¡Siria, sobre tu piel duradera!
Por Maité Campillo red latina sin fronteras, en red/ADDHEE.ONG:
(hoy Siria en el corazón)
(Nizar Qabbani, poeta sirio)
Siria no es un fantasma ni mucho menos un recuerdo remoto,
está ahí, acorralada, cercada, maniatada como Gaza/Cisjordania, sé que
están luchando contra las sombras funestas al acecho, presiento sus
claros como en Líbano, sus luces discretas como en Iraq oteando como surgiendo
de un antaño clandestino, tenebroso, voraz, organizando, motivando, engrasando
guerrilla y engrosando resistencia, buscando vías haciendo futuro sobre un
presente robado, manipulado, descompuesto como desde hace décadas a Palestina,
desolado como el Sáhara en manos de similares tiranos.
Siria está ahí, reorganizándose sobre la tierra para
comenzar la vida, así quiero sentirla, más allá de la canalla contrainformativa
doblegando todos y todas que levantan cabeza en acción de lucha, pluma apestosa
insaciable de muertos regada de ríos de sangre en defensa de verdugos viendo al
criminal en la ejecución de su obra en primera fila, ofrecida en sus diarios al
amo gustosa e insaciable de gratitud a la mesa y al mantel de fin de año la
escabechina de un pueblo, ofrenda al imperialismo/yanqui, justifica el
sionismo colonialista israelí, tinta en sangre a coronar el nazifascismo
cuerpo de su mismo cuerpo donde el olor de la tierra es otro.
Siria resiste, como resiste Líbano, Gaza y Cisjordania contra
todos los látigos de oriente y occidente, surge de entre el mar y la tierra
saliendo de sus trincheras como rayo de luz unida al combate de los pueblos que
luchan: Oriente Medio, afirmando sus pasos sobre el largo transcurso de luchas
a la vanguardia del antiimperialismo, y antisionismo, traspirando la esencia
nazifascista que alimenta su instinto.
La auténtica Siria va surgiendo sacudida de vida donde lo
vespertino llega llorando resistiéndose afrontando enfrentando mercenarios del
imperio, yihadistas y otros criminales, a sueldo de la Casa Blanca, porque en
realidad está en manos directas del imperio estadounidense, principal cabeza
bélica de guerra, entre sionazis y turcos fascistas proyanquis.
Poca gente, más bien muy poca, ha condenado en el mundo esta
acción de rapiña martirizando una nación entera indefensa. Condenar esta
invasión, este golpe de Estado, auspiciado por el imperialismo estadounidense
es un principio elemental de toda izquierda (que así se considere), se vista de
morado, rojo o verde. Doloroso es pensar, que utilizando la ideología política
de izquierdas, en nombre de ella apoye a sicarios rebanacuellos del imperio, a
destruir una cultura propia y otra y otra enfangados en la guerra por la guerra
hacia el exterminio de países al dominio del mundo ¿Cómo aceptar que tu frente
de lucha justifique las mil formas de seguir asesinando, consentir y no
criticar ni intervenir, objetivamente, y no en mueca del y la oportunista,
repudiando actos de conciencia contra la impunidad, contra la perforación al
proletariado desde los mismos sindicatos y partidos –amparados en la clase
asalariada como escudo– de la hacienda privada entre mayorazgos, líderes y
liberados en garras de las sombras tenebrosas, es acaso la cultura que vivimos
propia, lo es la impuesta siquiera consentida o inyectada a costa de vacunas en
antídoto anti–proletario, lo son los desgarros que el capitalismo y sus medios
fomentan, la descomposición de la Clase Trabajadora y la desindustrialización
que en su tiempo floreció como industria de vida con el sudor de su frente, lo
es el deambular por el mundo el desamparo, el odio acumulado utilizado impreso
en los medios girando entorno al planeta la palabra prostituida, los
calificativos invertidos, los rebanacuellos como líderes de una resistencia
(fascioimperialista) como plaga al derroche de maldad invertida de democracia y
gobiernos sacados de la manga, cosecha de malandros vendidos hijos de la OTAN
de la patria imperialista estadounidense/yanqui como en Ucrania, esencia
tétrica de la pintura negra de Goya desgarrando niños y demás seres sembrando
campos en ríos de sangre.
Monstruo espeluznante insaciable bailando por Europa, al son
de su bandera entre ratas, cucarachas y estofado de gusanos en sus diarios, con
sus coartadas patentando desde la presidencia al ilegal, legal, y a la Ley,
centuriones, jueces al eco de sus pregones, engaños, cepos y cuñas, vertiendo
datos falsos sobre la carnicería genocida de Gaza, bombardeos y matanzas,
en dedo erecto de balas al boom del yanquisionismo contra Oriente Medio: no les
ha sido suficiente someter desde 1948 Palestina: Gaza sobre la diana: Gaza en
el corazón del mundo: ¡Gaza resiste! Palestina, resiste! Siria existe!
