La entrevista de Putin. Una mirada somera.
Por Sergio Rodríguez Gelfenstein/ Escritor y analista internacional/ Prensa Mare Argentina/ Xinhua, Other News, Sputnik, RT, La Jornada de México, Red latina sin fronteras. Sur, ACHEI, Utopía, Argentina Indymedia, Utopía/ADDHEE.ONG:
Es
absolutamente normal que los jefes de Estado y gobierno o los líderes
políticos, concedan entrevistas a los medios de comunicación. Todos lo hacen.
Es parte de la gestión: comunicar y comunicarse con la opinión pública para dar
a conocer sus ideas, propuestas y planes.
Se
suele hablar de las características del entrevistado, pero mucho menos del
entrevistador. Siempre he pensado que un careo de este tipo es como una batalla
en que cada parte intenta llevar a la otra a su escenario, a su espacio y a
colmar los intereses que cada cual tiene y que muchas veces difieren. Es válido
saber también que no hay buenas respuestas si no hay buenas preguntas. Un entrevistado se “inspira” cuando tiene
frente a sí, un “adversario” de calidad.
Tucker
Carlson es un periodista de la extrema derecha estadounidense, trabajó durante
muchos años en la cadena Fox News. Se dice incluso que -en el contexto
electoral actual de Estados Unidos- podría ser el compañero de fórmula de
Donald Trump. Como periodista, Carlson ha entrevistado a algunos de los más
conspicuos líderes de la extrema derecha mundial como el propio Donald Trump,
Jair Bolsonaro, Víktor Orbán y Javier Milei, entre otros.
El
hombre tiene un nicho de teleaudiencia asegurada entre los seguidores de las
ideas más retrógradas de Estados Unidos y de todo el mundo. Pero también es un
comerciante con olfato que sabe que las noticias son una buena mercancía,
siempre que se sepan vender en los espacios que concede esa farsa que se
denomina “libertad de expresión” que a veces es violentada cuando choca con los
parámetros sacrosantos de la ley de la oferta y la demanda.
En ese
contexto, Carlson percibió que había una demanda en Estados Unidos y en el
mundo por conocer las ideas y el pensamiento del presidente Vladimir Putin y
como buen comerciante de noticias, él se propuso hacer una oferta. Aunque
acostumbrado a millonarias audiencias de sus entrevistas y programas, jamás
imaginó el impacto que iba a tener su conversación con el presidente ruso. Los
argumentos que justificaron sus deseos de hacer la entrevista, desnudan por sí
mismos la falsedad de las tales “libertad de prensa y de expresión”.
Al referirse a la voladura del gasoducto Nord Stream,
el presidente Putin negó la autoría de Rusia de este hecho terrorista y, al
contrario, afirmó que fue la CIA estadounidense quien lo hizo. Carlson, no sé
si con ingenuidad o mala fe, le preguntó: “¿por qué no presentan esas pruebas y ganan esta
guerra de propaganda?”
La respuesta del presidente Putin fue muy clara y
contundente: “Es muy difícil vencer a Estados Unidos en la guerra de
propaganda, porque Estados Unidos controla todos los medios de comunicación del
mundo y muchos medios europeos. Los beneficiarios finales de los mayores medios
de comunicación europeos son fundaciones estadounidenses. ¿No lo sabe? Así que
es posible implicarse en este trabajo, pero, como se suele decir, a uno le sale
más caro. Podemos simplemente sacar a la luz nuestras fuentes de información, y
no conseguiremos resultados. Está claro para todo el mundo lo que ocurrió, e
incluso los analistas estadounidenses hablan de ello directamente…”
Sí, es cierto, los sacrosantos intereses imperiales del
capitalismo están por encima de la libertad de prensa. Dan a conocer lo que
interesa que la humanidad -manejada cual masa de borregos- debe saber para que
la estabilidad global de un “orden internacional basado en reglas” se mantenga.
Si lo que se dice es verdadero o falso, perdió importancia. La verdad es un
recurso del pasado que no tiene la menor validez en el presente. Frente a ella,
se impone la contundencia de la falacia, el criterio mendaz y los intereses
corporativos.
