El plan de paz de Trump para Gaza muestra su doble juego en Oriente Medio y su subordinación a Israel
Por
Juan Antonio Sanz/escritor, periodista y analista internacional/ADDHEE.ONG:
Trump siembra la confusión con su
plan para Gaza: dice a los líderes árabes que Israel no ocupará la Franja y
Cisjordania, al tiempo que apoya el dominio israelí de Palestina.
Una vez más, el presidente estadounidense, Donald
Trump, recurre al caos para tapar las profundas brechas de su
política exterior. Lo ha hecho de nuevo sobre la cuestión palestina y el
genocidio de Gaza, con peligrosos mensajes contradictorios en la Asamblea General de la ONU. Poco antes,
en ese mismo marco, ya había dado un giro de 180 grados a su estrategia para
Ucrania, animando a Kiev a derrotar a Moscú, cuando hace unos pocos días
conminaba a ese país a ceder a Rusia buena parte de su territorio.
A este bandazo le ha seguido el nuevo plan de
paz para Gaza. En una reunión colateral a la Asamblea General de Naciones
Unidas en Nueva York, Trump presentó su plan de 21 puntos a un
nutrido grupo de líderes del mundo árabe y otros
países musulmanesy les intentó convencer de que Israel
no se anexionará Gaza y Cisjordania y que su única pretensión es acabar
con Hamás y liberar a la veintena de rehenes vivos que aún están en manos del
grupo islamista palestino.
Una propuesta no muy creíble, pues horas
antes Trump había arremetido contra la creación de un Estado Palestino, con
un renovado espaldarazo al hegemonismo de Israel sobre esos
territorios. No hay que olvidar que el primer «gran plan» para
Gaza/Cisjordania/”La Gran Israel que hace unos meses defendió Trump y
sus acólitos de la Casa Blanca apostaba por reubicar a la población
palestina de la Franja y convertir este territorio en un inmenso complejo
turístico y de ocio, como una nueva Riviera del Mediterráneo Oriental, en
parte administrada por EEUU.
Los fracasos de Trump
La estrategia de Trump es sencilla:le dice a cada
uno lo que quiere oír y, una vez generado el caos, se lava las
manos y a otra cosa. Así ha dejado empantanados una serie de conflictos a
los que, según él afirma, ha llevado la concordia, como el de
Azerbaiyán y Armenia, del que restan aristas irresolubles, la
crisis interna siria, con los islamistas de nuevo en el poder, o el avispero de
Irán, donde prefirió despachar a sus bombarderos y sus
misiles antes que a sus negociadores.
“La sangre que tiñe
el territorio Palestino, en Gaza, Cisjordania, salpica al régimen de Estados
Unidos”...
En Ucrania, esa guerra que decía que pararía en 24
horas, el fracaso ha sido sonado y las perspectivas muy inciertas, con un
pico en la tensión entre Occidente y Rusia difícil de parar en estos
momentos. En el caso de Gaza, la situación es si cabe más
complicada, pues Israel es el mayor aliado de EEUU y la sangre
que tiñe ese territorio palestino ha salpicado ya a Washington desde que
estalló esta crisis el 7 de octubre de 2023.
Pronto se cumplirán tres años de
bombardeos, masacres y exterminio de civiles a manos de un ejército, el
israelí, que entró a sangre y fuego en Gaza para vengar el asesinato por
Hamás de casi 1.200 personas y el secuestro de otras 251 en el
propio territorio de Israel. En el
genocidio desatado por el primer ministro israelí, el genocida Benjamín
Netanyahu, son ya más de 65.500 los palestinos asesinados, un tercio de ellos
niños y mujeres.
El genocida Netanyahu con una orden
de arresto por crímenes de guerra por la Corte Penal Internacional/CPI.
Por ese terrorismo de Estado y los crímenes de
guerra, sobre Netanyahu pesa una orden de arresto internacional, pero eso no le
impedirá dar mil vueltas en avión para no ser detenido, aterrizar en Nueva
York y hablar este viernes ante la Asamblea General de la ONU
para maldecir a los nuevos países que han reconocido el Estado Palestino.
Un plan de paz poco creíble
El lunes está previsto que se reúna
con Trump, quien le expondrá su plan de paz
para Gaza yseguramente le tranquilizará por los argumentos que
utilizó para convencer a sus interlocutores de países musulmanes
con quienes habló el martes. En esa reunión participaron
los representantes de Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Catar, Egipto,
Jordania, Indonesia, Pakistán y Turquía.
Argumentos y medias
verdades expuestas en un plan imposible, como la promesa de
que Trump no permitirá a Netanyahu anexionar el territorio palestino
de Cisjordania, un paso que podría concretarse en
cuanto retorne a Tel Aviv. Pese a todo, este jueves Trump insistió a
la prensa en que se «está cerca» de un
acuerdo.
El enviado especial estadounidense para Oriente
Medio, Steve Witkoff, señaló esta semana que se mostraba confiado de que
en breve haya un anuncio especial que apunte al fin de la
guerra en Gaza. Witkoff señaló que algunos de los líderes árabes y de
países musulmanes ya habían sido informados sobre los pormenores del llamado» plan
de 21 puntos para la paz en Gaza y Oriente Medio».
Los puntos revelados por medios de prensa
estadounidenses incluyen la liberación de todos los rehenes y los
cuerpos de cautivos aún en manos de Hamás, un alto el fuego permanente en
Gaza, el marco para una gobernanza de la Franja que excluya a Hamás y
una propuesta para que Israel se retire paulatinamente de ese enclave
palestino.
