«Ni calco ni copia»: Dr. Ernesto Guevara de la Serna
en búsqueda de un nuevo socialismo latinoamericano
Por
Prof. Michael Löwy.
En
un artículo publicado en 1928, José Carlos Mariátegui - el verdadero fundador
del marxismo latino-americano - escribía las siguientes palabras: «No queremos,
ciertamente, que el socialismo sea en América latina calco y copia. Debe ser
creación heroica. Tenemos que dar vida, con nuestra propia realidad, en nuestro
propio lenguaje, al socialismo latino-americano. He aquí una misión digna de
una generación nueva". No fue escuchada su advertencia: en este mismo año
empezó el movimiento comunista latino-americano a caer bajo la influencia del
paradigma stalinista determinista, que impuso, durante casi medio siglo, el
calco y la copia de la ideología de la burocracia soviética y de su llamado
«socialismo real».
No
sabemos si el comandante Dr. Ernesto Guevara de la Serna conocía este texto de
Mariategui; posiblemente sí lo había leído, puesto que su compañera Hilda Gadea
le había prestado los escritos de Mariátegui, durante los años que precedieron
la Revolución Cubana. De todas las maneras se puede considerar que buena parte
de su reflexión y de su práctica política, sobre todo en los años 60, tenía
como objetivo salir del callejón sin salida a que llevaba la imitación servil
del modelo soviético y est-europeo. Sus ideas sobre la construcción del
socialismo son una tentativa de «creación heroica» de algo nuevo, la búsqueda –
interrumpida e inacabada – de un paradigma de socialismo distinto, y en muchos
aspectos radicalmente opuesto a la caricatura burocrática stalinista «realmente
existente».
De
1959 hasta 1967, el pensamiento del comandante Dr. Ernesto Guevara de la Serna
ha evolucionado mucho. Él se alejó cada vez más de las ilusiones iniciales
acerca del socialismo soviético y del estilo soviético - es decir, stalinista -
de la ciencia y la filosofía marxista.
En una carta del 1965 a un amigo cubano él critica duramente el «seguidismo
ideológico» que se manifiesta en Cuba por la edición de manuales soviéticos
para la enseñanza del marxismo. Estos manuales – que él llama «ladrillos soviéticos» - «tienen el inconveniente de no te dejar
pensar: el Partido ya lo hice por ti y tú lo debes digerir». Se percibe de
manera cada vez más explícita, sobretodo en sus escritos a partir del 1963, el
rechazo al «calco y copia» y la búsqueda de un modelo alternativo, la tentativa
de formular una otra vía al socialismo,
más radical, más igualitaria, más fraternal, más humana, más consecuente con
la ética marxista.
Su
asesinato en octubre del 1967 va a interrumpir un proceso de maduración
política y desarrollo intelectual autónomo. Su obra no es un sistema cerrado,
un planteamiento acabado que tiene respuesta para todo. Sobre muchas cuestiones
- la democracia en la planificación, la lucha contra la burocracia - su
reflexión es incompleta.
El
motor esencial de esta búsqueda de un nuevo camino – más allá de cuestiones
económicas específicas – es la convicción de que el socialismo no tiene sentido
– y no puede triunfar – si no representa un proyecto de civilización, una ética
social, un modelo de sociedad totalmente antagónico a los valores de
individualismo mezquino, de egoísmo feroz, de competencia, de guerra de todos
contra todos de la civilización determinista capitalista - este mundo en el
cual «el hombre es el lobo del hombre».
La
construcción del socialismo es inseparable de ciertos valores éticos,
contrariamente a lo que plantean las concepciones economicistas - de Stalin
hasta Kruschov y sus sucesores - que sólo consideran "el desarrollo de las
fuerzas productivas". En la famosa entrevista con el periodista Jean
Daniel (julio del 1963) el Dr. Guevara de la Serna planteaba, en lo que ya era
una crítica implícita al "socialismo real": "El socialismo
económico sin la moral marxista no me interesa. Luchamos contra la miseria,
pero al mismo tiempo contra la enajenación. (...) Si el marxismo pasa por alto
los hechos de conciencia, podrá ser un método de reparto, pero no es ya una
moral revolucionaria".
