, el ultraderechista primer ministro israelí Benjamin Netanyahu se apresuró a encabezar una estrategia mediática que intenta correr el eje del debate internacional. Rápidamente se refirió al veredicto como un «intento vil de denegar a Israel su derecho fundamental a la autodefensa», calificando las medidas de la Corte como una «discriminación flagrante contra el estado judío».

La idea de la discriminación contra el «estado judío» no es inocente. Toda la defensa del Estado de Israel se basa en la premisa de que cualquier critica contra sus políticas equivalen a un ataque antisemita contra el pueblo judío. Pero la estrategia de Netanyahu no se limitó tan solo a criticar el fallo de la Corte. Dos días antes de que la CIJ se pronunciara, Tel Aviv distribuyó entre sus aliados un supuesto informe de inteligencia en el que dice recopilar pruebas de que 12 miembros que trabajan para la Agencia de la ONU de refugiados de Palestina (UNRWA) habrían sido partícipes en los ataques contra Israel. Una denuncia que solo involucra al 0,0009 % de la organización, que cuenta con 13,000 empleados palestinos en Gaza.

No se trata de un ataque azaroso: apunta contra una agencia diseñada para promover el desarrollo humanitario de los refugiados palestinos. La UNRWA fue creada en 1949 por mandato de la Asamblea General, luego de la creación del Estado de Israel. Actualmente asiste a más de 5,6 millones de palestinos distribuidos entre los territorios ocupados, incluida Jerusalén, así como en los campamentos de refugiados de Siria, Líbano y Jordania. No es la primera vez que Israel apunta contra esta agencia: desde el inicio de sus ataques, mató a más de 150 trabajadores de la ONU y bombardeó 145 instalaciones de la UNRWA, 50 de las cuales fueron destruidas completamente.

Convenientemente, las repercusiones de la acusación del Estado de Israel contra la UNRWA se dieron a conocer el mismo día del veredicto de la Corte Internacional de Justicia. Su estrategia apunta a desviar la atención de lo verdaderamente importante. Desoyendo las advertencias del conjunto de los organismos internacionales sobre las trágicas consecuencias que esto podría desatar, de forma inmediata varios países —entre ellos Estados Unidos, Canadá, el Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, Austria, Finlandia, Japón y Australia— anunciaron la suspensión de su financiamiento a la agencia.

Esta cruel decisión vuelve aún más desesperante la ya trágica situación palestina. De no revertirse la campaña de desfinanciamiento, la UNRWA se verá forzada a detener sus actividades a finales del presente mes. Para los 2,3 millones de habitantes de Gaza, esto significaría quedar abandonados a una situación todavía más crítica que la expuesta por el fallo de la CIJ. La determinación también afecta al conjunto de la población palestina que vive en campos de refugiados fuera de Gaza, lo que constituye sin duda alguna un nuevo crimen de castigo colectivo.

El pasado miércoles 30 de enero el portavoz de la OMS, Christian Lindmeier denunció que «la actividad criminal nunca puede quedar impune. Pero la discusión en este momento es más una distracción de lo que realmente está sucediendo todos los días, cada hora, cada minuto en Gaza». La denuncia hacia la UNRWA, al menos en lo inmediato, busca eludir la sanción mediática con respecto al fallo de la Corte, al tiempo que condiciona aún más la supervivencia de los gazatíes.

Sin embargo, su objetivo va más allá: atacando la credibilidad de la UNRWA, una de las principales fuentes de información de las Naciones Unidas sobre la situación humanitaria en la Gaza, el Estado de Israel pretende atacar el núcleo de la evidencia considerada dentro del fallo de la Corte Internacional de Justicia. Es decir, Israel y sus aliados disparan directamente contra las pruebas presentadas en su contra.

La solidaridad del Sur

Si una cosa está clara, es que ningún dictamen de un tribunal internacional cambiará por sí solo la situación de Palestina, especialmente si se tiene en cuenta la impotencia que han mostrado los organismos internacionales a la hora de hacer valer incluso el reclamo de sus propias agencias en el territorio.

