“Me alegro que hoy descanse en paz”.
Según Madariaga, ella tuvo que intervenir “indebidamente” para que el juez que instruía
la causa pusiera a Piñera en libertad asegurando que sí estuvo encarcelado por
la quiebra del Banco de Talca, lo cual fue confirmado por el magistrado de la
Corte de Apelaciones Luis Correa Bulo quien el 28 de
agosto de 1982 había declarado reo a Piñera ordenando su arresto por los
delitos antes mencionados.
Ya siendo reo procesal, bajo amenaza de ser juzgado y
condenado a una pena de prisión, Piñera presentó en septiembre de 1982 un
recurso de amparo ante la Corte de Apelaciones de Santiago, pero este tribunal
se lo denegó. Nótese que el recurso no era de apelación sino de amparo, lo cual
induce a pensar que aceptó su delito.
Madariaga, quien padecía un cáncer
terminal cuando hizo la entrevista antes mencionada falleció el 8 de octubre de
2009. Piñera comentó el hecho diciendo: "Me alegro que hoy descanse en paz”.
Así queda claro que el nuevo adalid de la democracia chilena era también un
desalmado.
Es sabido que en el ideario
judeo-cristiano, todos los muertos son buenos. También es conocido que nadie le
desea la muerte a nadie, lo cual es falso porque desde el poder tanto Pinochet
como Piñera, no solo le desearon la muerte a muchos, sino que dieron las
órdenes para que tal deseo se ejecutara.
La conmoción causada en Chile por
la muerte del expresidente ya está superando el desastre -medios de
comunicación mediante- que significa la pérdida de -hasta ahora- 123 chilenos
humildes que no andaban en helicóptero visitando amigos millonarios en grandes haciendas
del sur del país, sino que encontraron la muerte en sus humildes moradas
construidas en lugares a donde la desidia gubernamental los marginó,
excluyéndolos de la posibilidad de desenvolver una vida normal.
Yo no podría decir que no le he
deseado la muerte a nadie. A Pinochet se la desee desde el 11 de septiembre de
1973 y lamenté que no hubiera pagado todos los crímenes que cometió. La
justicia debió actuar, pero ella sólo existe para los ricos y poderosos. En el
mundo de hoy, la justicia no deja de ser una quimera. Piñera se burló una y mil veces de la
justicia. Su riqueza y poder lo hacía sentir que estaba por encima de ella…y de
verdad, lo estaba. Es lamentable que al igual que Pinochet se haya ido sin
pagar por sus transgresiones que fueron muchas.
Hoy, cuando el presidente de
Chile, evidentemente beneficiado de su amistad con Piñera dice que este “ fue
un demócrata desde la primera hora” está haciendo un relevante aporte a la
ciencia política al establecer un novedoso concepto de democracia. Claro,
Boric, se puso de acuerdo con Piñera para paralizar las luchas sociales en 2019
y catapultarse a la presidencia de la República.
Algunos personeros del gobierno de
Chile que padecen un lamentable síndrome de Estocolmo se fueron de bruces, no
por lamentar el fallecimiento del ex presidente, lo cual es aceptable desde el
punto de vista político. Pero, resulta vergonzoso como lo han transformado en
un ejemplo del “gran demócrata”, olvidando que este hijo putativo de la dictadura
cívico militar, estafador y ladrón confeso, utilizó el poder
gubernamental para aumentar su riqueza.
En su manifestación de pesar, la dirigente “comunista” Camila
Vallejos, ministra de Boric dijo: “Mis pensamientos están
especialmente con Cecilia, su compañera de vida, sus hijas e hijos, su
familia". Llama la atención la familiaridad con la esposa de Piñera.
Pareciera que Vallejos olvidó que ella misma fue víctima de los desmanes
represivos de Piñera en su primer gobierno. Claro, todo en función de la
reconciliación…con los ricos y con la derecha. En Chile, las mieles del poder
han endulzado hasta a algunos comunistas.
