A LA PERSONA ANTE EL MUNDO Y SUS DIFICULTADES: “EN LA VIDA, SIN EXAMEN
PURO DE CONCIENCIA, NO MERECE SER VIVIDA.
En este mundo roto
donde la vida se presenta de maneras divergentes, se trata de vivir y buscar
alternativas regenerativas, el hombre se enfrenta para dar vida a la nueva
historia y preservar la existencia en una lucha de quimeras donde crecen los
impulsos de tantas dificultades que componen el llamado humanista. De las
dificultades que registre la razón y la lucha, se apunta al progreso y a las
alternativas de contención de las problemáticas sociales, en aras de superar
las contingencias humanas, por tantos adalides de la realidad y la dimensión
idiosincrática.
Todos aquellos que hacen de su vida un devenir
de justicia están perfilando su ser en un patrimonio de amor social y de
defensa por la vida. La mayoría de las personas que han surcado las
dificultades viciaron su luz perenne en medio de la vida. Allí empezaron a
incursionar en futuras pasiones entre espacios y tiempos forjaron ilusiones vacías,
entre tristezas y pensamientos, odiseas llenas de laberintos bullen así, con
defectos entre libros y notas, las dificultades que van surcando ante una vida
llena de complejidades sublimes, de conflictos cotidianos que anuncian inquietudes
apocalípticas-
Con su indómito
trasegar por caminos idílicos esta gesta de tentadores pasionales burlan espacios
quijotescos devorando ensueños de un pasado quimérico ante un futuro incierto.
Por doquier las dificultades son un devenir en medio de los esfuerzos por hacer
bien las cosas, aun no exista apoyo de nadie.
Al hombre de las
dificultades lo vemos batallar en todos los confines del cosmos, de un mundo
donde los arcanos se alejan ante desvaríos y avatares. Todos los frentes del
orbe están circundados por quienes se debaten en silencio y soledad en sendas
batallas, pues enemigos tienen por doquier. Jesús, Gandhi, Mandela, Bolívar,
Sócrates y otros perseguidos, incomprendidos en su haber humanista, sufrieron
las incontinencias de una sociedad insatisfecha de amor y justicia, codiciosos gobernantes
e impuros religiosos donde pudo más la ambición que el sentir prolífico del
bien común.
Su altruismo los llevo
a afrontar el desdén de una sociedad indómita, por medio del querer hacer con
amor, trabajo y la entrega de un compromiso y una voluntad sin dadivas. La
persona de las dificultades es aquel héroe de los ocasos extraído de las tragedias
de todos los tiempos llenos de ideales, disciplina, amor, deseo y virtudes.
Abordar la problemática, es afrontar los desafíos de la muerte, siendo la esperanza
el acicate filosófico, la fenomenología como se proyecta desde una antropología
pecaminosa contagiada del poder diabólico de Creonte, quien ejerció un poder tiránico,
arbitrario y traidor, pero además sus conductas negativas lo llevaron a ejercer
un poder ilegitimo, con violencia y sin ética. De otro lado tenemos a la dulce Antígona
el sentir del amor, defensora de la ética, la moral y las leyes justas.
Con Antígona y
Creonte, nos desviamos en esta praxis de la vida, sobre el pensar, el amar, el
decidir, la violencia y la relación con el otro para entender al hombre de las
dificultades y en las dificultades, en su sentir social, estando para ser y
servir no para controvertir sandeces. Solo la verdad es la opción al unísono de
una revolución mística que se deja llevar por la fuerza del espíritu de un
pueblo abierto a la solidaridad. Gandhi nos enseña que...El que quiere venir a
luchar conmigo para liberar a los pueblos, tendrá que perfeccionarse, de lo
contrario cae en la desgracia de la opresión.... Sus ideales han estado llenos de
transformaciones económicas y sociales para reorientar pensamientos y filosofías
con dimensión práctica. Estos adalides supieron y serán aquellos que denuncien
con la palabra oral y escrita y con el corazón pleno para difundir la lucha y
los conceptos sociales del materialismo que lleven a la realidad el cambiar el
mundo.
Las dificultades se
convierten en las huellas de una existencia que sigue haciendo parte de nuestra
vida como un devenir en la escala de la supervivencia. La persona vive
en busca de emociones que articulan ideas y tentaciones, que los instintos las
hacen suyas como un sentir social donde la rebeldía humana frente al desasosiego
asume como un comportamiento humanista. Las dificultades se unen al dolor humano
y al deseo de justicia y ellas se ponen como el punto de encuentro pragmático que
transitan por donde los miserables han compartido los caminos en busca de
libertad.
En su lucha, la
persona perpetua sus flagelos, se hace dimensión histórica, con ideales
patrióticos y evangelios de esperanza ante las dispersiones de conquista, en
medio de silencios donde la soledad es un abrigo existencial con quien se
desahoga en los espacios taciturnos cuyas noches torturan. Aquí yacen melancólicos
quienes han vivido las dificultades humanas, y siguen viviendo porque la
persona no ha dejado de matar y perseguir al desvalido, al indefenso, al
carente de medios de subsistencia, al que lleva el cristo de espaldas en un
viacrucis sin fin.
