A los pueblos de nuestra América Latina y Caribeña: la Patria Continente del Rio Bravo a la Antártida.
Entrevista a: Dra. Claudia Sheinbaun Pardo, Presidenta de México
¿Por qué el imperialismo estadounidense/yanqui quiere vernos divididos?* Porque sabe que juntos somos invencibles.
Estados
Unidos, potencia que se viste de democracia mientras exporta golpes de Estado,
ha clavado sus garras en nuestra tierra con una estrategia clara: *dividir para
saquear* las riquezas naturales de
nuestros Pueblos.
En
Chile, financió e impuso el golpe de Estado contra el
presidente Allende para imponer al dictador Pinochet y regalar el
cobre a sus corporaciones.
En
Nicaragua, armó a los Contras para ahogar en sangre la Revolución Sandinista.
En
Venezuela, desató una guerra económica y sanciones criminales para robar el
petróleo y doblegar a un Pueblo que se atrevió a mirar desde su soberanía,
que es irrenunciable, intransferible e indelegable.
En
Brasil, utilizó la Lawfare para encarcelar a Lula y frenar el ascenso de los
pobres.
En
Bolivia, apoyó un golpe contra Evo Morales para entregar el litio a sus
transnacionales.
En
Cuba, mantiene un bloqueo genocida por seis décadas, castigando a un Pueblo que
eligió y lucho por ser dueño de su destino.
Desde
las tierras ardientes del Río Bravo hasta las aguas embravecidas de la Tierra
del Fuego, somos un solo pueblo, una sola alma tejida con los hilos de la
resistencia, la dignidad y los sueños compartidos.
La
*Patria Grande* no es una utopía: es el
latido de nuestra historia, la memoria viva de quienes lucharon por vernos
libres, desde Túpac Amaru hasta Bolívar, desde el maestro libertario José Martí
Pérez hasta el comandante Dr. Ernesto Guevara de la Serna. Es el territorio sin
fronteras donde el quechua, el español, el portugués, el guaraní y todas las
voces originarias se funden en un coro que canta: *¡Unidad!*
Cada
herida abierta en un país es un ataque a todos.* El imperialismo
estadounidense/yanqui no teme a gobiernos aislados: teme a los pueblos
unidos. Nos han impuesto tratados que privatizan el agua, la salud y la
educación; han militarizado nuestros territorios para controlar recursos; han
manipulado medios de comunicación para sembrar el miedo y el individualismo. Pero su arma más letal es hacernos creer
que somos enemigos, que la pobreza de uno es culpa del otro, y no del sistema
que nos agobia y desangra.
La
Patria Grande es la respuesta.* Es el abrazo solidario entre el obrero
argentino y el campesino colombiano; entre la maestra mexicana y el ingeniero
venezolano; entre los jóvenes que en las calles de Perú, Ecuador o Honduras
exigen justicia. Es entender que la independencia de Haití, lograda con sangre
en 1804, es tan nuestra como la victoria de Ayacucho. Es saber que cuando Paraguay fue masacrado en la maldita guerra
de la Triple Alianza, no perdieron solo los paraguayos: perdimos todos.
Unidos
no somos víctimas: somos titanes. La Zamba de Vargas, la batalla de Carabobo,
el grito de Dolores, la resistencia mapuche, las Madres de Plaza de Mayo, los
zapatistas alzando la voz en Chiapas… Cada lucha es un eslabón de la misma
cadena que hoy nos llama a romper las cadenas. La soberanía no se negocia: se
defiende. Y para defenderla, necesitamos una unión política, económica y
educacional/cultural que nos permita intercambiar sin depender del dólar,
producir alimentos sin agrotóxicos, educar con pedagogías libertarias y
proteger nuestra Amazonía como pulmón del mundo.
Hermanos,
no nos equivoquemos: el enemigo es el mismo de siempre, el imperialismo
estadounidense/yanqui, “Toda nuestra acción es un grito de guerra contra el
imperialismo y un clamor por la unidad de los pueblos contra el gran enemigo
del género humano los Estados Unidos de Norteamérica”. Comandante Ernesto
Guevara de la Serna.
Mientras
Wall Street especula, nuestros pueblos hambrean. Mientras Hollywood nos vende
falsos ídolos, entierran nuestras identidades.
Pero
tenemos algo que ellos jamás tendrán: la
certeza de que la historia la escriben y la hacen los pueblos dignos
que luchan por su libertad y la vida.
Hoy,
cuando el neoliberalismo del sistema capitalista determinista
globalizado/hegemonico recicla su rostro con falsas promesas, cuando la
Cuarta Flota estadounidense vigila el Caribe y las bases militares se
multiplican en Colombia y Brasil, es hora de gritar con una sola voz:
¡Basta
de injerencia! ¡Basta de saqueo!, Yanqui go home.