Cuando asesinar periodistas en Palestina ha
devenido en “deporte nacional” de Israel, con apoyo y aval de Estados Unidos y
Europa, ¿qué importa olvidar por un rato la “libertad de expresión” y hacerse
de la “vista gorda” ante un genocidio que se realiza a la luz del día y ante
una humanidad impotente e impávida que se limita a enterarse del número de
muertos y heridos cada día. Entonces, se entiende cuando Putin dice: “Es muy
difícil vencer a Estados Unidos en la guerra de propaganda, porque Estados
Unidos controla todos los medios de comunicación del mundo y muchos medios
europeos”.
El escándalo tras la entrevista ha sido mayúsculo,
“democráticos” parlamentarios estadounidenses y europeos han llamado a declarar
traidor a Carlson y a negarle el ingreso a los países europeos. Aún no ha
llegado a ocurrir lo que le hicieron a Julian Assange, que es, sin duda, otra
manifestación de la famosa “libertad de expresión”. Claro, aunque Carlson es un
hombre del sistema y en esa medida aparentemente intocable, no se puede
descartar que en esta nueva etapa del
macartismo, eso pudiera ocurrir.
Algunos jefes de Estado han explotado en
desmesuradas e histéricas reacciones respecto de las palabras de Putin, pero
aparte de adjetivos de todas las dimensiones, no han podido entregar argumento
válido alguno para contradecir o desmentir los planteamientos del presidente
ruso. Aplastados por la cienmillonaria audiencia pensante que le interesó escuchar
y ver a Putin, no atinan a elaborar respuestas coherentes frente a las bien
estructuradas premisas exhibidas por Putin.
En cuanto al contenido de la entrevista, me voy a
permitir esbozar algunos aspectos que me parecen los más relevantes:
1. Cualquiera puede estar de acuerdo o no con la
interpretación que Putin hace de la historia, pero nadie puede poner en duda
que es una persona culto que conoce el pasado de su país. Genera cierta
tranquilidad saber que al menos una de las potencias mundiales es dirigida por
una persona ilustrada que respeta el conocimiento. Cuando enfrente se tiene a
un presidente de Estados Unidos que no es capaz de diferenciar a México de
Egipto o a François Mitterrand de Emmanuel Macron, una presidenta de la
Comisión Europea que dice que los misiles hipersónicos rusos funcionan con
chips extraídos de lavadoras y hornos microondas y un alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y
Política de Seguridad que opina que el mundo es una selva, mientras que la
Europa creadora del esclavismo, el fascismo, el nazismo, el capitalismo, el
imperialismo y el colonialismo y sede las dos guerras mundiales más salvajes de
la historia, es un jardín, no deja de ser alentador escuchar a Putin y saber
que también existen líderes a la altura del momento.
2. Putin puso en evidencia algo que se sabía. La
posesión por parte de Rusia de misiles hipersónicos ha cambiado la ecuación
bélica global. Ya no son los portaviones los que marcan la definición
estratégica del conflicto. Y en este ámbito, Rusia lleva la delantera por
mucho. Estados Unidos ni siquiera ha podido desarrollar con éxito sus pruebas
con misiles hipersónicos.
3. Resulta dramático escuchar al presidente ruso decir que, frente al
compromiso de la OTAN de no expandirse hacia el este y la violación por cinco
veces de tal “acuerdo de caballeros” ampliamente sustentado, Europa se haya
visto obligada a aceptarlo por presiones de Estados Unidos sin que emitiera
queja, disgusto o desazón alguna al respecto. Es patético saber que los líderes
europeos no tienen honor, ni pueden hacer compromisos porque si Washington los
presiona, renuncian a ellos. Más adelante, al hablar de la situación de Europa,
Putin expone que los líderes de esa región no se orientan por sus intereses nacionales
sino por los de eso que se ha dado en llamar el “Occidente colectivo”. En esta
situación, escuchar del presidente ruso decir que: “De verdad no entiendo con
quién tengo que hablar” y agrega más adelante que “estamos dispuestos a hablar,
pero ¿con quién? ¿Dónde están las garantías? No hay ninguna”, resulta muy
desalentador para los que luchan por la paz en el mundo y la desean de verdad.