Pero es justamente en este contexto cuando más pesará el accionar de los pueblos del mundo, en especial la solidaridad del Sur Global. Fue justamente Sudáfrica, un país del Sur Global, quien apuntó directamente contra los crímenes de Israel y sus aliados occidentales —crímenes que sucedían frente a la vista de todos—, mientras que una y otra vez los países centrales no han hecho más que apoyar las atrocidades de Israel.

Pese a la criminalización de los gobiernos y el silencio cómplice de los medios de comunicación, las inmensas movilizaciones a favor de Palestina han logrado sacudir las conciencias de millones alrededor del mundo. La causa palestina no es tan solo una lucha por la defensa de los más básicos derechos humanos, sino una de las luchas antimperialistas más significativas de nuestro tiempo.

En esta pulseada, América Latina tiene la posibilidad de jugar un rol particularmente importante. La presión que estos países pueden ejercer no solo sobre Israel, sino sobre todo el sistema jurídico internacional resulta vital para que Occidente asuma sus responsabilidades consagradas para con el pueblo palestino. La propia historia de América Latina y el Caribe es una historia de sufrimiento y enfrentamiento a los atropellos del Norte Global. Las luchas contra los crímenes del imperialismo forman parte de la historia del respeto de los pueblos del mundo. En cada bandera palestina flameando, en cada Kufiya, anida el nombre de todos y cada uno de los pueblos oprimidos.

Este artículo fue publicado en Jacobin Revista


Canciller sudafricana denuncia amenaza sionista colonialista israelí a su seguridad

Según la canciller Prof. Dra. Naledi Pandor Pandor, la agencia de inteligencia israelí, el Mossad, utiliza amenazas para intimidar a quienes se oponen a la ocupación del territorio Palestino.

La ministra de Asuntos Exteriores de Sudáfrica, la Prof. Dra. Naledi Pandor, denunció que ha estado recibiendo mensajes amenazantes desde que su país presentó un caso de genocidio contra Israel ante la Corte Internacional de Justicia.

En declaraciones a los periodistas en Ciudad del Cabo, Naledi Pandor dijo que había hablado con el ministro de Policía, Bheki Cele, sobre el asunto.

“Hablé con Cele por los diversos mensajes que estoy recibiendo y sentí que era mejor que tuviéramos seguridad extra”, dijo y agregó que estaba más preocupada por su familia porque en algunos de los mensajes de las redes sociales sus hijos fueron mencionado.

Según la Prof. Dra. Naledi Pandor, subrayado que la agencia de inteligencia israelí, el Mossad, utiliza amenazas para intimidar a quienes se oponen a la ocupación del territorio Palestino.

Una digna mujer heredera del legado del jurista, libertario Nelson Maldela, les recordó a los sin memoria que:

“Los pueblos del mundo y Palestina no retrocedieron cuando el estado de apartheid (en Sudáfrica) estaba en su peor momento. Estuvieron con nosotros en el movimiento de liberación. Así que no podemos dar marcha atrás ahora”, dijo.

Asimismo, acotó que "debemos estar con los palestinos y una de las cosas que no debemos permitir es una falta de valentía", añadió.

Esta no es la primera vez que la Prof. Dra. Naledi Pandor  habla de amenazas contra ella y su familia. El mes pasado, dijo en una conferencia de prensa en su oficina en la capital, Pretoria, que había estado recibiendo amenazas y abusos.

Dijo que algunos la han estado llamando miembro del grupo terrorista ISIS/Daesh y partidaria de Hamas.

Lo subrayado/interpolado es nuestro.

Y el pueblo dónde está?


Y el pueblo dónde está?


Juan Pablo Cárdenas S. /Escritor, periodista y analista internacional/ Prensa Mare Argentina/ Xinhua, Other News, Sputnik, RT, La Jornada de México, Red latina sin fronteras. Sur, ACHEI, Utopía, Argentina Indymedia/ADDHEE.ONG:

El desarrollo de la política profesional realmente limita en demasía el ejercicio de la soberanía popular. La realidad internacional nos señala que las grandes decisiones mundiales son adoptadas de espaldas a los llamados ciudadanos por gobernantes de facto, en muchos casos, o por otros que se han impuesto en los gobiernos y parlamentos sin mayor voluntad de servir a los intereses de sus connacionales, sino más bien a su afán de perpetuarse en los altos cargos públicos. Y, por supuesto, medrar en ellos.

