LA NECEDAD HUMANA.
Una idiosincrasia profunda ante un mundo complejo y en crisis.
Por Dr. Mariano Sierra S./Escritor, jurista y analista internacional/Prensa Mare Argentina/ Xinhua, Other News, Sputnik, RT, La Jornada de México, Red latina sin fronteras. Sur, ACHEI, Utopía, Argentina Indymedia/ADDHEE.ONG:
La necedad humana es una
existencia sin razón en la vida del hombre y sus instituciones. Un mundo
asocial que se sumerge en el silencio donde una sociedad habita sin conciencia
de sus propias realidades, es de la esencia de su propio destino inacabado por equivocado,
por pretensiones vacías, sin criterios, acéfalo, imprudente, absorbido por la
torpeza y la intransigencia. Para el necio, la vida descolla bajo la avidez de
sus pasiones, muchas veces con el acompañamiento de la vanidad que se exhorta
para llamar la atención vituperada e insolente, como se hace evidente en la
mayoría de las instituciones estatales, orquestada en los órganos de control,
justicia, seguridad, servicios sociales, medios de comunicación, que dilatan
sus funciones, creando verdaderos caos en todo el entorno país.
El espíritu de los necios se
rastrea con mediocridad silenciosa, haciendo de sus actos hechos de terquedad
sin saber lo que dice o debe hacer, llevando su actuar erróneamente. Saberes,
señalan que los necios carecen de discernimiento, que promueven sus posturas
bajo condiciones impropias, haciendo que estas sean difíciles de entender, sin
objetivos, no midiendo sus contenidos que se caracterizan por su subjetivismo.
La necedad humana despliega carencia de sentido común que suele observarse en
quienes obran ávidos de poco juicio. Fatuo es el decir de los necios que sus
impulsos son aberrantes, porque carecen de ser justos, gustándoles obrar con
engaños y mentiras.
Son los individuos
necios, los que actúan en contravía, haciendo oposición a todo pues manejan
instintos propios de contradicción. Lo que la necedad política destruye, el
cambio construye. Por ello, no es forzoso señalar que los necios opositores,
son el ejército del capitalismo y de muchos otros movimientos insidiosos, que
planean necedades catastróficas. Son los necios, que como dice la poesía...individuos
necios que acusan a la mujer sin razón, siendo vosotros la ocasión de lo
que culpan...... Bíblicamente el necio no tiene paz interior, carecen de
razones para creer. Rechazando lo sobrenatural. El necio no sabe conducirse con
buen juicio, sus emociones incontroladas lo llevan a actuar con estupidez, con
estulticia, esto es, con ignorancia. La actitud necia aleja al individuo
de la razón, de la esperanza y de ser objetivo, volviéndolos turbios y opacos
en sus discusiones mentales.
La convivencia es un principio
de cambio, ha de ser de sabios de íntegros con visión de futuro, no de necios
que se aprovechan de los demás. El necio actúa ante los demás con enojo, burla,
desdén, agazapado, huyendo para que no le descubran sus sandeces y felonías.
Estudios serios de la necedad humana señalan que ella es propia de quienes
carecen de ciertas capacidades, haciendo oposición sin sentido, sin
convencimiento, solo se apropian de rabia, venganza, rencor y resentimiento por
lo que no han podido desempeñar, ya que su forma de convencer está llena de
furor, maldad. Ante la vaguedad de los necios, es de sabio no responder, pues
se llega a enfrentamientos líquidos, lejos de razonamientos sensatos., por
pérdida del control de sus emociones.
La necedad humana, locura
estúpida ante un mundo complejo, desconoce la dialéctica de ser o no ser
llevando a choques con el otro, contaminando los ambientes, alterando la
métrica de posibles acuerdos apuntando- a matar el amor social y colectivo.
Cuando sienten que no les fluyen sus ideas, tratan de acomodarse con
inculpaciones oportunistas. Puede pensarse que estos necios se vuelven idiotas
útiles del imperio, por ser buenos comodines para ciertos escenarios de poca
monta. Los necios son aquellos especímenes de la nada que no hacen ni dejan
hacer. Sus tareas se limitan a obstaculizar para favorecerse ellos o a
terceros. Valga decir que se arrecia la
situación cuando aparen necios opositores, los periodistas que por falta de
objetividad azuzan el ambiente.
Como opositores, los necios
vulgarizan sus actos porque adolecen del estilo de la verdad, porque sus
pensamientos pesados nadan en las aguas estancadas como lo es nuestro congreso.
La verdadera oposición es aquella gestión capital, que se articula con ideas
científicas, lejos de odios, de lunfardos, que se realza con lenguaje
coloquial, cuyos ejes están compenetrados de valores y de gran responsabilidad
social y política. Todo pueblo está por
encima de la pasión y la emoción de los necios, y en ese devenir, la idea
fundamental es la paz, en la que cada uno participa con su profundo mensaje de
pensamientos alineados para el cambio. Ir en contracorriente de esos sueños es
ser necio, es negar todo sentido de amor a la humanidad, es ir en una contienda
para desarticular todo proceso, es estar por encima de partidismos e ideologías
que hoy no tienen cabida en un mundo donde el valor de ser, prima en extensión,
esto es, ir contra la dignidad humana, desconociendo el amor propio y el apoyo
mutuo.