Siria resiste!
Aisha Al-Debs, nombrada directora para Asuntos de la Mujer
por la cúpula terrorista de Al-Qaeda y CIA, es la cara más despótica, siniestra
y fatídica que podían esperar las mujeres sirias con esta ultraintegrista, la
mujer en Siria, volverá a las cavernas: <<La base de la Constitución
Siria será la Ley islámica (sharía). No daré paso a quienes discrepen conmigo
en asuntos de la mujer. Las mujeres no deben sobrepasar su naturaleza esencial
(la creada por Dios). Deben cuidar de sí mismas, cuidar de sus familias y
cuidar de sus maridos. Dibujamos nuestro propio modelo para las mujeres y vamos
a aplicarlo. No se permitirá que las mujeres trabajen en la judicatura ni en
otros ámbitos. No nos importa lo que opine y piense la comunidad
internacional>>.
Un colofón de Maite Campillo
Una joven periodista palestina ha sido asesinada, y no por
el colono sionista que lleva más de 200 reporteros asesinados, sino por el
gobierno de la ANP (Autoridad Nacional Palestina) del degradado
colaboracionista presidente Mahmud Abás. El doctor Abu Safiya, director del
hospital Kamal Adwan del norte de Gaza, desafió en la calle llena de escombros
y tanques, con su bata blanca y material médico, armas de salud y vida a
ahuyentar la muerte y representar la dignidad de su pueblo, su resistencia
martirizada… se dirigió hacia los tanques del colono sionista que había
destruido el hospital, asesinado a sanitarios, pacientes, y a su propio hijo de
16 años. El colono asesino lo detuvo y encarceló en una prisión de tortura y
exterminio: al sable del coronel, al alacrán y ciempiés, al veneno y al puñal,
al diente de la serpiente, al Pentágono y la Casa Blanca… ¡Cierra la muralla!
Una muralla que vaya desde la playa hasta el monte, desde el monte hasta la
playa, allá sobre el horizonte…
Privatizar
Siria
2 de enero de 2025
El Viejo Topo
Kit Klarenberg para MintPress News/ADDHEE.ONG:
Después del abrupto colapso del gobierno sirio, persisten
muchas incertidumbres sobre el futuro del país, incluyendo si podrá sobrevivir
como un estado unitario o si se dividirá́ en estados más pequeños, como le
ocurrió a Yugoslavia balcanizada por
el genocida imperialismo estadounidense y su testaferra la Unión Europea/OTAN a
principios de los años 90, una medida que finalmente llevó a una sangrienta
intervención de la OTAN. Además, quién o qué tomará el poder en Damasco
(1) sigue siendo una cuestión abierta. Al menos por el momento, los miembros
de la organización ultra extremista Hayat Tahrir al-Sham (HTS) parecen tener
muy buenas posibilidades de ocupar puestos clave en cualquier estructura
administrativa que surja tras el derrocamiento de Bashar Assad, después de una
década y la mitad de los intentos de cambio de régimen (2) patrocinados por
Occidente/USA/Unión Europea/OTAN, Israel, Turquia.
Como informó Reuters el 12 de diciembre, HTS ya está
“imprimiendo su autoridad al Estado sirio tan rápidamente como tomó el país,
desplegando policías, instalando un gobierno interino y reuniéndose con
enviados extranjeros”.
Mientras tanto, sus burócratas – “que hasta la semana pasada dirigían una
administración islamista en un rincón remoto del noroeste de Siria” – se han trasladado en
masa “a la sede
del gobierno en Damasco”.
Mohammed Bashir, jefe del “gobierno
regional” del HTS en Idlib, ocupada por los extremistas, ha sido nombrado
“primer ministro interino” del país.
Sin embargo, a pesar del caos y la precariedad de la Siria
post-Assad, una cosa parece segura: el país eventualmente estará abierto a la
explotación económica occidental/Estados Unidos, Unión Europea,
Inglaterra, Francia Japón e Israel..
Según múltiples informes (3), el HTS ha informado a
líderes empresariales locales e internacionales que “adoptará un modelo de
libre mercado e integrará al país a la economía global hegemonica, en
un cambio importante tras décadas de control estatal corrupto”.
Como explica Alexander McKay (4), del Instituto Marx Engels
Lenin, a MintPress News, las partes de la economía siria controladas por el
Estado pueden haber estado bajo Assad, pero no eran corruptas. En su opinión,
una característica sorprendente de los continuos ataques a la infraestructura
siria por parte de fuerzas dentro y fuera del país es que los lugares
económicos e industriales son un objetivo recurrente. Además, el posible
gobierno dominado por el HTS no ha hecho nada para contrarrestar estos ataques,
mientras que “asegurar activos económicos clave será fundamental para la
reconstrucción de la sociedad y, por lo tanto, una cuestión prioritaria”:
“Podemos ver claramente qué tipo de país pretenden
construir estos “rebeldes moderados”.