Dan cuenta de lo anterior, las guerras que hoy asolan a varios puntos del planeta, los miles de muertos civiles, la destrucción de ciudades y grandes obras arquitectónicas y de infraestructura.

Si bien en el pasado remoto los pueblos concurrían con entusiasmo a los más cruentos episodios, hoy es indiscutible que los pueblos prefieren la paz por sobre cualquier consideración política, económica o estratégica. Los movimientos por la paz son mucho más multitudinarios que los actos patrioteristas.

Ya casi no existe el prestigio y la fama de antaño de los ejércitos y militares. Lo que se explica mucho en los horrores cometidos por los uniformados contra los propios pueblos obligados a solventar sus despropósitos. Como es el caso de aquellas Fuerzas Armadas que practicaron la guerra interna y pisotearon sistemáticamente los Derechos Humanos de tantos países del mundo y, en particular, de nuestra región.

De este modo, solo cabe lamentar la autoridad que todavía se le asigna a las instituciones mundiales y a aquellos mecanismos con los cuales la política profesional consolida su hegemonía, abogando siempre por principios que vulneran constantemente, como la igualdad entre las naciones, la libre determinación de los pueblos y la no intervención en los asuntos de los otros estados. El mismo Tribunal de Justicia de La Haya, pasando por todas las instancias multinacionales, se ve que son manipuladas por las grandes potencias y los lineamientos impuestos por la ideología neoliberal asumida como un estricto canon entre las relaciones internacionales.

Con frecuencia se descalifica a aquellos regímenes que no son del gusto de las potencias, mientras que en estas imperan gobiernos de muy precaria condición democrática como sucede con los Estados Unidos, China, Rusia y varias de sus naciones adláteres, donde justamente existe licencia para violar los derechos humanos y el derecho a declarar por doquier conflictos armados, invasiones y genocidios para alimentar su principal forma de sustento: el lucrativo negocio de las armas. O cuando en su supremacía no trepidan en digitar las economías y los gobiernos vasallos, como ocurre hoy en día con aquellas naciones asiáticas y africanas completamente dominadas por la política exterior de los países más ricos e imperialistas. Estados pobres y atrasados que solo pueden salvar relativamente su autonomía cuando carecen de petróleo y otros recursos estratégicos.

Lo que ocurre en la presuntuosa Europa es realmente bochornoso a causa del influjo que le asignan a la OTAN y a referentes como el Banco Mundial.  Lo mismo que ocurre nuestra región con la más que desacreditada Organización de los Estados Americanos y otras instancias multinacionales que tuvieron los más nobles propósitos pero que finalmente sucumbieron a las presiones del imperialismo. A cuyo influjo vemos que se inclinan, también, gobernantes de izquierda que llegan al poder cargados de promesas para en un dos por tres terminar arrodillados frente a la Casa Blanca y el Banco Interamericano de Desarrollo.

Pero no todo está perdido. La Rebelión Social del 2019 en Chile, si bien solo logró remecer la antigua institucionalidad, sirvió para comprobar que, cuando el pueblo se levanta y moviliza por sus propios fueros, es posible abrigar y consolidar cambios fundamentales y hasta revoluciones. Siempre y cuando los que alcancen después el poder no se corrompan tan rápidamente y terminen dándole aliento, por ejemplo, a la Constitución de Pinochet como a su herencia económica y social.

Al respecto, años atrás, nadie hubiera podido imaginar que nuestro Estado podría llegar a consolidar un estratégico acuerdo empresarial con el yerno del Dictador, acaso el empresario más repugnante del régimen castrense y que ahora de su apelativo de “rey del salitre” ha pasado a ser el ”zar del litio” y otras reservas que nuestro Desierto de Atacama le ofrenda por obra y gracia de los gobierno de la Concertación y , ahora, de izquierda.