Hoy,
Boric recuerda que Piñera fue el artífice de “la reconstrucción de Chile tras
el potente terremoto de 2010, el manejo de la pandemia de covid-19 y de la decisión
y audacia para rescatar a los 33 mineros atrapados
en una mina en la región de Atacama”. Pero olvida convenientemente los casi 40
asesinados, los alrededor de 460 mutilados en el rostro que sufrieron traumas
oculares, los 11 mil heridos (3.500 producidos por agentes del Estado) y los 25.000
detenidos por orden de Piñera. El nuevo adalid de la democracia chilena fue un
asesino. Todas las cifras antes mencionadas son oficiales y así lo demuestra
porque las víctimas fueron resultado de sus decisiones y sus órdenes.
Otra de las hazañas políticas de
Piñera se verificó cuando en la campaña de primarias para elegir al candidato
de la derecha para las elecciones de 1993 se difundió una grabación telefónica
clandestina donde se le podía oír impartiendo instrucciones a su colaborador,
Pedro Pablo Díaz, para atacar de forma desleal y desacreditar a su adversaria la
entonces diputada Evelyn Matthei. Las instrucciones a Díaz incluían ciertas
cuestiones de moralidad religiosa, como el divorcio, que supuestamente
incomodarían a Matthei quien "es católica y no va a misa”. El nuevo adalid
de la democracia chilena era un vulgar tramposo.
En su atiborrado currículo que
bien podría ser considerado un prontuario policial, si el señor Piñera no
hubiera sido rico y poderoso, se debe incluir que en julio de 2007 fue multado con alrededor
de 770 mil dólares por la
Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) por haber hecho fraude financiero
al comprar acciones en bolsa de la línea
aérea LAN Chile de su propiedad justo en
la víspera de la publicación del balance financiero anual de la compañía, que
le reportó beneficios netos 34% mayores que en el ejercicio anterior. Piñera
sacó 700.000 dólares de beneficio por la lógica revalorización de las acciones.
Piñera no tuvo reparos en seguir manejando
sus empresas mientras era presidente de la república, lo hizo a través de
testaferros y de su familia, creando para ello además un fideicomiso que
mantenía incólumes sus intereses corporativos más sustanciosos. El adalid de la
democracia chilena era un evasor de impuestos y un redomado estafador.
Dando continuidad a su enfermiza
necesidad de acumular dinero de cualquier manera, el nuevamente candidato
presidencial Sebastián Piñera engañó al fisco al informar un patrimonio
personal de 600 millones de dólares, que en realidad palidecía con el que había
mencionado la revista estadounidense Forbes, especializada en finanzas y
negocios que le señalaba una fortuna real de 2.700 millones de dólares
El pensamiento político neoliberal,
fascista y pro imperialista de Piñera se
manifestó al emitir su opinión sobre el gobierno del presidente Allende: “El
Gobierno de la UP reiteradamente quebrantó la legalidad y el Estado de
derecho", y en su mirada sobre la educación dijo: "No creemos que la
educación gratuita para todos sea ni conveniente ni justa (…) No creemos en
estatizar ni monopolizar por parte del Estado la educación (…) porque eso, a la
larga, es un atentado, no solamente a la calidad, sino a la libertad, y es un
atentado a la equidad en la educación". De esa manera, justificaba en primera
instancia el golpe de Estado fascista de 1973 y en un momento posterior,
sentaba las bases para la represión contra los estudiantes que salían a
protestar pidiendo educación de calidad y para todos.
En septiembre de 2018, visitando
al presidente Trump en la Casa Banca mostró orgulloso, orondo y entre risas una
bandera de Estados Unidos en la que incluía la estrella del símbolo nacional
chileno como parte del estandarte norteamericano manifestando su perruna
lealtad hacia Washington. El adalid de la democracia chilena justificaba el
golpe de Estado contra el presidente Allende y era un contumaz neoliberal, pro
imperialista y golpista.