Las dificultades
son múltiples, brotan según la realidad cuando la persona surge en su existencia
según sus capacidades en lugares y tiempos escabrosos, haciendo del acto una postura
idílica de la revolución contra el orden fallido. La persona perpetua su
lucha, se hace dimensión ante las digresiones, asociándose a la filosofía
social, donde la verdad se alinea con la razón para formar compromiso, líneas
de fuego que no perduraran, solo el instinto humano pasa a vencer toda
dificultad. La filosofía, un filosofar con el mundo, es su misión para crear
una dinámica social donde se ajuste el estado a las necesidades del pueblo bajo
el devenir de la transformación.
Las dificultadaes
atraen como los libros, que en el silencio hablan, piensan como las pasiones
liberadoras, buscando emigrar tras las emancipaciones consoladoras, llevándonos
en sus hojas esos mensajes que no pueden mentir, cual anónimos del destino, revoluciones
de paz sin interés vocacional, sin dogmas, sin intereses, sin enemigos. Los
seres de las dificultades son aquellos que se inspiran en Homero., en la Eneida,
en Odiseo, en la Ilíada, siempre buscando el pasado que nos legó el destino.
Esos seres, esos libros vibran de sentido de vida, están llenos de virtudes, no
conocen de traiciones, están ligados a la Soledad, donde se refugian los
espíritus sinceros, en sueños que enseñan que todo se puede cuando llevamos el
amor a cuestas.
La persona no ha entendido a Dios en cualquiera de sus formas. Viene buscando un
dios que le satisfaga sus planes terrenales y le haga fluir sus caprichos., Vamos
hacia el Dios vivencial por encima de la Fe, un Dios del mundo para el mundo. Vivimos
muchas vidas artificiales, en el sentido propio del mundo situado en la órbita
de la cosmología y eso nos hace perder sentido existencial. Las sociedades no definen
sus pensamientos, proliferando sobre una conciencia vaga, dentro de una interacción
sin sentido de vida, sin metas determinantes que produzcan propósitos que
alcanzar.
Ante un mundo
tormentoso, donde nada parece ser, pues no permitimos que sea, quienes
pretendemos llegar a ser, nos debemos unir por el amor, por la paz considerando
nuestros instintos humanos en una sola causa... La vida. Ser prójimo, es ser
para servir en un mundo donde la tierra prometida y lo demás, pasa a ser de invasores.
Las personas de las dificultades todo lo llevan en su alma, en su
vivencia, pues son aquellos que leen y escriben los poemas épicos como ideal del
destino, en un sueño que se posa sobre las noches frías o se anida en sendos
parajes terrenales a la espera de un pasaporte migrante.
Los defensores de
las dificultades estarán en la lucha contra toda opresión, contra todo sentir
acumulativo, contra toda tradición idealista que se ha empeñado en frenar la transformación,
desdibujando la praxis que requiere un conocimiento de cómo funciona el mundo. En este trasegar, urge aplicar un nuevo
discurso donde la verdad gira en una práctica social que implique una ruptura
con mitos del pasado. Filosofar es un motor histórico, herramienta que explica
la realidad con la vida para una dinámica visión hacia un mundo moderno,
azotado por esquemas críticos contra la liberación y que la persona la
ha considerado piedra angular, magnum opus, que antaño la designaban el crecer
la piedra filosofal o elixir de la vida.
Estas amalgamas
rutilantes llenas de ensueño son servidores de paz, seres soñadores humildes y
de talantes también que han dejado sus pensamientos idílicos en las angustias
de la razón y del alma por un devenir histórico social. Toda aspiración
altruista, producto del sentir humanista, surge del silencio de aquellos pueblos
que bajo las sombras de la noche se agolpan ante principios y valores,
sembradores de esperanzas, de voces mesiánicas, de pasiones por cambiar el
mundo que alimenten el espíritu de los pueblos desheredados por seducciones
opresoras, por codicias leviatanicas. De
allí que todo criminal sea del corte que sea, debe ser extinguido con la muerte
social y política. ya. El país lleva más de 200 años enfrentando el crimen y
como en Egipto, no hemos podido aplacar tantas plagas ya sociales, ya políticas
producto de faraones esclavistas.
Profundo pensar la originalidad
de los pueblos que viven el sufrimiento, que las dificultades los devoran
formando complejas formas de violencia. El surcar sin tierras, han hecho de sus
vidas un pensar para la historia como condenados de la tierra. Su valor
existencial para cambiar el mundo guía las luchas de nuestros pueblos, que hoy solo
saben ver hacia un desarrollo, sembrando consuelos, surcando fronteras, uniendo
pasiones, comiendo miserias, llorando en soledad, dialogando en silencio con
dolor, enseñando al mundo el meditar humano. Esos son los que hacen de las
dificultades su modo de vida, guerreros de la esperanza, donde su esencia
humana vive en las relaciones sociales, denominada naturaleza humana, cuya
filosofía es cambiar el mundo.
Con dolor de
patria, reflexiono sobre lo que nos espera si el cambio, sufre el genocidio político
que se viene gestando, bajo gobiernos de narcos, tiranos, corruptos, ignorantes
que acceden al parlamentarismo pragmático y codicioso con el aval de una
justicia tramoyana amante de la impunidad. Tábanos del orden persisten, agujeando
el sistema con saña y cinismo, para impedir que surjan los anhelos de los
pueblos. A todos los sátrapas hijos de la podredumbre les digo que, en la vida,
sin un examen puro de conciencia, la vida no merece ser vivida. Por ello los
invito a recorrer con Dante su obra, para que escojan el infierno que se
merecen.
Lo subrayado/interpolado
es nuestro.

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