Llena de esperanza lo que ocurre actualmente en Francia donde los trabajadores del agro han sitiado su Capital y tienen en jaque la tozudez de la clase política renuente a concederles sus justas demandas. Así como creemos ejemplar la espontanea reacción de cientos de miles de alemanes propuestos a encarar a los grupos hitleristas o neofascistas que se proponen irrumpir en la política para poner en práctica sus intenciones racistas y genocidas. Las cuales, se ve, continúan muy latentes allí y en otros países.

Nunca debemos olvidar que la derrota del apartheid sudafricano se debió al levantamiento popular y a la solvencia de líderes incorruptibles como Nelson Mandela. Como también debemos rendirles tributo a figuras tan señeras como la de Gandhi y Martin Luther King. Así como es posible reivindicar, aunque a algunos mucho les incomode, la Revolución Cubana que, más allá de sus logros y frustraciones, demostró una entereza enorme en las fauces mismas del imperio, sobreponiéndose a toda suerte de bloqueos y agresiones criminales contra un pueblo que se ha mostrado, hasta aquí, indomable.

Quizás si la mejor contribución que pueden hacer los sectores de izquierda y del progresismo sea dejar que la organización social fluya y se oriente hacia un nuevo y justo rebelión democrática y popular que no esté dispuesto a cederle el poder a los políticos profesionales, ni a las bandas de delincuentes. A endosarle su fuerza y representación a esos líderes de papel causantes de tanto desencanto aquí y en otras naciones. Para que la desigualdad social continúe profundizándose, las oligarquías se mantengan impunes y se haga propicio el crimen organizado, el narcotráfico y otras lacras del tiempo actual.

Lo subrayado/interpolado es nuestro.

Este Caribe nuestro: en homenaje al General de seres humanos libres Cesar A. Sandino en el aniversario de su paso a la inmortalidad...

 

Este Caribe nuestro: en homenaje al General de seres humanos libres Cesar A. Sandino en el aniversario de su paso a la inmortalidad...


Por Sergio Rodríguez Gelfenstein/
 Escritor y analista internacional/ Prensa Mare Argentina/ Xinhua, Other News, Sputnik, RT, La Jornada de México, Red latina sin fronteras. Sur, ACHEI, Utopía, Argentina Indymedia/ADDHEE.ONG:

Viendo por televisión la Serie del Caribe de beisbol, más allá de los éxitos del equipo venezolano que resultó campeón no deje de sentir algunas inquietudes en el contexto. En primer lugar porque se realizó en Miami y en segundo que, por esa misma razón Cuba no pudo participar. De entrada me cuesta pensar en un caribe sin Cuba. Para aquellos lectores que viven fuera de nuestra región y no están interiorizados con el tema, quisiera explicarles que la Serie del Caribe es el campeonato anual entre equipos ganadores en sus series de beisbol nacional. Una suerte de Copa Libertadores de beisbol.

Desde niño, mi vida está vinculada al Caribe, sería imposible imaginármela sin que ese venerado espacio de agua salada y cálida, no esté presente. Recuerdo ahora las memorias del genial Gabriel García Márquez tituladas “Vivir para contarla” que bien podría ser el marco suficiente para referirnos a la identidad caribe, a la condición caribe escrito con minúscula como adjetivo que nos caracteriza y nos diferencia.

Con su lenguaje florido y caluroso en el cual una sola palabra sirve para mostrarnos el todo, nos recuerda el Premio Nobel  “nuestra cultura caribe”, el “octubre caribe”, la”poesía de la costa caribe”, nuestros “paisanos caribe”, un “corazón caribe”, el “arte caribe” y para señalarnos la sólida raíz de un personaje, lo define como “un caribe puro”. 

No sólo la valía intelectual del genial García Márquez pondera su variadas menciones de nuestro Caribe ahora con mayúscula, debe recordarse que el escritor es colombiano, país que -al igual que la mayor parte de los centroamericanos- desde hace relativamente poco tiempo ha comenzado a descubrir su identidad caribeña, prueba es que Barranquilla, una de las ciudades colombianas más identificadas con nuestra región es la capital del Departamento del…Atlántico.