Fuerzas como el HTS están aliadas con el imperialismo genocida
estadounidense y su enfoque económico reflejará esto. Antes de la guerra por
poderes, el gobierno adoptó un enfoque económico que mezclaba propiedad
pública y elementos de mercado. La intervención estatal ha permitido un grado
de independencia política [del que] carecen otras naciones de la región. La
administración de Assad entendió que sin una base industrial, es imposible
ser soberano. El nuevo enfoque de «libre mercado» verá todo esto completamente
diezmado«.
‘PROYECTO DE RECONSTRUCCIÓN’
La independencia económica y la fortaleza de Siria bajo el
gobierno de Assad y los beneficios logrados como resultado por los ciudadanos
promedio nunca fueron reconocidos en la corriente principal antes o durante la
guerra por poderes que duró una década. Sin embargo, innumerables informes de
las principales instituciones internacionales resaltan esta realidad, que ahora
ha sido brutalmente destruida para no volver jamás. Por ejemplo, un documento
de la Organización Mundial de la Salud de abril de 2015 (5) señaló que
Damasco “tenía uno de los sistemas de salud mejor desarrollados del mundo
árabe”.
Según una investigación de las Naciones Unidas de 2018
(6), la “atención médica universal y gratuita” se extendió a todos los
ciudadanos sirios, que “disfrutaron
de algunos de los niveles más altos de atención en la región”. La educación
también era gratuita, y antes del conflicto (7), “se estima que el 97% de los niños sirios en edad
escolar asistían a clases y la tasa de alfabetización de Siria era superior
al 90% tanto para hombres como para mujeres”. En 2016 (8), millones de personas
no iban a la escuela.
Dos años más tarde (9), un informe del Consejo de Derechos
Humanos de las Naciones Unidas explicó que antes de la guerra, Siria “era el
único país en la región de Medio Oriente que era autosuficiente en la
producción de alimentos”,
con un “sector
agrícola próspero”
que aportaba “alrededor
del 21% al PIB para el período 2006-2011”. La ingesta calórica diaria de los
civiles «era
igual a la de muchos países occidentales», y los precios se mantenían asequibles gracias a
las subvenciones estatales. Mientras tanto, la economía del país fue «una de las de mejor
desempeño de la región, con una tasa de crecimiento promedio del 4,6%»
anual”.
En el momento de redactar este informe, Damasco se había
visto obligado a depender en gran medida de las importaciones debido a las
sanciones occidentales/USA/Unión Europea/OTAN en muchos sectores e, incluso
entonces, apenas podía comprar ni vender nada, ya que las medidas equivalían
a un embargo en toda regla (10). Al mismo tiempo, la ocupación militar
estadounidense de un tercio de Siria rico en recursos (11) ha impedido que el
gobierno acceda a sus reservas de petróleo y cereales. La situación
empeoraría (12) con la aprobación de la Ley César de Protección Civil de
Siria en junio de 2020 (13).
Bajo sus auspicios, se prohibió, y sigue estando prohibida,
la venta o el comercio de un gran volumen de bienes y servicios en todos los
campos imaginables a cualquier ciudadano o entidad sirio. Los términos de la
ley (14) establecen explícitamente que su objetivo principal es impedir los
intentos de reconstruir Siria. Un pasaje describe abiertamente “una estrategia
para disuadir a personas extranjeras de firmar contratos relacionados con la
reconstrucción”.
Inmediatamente después de su entrada en vigor, el valor de
la libra siria cayó aún más, provocando que el coste de la vida se
disparara. En un abrir y cerrar de ojos, casi toda la población del país
apenas podía cubrir las necesidades básicas. Incluso fuentes tradicionales
(15), habitualmente partidarias de la beligerancia hacia Damasco, han advertido
de una crisis humanitaria inevitablemente inminente. Sin embargo, estas
advertencias no preocuparon ni desanimaron a Washington. James Jeffrey, jefe de
la política siria del Departamento de Estado, acogió con especial
satisfacción (16) estos acontecimientos.
Al mismo tiempo, como
Jeffrey admitió más tarde a PBS (17), Estados Unidos mantenía frecuentes
comunicaciones encubiertas con el HTS, al que ayudó activa, aunque
“indirectamente”, debido a la designación del grupo como entidad terrorista
por parte del Departamento de Estado. Esto se produjo tras acercamientos
directos a Washington por parte de sus líderes, incluido Abu Mohammed Jolani,
ex jefe de Al- Nusra, filial de Al Qaeda. “Queremos ser tus amigos. No somos
terroristas. Sólo estamos luchando contra Assad”,
afirmó el HTS.