No tengo nada personal contra
Piñera, solo un sentimiento recíproco como el que tengo hacia todo el mundo. El
23 de febrero de 2019, Piñera pretendió perturbar la paz de Venezuela acudiendo
a Cúcuta supuestamente para “forzar el ingreso de
ayuda humanitaria a Venezuela, porque el gobierno venezolano de Nicolás Maduro
negaba el acceso”. Él quiso violentar mi vida, la de mi familia, la de mis
amigos y la de todos los venezolanos. Sentía hacia él, lo que cualquiera pueda
concebir cuando se intenta introducir la violencia, la destrucción, la muerte
en tu casa, en tu familia, en tu país.
Lamentablemente
para él, gracias a la voluntad de resistencia del pueblo venezolano, tal
intentona fracasó. Piñera se reunió ese día con el designado por la Casa Blanca
Juan Guaidó y con dos presidentes promotores del terrorismo para observar como
las “multitudes de venezolanos que iban a recibir a sus salvadores”, no
llegaron, la rebelión popular contra Maduro no ocurrió y las fuerzas armadas
que se alzarían contra el gobierno, permanecieron leales al presidente
Esa noche, en el colmo del paroxismo, Piñera exclamó: “¡Hasta anoche nos
decían que la gente iba a estar! ¿Dónde está la gente? ¿Dónde está la gente?”. Miraba
las pantallas de la televisión que le señalaban una realidad contraria a la que
él esperaba y dijo con amargura: “¡Esta imagen está mostrando un triunfo de
Maduro!”. El nuevo adalid de la democracia chilena era un violento terrorista
además de cobarde, instaba a los venezolanos a alzarse contra su gobierno a fin
de cosechar desde lejos el fruto de su perfidia.
La derrota lo desarticuló, no sabía que hacer. Entonces, tratando de
obtener algún resultado del fracaso, invitó a los venezolanos a refugiarse en
Chile. Tal decisión fue refutada ampliamente en el país. Las oleadas de venezolanos
que viajaron a Chile fueron maltratados, vejados y algunos hasta expulsados. La
migración se desató por vías ilegales y el Estado chileno ha sido incapaz de
controlarla. Piñera nunca asumió la responsabilidad política de esta
crisis. El nuevo adalid de la democracia chilena era además de fanfarrón, un
total irresponsable al desatar una crisis innecesaria en su país.
Mientras el
“general “ Piñera dirigía las tropas en Cúcuta, el pueblo chileno se preparaba
para manifestar su rechazo al sistema imperante. La obsesión de Piñera por
derrocar a Maduro, lo alejaba de sus responsabilidades internas. Su ambición de
ser reconocido como un líder continental culminó en total fracaso. En octubre
de 2019, el pueblo chileno finalmente se manifestó con toda la fuerza de su
convicción y su valor y cuando Piñera estaba en su peor momento, Boric acudió
en su ayuda para salvarlo ofreciéndole el 15 de noviembre el “Acuerdo por la
paz y la nueva constitución en Chile”.
Por eso, Boric
ahora dice que Piñera “fue un demócrata desde la
primera hora”. Las evidencias señalan lo contrario. En lo que va siendo una
norma, Chile sigue sustentando esta democracia de los contubernios y las
complicidades. Así, Eduardo Frei, protegió a Pinochet en 1998 y Boric eleva a
la categoría de adalid de la democracia a Piñera. Como dice el refrán popular:
“Dios los cría y el diablo los junta”.
No me alegra que te hayas muerto Sebastián Piñera. Hubiera
preferido verte preso por ladrón, estafador, asesino, terrorista, desalmado,
tramposo y mentiroso. Lo de cobarde…bueno, eso es propio de los de tu ralea,
igual que Pinochet cuando se cubrió con su nieto para protegerse el día del
atentado contra su miserable vida. Por neoliberal y pro imperialista no podías
ir preso, pero tus huestes, que son de la misma calaña que tú, serán derrotadas
más temprano que tarde cuando el pueblo chileno abra las grandes alamedas.
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