Quiero finalizar la mención a la obra del maestro – “formador de ser humano inteletual y de su conciencia social en particular” - Gabo que me ha servido para introducir este artículo, exponiendo un párrafo de esa obra. Al evocar sus ancestros familiares y refiriéndose en particular a su abuelo dice que: “La lengua doméstica era la que sus abuelos habían traído de España a través de Venezuela en el siglo anterior, revitalizada con localismos caribes, africanismos de esclavos y retazos de la lengua guajira, que iban filtrándose gota a gota en la nuestra”. Nada más descriptivo de lo que somos, de lo que tenemos y de lo que debemos rescatar para que persevere en el tiempo.

A lo largo de la historia, diversas conceptualizaciones y definiciones se han hecho sobre el Caribe. Me voy a permitir citar algunos párrafos de mi trabajo “El Gran Caribe: hacia un marco regional y global” publicado en el libro “Cien años de Sociedad, los 98 del Gran Caribe, editado por Antonio Gaztambide, Juan González Mendoza y Mario Cancel, publicado en Puerto Rico en el año 2000.

El régimen colonial que España implantó en el Caribe se sustentó en el mercantilismo sobre la base de un estricto control de las actividades de sus colonias: monopolio comercial, extracción del oro y la plata para engrosar los tesoros reales y restricciones a la producción de manufacturas en las colonias. El sistema social político e ideológico era absolutista, dogmático y semifeudal, rodeado de un férreo control religioso e inquisitorial que frenaron el desarrollo de un pensamiento libre. La economía cimentada en el esclavismo obstaculizó la posibilidad de crear un sistema económico empresarial y de trabajo creador, además de crear castas y estamentos que impidieron la formación de una burguesía nacional.

Estos elementos fueron dando una configuración regional muy particular, generando una dinámica económica y geopolítica que de alguna manera se mantiene hasta la actualidad. Desde el punto de vista de la economía, la agricultura continúa siendo el principal sostén del área, incluso, es todavía la más alta fuente de empleo, renta y divisas en la mayor parte de los países de la región.

La agricultura ha tenido dos formas: por un lado la explotación por monocultivo (azúcar, tabaco, banano) y, por el otro la existencia de grandes extensiones de tierra en manos de una minoría, frente a una población mayoritaria viviendo en los márgenes de la subsistencia. Esto ha hecho que la estructura agraria se mantenga intacta, toda vez que a diferencia de América del Sur, no se incentivó la realización de reformas agrarias.  

El cultivo de la caña de azúcar predominó en Cuba, República Dominicana, Puerto Rico y Jamaica; el banano se convirtió en producto básico de exportación en Jamaica, los dominios franceses, Santa Lucía, San Vicente y Dominica ; el tabaco en Cuba y República Dominicana; los cítricos en Trinidad; y el ron en Jamaica y Puerto Rico, y el café en Haití.

Desde el punto de vista geopolítico debemos mencionar la presencia de Francia en la región desde 1635 en Martinica y Guadalupe, y la posterior obtención de Haití mediante el Tratado de Ryswick en 1697. La potencia gala también se sentía atraída por el azúcar que se producía en el Caribe. Por su parte, Holanda realizó durante el siglo XVII actos de hostigamiento y saqueo hasta concretar su ocupación permanente de territorios tanto insulares como en el continente. Entre 1630 y 1648 se apoderaron de Curazao, Aruba, Bonaire, San Eustaquio, Saba y San Martín, así como de Surinam.

España se vio obligada a entregar estas posesiones por el Tratado de Münster de 1648. Asimismo, Inglaterra desde el siglo XVI inició sus incursiones en el Caribe a través de ataques corsarios. Igualmente, le motivaban las plantaciones azucareras y el comercio de esclavos. En 1623, ocupó San Cristóbal, en 1625 Barbados y en 1655, Jamaica. En 1713, por el Tratado de Utrech, Inglaterra obtuvo la autorización para importar esclavos y otros bienes. Durante el siglo XVIII, invadió otras islas de Barlovento y Sotavento y en 1797 consumó la posesión de Trinidad.