Teniendo en cuenta estos contactos, puede que no sea una
coincidencia que en julio de 2022 (18) Jolani publicara una serie de
comunicaciones sobre los planes del HTS para la Siria del futuro, que contienen
varios pasajes en los que las finanzas y la industria ocupan un lugar
destacado. Presagiando directamente la reciente promesa del grupo de «adoptar
el modelo de libre mercado», el extremista asesino en masa habló de su deseo
de «abrir los
mercados locales a la economía global».
Muchos pasajes parecen haber sido escritos por representantes del Fondo
Monetario Internacional.
Casualmente, desde 1984 Siria rechazó (19) los préstamos
del FMI, un instrumento clave con el que el imperio genocida
estadounidense mantiene el sistema capitalista global/hegemónica y
domina el Sur Global, asegurando que los países “pobres” sigan bajo su
control. La Organización Mundial del Comercio, de la que Damasco no es miembro
(20), desempeña un papel similar (21). Unirse a ambos ayudaría a consolidar
el «modelo de
libre mercado»
respaldado por el HTS. Después de más de una década de ruina económica
deliberada y sistemática, el analista de riesgos geopolíticos Firas Modad le
dice a MintPress News:
“No tienen otra opción. Necesitan el apoyo de Turquía y
Qatar, por lo que tendrán que liberalizar. No tienen capital. El país está
en ruinas y necesitan desesperadamente inversiones. Además, esperan que la
liberalización atraiga algún interés saudí, emiratí o egipcio. Es
imposible que Siria se reconstruya con sus propios recursos. La guerra civil
podría comenzar de nuevo. Están actuando por necesidad«.
‘TERAPIA DE SHOCK’: la balcanización de Siria
En el largo desmantelamiento político y económico de
Siria, hay ecos inquietantes de la destrucción de Yugoslavia por el imperio genocida
estadounidense a lo largo de los años noventa. En esa década, la
desintegración de la federación socialista multiétnica produjo amargas
guerras de independencia en Bosnia, Croacia y Eslovenia, alentadas,
financiadas, armadas y continuadas en cada etapa (22) por las potencias
occidentales. La percibida centralidad de Belgrado en estos conflictos brutales
y su supuesta complicidad y patrocinio de horribles crímenes de guerra
llevaron al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a imponer sanciones a
lo que quedaba del país en mayo de 1992.
Las medidas fueron las más duras jamás impuestas (23) en
la historia de las Naciones Unidas. En un momento dado, después de producir
una inflación de 5,578 quintillones por ciento (24), el abuso de drogas, el
alcoholismo, las muertes evitables y los suicidios se dispararon (25) mientras
la escasez de bienes, incluida el agua, era permanente. La alguna vez próspera
industria independiente de Yugoslavia (26) quedó paralizada (27) y su
capacidad para producir incluso medicamentos de uso diario (28) era prácticamente
inexistente. En febrero de 1993, la CIA evaluó (29) que el ciudadano medio se
había «acostumbrado a escaseces periódicas, largas colas en las tiendas,
hogares fríos en invierno y restricciones de electricidad».
Años más tarde, al examinar el desastre, Asuntos
Exteriores señaló que las sanciones contra Yugoslavia demostraban cómo (30)
“en cuestión de meses o años, economías enteras pueden quedar devastadas”, y tales medidas
pueden servir como “armas
de destrucción masiva”
particularmente letales contra las poblaciones civiles de los países objetivo.
Sin embargo, a pesar de la desolación y la miseria, durante todo este período
Belgrado se resistió a la privatización (31), a entregar la propiedad de su
industria a extranjeros o saquear sus vastos recursos. La gran mayoría de la
economía de Yugoslavia siguió siendo propiedad del Estado o de los
trabajadores.
Yugoslavia no era miembro del Fondo Monetario Internacional,
el Banco Mundial ni la Organización Mundial del Comercio, y esto ayudó a
aislar al país de la depredación económica. En 1998, sin embargo, las autoridades comenzaron a librar una intensa
contrainsurgencia contra el Ejército de Liberación de Kosovo (32), una
milicia extremista vinculada a Al Qaeda y financiada y armada por la CIA y el
MI6. Esto proporcionó al Imperio estadounidense un pretexto para terminar
finalmente la tarea de neutralizar lo que quedaba del sistema socialista del
país. Como admitió más tarde un funcionario de la administración Clinton (33):
«Fue la resistencia de Yugoslavia a tendencias más amplias
de reforma política y económica [en Europa del Este] -y no la difícil
situación de los albanokosovares- lo que mejor explica la guerra de la OTAN «.