Si el socialismo pretende luchar
contra el capitalismo deterministas y vencerlo en sus proprio terreno, en el
terreno del productivismo y del consumismo, utilizando sus propias armas - la
forma mercantil, la competencia, el individualismo egoísta – está condenado al fracaso. No se puede decir que Guevara de la
Serna previó el derrumbe de la URSS, pero de alguna manera él tuvo la intuición
de que un sistema «socialista» que no tolera la divergencia, que no representa
nuevos valores, que trata de imitar su adversario, que no tiene otra ambición
que «alcanzar y superar» la producción de las metrópolis capitalistas, no tiene
futuro.
El
sur socialista marxista no alineado y la mundialización del Nuevo Orden
Mundial.
El socialismo para el Dr. Guevara
de la Serna era el proyecto histórico de una nueva sociedad, basada en valores
de igualdad, solidaridad, colectivismo, altruismo revolucionario, libre
discusión y participación popular. Tanto sus críticas – crecientes – al
«socialismo real» como su práctica como dirigente y su reflexión sobre la
experiencia cubana están inspirados por esta utopía -– en el sentido que le da
Ernst Bloch a este concepto – marxista.
Tres
aspectos traducen concretamente esta aspiración del comandante Dr. Guevara de
la Serna y su búsqueda de un nuevo camino: la discusión sobre los métodos de
gestión económica, la cuestión de la libre expresión de divergencias y la
perspectiva de la democracia socialista. El primero ocupaba, obviamente, el
lugar central en la reflexión del comandante Dr. Guevara de la Serna; los dos
otros - que están estrechamente interconectados- son mucho menos desarrollados,
con lagunas y contradicciones. Pero no dejan de estar presentes en sus
preocupaciones y en su práctica política.
1)Los
métodos de gestión económica
Se
trata de la célebre discusión del 1963-64 sobre varios aspectos de la
planificación, en confrontación con partidarios del modelo soviético – el
Ministro del Comercio Exterior Alberto Mora, el director del Instituto Nacional
de Reforma Agraria Carlos Rafael Rodríguez – sostenidos por el conocido
economista marxista francés, Charles Bettelheim. Los planteamientos de Dr.
Ernesto Guevara de la Serna– que recibieron el apoyo del economista marxista
belga (y dirigente de la IVa Internacional) Ernest Mandel – constituyen una
crítica radical – al principio implícita, después explícita – al «socialismo
real».
Los principales aspectos del
modelo est-europeo a que se oponía el Dr. Guevara de la Serna eran:
- La ley del valor como ley objetiva de las economías de transición al socialismo – tesis de Stalin defendida por Charles Bettelheim.
- La
mercancía como base del sistema productivo..
- La
competencia - entre empresas o entre trabajadores - como factor de incremento
de la productividad.
- Métodos
de incentivo y distribución más bien individuales que colectivos.
- Privilegios
económicos para los gerentes y administradores.
- Criterios
mercantiles en las relaciones económicas entre países socialistas.
En
su famoso "Discurso de Argel" (febrero del 1965) del comandante Dr.
Ernesto Guevara de la Serna llamaba a los países que se reclamaban del
socialismo a "liquidar su complicidad tácita con los países explotadores
del Occidente", que se traducía en las relaciones de intercambio desigual
que llevaban con los pueblos en lucha contra el imperialismo. Para el Dr.