Estos cuatro siglos de presencia europea de diferentes latitudes, así como el modelo económico impuesto fue configurando una realidad donde predominó la fragmentación étnica, cultural, lingüística y religiosa, lo que más recientemente ha conducido a la existencia de una multiplicidad de actores e identidades, que tiene un reflejo trascendente en la actualidad.

Los diferentes conflictos europeos de los últimos cuatro siglos repercutieron negativamente en sus colonias del Caribe, pues se enquistó el desconocimiento y la falta de comprensión mutua. Igualmente, pueden detectarse diferencias en el ámbito político, social, étnico y lingüístico que llevaron a dividir la región según áreas idiomáticas: las de habla inglesa, española, holandesa y francesa, trayendo consecuencias en sus relaciones internacionales, en particular con los países de América Latina que se encuentran más cercanos: Venezuela, Colombia y México.

Ha sido de suma importancia la conformación de identidades nacionales y proyectos políticos en el Caribe a partir de factores etnorraciales que incorporan elementos culturales, sociales y lingüísticos que son asumidos por determinados grupos humanos. Así mismo, existen factores sociales que se fundamentan en las características fenotípicas hereditarias de los distintos grupos humanos. De esta manera, la identidad nacional se ha definido como aquellas representaciones colectivas, , que definen la pertinencia a un Estado-Nación y, por lo tanto, diferencian a aquellos que pertenecen a otros Estados nacionales.

A partir de estas ideas, surgidas a partir de las similitudes y las diferencias, se podría intentar expresar una noción de “identidad caribeña”. Esta posibilidad surge de la existencia real de un Caribe poseedor de un ecosistema común y de los puntos de homogeneidad expresados anteriormente, los cuales surgieron desde hace aproximadamente cuatrocientos años.

Las diferentes percepciones acerca de la identidad caribeña llevan a producir diversas definiciones del Caribe. Su utilización en uno u otro caso va a referir a distintos intereses que marcan prioridades dispares en las relaciones internacionales del presente. A las tres definiciones tradicionales: etnohistórica, geopolítica y tercermundista, el profesor puertorriqueño Antonio Gaztambide va a agregar una cuarta: Caribe cultural. La etnohistórica pone énfasis en la experiencia común de la plantación azucarera; la definición geopolítica incorpora además a América Central y Panamá, centrándose así en las regiones donde se produjo la mayor parte del intervencionismo militar estadounidense. La definición tercermundista incorpora a Venezuela, Colombia y México. A estas axiomas que tienen en común una diferenciación geográfica, Gaztambide agrega la que él llama ”estrictamente intelectual,” ya que puede incluir partes de países.

En el mundo global, estas conceptualizaciones y definiciones acerca de la región se encuentran sometidas a transformaciones bajo inéditos procesos generadores de nuevas definiciones e identidades, que afectan a esta parte del planeta en todos los ámbitos de la vida política, económica, social y cultural. Tener una clara idea al respecto va a permitir reconfigurar la región, según nuevos parámetros a partir de la creación de una capacidad de respuesta regional y de la búsqueda de un consenso regional sobre las necesidades más básicas y urgentes de las sociedades caribeñas.

 A partir de esto, la creación de la Asociación de Estados del Caribe (AEC) marca un punto de partida importante como ente referencial de una nueva enunciación, la de Gran Caribe, cual elemento aglutinador de todas las definiciones anteriores, en un paso adelante para la inserción del Caribe en un mundo plagado de turbulencias e incertidumbres, frente a un futuro en formación, dentro de un proceso de transición complejo que aún no concluye.

Los avatares de la vida me han llevado a recorrer este Caribe nuestro en las islas, en Sudamérica, en Centroamérica y en México.  Desde Puerto Cabello en Venezuela, donde me crié, hasta Santo Domingo y Mayagüez, desde Santiago de Cuba hasta Mérida, desde Bluefields y Bilwi en Nicaragua hasta Curazao, desde Cartagena de Indias a San Salvador desde Panamá hasta Tapachula en México.