Según el portal de internet Axios,
el plan también incluiría la participación de varios países árabes en la
reconstrucción de Gaza, con fuerzas de paz y fondos, una propuesta que
difícilmente será aceptada por Israel. Tampoco la participación
de la Autoridad Nacional Palestina, que gobierna en la parte de Cisjordania aún
libre, en el futuro de Gaza. Netanyahu ya ha indicado que no permitirá la
vuelta de la ANP a la Franja, de donde fue expulsada por Hamás cuando esta
formación ganó las elecciones de 2006 con apoyo financiero israelí.
La «tierra prometida» de la Gran nación Israel
No sólo
estos puntos parecen callejones sin salida en el plan de
Trump. También habría habido un compromiso del presidente estadounidense
para que Israel no se anexione Cisjordania, como dijeron los presentes en
la reunión, aunque no se detalla qué pasará con los cerca de 700.000
colonos ilegales que han usurpado tierras palestinas en esa región
con respaldo del ejército israelí.
Con esta auténtica invasión alentada por Tel
Aviv desde 1967, Cisjordania ha quedado mermada
territorialmente, asediada por soldados israelíes y saqueada por colonos
judíos armados, y, sobre todo, convertida en la pieza más codiciada, la
«tierra prometida» para forjar el «Gran Israel» de los extremistas sionistas
judíos.
Aunque algunos de los asistentes a la reunión con
Trump mostraron su satisfacción con el encuentro, ninguno olvidó la
espada de Damocles que se cierne sobre Cisjordania,
la conversión de Gaza en un cementerio, el éxodo de los más de
dos millones de gazatíes expulsados de sus hogares o a punto
de serlo por los tanques israelíes o la limpieza
étnica desatada en la Franja.
En la reunión estuvo Catar, un
país que, pese a intermediar desde el principio del genocidio de
Gaza entre Hamás e Israel, fue bombardeado por el ejército israelí a principios de septiembre,
en su capital, Doha, para asesinar a los representantes de las
milicias palestinas que se reunían allí mientras preparaban la
negociación de un alto el fuego.
En su alocución ante la Asamblea General de
Naciones Unidas, antes de que se produjera la reunión con Trump, el emir de
Catar, Tamim Bin Hamad Al Thani, fue muy claro:
Netanyahu «quiere conseguir la ‘Gran nación Israel’. Este es
el objetivo de la guerra». El emir catarí pidió restaurar la
seguridad en Oriente Medio mediante la carta de la ONU, algo muy
complicado en estos momentos con la actual estrategia de Israel para
anexionarse los territorios palestinos.
«Israel no es un país democrático rodeado de
enemigos, sino un peligro para los países a su alrededor, a los que
considera enemigos», aseveró el político árabe.
Soldados sionistas genocidas contra niños: “En
Gaza no hay una guerra, no hay dos bandos. Es una invasión, un genocidio, y una
política genocida de masacre de meses”...
Tampoco otro de los presentes en la reunión con
Trump, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogán, fue muy amable con
Israel cuando se dirigió a la Asamblea General de la ONU. «El último ataque contra Catar, mientras
Hamás estudiaba la última oferta de alto el fuego, es una muestra de que Israel
ha perdido el control. Netanyahu no está interesado en la paz ni en la
liberación de los secuestrados. Laobsesión de Israel en su supuesta Tierra
Prometida (que incluye Palestina) ha acabado siendo una amenaza, no
solo para los civiles e inocentes palestinos, sino para toda la seguridad
y paz regionales», aseveró.
Erdogán recordó que 20.000 de
los gazatíes asesinados por Israel eran niños. «Hay dos partes que
combaten en Gaza: una cuenta con las armas más modernas y
otra está formada por niños», lamentó el líder turco. En Gaza,
sentenció Erdogán, «no hay una
guerra, no hay dos bandos. Es una invasión, un genocidio y una política de
masacre de masas».
No obstante, el presidente turco calificó la
reunión con Trump como «fructífera». También el presidente
francés, Emmanuel Macron, manifestó su respaldo. «Creo
que si podemos alinear a todo el mundo –EEUU, los árabes y los
europeos- en torno a este plan de paz, podríamos tener un resultado»,
aseguró Macron, con más voluntad que seguridad en lo que hará Trump
finalmente.
La cumbre Netanyahu-Trump, clave para Palestina
y Oriente Medio
Todas las miradas están ahora puestas en la
cumbre que celebren el presidente estadounidense y el primer ministro israelí
tras la participación de éste en la Asamblea General de Naciones Unidas.
De momento, sus invectivas más duras serán para los 157
países, de los 193 presentes en la ONU, que han reconocido el Estado
palestino y más aún sobre quienes, como el Reino Unido o
Francia, aprovecharon el encuentro de Nueva York para unirse
al reconocimiento.
El verano pasado, cuando se supo que algunos países
manifestaron su voluntad de reconocer a Palestina, el ministro de Finanzas
israelí, Bezalel Smotrich, presentó un plan para que Israel se
anexionara el 82% de Cisjordania. Este podría ser el paso de Netanyahu al
retornar a Tel Aviv tras reunirse el lunes con Trump y ello
podría dinamitar la nueva arquitectura de relaciones internacionales en
Oriente Medio impulsadas por los llamados Acuerdos de Abraham destinados a
normalizar las relaciones entre Israel y el mundo árabe.
Fue Trump en su primer mandato (2017-2021)
quien impulsó los Acuerdos de Abraham entre Israel y países
como Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Sudán y Marruecos. Los sucesos
del 7 de octubre y la invasión de Gaza suspendieron las conversaciones
entre Israel y Arabia Saudí para conseguir ese mismo propósito. Si se cumpliera
la vaticinada anexión de Cisjordania y la ocupación definitiva de
Gaza, los Acuerdos de Abraham quedarían en papel mojado e Israel se
convertiría en un Estado paria en la región y en la mayor parte del
planeta.
Lo subrayado/interpolado es nuestro.



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