Guevara de la Serna "no puede existir socialismo si en las conciencias no
se opera un cambio que provoque una nueva actitud fraternal frente a la Humanidad,
tanto de índole individual, en la sociedad que se construye o está construido
el socialismo, como de índole mundial en relación a todos los pueblos que
sufren la opresión imperialista"
Analizando
en su ensayo del marzo del 1965, El socialismo y el Ser Humano en Cuba los
modelos de construcción del socialismo vigentes en Europa oriental, el comandante
Dr. Guevara de la Serna rechazaba la concepción que pretendía "vencer al
capitalismo con sus propios fetiches": "Persiguiendo la quimera de
realizar el socialismo con la ayuda de las armas melladas que nos legara el
capitalismo determinista (la mercancía tomada como célula económica, la
rentabilidad, el interés material individual como palanca, etcétera), se puede
llegar a un callejón sin salida...Para construir el socialismo, simultáneamente
con la base material hay que hacer al Ser Humano nuevo".
Uno de los principales peligros
del modelo importado de los países del Este europeo es el incremento de la
desigualdad social y la formación de una capa privilegiada de tecnócratas y
burócratas: en este sistema de retribución "son los directores quienes
ganan cada vez más. Basta ver el último proyecto de la RDA, la importancia que
adquiere la gestión del director, o mejor, la retribución de la gestión del
director".
El
fondo del debate consistía en una confrontación entre una visión economicista –
la esfera económica como sistema autónomo, regido por sus propias leyes, como
la ley del valor o las leyes del mercado - y una concepción política del
socialismo , es decir la toma de decisiones económicas - las prioridades
productivas, los precios, etc. – según criterios sociales, éticos y políticos.
Las propuestas económicas del comandante
Dr. Guevara de la Serna – la planificación versus el mercado, el sistema
presupuestario de financiamiento, los incentivos colectivos o «morales» -
tenían como objetivo la búsqueda de un modelo de construcción del socialismo
fundamentado en estos criterios, y, por tanto, distinto del soviético
stalinista.
Hay
que añadir entretanto que el comandante Dr. Guevara de la Serna no logró tener
una idea clara de la naturaleza del sistema burocrático stalinista. Siguiendo –
en mi opinión – una pista equivocada, buscaba en la NEP, más bien que en el
Thermidor stalinista, la origen de los problemas y limitaciones de la
experiencia soviética.
2)
La libertad de discusión
Un
aspecto político importante de la discusión económica del 1963-64, que merece
ser subrayado, es el hecho mismo de la discusión. Es decir, el planteamiento de
que la expresión pública de desacuerdos es normal en el proceso de construcción
del socialismo. En otras palabras, la legitimación de un cierto pluralismo
democrático en la revolución.
Esta
problemática está sólo implícita en el debate económico. El comandante Dr.
Guevara de la Serna nunca la desarrolló de forma explícita o sistemática, y
sobre todo no la relacionó con la cuestión de la democracia en la
planificación. Pero su actitud, en varias ocasiones en el curso de los años 60,
es favorable a la libertad de discusión en el campo revolucionario, y al
respeto de la pluralidad de opiniones.
Un
ejemplo interesante es su comportamiento hacia los trotskistas cubanos, cuyos
análisis él no compartía para nada (los criticó duramente en varias ocasiones).
En 1961, en una entrevista con un intelectual de izquierda estadounidense,
Maurice Zeitlin, el comandante Dr. Guevara de la Serna denunció la destrucción
por la policía cubana de las placas de La Revolución Permanente de Trotsky como
un «error» y algo que «no debería haber sido hecho». Y años más tarde, poco
antes de dejar Cuba en 1965, logra sacar de la cárcel al dirigente trotskista
cubano Roberto Acosta Echevarria, al cual declara, al despedirse con un abrazo
fraternal: «Acosta, las ideas no se
matan a palos».
El ejemplo más tajante es su
respuesta - en un informe de 1964 a sus compañeros del Ministerio de la
Industria - a la crítica de "trotskismo" que le echaran algunos
soviéticos:
"A este respecto, creo que o poseemos la capacidad de destruir con
argumentos la opinión contraria o debemos dejarla expresarse...No es posible destruir una opinión con la
fuerza, porque ello bloquea todo desarrollo libre de la inteligencia. También
del pensamiento de Trotsky se puede tomar una serie de cosas, incluso si, como
creo, se equivocó en sus conceptos fundamentales, y si su acción ulterior fue
errónea...".