Nada más reconfortante que sentirse un “caribe puro” como dice el maestro Gabo, de haber crecido con los olores, los sabores y los colores infinitos de nuestra región, de haber conocido personajes tan maravillosos como ese anciano abakuá cubano que cuando le pregunté si para ellos la revolución había sido negativa o positiva, me contestó con su sabiduría milenaria “Asere, todo lo que pasa es porque sucede”.

O a Laureano Mairena, el más valiente de todos los valientes que he conocido, pintor de Solentiname en el Lago de Nicaragua que se hizo guerrillero por dignidad,  jugaba con la muerte, se reía de ella, la eludía una y mil veces hasta encontrarla de la manera más absurda en los días luminosos de los primeros años de la Revolución Sandinista y que me decía “ Sos jodido, pero sos mi hermano”

O Don Luis y Doña Epifania Gil, esa pareja de negros margariteños de Venezuela quienes con más de 60 años y yo sólo con 9 o 10, me introdujeron en el amor por lo que García Márquez llama el “béisbol caribe” en aquellos años en que alrededor de una radio nos imaginábamos cómo era y cómo se practicaba el deporte porque el estadio más cercano quedaba en Valencia, muy lejos de nuestras posibilidades, y aún no existían las transmisiones de televisión

O a Rafael Cancel Miranda con quien conversé en Cabo Rojo, un pequeño pueblo del rincón sudoccidental de Puerto Rico quien estuvo 27 años preso en Estados Unidos por no aceptar que su bella isla perteneciera, como pertenece todavía a la potencia del norte; o como Chuchú Martínez, ese Doctor en Matemáticas, piloto, soldado y ayudante del General Torrijos quien siempre me recomendaba que había que estar vivo para poder participar en la próxima batalla.

En fin personajes y lugares de este Caribe nuestro donde se habla papiamento y creole, inglés y  francés, tzotzil y tzeltal, español y holandés, miskito y maya, donde conviven los sistemas parlamentarios de los Estados angloparlantes con los presidenciales de los de habla española, y donde hay países en los que los partidos políticos se organizan a partir del origen racial, región en la que aún tenemos ciudadanos de tercera porque como en Puerto Rico no tiene derecho a elegir a su Presidente y a sus representantes ante el Congreso del país que por obra de una ley les dio su ciudadanía, una región dueña de una cultura tan poderosa que ha parido cinco Premios Nobel de Literatura, además del ya mencionado Gabriel García Márquez, colombiano, Miguel Ángel Asturias, guatemalteco, Octavio Paz, mexicano, Derek Walcott de Santa Lucía y V.S. Naipul de Trinidad.

Una región donde el Paso de los Vientos separa la dignidad de Cuba de la triste miseria de Haití, marcando lo que para unos es una frontera ideológica,  pero que tal vez sea una señal de los que nos puede deparar un futuro desunidos a pesar de lo cerca que estamos. O es que acaso olvidamos que este mismo Haití del que hablamos, fue el primer territorio libre del Caribe y de nuestra América morena cuando un 1ª de enero de 1804 los negros declararon su libertad de la poderosa Francia y proclamaron que tal como lo enunciaban los preceptos fundamentales enarbolados por la Revolución Francesa, sobre la base de la solidaridad, la igualdad y la fraternidad desterraban para siempre la esclavitud de la parte occidental de la isla de La Española.

Como podemos entender entonces sino por el poder de la fuerzas retrógradas de la historia que asistamos impávidos al menosprecio con que son tratados los haitianos y otros hermanos del Caribe cuando pretenden llegar al norte en la búsqueda de un mejor horizonte para su existencia. Pero, por circunstancias de la vida, la historia al igual que ese año 1804 resucitó otro 1º de enero pero de 1959 en Cuba, para decirnos que la dignidad no desaparece con el tiempo, que nuestra cultura y nuestras tradiciones se mantiene vivas a pesar de todo.

Este Caribe diverso, amplio y generoso, debe utilizar la fuerza de su cultura y de su arte y también del deporte, así como la solidaridad y la complementariedad de sus economías como vehículo de unidad y de integración en el camino de construir una región que nos prepare para enfrentar los retos y las vicisitudes de este mundo tan complejo y difícil.

Lo subrayado/interpola es nuestro-