4. No se sabe si por ignorancia propia o por la
necesidad de explicárselo a la opinión pública de Estados Unidos que también es
muy convenientemente ignorante, Carlson pregunta “¿Qué quiere decir la
desnazificación? ¿Qué significa esto?” Resulta aterrador que un periodista de
la talla de Carlson lo pregunte. Muestra cuánto ha hecho la “guerra de
propaganda” y el impacto de lo que significa que Estados Unidos controle “todos
los medios de comunicación del mundo y muchos medios europeos”. En Estados
Unidos y en el mundo parece no saberse que desde 2014, las organizaciones nazis
han ocupado importantes puestos de poder en el Estado ucraniano, incluyendo las
fuerzas armadas; que realizaron un genocidio continuado desde ese año en la
zona oriental de lo que en ese entonces era Ucrania; tampoco saben que en mayo de
ese año, atacaron e incendiaron un sindicato en Odessa, asesinando a 42
ciudadanos inocentes. Así mismo resulta inconcebible que no sepan que en
Ucrania se hostiga a religiones distintas de la oficial, cerrando templos,
encarcelando dignatarios y prohibiendo la realización de sus ritos. No conocen
en Estados Unidos que en Ucrania se persigue la cultura rusa tratando de
eliminar a verdaderos paladines de la ciencia y el saber mundial como
Lomonósov, Pushkin, Tolstoi, Chaikovski entre otros. Resulta inconcebible que
Carlson no sepa que en Ucrania se ha prohibido a las minorías hablar sus
idiomas y no solo el ruso, también el rumano, el húngaro y el eslovaco entre
otros. Occidente pasa por una situación tan desastrosa que no sabe qué es
desnazificar y sobre todo, la necesidad de hacerlo por el bien de toda la
humanidad.
5. En algún momento de la entrevista, Putin hace una
apelación al sentido común. Lo repite en varias
ocasiones, pero en una, en particular, utiliza el término por la necesidad de
buscar acuerdos. Siendo propio de la condición humana, el sentido común,
pareciera que se está perdiendo y muchos de los conflictos mundiales tienen que
ver con ello y con algo que él relata durante toda la entrevista, que es la
ausencia cada vez mayor de comunicación entre las grandes potencias mundiales,
lo cual no deja de ser muy preocupante.
6. Con respecto a las alianzas y los bloques en el
mundo multipolar, el presidente es muy concreto y preciso. Dijo: “Es necesario
que el mundo esté unido, que la seguridad sea común y no esté pensada para los
“mil millones de oro”. Y entonces - solo entonces - el mundo será estable,
sostenible y predecible. Hasta entonces, mientras la cabeza esté dividida en
dos partes, se tratará de una enfermedad, una grave enfermedad. El mundo
atraviesa este periodo de grave enfermedad”.
7. En relación al papel del dólar y su futuro, Putin
opinó que el dólar es el fundamento del poderío de Estados Unidos y que ha sido
un grave error de sus gobiernos utilizarlo como instrumento de lucha de su
política exterior. Al hacerlo -dice el presidente ruso- ellos mismos le
asestaron un golpe al poder de Estados Unidos. Precisa: “No quiero utilizar
expresiones vulgares, pero esto es una estupidez y un gran error”, toda vez que
en el mundo, incluso los países aliados de Estados Unidos se están alejando del
dólar como forma de protegerse ante lo que está ocurriendo. Estados Unidos
aplica sanciones, medidas restrictivas, congelación de propiedades y otras acciones
que han significado una poderosa señal de alarma para el mundo.
8. Ante una pregunta de Carlson en relación con el
papel de los BRICS y en particular de China a la que llamó “una potencia
colonial más bondadosa”, Putin le explicó que Rusia ya conoce “esos cuentos de
miedo” entendiendo que su país comparte con China una frontera de miles de
kilómetros por lo que están acostumbrados a convivir desde hace siglos.
En ese sentido, el presidente ruso apunta que “la filosofía de la política
exterior de China no es agresiva” sino que busca siempre el compromiso. Expone
que todo el mundo quiere elevar el volumen de cooperación económica con China,
incluyendo Europa y Estados Unidos y sentencia que las decisiones políticas de
Washington que conducen a limitar el comercio con China perjudicarán sobre todo
al propio Estados Unidos.
9. En cuanto a
los BRICS, Putin considera que es una agrupación que se está desarrollando
rápidamente. Mientras en 1992 la participación del G-7 en la economía mundial
era del 47%, cayó en 2022 al 30%, en tanto que los países de los BRICS que
constituían el 16% de la economía mundial en 1992, ahora superaron al G-7.
Considera que esa es una tendencia inevitable a la cual todos deben adecuarse.
