jueves, 6 de febrero de 2025

PLANTARSE FRENTE A TRUMP SÍ FUNCIONA: BASTA YA DE DIALOGOS DE SORDOS Y DISCUSIONES BIZANTINAS.


Plantarse frente a Trump sí funciona: basta ya de dialogos de sordos y discusiones bizantinas.

Editorial – Diario Red/Other News, Xinhuanet, la Jornada, tektonikos, red latina sin fronteras, ADDHEE.ONG:

Sin estridencias, pero con valor, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, demostró que es posible ponerle un alto a la estrategia de caos de Donald Trump

Donald Trump declaró este lunes “pausada” la aplicación del 25 por ciento de aranceles sobre México y Canadá, como resultado de un acuerdo con la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, de reforzar sus fronteras. El anuncio se hizo después de sendas llamadas telefónicas entre los presidentes y de intensas negociaciones entre los equipos de los tres países durante todo el fin de semana. El arancel del 10 por ciento a las importaciones de China aún está programado para entrar en vigor en el primer minuto de este martes.

Poco después de la llamada con Trump, la presidenta Sheinbaum se presentó en su conferencia matutina sonriente y evidentemente relajada: “Somos un gran equipo, la verdad es que me siento no solo apoyada, sino que hemos logrado construir realmente un gran equipo en el Gabinete”, advirtió, antes de detallar su conversación con Trump.

“El viernes solicitamos una llamada con él. Se dio el día de hoy a las 8:00 de la mañana y fue una conversación, pues yo diría larga, fue más de media hora, tres cuartos de hora, algo así. Estuvimos hablando de los temas de interés común. Le planteé que habíamos estado trabajando juntos en migración, que había resultados (…) hablamos entonces del interés que tenía él y nosotros también de reducir el tráfico de fentanilo que se da de México a Estados Unidos y de otras drogas (…) Le planteé siempre que queríamos que pusiera en pausa las tarifas (…) También le expliqué la gravedad de la cantidad de armas de alto poder que entran desde Estados Unidos a México”.

Trump estuvo de acuerdo en la propuesta de establecer un grupo de trabajo y pausar la aplicación de los aranceles un mes. A cambio, México desplegará de inmediato 10 mil elementos de la Guardia Nacional en la frontera norte “En este mes, vamos a poder dar resultados, buenos resultados a su pueblo, buenos resultados al Pueblo de México”, dijo la presidenta Sheinbaum, quien aseguró que el presidente de Estados Unidos se comprometió a trabajar en el tráfico de armas de alto poder hacia México. Trump no hizo ninguna mención a ese tema. Y aunque mantuvo un tono elogioso hacia la presidenta Sheinbaum, insistió en que los aranceles contra México y Canadá no han sido cancelados, sólo suspendidos durante un mes.

En México, algunos analistas y medios de comunicación consideraron el acuerdo una señal de que la presidenta Sheinbaum había “cedido” ante las demandas de Washington. Los aliados de Trump y representantes de la derecha más retrógrada se apresuraron a decretar el “triunfo” de Estados Unidos, del mismo modo en que, una semana antes, habían declarado una derrota de Gustavo Petro, tras la histórica confrontación entre el presidente colombiano con Donald Trump por las condiciones denigrantes en las que Estados Unidos pretendía deportar a ciudadanos colombianos. El republicano respondió furioso con una amenaza de 50 por ciento de aranceles que finalmente echó para atrás, después de que Petro respondió con un tuit histórico que se hizo viral.

“Colombia era un excelente enemigo ideológico para sentar un precedente desproporcionado”, evaluó incluso el expresidente colombiano Ernesto Samper. “Fue tan desproporcionada la reacción de Trump que es difícil no pensar que se trataba sobre todo de enviar un mensaje. Era sin duda un ejemplo para el resto de países: si no se obedecen ciegamente las órdenes que está dando el presidente imperial, correrán la misma suerte que Colombia”.

Porque lo que la comentocracia de los dos países ha intentado presentar como evidencia del poderío de Trump es en realidad una muestra de sus debilidades. En ambos casos, el habitante de la Casa Blanca ha tenido que retroceder ante las respuestas valientes de los presidentes de México y Colombia, que han despertado una ola de solidaridad en toda América Latina. Las bravatas de el convicto presidente Trump incluso han inyectado energía a Trudeau, quien hace apenas unas semanas estaba presentando su renuncia en medio de una crisis política.