Tal
vez no sea por casualidad que la defensa más explícita de la libertad de
expresión y la crítica más directa del comandante Dr. Guevara de la Serna al
autoritarismo determinista stalinista se manifiesta en el terreno del arte. En
su conocido ensayo El socialismo y el Ser Humano Integral en Cuba (1965)
denuncia el «realismo socialista» de factura soviética como la imposición de
una sola forma de arte - la «que entienden los funcionarios». Con este método,
subraya, se «anula la auténtica investigación artística», y se pone una
verdadera «camisa de fuerza a la expresión artística».
3)
La Democracia socialista y la pedagogía emancipadora, es la autoeducación de
los pueblos por su practica revolucionaria
Aunque
el comandante Dr. Guevara de la serna nunca llegó a elaborar una teoría acabada
sobre el papel de la Democracia en la transición socialista – tal vez la
principal laguna de su obra - rechazaba las concepciones autoritarias y
dictatoriales que tanto daño hicieron al socialismo en el siglo XX. A los que
pretenden, desde arriba, "educar al pueblo" - falsa doctrina ya
criticada por Marx en las "Tesis sobre Feuerbach" ("¿quién educa
al educador?") - el comandante Dr. Guevara de la Sena contestaba, en un
discurso del 1960: "La primera receta para educar al Pueblo...es hacerlo
entrar en revolución. Nunca pretendan educar a un pueblo, para que, por medio
de la educación solamente, y con un gobierno despótico encima, aprenda a
conquistar sus derechos. Enséñele, primero que nada, a conquistar sus derechos,
y ese pueblo, cuando esté representado en el gobierno, aprenderá todo lo que se
enseñe, y mucho más: será el maestro de todos sin ningún esfuerzo". En
otras palabras: la sola pedagogía emancipadora es la auto- educación de los pueblos por su propia práctica revolucionaria
- o, como lo planteaba Marx en la
Ideología Alemana, "en la actividad revolucionaria, el cambio de sí mismo
coincide con la modificación de las condiciones". En el mismo sentido
van unas notas críticas de 1966 a un manual de economía política soviético, que
contienen esta formulación política precisa y tajante: «El tremendo crimen histórico de Stalin» fue «el haber despreciado la
educación marxista e instituido el culto irrestricto a la autoridad».
El
principal límite es la insuficiencia de su reflexión sobre la relación entre
democracia y planificación. Sus argumentos en defensa de la planificación y en
contra de las categorías mercantiles son muy importantes y ganan una nueva
actualidad delante de la vulgata capitalista salvaje globalizado que domina
hoy, con su «fundamentalismo religioso del mercado». Pero dejan a un lado la
cuestión política clave: ¿Quién planifica? ¿Quién decide las grandes opciones
del plan económico? ¿Quién determina las
prioridades de la producción y del consumo? Sin una verdadera democracia – es
decir sin: a) pluralismo político; b) libre discusión de las prioridades y c)
libre opción de la población entre las diversas proposiciones y plataformas
económicas propuestas - la planificación se transforma inevitablemente en un
sistema burocrático, autoritario e ineficaz de «dictadura sobre las
necesidades», como lo demuestra abundantemente la historia de la ex-URSS.
En otras palabras: los problemas económicos de la transición al socialismo son
inseparables de la naturaleza del sistema político. La experiencia cubana de
los últimos treinta años revela, también ella, las consecuencias negativas de
la ausencia de instituciones democrático/socialistas – aun si Cuba logró evitar
las peores aberraciones burocráticas y totalitarias de los otros Estados del
llamado «socialismo real».