Estados Unidos intenta su “adaptación” a través de la fuerza: “sanciones,
presiones, bombardeos, uso de las fuerzas armadas”, lo cual es expresión de su arrogancia
y su incomprensión de que el mundo está cambiando, pero no lo entienden. Si
quieren mantener su dominio del mundo, deben tomar decisiones correctas, pero su
élite política no lo comprende y recurre a acciones “duras” incluso contra
Rusia. Esto, que es evidente conduce para Estados Unidos, al resultado
contrario.
10. Casi al final, Carlson le hace
una pregunta aparentemente inocente en relación a que si un cambio de líder en
Estados Unidos podría modificar el panorama presentado. Con habilidad, pretende
llevarlo a una opinión respecto de las elecciones en Estados Unidos. Con
habilidad también, Putin le responde que no se trata de los líderes sino de “la
actitud de una persona en particular”. No cree que importe la personalidad del
líder “sino del clima de las élites”. Explica
que si Estados Unidos persiste en su idea de dominar el mundo mediante la
fuerza, nada cambiará, solo empeorará. Pero si se llega a la conclusión de que
el mundo está cambiando, se adapta a esas modificaciones y -quiere mantener las
ventajas que tiene hoy- “entonces quizá algo cambie”.
11. Esta constatación de que el mundo está cambiando lo dicen todos, incluso
los expertos estadounidenses. Al respecto Putin concluye diciendo que “…para
cambiar la política, necesitamos gente que piense, que mire hacia el futuro,
que sepa analizar y recomendar decisiones con liderazgo político”.
Hay muchos, muchísimos y muy diversos temas. A
algunas personas le resultarán importantes unos y eso no coincidirá con la
opinión de otros. De manera que desde ya, pido excusas, por no lograr abarcarlo
todo.
Lo subrayado/interpolado es nuestro.
EL
HURACÁN TRUMP SACUDE A LA OTAN Y A LA union europea TRAS ANIMAR A RUSIA
A ATACARLOS: “Si TRUMP GANA SACARIA A ESTADOS UNIDOS DE LA OTAN”.
Por
María G. Zornoza – Público.es/
El posible regreso de Trump preocupa y mucho en Bruselas, sede
de las instituciones europeas y de los cuarteles generales de la Alianza
Atlántica. Sus últimas declaraciones son un gran recordatorio de lo que puede
llegar en noviembre.
Donald Trump puso por primera vez en cuestión el Artículo 5 de
la OTAN, la sagrada cláusula de defensa colectiva que vertebra a la
organización militar, en 2018. Lo hacía durante su primer mandato en la Casa
Blanca y sugiriendo que no veía ninguna razón por la que tendría que morir por
Montenegro, uno de los países más pequeños del foro. Cinco años y medio después
vuelve a la carga con un tono más duro y con una guerra en las puertas de
Europa. En un mitin en Carolina del Sur, el favorito para ser el candidato
republicano de cara a las elecciones de noviembre ha
animado a Rusia a atacar a los países que no cumplan con el gasto en defensa,
unas palabras que han activado las alarmas en Bruselas.
«Uno de los presidentes de un país grande me dijo [en una
reunión de la OTAN], «si no pagamos y Rusia nos ataca, ¿nos protegerás?». Le
dije que, si no pagas, eres un delincuente. Y que no, que no le protegería. De
hecho, animaría [a Rusia] a hacer lo que le dé la gana», afirmó el fin de
semana durante un mitin en Carolina del Sur. La vuelta de Trump preocupa y
mucho en Bruselas, sede de las instituciones europeas y de los cuarteles
generales de la OTAN. En la UE se están preparando para todos los escenarios
después de que la victoria de 2017 le pillase con el pie cambiado.
«La Alianza
Transatlántica ha protegido la seguridad y la prosperidad de
estadounidenses, canadienses y europeos durante 75 años. Las declaraciones
imprudentes sobre la seguridad de la OTAN y la solidaridad del artículo
5 solo sirven a los intereses de Putin. No traen más seguridad ni paz al
mundo. Por el contrario, vuelven a enfatizar la necesidad de que la UE
desarrolle urgentemente su autonomía estratégica e invierta en su defensa», ha
reaccionado en redes sociales Charles Michel, presidente del Consejo Europeo.
El huracán Trump genera más nerviosismo, si cabe, en la OTAN.