De marzo a junio de 1999, la alianza militar bombardeó
Yugoslavia durante 78 días seguidos. Sin embargo, el ejército de Belgrado
casi nunca estuvo en la línea de fuego. En total, la OTAN destruyó
oficialmente (34) sólo 14 tanques yugoslavos, pero 372 plantas industriales
volaron en pedazos(35), dejando a cientos de miles de personas sin trabajo. La OTAN había recibido orientación
de empresas estadounidenses sobre qué sitios atacar (36), pero ni una sola
fábrica extranjera o privada fue atacada.
Los bombardeos de la OTAN sentaron las bases para la
destitución del líder yugoslavo Slobodan Milosevic mediante una revolución
de color (37) patrocinada por la CIA y el Fondo Nacional para la Democracia en
octubre del año siguiente. En su lugar, tomó el poder un gobierno
incondicionalmente pro occidental, asesorado por un colectivo de economistas
patrocinados por Estados Unidos. Su misión explícita era «crear un entorno
económico propicio para las inversiones privadas y de otro tipo»(38) en Belgrado.
Desde el momento en que asumieron el poder se implementaron devastadoras
medidas de “terapia de choque” (39), en detrimento adicional de una población
ya empobrecida .
En las décadas siguientes, los gobiernos respaldados por
Occidente en toda la ex Yugoslavia implementaron una serie interminable de
“reformas” neoliberales (40) para garantizar un entorno “favorable a los
inversores” (41) para los oligarcas ricos y las corporaciones occidentales. De
la mano, los bajos salarios y la falta de oportunidades laborales persisten o
empeoran a medida que aumenta el coste de la vida(42), produciendo una
despoblación masiva(43), entre otros efectos destructivos. Mientras tanto, los
funcionarios estadounidenses íntimamente involucrados en la desintegración del
país han tratado descaradamente de enriquecerse privatizando antiguas
industrias estatales (44).
‘REPRESIÓN INTERNA’
¿Damasco espera un destino similar? Para Pawel Wargan,
fundador del Green New Deal para Europa, la respuesta es un rotundo “sí”. Considera que la
historia del país es familiar «para
quienes estudian los mecanismos de la expansión imperialista». Una vez que sus
defensas estén completamente neutralizadas, predice que las industrias del
país serán «compradas a precios bajísimos como parte de las ‘reformas’ del mercado, que
transfieren otra porción de la riqueza de la humanidad a las corporaciones
occidentales»:
“Hemos sido testigos de la coreografía bien ensayada del
cambio de régimen imperialista: un ‘tirano’ es derrocado; los
partidarios de la soberanía nacional son reprimidos sistemática y ferozmente
con una violencia tremenda pero oculta; los bienes del país se dividen en
pedazos y se venden al mejor postor; se eliminan las protecciones laborales;
las vidas humanas se ven truncadas. Las formas más depredadoras de capitalismo
global hegemónico echan raíces en cada grieta y poro que emerge del
colapso del Estado. Éste es el programa de políticas de ajuste estructural
aplicado por el Banco Mundial y el FMI.»
Alexander McKay se hace eco del análisis de Wargan. Ahora
“libre”, Siria se verá forzada a ser “cada
vez más dependiente de las importaciones de Occidente”. Esto no sólo aumenta
las ganancias del Imperio genocida estadounidense, sino que «también limita
severamente la libertad de cualquier gobierno sirio para actuar con un cierto
grado de independencia».
Luego señala que se han llevado a cabo esfuerzos similares a lo largo de la
era de unipolaridad estadounidense posterior a 1989. En Rusia ya estaba en
marcha durante la década de 1990 “hasta el lento cambio en la política que
comenzó a principios de la década de 2000 bajo Putin”:
“El objetivo es reducir a Siria al mismo estatus que el
Líbano, con una economía controlada por fuerzas imperiales, un ejército
utilizado principalmente para la represión interna y una economía que ya no
es capaz de producir nada, sino sólo de actuar como mercado para bienes
producidos en otros lugares y como lugar de extracción de recursos. Estados Unidos y sus aliados no quieren el
desarrollo independiente de la economía de ninguna nación. Debemos esperar
que el Pueblo Sirio pueda resistir este último acto de neocolonialismo«.
El
reordenamiento regional en Oriente Medio: ¡Balcanización de Siria!
Por Jorge González Márquez – Descifrando
la Guerra
El 27 de noviembre de 2024, el grupo armado islamista
conocido como Hayat Tharir al-Sham (HTS) comenzó una ofensiva contra el
Ejército Árabe Sirio (SAA) en el campo del oeste de Alepo. La ofensiva provocó
un inesperado colapso de las fuerzas progubernamentales que llevó a que tan
solo once días más tarde, el 8 de diciembre, las fuerzas opositoras irrumpieran
en Damasco dando lugar a la caída del gobierno de Bashar al-Asad. Fue un nuevo
capítulo del proceso acelerado de cambios en Oriente Medio.