Que
resurja la UNASUR, que crezca el ALBA, que el CELAC sea nuestro escudo.
Organicemos
asambleas populares, redes de comunicación propia, monedas regionales,
ejércitos de maestros y artistas que despierten conciencias. Porque la verdadera independencia se
conquista con educación, organización y amor al prójimo.
Somos
la generación que puede hacer realidad el sueño de Bolívar y Manuelita
Sáenz.
No
esperemos a que nos rescaten: seamos nosotros la trinchera, el poema, la
semilla. Que cada barrio, cada fábrica, cada aula sea un territorio libre de la
Patria Grande.
¡Que
viva América Latina unida! ¡Hasta la victoria siempre!. El presente es de
lucha, el futo es de los pueblos dignos que luchan por su libertad y la vida.
Porque
en nuestra unión está la fuerza, y en nuestra lucha, la libertad y la vida.
“América Latina y Caribeña, todo por ella, porque todo nos vendrá de ella, desdicha o bien. Somos aun México, Cuba, Venezuela, Chile, El Azteca, El Maya, el Guaraní, el Quechua, Aymara, el Mapuche, pero seremos mañana cuando la desgracia nos haga crujir la quijada un solo dolor y no más que un anhelo”.
“América
Latina en su historia no representa sino la lucha pasada y presente de un mundo
que busca en la libertad el triunfo del espíritu. Nuestro siglo no puede
rebajarse de la libertad a la servidumbre. Se sirve mejor al indígena, al campesino,
al trabajador, a la mujer, al estudiante, enseñándoles a ser libres porque se
les respeta su Dignidad”... Profesora Gabriela Mistral.
Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, presidenta de México:
"Empiecen por su país”
Por Sergio Rodríguez Gelfenstein/escritor,
historiador y analista internacional:
Este
enunciado fue emitido por la presidenta de México Claudia Sheinbaum el pasado 7
de febrero durante su habitual rueda de prensa mañanera. A continuación la
máxima autoridad mexicana dijo: "Ellos tienen mucho que hacer en Estados
Unidos” y cuestionó acerca de “¿Cómo es que llega el fentanilo o cualquier otra
droga? No está bien que pase ilegalmente, nosotros hacemos el trabajo en
nuestro país. ¿Pero qué pasa después de la frontera? ¿Quién opera? ¿Quién
vende la droga en las ciudades de Estados Unidos que han provocado
tanta tragedia?".
La
presidenta Sheinbaum sabe lo que habla, sobre todo si uno se pregunta quien es
el gran ganador con el negocio de las drogas. Ya a finales del siglo
pasado un estudio de la Organización para la Cooperación Económica
y el Desarrollo (OCDE) estimaba en cerca de 500 mil millones de dólares la
ganancia producida por el tráfico internacional de drogas, más de la mitad de
la cual circulaba por el sistema financiero de Estados Unidos. Para tratar de
controlar esta situación, el gobierno lanzó la operación Greenback, cuyos
objetivos eran los bancos que manejaban
dinero de las drogas sobre la base de que era más fácil vigilar a las
instituciones financieras que ejecutar intervenciones militares en los países
productores.
Al
observar la cantidad de dinero que llegaba a los bancos de Miami, el Banco de la Reserva Federal encontró
que Florida tenía un superávit de efectivo de US$5.5 mil millones en un momento
en que el resto del país tenía un déficit de efectivo. El Departamento de
Justicia en coordinación con el Departamento del Tesoro se vieron obligados a
actuar. Así comenzó Greenback.
Después
de obtener algunos magros resultados y tras acusar a tres ciudadanos
colombianos y a otras 13 personas de conspirar para defraudar a Estados Unidos,
la operación fue cancelada en octubre de 1982 cuando, misteriosamente, la mayoría de los acusados logró huir de la
justicia. Hasta ese momento y sólo por
tres años duró la persecución en serio al narcotráfico en Estados Unidos. El zar antidrogas en ese momento era George
Bush padre quien venía de ser director de la CIA. Su “meritoria labor” tanto en
la CIA como en la DEA le valió para ser elegido posteriormente vicepresidente y
presidente de Estados Unidos.
Otro
aspecto de este negocio es el de los precursores químicos. En fecha tan lejana
como 1989, en una operación realizada por la policía colombiana fueron
incautados 1.5 millones de galones de químicos usados para transformar la coca
en cocaína. La mayor parte de los barriles tenía logotipos de la cooperación de
Estados Unidos. La propia CIA reportó que la exportación a América Latina de
sustancias como ácido clorhídrico, permanganato de potasio, ácido sulfúrico,
acetona y éter, superaba en mucho los usos legales de las mismas, mientras que
el Servicio Congresional de Investigaciones concluía que más del 90% de los
químicos usados en la producción de drogas procede de Estados Unidos. Parece
evidente que controlar esta industria internamente es mucho más fácil y menos
costoso para el país, sin embargo poco y nada se ha hecho.