Por el alcance y por el momento geopolítico y volátil que atraviesa el globo.
Durante décadas, la Alianza Atlántica ha sido el paraguas protector de los
países europeos. La UE, proyecto de paz, ha delegado a este foro militar su
seguridad y defensa. El plausible regreso de Donald Trump a los mandos del país
que lleva las riendas de la Alianza es especialmente sensible con la
vecindad europea en llamas.
La invasión rusa a Ucrania supuso una sacudida geopolítica, económica
y social. A escasos días de que se produzca el segundo
aniversario –el 24 de febrero–, la guerra ha dejado muchas
lecciones en Europa: los tiempos en los que la guerra era cosa del pasado o de
territorios lejanos han acabado y la Rusia de Vladimir Putin representa una
amenaza para todo el espacio euroatlántico. Y es esta coyuntura en la que la
Alianza ha encontrado una nueva razón de ser tras un periodo de «muerte
cerebral», como la calificó el francés Emmanuel Macron.
Jens
Stoltenberg: «Un ataque sobre la Alianza Atlántica tendrá una respuesta unida y
firme»
Sus recientes declaraciones han desatado una cascada de
reacciones, reproches e indignación. «La OTAN está preparada para defender a
todos sus aliados. Un ataque sobre la Alianza Atlántica tendrá una
respuesta unida y firme. Cualquier sugerencia de que los aliados no se
defenderán mutuamente socava la seguridad de todos y pone a los soldados estadounidenses
y europeos en gran peligro. Espero que sea quien sea quien gane las elecciones,
Estados Unidos continúe siendo un aliado fuerte y comprometido», ha
reaccionado Jens Stoltenberg, secretario general de la Alianza, en un
comunicado inusual y publicado por varios medios.
«La OTAN no puede ser una alianza militar a la carta, no puede
ser una alianza militar que dependa del humor del presidente de Estados
Unidos en ese momento. No perderé mi tiempo comentando ninguna idea tonta que
surja este período de campaña», ha coincidido Josep Borrell, jefe de la
diplomacia europea, anticipando que los nueve meses que restan para los
comicios se anticipan al más puro estilo Trump. Fuentes aliadas rebajaban los
temores un día antes de que se produjeran las polémicas declaraciones: «Me
cuesta creer que un Trump 2.0 atente contra la cohesión de la OTAN».
Trump
cree que Europa se aprovecha de Estados Unidos
Pero lo cierto es que el magnate ya enseña los dientes. Y su
mandato previo demuestra que a veces solo ladra, pero otras, muerde. Hay algo
que, en estos siete años, no ha cambiado. Por un lado, el republicano utiliza
hipérboles y amenazas constantes para demostrar que es un negociador duro. Y
por el otro, sigue obsesionado con el objetivo de Gales, que recoge que
cada aliado debe invertir un 2% de su PIB en seguridad y defensa. España, en
estos momentos, dedica un 1,3%, pero defiende que su contribución a la Alianza
va mucho más allá siendo, por ejemplo, uno de los países que participa en más
misiones. Ahora Trump ha llamado a los países que no alcanzan este umbral como
«delincuentes». Cree que Europa se aprovecha de Estados Unidos. En su primera
cumbre en Bruselas fue especialmente duro con Angela Merkel, por entonces
canciller alemana, a la que acusó directamente de no pagar su parte.
«El lema de la OTAN, uno para todos, todos para
uno, es un compromiso concreto. Socavar la credibilidad de los países
aliados significa debilitar a toda la Organización del Tratado del Atlántico
Norte. Ninguna campaña electoral es excusa para jugar con la seguridad de la
Alianza», ha afeado a través de X Wladyslaw Kosiniak-Kamysz, ministro de
Defensa polaco.
Donald Trump es un político impredecible que no cree en los
pilares del orden multilateral. Y ello genera especial nerviosismo con la
guerra en Ucrania en marcha –y la ayuda militar de su país congelada en el
Congreso- y con la guerra en Gaza y la brutal intervención militar de Israel.
Con los ataques acechando Kiev, Trump llegó a definir a Putin como «un genio».
Recientemente, John Bolton, su antiguo asesor de seguridad nacional advirtió de
que en un segundo mandato, Trump sacaría a
Estados Unidos de la OTAN.
Lo subrayado/interpolado
es nuestro.
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