La velocidad de vértigo de los acontecimientos –menos de 11
días para dar fin a una guerra de casi 14 años– ha pillado por sorpresa a
observadores y analistas internacionales que ahora tratan de adaptarse a la más
clara muestra de que estamos ante un nuevo Oriente Medio en el cual se ha
producido una reestructuración del equilibrio de poder.
La debilidad de al-Asad y la guerra de Gaza
La guerra civil siria es un conflicto complejo con numerosas
fases y etapas en el que la intervención de diversos actores internacionales ha
resultado clave. La muestra más clara de esto es que se puede afirmar, con
cierto grado de seguridad, que el gobierno de Bashar al-Asad sobrevivió a los
peores momentos de la contienda, y llegó a establecerse como la fuerza
dominante en dos terceras partes del país, gracias a la ayuda de las fuerzas de
tierra del Eje de la Resistencia –destaca el grupo libanés Hezbolá, que se
involucró en 2012– y a la Fuerza Aérea Rusa –que comenzó a intervenir en
2015–.
La situación regional de Hezbolá resulta clave para entender
los acontecimientos en Siria. No es casualidad que el colapso de las líneas
defensivas del Ejército Árabe Sirio y sus fuerzas aliadas llegara tan solo 24
horas después de la firma de un acuerdo de alto el fuego en Líbano entre las
Fuerzas de Defensa Israelíes (IDF) y el grupo libanés.
Hezbolá se ha estado enfrentando, a lo largo de 2023 y 2024,
a Israel en el marco de la conocida como Guerra de Sucot, o Guerra de Octubre,
en el que ha sido el mayor enfrentamiento hasta la fecha entre el Eje de la
Resistencia, alianza encabezada por Irán, y el Estado sionista. Esta guerra,
que comenzó el 7 de octubre de 2023, ha afectado a Israel, Líbano, Siria, los
Territorios Palestinos, Irán, Jordania, Irak y Yemen en distintos grados de
intensidad y relevancia.
El conflicto entre Israel e Irán –y sus aliados– ha sido una
de las principales dinámicas de Oriente Medio durante décadas y, concretamente,
la guerra de Siria ha servido como uno de los tableros de fondo para el
enfrentamiento entre ambos actores. Por un lado, Teherán ha utilizado su
intervención en la guerra, mediante el despliegue de asesores militares y
milicias chiíes en apoyo de al-Asad, para ganar mayor influencia sobre el país
y establecer una mayor presencia del Eje de la Resistencia sobre el terreno en
forma de bases logísticas y otras infraestructuras.
Por otro lado, Tel Aviv tiene una larga historia de
enemistad con Siria, centrada principalmente en torno a la cuestión de la
ocupación de los Altos del Golán. Durante el transcurso de la guerra civil,
Israel ha llevado a cabo una intensa campaña aérea contra las posiciones del
Eje de la Resistencia en Siria desde 2014, intensificada de forma notable a
raíz del estallido de la Guerra de Sucot.
La presencia de esta dinámica es la que provoca que la
derrota del Eje de la Resistencia en el conflicto de Sucot, tras la firma del
alto el fuego de Líbano, haya supuesto una ruptura del equilibrio de poder en
Siria que ha dado lugar, debido a la debilidad estructural del gobierno de
al-Asad y a sus numerosos problemas crónicos, al colapso del gobierno. Sin
embargo, los acontecimientos en Siria son probablemente la primera consecuencia
de un terremoto de escala regional. Pero, antes de hablar sobre las otras
posibles réplicas en Oriente Medio, volvamos a centrarnos en Siria.
El futuro de Siria
Volviendo sobre la Siria post-Asad, lo único que podemos
afirmar con certeza es que estamos ante un futuro incierto. Siria es un Estado
roto, plagado de milicias, en el que el sectarismo y el conflicto interétnico
han envenenado las relaciones entre los distintos grupos étnicos y religiosos.
El estado de la economía siria es uno de los más dramáticos del planeta. Estas son
una serie de realidades a las que Damasco, sin importar quien esté al mando, ha
tenido, tiene y tendrá que enfrentarse.
Son muchas las incógnitas sobre cómo será el Estado sirio
tras esta transición y significativas las dudas entre la población. El carácter
islamista de las fuerzas que controlan Damasco, pese a que se hayan revestido
de una cobertura tecnocrática, no se le escapa a nadie. Sin embargo, muchas de
estas preguntas parecen destinadas a permanecer sin respuesta durante un largo
tiempo, ya que el nuevo gobierno sirio ha anunciado que el proceso de redacción
de una Constitución se prolongará tres años, mientras que la convocatoria de
elecciones podría demorarse hasta cuatro.