Con mucha templanza, Sheinbaum mantuvo un discurso conciliador pero centrado en la no negociación de la soberanía “Única, individual e inalienable. El Pueblo soberano como único detentor del poder del Estado, su voluntad mayoritaria privilegia el interés público en el contexto del bien común, esta no existe”, Prof. Moreno Peralta, secretario ejecutivo ADDHEE.ONG. El episodio de los aranceles le permitió cohesionar a su gabinete y generar enormes simpatías en la sociedad. Su contraataque consistió en girar hacia Estados Unidos los argumentos de Trump contra México. Frente a las acusaciones de complicidad entre el crimen organizado y el gobierno mexicano, la mandataria cuestionó la alianza de las armerías estadunidenses con esos grupos, a los que proveen de armas y municiones; cuestionó la falta de acciones del gobierno de Estados Unidos para frenar el consumo de drogas. Pero también le llamó al diálogo antes que a los aranceles y abrió la posibilidad de cooperación entre ambos países. Al final, su estrategia rindió frutos y consiguió pausar una medida que llevaba dardos envenenados contra la economía mexicana y la propia economía de Estados Unidos.

Plantarse frente a Trump sí funciona.

………………………………….

Trump y su peligrosa obsesión con las guerras arancelarias

Editorial – Mundiario/Other News

Su política arancelaria no responde a una estrategia económica sólida, sino a un impulso hormonal populista que busca dividir en lugar de unir. Sus medidas no solo dañan la economía global, sino que también debilitan la posición de EE UU.

Donald Trump ha vuelto a demostrar que su política económica se basa en la confrontación y el proteccionismo extremo. Con la imposición de aranceles del 25% a México y Canadá, y del 10% a China, el expresidente estadounidense reafirma su tendencia a utilizar la economía como un arma de presión política, sin medir las consecuencias globales de sus decisiones. La amenaza de extender estos gravámenes a la Unión Europea solo confirma su visión errática del comercio internacional, que ignora los principios del libre mercado y el impacto devastador de una guerra comercial prolongada.

Bajo la errónea premisa de que los aranceles fortalecerán la economía estadounidense y reducirán el déficit comercial, Trump ha desencadenado una tormenta que podría llevar a Estados Unidos y a sus socios comerciales a un escenario de recesión. La historia nos ha demostrado que las guerras comerciales no tienen ganadores: generan inflación, reducen el poder adquisitivo de los consumidores y afectan directamente a las empresas que dependen de importaciones y exportaciones. La incertidumbre en los mercados y la posible reacción de represalias por parte de los países afectados podrían causar estragos en el crecimiento económico global.

El caso de México y Canadá es especialmente alarmante. Como socios estratégicos en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), las economías de los tres países están profundamente interconectadas. Aplicar tarifas del 25% a productos provenientes de estos países es un acto de agresión comercial que podría afectar la estabilidad de la región. El gobierno canadiense, liderado por Justin Trudeau, ya ha anunciado que responderá con medidas enérgicas, lo que anticipa un conflicto comercial que solo perjudicará a trabajadores y consumidores.

Por otro lado, Trump intenta justificar estas medidas bajo argumentos engañosos y populistas. Al señalar a México y Canadá como responsables del flujo de fentanilo en Estados Unidos, el expresidente desvía la atención de la incapacidad de su propio país para combatir la crisis de opioides. Acusar a sus vecinos de ser cómplices en la propagación de esta droga sin pruebas contundentes no solo es irresponsable, sino que también fomenta la xenofobia y debilita las relaciones diplomáticas.

¿Frena EE UU a China con aranceles?

Con respecto a China, el proteccionismo de Trump no es una estrategia nueva. Sin embargo, la imposición de aranceles no ha logrado frenar el ascenso económico de Pekín ni mejorar la competitividad de la industria estadounidense. Al contrario, ha encarecido los costes de producción y ha obligado a empresas estadounidenses a buscar alternativas menos eficientes. En este sentido, las tarifas aduaneras no solo afectan a los consumidores estadounidenses con precios más altos, sino que también perjudican a los agricultores y fabricantes que dependen de las exportaciones a China.

La Unión Europea, otro blanco de las amenazas de Trump, es un socio comercial clave para Estados Unidos. Al acusar al bloque de impedir la entrada de productos estadounidenses, el expresidente ignora los acuerdos comerciales existentes y la complejidad de las regulaciones internacionales. En lugar de construir puentes para mejorar el intercambio comercial, su estrategia es levantar muros que solo generan desconfianza y conflictos innecesarios.

En conclusión, la política arancelaria de Donald Trump no responde a una estrategia económica sólida, sino a un impulso populista que busca dividir en lugar de unir. Sus medidas no solo dañan la economía global, sino que también debilitan la posición de Estados Unidos en el escenario internacional. En un mundo interconectado, el proteccionismo extremo solo genera aislamiento y crisis. Estados Unidos debe entender que el crecimiento sostenible se basa en la cooperación y el libre comercio, no en la imposición de barreras económicas que perjudican a todos.

Lo subrayado interpolado es nuestro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario