Del convicto
presidente Trump, Milei, Boric, y
Piñera

Mientras se instalaba de nuevo en la Casa Blanca
este proscrito personaje reiteró sus arrogantes intenciones y agregó otras que
en campaña no dejara muy explícito como su intención de establecer en la ley
que solo existen dos sexualidades, la de los hombres y de las mujeres. En un
país en que por mucho tiempo se efectúan matrimonios igualitarios.
Pero en su delirio, en las amenazas del nuevo
mandamás estadounidense se ha mostrado dispuesto a ocupar el Canal de
Panamá, agregar a Canadá como el Estado 51 y tomar posesión de Groenlandia.
Además de cambiarle el nombre al Golfo de México.
Para todos estos despropósitos cuenta con el
aplauso de un Javier Milei, en Argentina, y de unos cuantos gobernantes
abyectos que también lanzan escupitajos verbales que el mismo Hitler soslayó en
su tiempo. Se apoya, también, en el multimillonario Elon Musk que tendrá alta
influencia en su gobierno, tanto así que muchos tienen la esperanza en que sus
ambiciones económicas y políticas lo hagan romper más temprano que tarde con el
primer mandatario. No olvidemos que en Estados Unidos el que gobierna realmente
es el poder económico, el de las grandes empresas que, como se ha visto no
trepidan de eliminar a aquellos mandatarios que son disfuncionales a su
voracidad. Es en este poder donde con un desquiciado como Trump podría tener
fin a su vida y alucinaciones sicóticas.
Se entiende que, por el poder de Estados Unidos,
muchos mandatarios del mundo guarden silencio y demuestren con ello su bajeza o
indignidad. Aunque felizmente existen gobernantes como la presidenta mexicana
Claudia Sheinbaun Pardo que las amenazas de su vecino gobernante no la
han inquietado mayormente y que, por el contrario, dice estar dispuesta a
acoger a todos sus connacionales que sean expulsados por Donald Trump.
No tan extraño es el silencio de los países
europeos o de la OTAN que cuentan con los recursos de Estados Unidos para hacer
frente a aquellos gobernantes con Putin resuelto a alterar en mapa en favor de
ampliar sus fronteras. También puede entenderse que un jefe de Estado como
Gabriel Boric mantenga apretados sus labios a fin de que la visa waiver que
privilegia a Chile, por ejemplo, no vaya a ser cancelada y con ello, no solo
nuestros delincuentes, sino todos los que quieran viajar a Estados Unidos
tengan que cumplir con los odiosos trámites de antaño ¡Cuanta falta les hace
el inefable Sebastián Piñera!.
Por otro lado, más que a Trump a nuestro gobierno
debiera preocuparle la rastrera actitud del presidente argentino Javier Milei
quien podría aprovecharse por su incondicionalidad ante la Casa Blanca para
avivar viejos litigios con nuestro país, a sabiendas que sus pretensiones
podrían contar, esta vez, con la complacencia del mandatario estadounidense.
De allí la necesidad de reforzar la alianza
diplomática con los países de nuestra región que todavía no han caído en manos
de mandatarios delirantes y mantienen una actitud antimperialista. Renunciando
a los procesos de integración entre nuestras naciones, como dispuestos a
campeonar con sus propios recursos naturales y ejércitos, e ilusionados en que
su liderazgo les asegurará la adhesión de sus pueblos para cualquier aventura
expansionista.
Lo subrayado/interpolado
es nuestro.
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