Sin embargo, hay algunas cuestiones que no pueden esperar
tanto. Dos de las preguntas más acuciantes, debido a sus posibles consecuencias
regionales, son ¿qué ocurrirá con la Administración Autónoma del Norte y Este
de Siria (AANES)? ¿Y con las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF)?
La coalición del noreste de Siria, apoyada por Estados
Unidos, se encuentra en una posición muy complicada tras la caída de al-Asad.
Las SDF habían alcanzado una suerte de modus vivendi con al-Asad, por mediación
de Rusia, que, si bien nunca había llegado a materializarse en conversaciones
serias sobre su reintegración en el Estado sirio, sí que permitían la
coexistencia. Sin embargo, ocurre todo lo contrario con la relación de las SDF
con uno de los principales vencedores de la toma de Damasco: el Ejército
Nacional Sirio (SNA).
El Ejército Nacional Sirio es una coalición de grupos
armados financiada, entrenada y, en buena medida, controlada por Turquía. El
gobierno turco ha utilizado al SNA como agente subsidiario, o proxy, para
actuar indirectamente sobre el terreno en Siria en busca de alcanzar diversos
objetivos alineados con sus intereses nacionales. Entre ellos destaca impedir
el establecimiento de territorio controlado por fuerzas kurdas afines al
Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). Y dichas fuerzas kurdas afines
al PKK, al menos desde la perspectiva de Turquía, son la columna vertebral de
las Fuerzas Democráticas Sirias.
Turquía, como principal ganadora internacional del cambio de
liderazgo en Damasco, se siente reforzada a la hora de exigir medidas acordes
con su agenda en Oriente Medio. Los combates entre las SDF y el SNA ocurridos
en Tall Rifat y en Manbij han dado paso a una tentativa de ofensiva a través
del Río Éufrates en dirección a los principales bastiones kurdos, como Kobane,
que por el momento está congelada por un frágil alto el fuego mediado por
Estados Unidos.
Sin embargo, Ankara continúa haciendo preparativos y el
nuevo gobierno de Damasco se ha comprometido a atender a sus preocupaciones en
materia de seguridad nacional y a no permitir que ningún grupo armado continúe
existiendo fuera de las estructuras del Estado. Las SDF, por su parte, han
pedido a Rusia que medie para normalizar la situación con Turquía, pero también
han declarado que lucharán hasta el final si este proceso fracasa.
Otra cuestión acuciante la encontramos en la esquina opuesta
del país. Tras la caída del gobierno de al-Asad, el primer ministro israelí,
Benjamin Netanyahu, anunció la ruptura del Acuerdo de Separación de Fuerzas de
1974 y la expansión de la presencia israelí de los Altos del Golán ocupados a
otras posiciones en el sur de Siria para el establecimiento de lo que, días más
tarde, el ministro de Defensa israelí denominaría como una “zona militar
estéril”.
Al mismo tiempo, la Fuerza Aérea israelí comenzó a llevar a
cabo una campaña masiva de ataques aéreos en Siria con el objetivo de destruir
las defensas antiaéreas, misiles, drones, fuerza aérea, flota y depósitos de
municiones del ejército sirio, alcanzando centenares de objetivos en pocos
días.
La respuesta a las acciones israelíes es, por lo tanto, otra
de esas preguntas acuciantes que deben ser respondidas en el futuro inmediato
para evitar que el conflicto sirio vuelva a escalar en intensidad en 2025. Sin
embargo, no solo Siria se enfrenta a esta incertidumbre ante el cambio en el equilibrio
de poderes regional.
Hacia un reordenamiento en Oriente Medio: ¡Balcanización
de Siria!
Hasta el momento hemos hablado de lo que ya ha ocurrido,
pero tanto o más importante será aquello que está por venir, El reordenamiento
regional fruto del resultado de la Guerra de Sucot va a tener consecuencias en
todo Oriente Medio y, para concluir este artículo, estableceremos algunos
escenarios y tendencias que resultarán clave en el futuro próximo.
Yemen, el centro del tablero
El movimiento Ansarullah de Yemen, más conocido como los
houthis o hutíes, ha ido obteniendo un creciente protagonismo en Oriente Medio
con la evolución de la Guerra de Sucot. El bloqueo del mar Rojo es una de las
grandes preocupaciones internacionales, con sendas coaliciones encabezadas por
la Unión Europea y Estados Unidos para tratar de limitar sus efectos. Además,
los ataques con misiles balísticos contra Israel, que han ido mejorando en
precisión con el tiempo, continúan haciendo saltar las alarmas antiaéreas todas
las semanas.
La aviación israelí ha lanzado múltiples ataques en 2024,
centrados en el puerto de Al-Hudeidah y en Saná, la capital, y destinados a
disminuir las capacidades de los hutíes al igual que lo han hecho Estados
Unidos y Reino Unido sin mucho éxito. En este sentido, Israel, más
concretamente Israel Katz, ha amenazado con convertir Yemen en otro “Gaza,
Líbano o Siria” y asesinar a los líderes del grupo “tal y como hicieron con
Haniyeh”.