El
periodista mexicano residente en Washington J. Jesús Esquivel se ha dedicado en
tiempos recientes a investigar y documentar las acciones del narcotráfico en
México y Estados Unidos. Uno de sus libros “Los narcos gringos” publicado en
2016 y reeditado en 2022 se introduce en los misterios y las incógnitas del
narcotráfico en Estados Unidos al realizar una profunda investigación de
expedientes judiciales además de entrevistar informantes y agentes que han
participado directamente en el negocio
de las drogas o en la lucha contra él.
Con
lujo de detalles, este libro recrea los “ingeniosos trucos de que se valen los
brokers, los artífices del tráfico de estupefacientes, para llevar sus
mercancías al interior de la Unión Americana y lavar el producto de su labor
ilícita que hacen llegar a los cárteles mexicanos, según plantea la contratapa
del libro”.
En
un capítulo denominado “Narcocorrupción gringa”, Esquivel expone que las altas
autoridades de Estados Unidos e incluso el público de ese país cuando hablan de
narcotráfico inmediatamente piensan en Colombia y México, cargando la
responsabilidad en las agencias de los dos países a quienes acusan de corruptos.
Sin negar dichos conceptos el periodista mexicano opina que en Estados Unidos
también hay narco corrupción. Dice que: “Los narcos gringos y los mexicanos
tienen en sus nóminas a agentes aduaneros de Estados Unidos, de la Patrulla
Fronteriza, de la DEA y de las policías locales; si esto no fuera una realidad,
solo entrarían a la Unión Americana, los narcóticos que pasan sin ser
detectados por las regiones de la
frontera más inhóspitas como es el caso de la zona limítrofe del estado de Arizona…”
Esquivel
cita a Oscar Hagelsieb un experto agente
de la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional de Estados Unidos quien
afirma que “la narcocorrupción […] es el obstáculo más grande que enfrentan las
autoridades dedicadas a combatir el tráfico de enervantes”. Al hacer una
comparación entre los dos países, Hagelsieb establece que “la corrupción por
narcotráfico en México se genera por la pobreza y la debilidad de las
autoridades ante el dinero. En Estados Unidos nace la demanda y el consumo de
narcóticos”.
Otra
investigación, esta vez realizada por los también periodistas mexicanos Jorge
Fernández Menéndez y Víctor Ronquillo publicada por la editorial de Bolsillo bajo
el título “De los maras a los zetas. Los secretos del narcotráfico, de Colombia
a Chicago” establece que en Estados Unidos hay unos 20 millones de consumidores
de drogas, de los cuales unos 6 millones
son adictos, sin embargo resulta peligroso hablar del tema por lo que el mismo
es eludido llevando al total desconocimiento y confusión y la fácil
construcción de estereotipos encaminados a culpar exclusivamente del flagelo a
los países productores.
Fernández
Menéndez y Ronquillo exponen que, después que los cargamentos han cruzado la
frontera en todo tipo de transporte y también a través de túneles a lo largo de
toda la zona limítrofe, las redes del narcotráfico comienzan a operar desde 14
ciudades del sur en los estados de Nuevo México, Texas, California, Arizona,
Oklahoma, Florida y Luisiana donde la droga es depositada en almacenes a partir
de los cuales se va aprovisionando el mercado controlado por las propias
organizaciones.
He
querido dar a conocer solo dos investigaciones públicas sobre el tráfico de
drogas, es de suponer que la información que manejan los órganos de seguridad es
mucho mayor. Por eso es difícil entender que el país más poderoso del mundo no
haya podido controlar este negocio…o tal vez, en realidad lo que ocurre es que
no ha querido hacerlo.
La
presidenta de México sigue haciendo preguntas: “¿a dónde va el dinero de
la venta de las drogas ilegales y cómo es que las armas del Ejército de Estados Unidos terminan en manos
de los cárteles mexicano? ¿Quién las vendió, cómo llegaron a nuestro país? ¿Cuál
es la distribución final en las calles? ¿O es que no hay cárteles allá, o
delincuencia organizada?".
Muchas
preguntas, pocas respuestas y las que se formulan desde Washington, llevan
impresas la prepotencia, la soberbia y la amenaza que caracterizan la retórica
y la actuación imperial. La contestación desde Washington vino desde el Departamento de Justicia que en un memorándum
informó que instruyó a la eliminación total de los cárteles y organizaciones criminales
transnacionales. Mucho más que eso, Tom Homan, el “zar de la frontera”, y el secretario de Defensa, Pete
Hegseth, advirtieron que Estados Unidos podría utilizar al Ejército para atacar
a los cárteles incluso en territorio mexicano.