Este
debate tiene que ver, por supuesto, con el problema de las instituciones de la
revolución. El comandante Guevara de la Serna rechaza la democracia burguesa,
pero – a pesar de su sensibilidad anti-burocrática e igualitaria - está lejos
de tener una visión clara de la democracia Socialista. En El socialismo y el
hombre en Cuba el autor reconoce que el Estado revolucionario puede
equivocarse, provocando una reacción negativa de las gentes que les obliga a
rectificar (el ejemplo que cita es la política sectaria del Partido bajo el
liderazgo de Aníbal Escalante en 1961-62). Pero, reconoce, «es evidente que el
mecanismo no basta para asegurar una sucesión de medidas sensatas y que falta
una conexión más estructurada con las gentes». En un primer momento, él parece
encontrar una solución en una vaga «interrelación dialéctica» entre los
dirigentes y las gentes. Entretanto, algunas páginas adelante confiesa que el
problema está lejos de haber encontrado una solución adecuada, permitiendo un
control democrático efectivo: «Esta institucionalidad de la Revolución todavía
no se ha logrado. Buscamos algo nuevo (...). "
Sabemos
que en los últimos dos años de su vida del comandante Dr. Ernesto Guevara de la
Serna avanzó mucho en su toma de distancia hacia el paradigma soviético
stalinista determinista, en su rechazo del «calco y copia» del «socialismo
real». Pero una buena parte de sus últimos escritos queda aún inédita, por
razones inexplicables. Entre estos
documentos se encuentra una crítica radical al Manual de Economía Política de
la Academia de Ciencias de la URSS, redactada en 1966. En un artículo
publicado en 1996, Carlos Tablada - autor de un libro importante sobre el
pensamiento económico del Dr. Guevara de la Serna – cita algunos párrafos de
este documento, al cual tuvo acceso (pero no la autorización de publicarlo
integralmente). Uno de ellos es muy
interesante, porque demuestra que en sus últimas reflexiones políticas del
comandante Guevara de la Serna se acercaba a la idea de una Democracia Socialista,
de una planificación democrática en la que sea el pueblo mismo, los
trabajadores, «las gentes» (para utilizar su terminología), los que tomen las
grandes decisiones económicas:
«En
contradicción con una concepción del plan como decisión económica de las gentes
conscientes de los intereses populares, se ofrece un placebo, en el cual sólo
los elementos económicos deciden del destino colectivo. Es un procedimiento
mecanicista, anti-marxista. Las gentes deben de tener la posibilidad de dirigir
su destino, de decidir cuál es la parte de la producción que irá a la
acumulación y cual será consumida. La técnica económica debe operar en los
límites de estas indicaciones y la consciencia de las gentes debe asegurar su
implementación.»
El
nuevo Socialismo Revolucionario latinoamericano
Las
balas de los asesinos de la CIA y de sus bastardos testaferros bolivianos
interrumpieron en octubre del 1967 este trabajo de «creación heroica» de un
nuevo socialismo revolucionario latinoamericano, a partir de la aplicación
consecuente de la filosofía y la ciencia marxista.
(Ponencia
presentada a la Conferencia anual de la Fundación Ernesto Guevara de la Serna,
Italia, junio 2001)
(*)
Michael Löwy fue miembro del Comité Académico Internacional de la Cátedra Libre
Ernesto Guevar de la Serna de la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo.
Entre muchos otros libros, es autor de El pensamiento del Dr. Guevara de la Serna [1971] y de El marxismo
en América Latina [1982].
Asunto:
Comandante Dr. Ernesto Guevara de la
Serna, Sacerdote Camilo Torres Restrepo: "Presentes, ahora y siempre"
Valparaíso 9 de Octubre del 2025.
Estimados
amigos asociados:
"Frente
a la mentira generalizada, reaccionaria, enajenante del imperialismo yanqui
globalizado- la tiranía más despótica, terrorista degenerada y desalmada de la
celestina universal/el dólar -, la verdad revolucionaria del comandante Dr.
Ernesto Guevara de la Serna y del Sacerdote Camilo Torres Restrepo: La
liberación del Continente Latinoamericano en el marco de la unidad
cristiano-marxista socialista"*
Es
esencial e indispensable destacar cada día la importancia revolucionaria del
comandante Dr. Ernesto Guevara de la Serna y del sacerdote Camilo Torres
Restrepo, frente a la tragedia que tiene sometido el Nuevo Orden Mundial
capitalista determinista, las piedras guías de Georgia/USA, a la Humanidad en
general y a la Patria Continente América Latina – su “patio trasero”-, en
particular: Ambos revolucionarios constituyen un modelo de unidad libertaria,
cristiano-marxista/ socialista que ningún revolucionario puede desconocer, en
el marco de la Teología de la Liberación de la que el sacerdote Torres Restrepo
es su principal artífice y la ideología revolucionaria Martiniana, de la
Revolución Cubana de la cual el comandante Dr. Guevara de la Serna es su más fiel
defensor. Las características de esta unidad revolucionaria libertaria, tiene
como objetivo la construcción de la Patria Continente América Latina y el
Caribe, democrática, digna, justa, soberana, culta, solidaria y
antiimperialista. Precisamente, en la última parte de lucha de liberación
guerrillera, es cuando dan vida a su legado libertario: "todo ser humano que lucha con las armas en
la mano por la libertad de su Pueblo, merece y recibe el honroso título de
revolucionario, independiente del lugar donde haya nacido". Así,
interpretaban el auténtico internacionalismo revolucionario ambos líderes
guerrilleros latinoamericanos. Lo continuaban así: “Sólo es patriota el que ama a sus
compatriotas, los educa, los alienta, los dignifica, los honra, en resumen, el
que lucha por el bienestar de su Pueblo, sacrificándose por emanciparlo de
todos los yugos, especialmente del Capital buitre foráneo y de su testaferra
oligarquía/ empresarial farisea apátrida. Nadie tiene derecho de invocar la
Patria mientras no pruebe que ha contribuido con obra a honrarla y
engrandecerla”...
Al
comandante Dr. Ernesto Guevara de la Serna y al sacerdote guerrillero Camilo
Torres Restrepo, los asesinaron el perverso y criminal imperialismo yanqui, a
través de la CIA y sus cómplices: sus
testaferras oligarquías apátridas, fariseas y las corruptas taifas
castrenses. Acabaron con sus vidas físicamente pero no les impidieron entrar en
la historia, "esa que hacen los Pueblos", con sus líderes
consecuentes en defensa de sus ideales más puros y con la fe puesta en la
consecución de sus metas más nobles...
El
sacerdote revolucionario Camilo Torres Restrepo y el comandante Dr. Guevara de
la Serna, son objetos de permanente evocación de los Pueblos de la Patria
Continente América Latina y el Caribe, porque dieron vida a una señal precisa e
importantísima e indeleble a la Revolución Latinoamericana: La unidad
cristiano-marxista/socialista en la lucha por la liberación del Continente
Americano.
Por el Sur Socialista y marxista, no alineado y la
mundialización del Nuevo Orden Mundial
Ninguna
convergencia histórica parece más natural que la Patria Continente América
latina y el Caribe, desde Rio Bravo a la Antártida, esta posibilidad histórica
merece convertirse en ideal común, pues son comunes a todos los Pueblos, las
esperanzas de progreso y los peligros de vasallaje. Hora es de repetir que, sí
no llegara a cumplirse tal destino sería inevitable su colonización por el
imperialismo yanqui globalizado con la complicidad criminal de su testaferra
clase oligarca empresaria farisea y la taifa castrense corrupta, cautivadas por
la diplomacia del dólar.
Con
esperanza y memoria, “Luchar es vivir, y la seguridad que más temprano que
tarde se abrirán las grandes alamedas para construir la patria socialista donde
seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres”…
Certificó:
Prof. Moreno Peralta / IWA
Secretario
Ejecutivo ADDHEE.ONG
(*)
Seminario Superior/ Licenciatura: "La Violencia de América Latina",
Prof. Guía Dr. Antonni Mirabet i Mullol. Estudiantes Juan Gallardo Osorio,
Galvarino Jaramillo Pflucker y Hugo Moreno Peralta. Universidad del Norte
Chile/ Antofagasta 1969. Desparecida por la infausta y criminal dictadura
fascista cívico militar.


No hay comentarios:
Publicar un comentario