Esta escalada, material y retórica, da un papel aún más
relevante a los hutíes de cara a 2025 y puede provocar la reactivación del
conflicto yemení con consecuencias imprevisibles, máxime teniendo en cuenta el
mayor interés mostrado por China o Rusia en el mismo.
Irán, hacia la crisis de régimen
La derrota de Irán en el Levante se suma a una crisis
económica, agravada por los ataques israelíes contra su infraestructura
energética, y a una crisis de identidad que se irá agravando según nos
acerquemos al momento de la muerte del actual Líder Supremo en los próximos
años. Esta policrisis o multicrisis puede tomar muchas formas, incluyendo la
reactivación del debate sobre la obtención de armamento nuclear, lo que también
hace más que probable un ataque aéreo israelí a gran escala o una nueva ola de
protestas masivas.
El ascenso de la luna llena turca
Si Irán es el gran perdedor, Turquía es el gran ganador en
Siria y el gobierno turco va a canjear toda la influencia ganada. Más allá de
“resolver” la cuestión de los kurdos sirios, que será la prioridad número uno
de Recep Tayyip Erdogan en 2025, veremos a Turquía firmar un gran número de
acuerdos estratégicos con el nuevo gobierno sirio y consolidar su posición en
la región.
Si sumamos a esto la creciente influencia en Irak, donde en
2024 se firmaron varios acuerdos económicos y de seguridad de gran importancia,
está claro que Turquía es ahora mismo la potencia en ascenso de Oriente Medio.
Esta creciente influencia, que desborda hacia África y Asia Central, pone a
Ankara en un rumbo de choque de intereses con otros países que podrían tener
consecuencias con intensidad variable.
El ascenso del islamismo suní
La victoria del islamismo en Siria ha puesto nerviosos a los
gobiernos de varios países de la región de Oriente Medio entre los que
destacan, sobre todo, Egipto y Emiratos Árabes Unidos. La lucha de Emiratos
Árabes Unidos contra el islamismo político durante la pasada década ya provocó
una suerte de Guerra Fría regional entre Dubái y Ankara en la que Egipto tuvo
un papel clave con el golpe de estado de Abdelfatah al-Sisi contra los Hermanos
Musulmanes en 2013.
Las relaciones entre Turquía, El Cairo y Dubái son mucho
mejores hoy en día, pero el temor a un efecto contagio que enardezca a los
islamistas en las capitales árabes, especialmente en Egipto, podría complicar
los vínculos en el futuro próximo. Al fin y al cabo, las promesas de al-Golani
de no querer expandir la revolución recuerdan a las que hiciera Mohammed Morsi
en 2012 tras su victoria en las elecciones.
Palestina, una caída interminable
La Guerra de Sucot continúa para las facciones palestinas,
mientras que las eternas negociaciones sobre los rehenes no terminan de dar
paso a un nuevo status quo. Los ministros israelíes, las organizaciones de
colonos y el ejército no debaten si habrá ocupación permanente y colonización
de Gaza, sino las características de esta. En los territorios de Cisjordania
también se debate el futuro de la Autoridad Palestina, cada vez más repudiada
por aquellos a quienes dice representar, y de las diferencias entre las zonas de
ocupación que podrían llegar a desaparecer en favor de los colonos
israelíes.
Libia, profundizando el giro africano de Rusia
La Federación de Rusia ha sido señalada como la segunda gran
derrotada de Siria y, si bien el futuro de las bases naval y aérea de la costa
siria aún es incierto, sí que parece probable que ambas serán cerradas en el
futuro. Las bases rusas en Siria, las únicas en el Mediterráneo, estaban siendo
utilizadas por Moscú como punto de salto hacia África, donde, en los últimos
años, ha incrementado significativamente su presencia e influencia
principalmente a través del despliegue de fuerzas paramilitares. Uno de los
países donde más se ha hecho notar esta presencia es Libia.
El país norteafricano, cuyo territorio continúa dividido por
una guerra civil irresoluta, sirve a Rusia de puerta de entrada al continente
africano. Sus fuerzas paramilitares se encuentran desplegadas por todo el
territorio controlado por el Ejército Nacional Libio de Khalifa Haftar, con
quien delegados de Moscú se reúnen varias veces al año, y utilizan el mismo
para recibir y enviar material a los despliegues en República Centroafricana,
Mali o Níger, entre otros.
El traslado masivo de material de Siria a Libia, donde Moscú
busca abrir una base naval desde hace años, pone al país en el ojo del huracán
y podría provocar un desequilibrio de poder sobre el terreno que diese lugar a
su descongelación en el futuro próximo.
Lo subrayado/interpolado
es nuestro.
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