Con
absoluta serenidad y la altura de miras que caracteriza a los verdaderos
estadistas, la presidenta Sheinbaum alegó que el memorándum del Departamento de
Justicia "no se entiende bien", porque solo tiene explicaciones
generales pero no se sabe en qué se va a traducir. En la continuidad de la
controversia y en defensa de los más altos intereses de México, tres días
después Sheinbaum reiteró que Estados Unidos debe hacerse responsable del
“grave problema de narcotráfico y consumo de drogas que hay en ese país”.
La
mandataria explicó que el narcotráfico surge de la demanda, mientras haya
consumo habrá oferta. Consideró que su gobierno por supuesto no está de acuerdo
con el narcotráfico, por lo que el objetivo de las más altas autoridades del
país y de ella misma era disminuir la violencia en su país. En ese camino es
que se proponían también disminuir la
producción de la droga y su distribución.
Pero
reiteró una vez más, que Estados Unidos tiene que hacer su parte atendiendo el alto consumo de drogas como un asunto de salud
pública que Washington debe encarar. En ese ámbito, insistió en que Estados
Unidos también debe hacerse cargo de controlar a sus propios generadores
de violencia y la producción interna de sustancias sicotrópicas y debe hacer un
esfuerzo para vigilar e intervenir el mercado ilegal interno.
Hay
que decir también que la voluntad indomable y el sentido patriótico de Claudia
Sheinbaum se hicieron presentes en la conversación que sostuvo con el
presidente de Estados Unidos el pasado 3
de febrero. Aunque Trump obvió que la presidenta mexicana abordó el tema del
tráfico de armas desde Estados Unidos, ella se encargó de recordarlo unos días
después. En la misma rueda de prensa del viernes 7, Sheinbaum informó que le
dijo a Trump que era crucial en la lucha contra el narcotráfico que las
armas de Estados Unidos no llegaran
ilegalmente a México.
Recordó
además, que el Gobierno de México realizó previamente dos denuncias contra las
distribuidoras y contra los fabricantes de armas. El 21 de enero, solo un día
después de la toma de posesión de Trump, el Congreso de México a través de la
Cancillería, solicitó al gobierno de Estados Unidos un informe detallado sobre
el tráfico ilícito de armas, luego de que Trump designara a los cárteles del
narcotráfico en el país como organizaciones terroristas.
De
acuerdo con el último informe público de la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas
de Fuego y Explosivos de Estados Unidos (ATF, en inglés), “el 74 % de las armas
que llegan a México provienen de la frontera norte. También señala que el
Gobierno mexicano ha presentado un total de 148.200 solicitudes de rastreo de
armas entre 2017 y 2023, de las cuales 50.409 se realizaron entre 2022 y 2023, representando
un incremento del 25% entre 2021 y 2023”, todo lo cual da cuenta de un interés
mexicano no correspondido por Estados Unidos.
Tras
la salida de la zona del Canal de Panamá el 31 de diciembre de 1999 en virtud
de los acuerdos Torrijos-Carter, el aparato de control regional que Estados
Unidos había construido y que tenía su eje operacional, de mando y logístico en
ese lugar donde estaba la jefatura del Comando Sur, se desarticuló.
La
desaparición de la Unión Soviética y el fin del mundo bipolar le hizo perder a Estados
Unidos el enemigo sobre el cual articulaba su acción imperialista. Entonces
recurrió al narcotráfico y las migraciones de indocumentados primero y la lucha
contra el terrorismo después, para llenar ese “vacío”.
Hoy,
la administración de Trump pretendiendo “hacer a Estados Unidos grande de
nuevo” recurre a los mismos artificios como instrumento de cohesión regional en
torno a los dictados de Washington. Las supuestas políticas para combatir la
inmigración ilegal y el narcotráfico una vez más son herramientas para intentar
un control regional mediante el avasallamiento de países, gobiernos y pueblos.
A
comienzos de siglo, Cuba resistía en solitario el poder aplastante del imperio mientras que Venezuela,
conducida por el comandante Hugo Chávez apenas iniciaba la actuación
internacional en defensa de su soberanía y autodeterminación. Pero hoy, son
varios los países y los gobernantes que sostienen y defienden la dignidad y el
honor de los pueblos. Claudia Sheinbaum, igual que el cura Miguel Hidalgo y que
José María Morelos, de la misma manera que Benito Juárez y Lázaro Cárdenas y
dando continuidad a las políticas de recuperación del decoro y la conciencia de
la mexicanidad iniciada en este siglo por Andrés Manuel López Obrador, nos da
ejemplos de la ruta a seguir, no solo por México, también por toda la América
morena al sur del río Bravo.
LO
SUBRAYDO/INTERPOLADO ES NUESTRO.
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