La necedad humana se hace
plausible, se hace nugatoria, cuando los actos se confunden, perdiendo la
claridad de ser, que se manifiesta con praxis de venganza, de vanidad, de
encontrar la materialidad como esencia de vida. El necio es un proveedor que
ignora la condición humana, perfilándose como una vergüenza para cualquier
grupo social, Saberes descubren en la necedad una aporofia, valga señalar una
aversión al débil, al migrante, al perseguido social y políticamente y a los que
son discriminados por vulnerables, porque se piensa que ellos perdieron su
condición de ser.
Como seres sociales y
políticos, nos mueve la responsabilidad de proteger la vida y esa forma de
hacerlo está en la lucha diaria, que, al sentir de los saberes comunitarios, la
sobriedad es una forma de lograrlo, bajo el principio existir que va en línea
de conservar el espíritu humilde de la liberación, fuentes de cambio que nos va
proveyendo tiempos y espacios. Desconocer el humano convivir es como
declararnos enemigos. La evolución y el desarrollo social nos permite unirnos
para cualquier transformación donde el amor es la garantía plena. No es la
guerra, ni los poderes y menos los dominios sociales y políticos en cabeza de
un neoliberalismo capitalista atroz, autor de todo despliegue antisocial
con sus tentáculos sistémicos que se intercalan en estrategias artificiosas.
La necedad de los políticos y las elites
entrampadoras con los auspicios de unos anacrónicos partidos los que disuelven
la pureza de los contenidos sociales, convirtiendo los principios del bien
común en amenazas permanentes que debilitan el sistema democrático. Tomar
conciencia con raíces de patria y de corazón justo para desbloquear el
horizonte de paz es pasar de la acción a una respuesta simple de soluciones,
eliminando esas barreras de la necedad humana, que se torna inequívoca para la
supervivencia. Dejemos que los necios se bañen en su ignorancia, en su
estupidez que, al decir del mensaje del Elogio de la locura, es una forma de
rechazar, de amar al prójimo azotado por tantas disyuntivas que deben caer en
la extinción.
No más culto a los necios con
su mampara de la necedad que viven de engaño en engaño, tratando siempre de
hacer leña del árbol caído, esto es, de un pueblo que viene añorando la
felicidad, ante la ecleptica dificultad de hallar la vedad del amor. El mundo se viene enfrentando a una de las
mayores crisis de la historia, donde la democracia aviva la acción de buscar
políticas, a través de sus luchas de expulsión, hacia un nuevo existir. Donde
la defensa de la razón afecta la conciencia, el conocimiento y los valores que
llevan para alcanzar una sociedad civilizada y justa.
Este panorama, conduce a que la
justa acción social, espera la cordura de los grupos oposicionistas que todo lo
rechazan con conductas necias y sin sentido. Justa es la oposición, necesaria
para el cambio, que debe ser audaz, fundamental, accesible, viable y
esperanzadora para el pueblo, donde deben cundir acuerdos de país sin venganza
ni odios, con sentido práctico. Miradas lucidas se proyectan en la historia,
sin fanatismo, pero con antídotos democráticos, sin rabiosas posiciones que
pueden despertar respuestas no gratas, que generan conflictos inútiles.
La necedad humana, una tiranía en línea llena
de ejércitos de necios, ha traspasado todos los límites con su predica de
oposición bárbara, que evoca violencia, como la única vía. Nefastos
esquizofrénicos convergen para bloquear todo cambio, sin amor propio, frágiles
de pensamiento, se ahogan en sus pequeñeces de idiotas útiles, cruzando caminos
sin senderos, cuales bestias mulares que se ufanan por su terquedad. No es
forzoso señalar, que, ante un mundo complejo y una sociedad adictiva a todo
tipo de violencias, están llevando al individuo a seguir matando a Dios.
Si nos estamos eliminando en múltiples y así mismo lo hacen eliminando la
naturaleza y sus sintientes.
El mundo se desdobla por
generar ganancias sin control, con la avaricia propia de sus desordenados
quereres, seduciendo para crecer sin importar, alterarando toda política social. El llamado es aprender a pensar, a tomar
conciencia evitando confundir al pueblo con el pueblo, donde tantas falacias se
tejen confundiendo las ideas con sus emociones, además fanáticas. Un alto en el
camino es el llamado fraterno, porque a todos nos interesa el bien del pueblo,
reivindicando el sentir intelectual, porque nos enceguemos por capricho con
actos soeces en unos debates disque políticos, donde el diario acontecer se ha
vuelto una guerra verbal, atacando la dignidad y los valores, jugando con el
sentir social de la comunidad, que espera sea representada según la democracia,
pero lo que se hace es jugar con sus sentimientos y por eso se paga.
Donde quedan los juramentos. Que desgracia.
Eso es lo que somos. Poca cosa. Dostoievski sabia y humanamente dijo: “Cada uno
de nosotros es culpable de todo. Ante todos y yo más que nadie…. Yo pregunto
... ¿Que es lo que nos constituye SERES HUMANOS? ¿yo respondo.... Ser humano es
ser consciente, lucido, previsto de criterio y pensar libre para juzgar, para
legislar, para gobernar”. El hombre en sí es un ser seductor con la idea fija
en la atracción del otro para obtener sus fines con sus juegos de tronos,
proyectando con sus ideales propios, el cinismo utilizando lo material para no
olvidar el principio colonización, sin pensar que todo lo que acumulamos es
pura bazofia porque cuando dejemos de respirar se vuelve fortín de guerra,
batallas jurídicas.
Llenémonos de hambre por el
cambio y no de pugilatos donde se enfrenta la democracia contra la democracia
con etéreas posturas que agrandan la tragedia del individuo, del cual
todos esperamos su inteligencia para conseguir paz social. ¿En donde queda la
cultura, la educación y la formación interior que se supone hemos recibido en
nuestro existir familiar y social y político, que combatimos con hipocresía y
cinismo político, avalado con sofismas de distracción?.
Nuestros legisladores hablan de
liberaciones, cosa inverosímil, cuando estos necios personajes ni si quieran
han hecho nada para despojarse de los mayores vicios que le asisten, que los
ahogan. Donde está la verdad que pregonan en los debates que emulan con calor
en defensa del pueblo. Simples canalladas, cortinas de humo para demostrar su
representatividad. Legisladores...
Acuñen todo este florido devenir, con corazón de carne. Y no más mentiras
diabólicas, difamantes de vuestra personalidad e identidad falsaria, carcomida
por la duda, por la decadencia política, cual sauces llorones, cuando se ven
afectadas sus remuneraciones.
Tristeza política y social que
nuestros gobernantes discurran en sus tareas, en necios debates donde solo se
generan diatribas, insultos y bajezas, desconociendo la verdadera razón ... las
necesidades del pueblo. Esto impacta en traición, que los coloca en una fuerza
no democrática de idiotas con poder nefasto. No se puede explicar que estemos
representados por instituciones con auténticos idiotas necios. Ante estos
espectros. Recordamos a un político cuando en medio de vicisitudes de este
calado, dijo un día a la asamblea…. Para que libertad.... Lo más grave es que
todos los idiotas necios nunca admiten su responsabilidad y en defecto, le
echan la culpa a los demás. Bazofia mediocre recorren las palabras en el individuo
Mediocre.
A pesar de sus idioteces, los
necios, se toman el sistema para dominar. Oh lacras de la política pensad que
el tiempo pasa y que vosotros tenéis familia... Dicho en otras palabras, el
mundo este azotado por pandemias como la mentira, el engaño, la indigencia
y la educación en decadencia. Desde hace 200 años este flagelo viene golpeando
la patria, decadencia que vive en estos necios, desajustados de la sociedad.
Convivir hoy es un gran riesgo
en medio de la complejidad y la incertidumbre. La vida no puede seguir teniendo
significados de muerte, de caos, de enfrentamientos ante tantas injusticias
continuadas que cabalgan hacia confrontaciones donde la autoridad, la
institucionalidad se menoscaba. Todos debemos estar unidos, olvidando la
ingobernabilidad del pasado, viendo la justicia aun en la oscuridad... No se
pueden permitir defensas escondiendo la verdad, ni permitiendo perennes
injusticias, bajo togas corrompidas por la falsedad y la compra de sentencias-
El cambio es visible, la
apertura social contiene verdaderas alternativas para erradicar la policrisis
reinante. Esto genera en la oposición una irritación que les llega manifiesto a
esos anticristos voraces que personifican la infamia. El individuo no
sobrevive por sus propias necesidades. En su personalidad hipócrita se
muestra ante los demás con ansias de poder, orgullo, reflejando un espíritu de
perfeccionamiento superior al resto, pero comprenden que no han entendido su
existencia y mucho menos que en su interior solo vive un amor dormido de nunca
despertar.
El país está despertando de una
hibernación que acumulo nubes de problemas que anteriores gobiernos no pudieron
enfrentar. Esta otra necedad no puede seguir en su laberinto. El cambio que
incursa en el nuevo país corre el velo que asusta a la oposición, donde estos
necios se asustan perplejos ante su incapacidad, saliendo embalsamados a formar
un activismo destructor. De allí se desaprende que ante lo inútil de sus
acciones. La opacidad y la turbidez no les deja ver la luz, tropezando y
torpedeando con sus decadencias, rumbo a su momificación.
Hagamos del mundo la casa del
amor social y político, único sentir duradero para convivir en el reino de la
libertad, de la verdad, del afecto, con la humanidad del Cristo. Humanado.
Existir es un asiduo hacer, sin un querer determinado de propios intereses. Hoy
el yo espíritu, el yo existencia ante el complejo universal, vagan como un
libro no escrito, sin rumbo, hacia la nada.
Lo subrayado/interpolado
es nuestro.
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