EL SENTIDO DE LA VIDA. EN UN MUNDO COMPLEJO
Dr. MARIANO SIERRA S./escritor, jurisconsulto, filosofo, analista internacional/ El Salto/ Prensa Mare Argentina/ Xinhua, Other News, Sputnik, RT, Publico.es, La Jornada de México, Red latina sin fronteras. Sur, ACHEI, Utopía, Argentina Indymedia/ADDHEE.ONG:
Desde siempre navegamos por el
mundo para ver si existimos, llevando en nuestro yo el pensar de la duda que
embriaga la existencia plena, ante fenómenos sinérgicos cuyas fuerzas luchan
dentro de un devenir de capacidades que penetran el pensamiento con la noción
de sabiduría. Ese viaje hacia la búsqueda del yo interior es un viaje en medio
de devenires, para afrontar el destino de la vida y sus concepciones en una
conciencia social trascendente. La concepción social del ser humano se
desprende de su independencia, alimentada de principios de desarrollo. Propio
de la resistencia contra la destrucción del amor social que fluye del trabajo
solidario que crea condiciones para impedir la explotación y en su defecto
identificándose con la naturaleza, compartiendo con ella el sentir del orden,
de la paz, de la vida y la justicia, con plena libertad para realizarnos.
El sentido de la vida, propio
de la persona, el diario vivir, nos enseña también el sentido de la
muerte, como la mayor realidad. En medio de la convivencia humana la persona en su eterna soledad y en
vida contemplativa le habla al mundo con sus palabras y su lenguaje inquieto y
moribundo, con actos de amor y dialogo fraterno, para entendernos y conocernos
en la historia que nos asiste. Entre infiernos, avanzamos con Dante al peso del
fardo de errores, revisando el pasado y el presente, presagiando el futuro.
Transgredir, odiar, mentir,
engañar, son artificios, sofismas, contradicciones, hilos conductores para un
sentido de vida contracorriente. La capacidad humana para resolver problemas,
ronda, gravita en esquemas difusos que dejan entrever agresiones donde el
dialogo es el menos tenido en cuenta. Vivimos vacíos de afecto y llenuras de
odios, el mundo desconoce lo que es el amor, lo que es la entrega a la amistad,
no hay importancia ante las inferencias a los atropellos a las ideas que
generan los cambio porque son controvertidas por el sentir de los injustos del
orden, sin razón inteligente para censurar. América, el Caribe, África y otros
pueblos en decadencia social, tratan de ser lo que son porque no se han
divorciado de la lucha libertaria y siempre estarán en pie de lucha-
Razón y conciencia. Fuerzas que
se han ido perdiendo en su dimensión profunda porque somos endeblez,
desordenados y fáciles para la seducción.
Dostoievski nos decía que la persona esta resentido como ser
humano y es un absurdo, en el contexto de su existir, de su ser profano......
Hace más de 100 años nos lo dijo. Hoy ante el vacío del paso del tiempo, cuando
la inopia llega a su más dura realidad porque la inconciencia y el desencanto
rompen todo sentir. ante todas las
tareas que se están emprendiendo, el giro al cambio busca llenar los espacios
vacíos de otrora. para llenar los corazones de un pueblo, perdido en la
desolación.
Es necesario que como sociedad
tendamos puentes hacia la comprensión y la unidad, cuya existencia es un
rosario de flagelos en un valle de lágrimas. Urge que nuestros quereres y ser
lo que queremos ser, se alcen para dar fuerza a los nadies desvalidos que con
su angustia claman los debates por la justicia social, en medio de oposiciones
infecundas. Todo ser es y tiene la capacidad de lograr su máximo sentido para
la realización de la vida a través de lenguajes de paz, donde la palabra cobra
vida, se vuelve subversión creadora para construir ese nuevo horizonte que
modele la visión y la acción humana. Los lenguajes de la esperanza dan
conocimiento y exhortan a salir del laberinto, hacia un camino donde el cambio
nos espera con amor social.
El ser evoluciona en la búsqueda
de ser, en la búsqueda de su libertad de ser, en la búsqueda del sentido
humano, en la búsqueda de un ser que el espacio y el tiempo dibujan hacia una
verdad histórica, asumiendo roles como sociedad que trasciende, formando
políticas y formas de vida. La filosofía y el humanismo, sin chocar generan en la
persona una concepción de asombro cósmico.
En el humanismo cabe la libertad y la esencia de ser y en especial el
pensar libre que conduce a encontrarse con la verdad social. Este encontrarse
hacia la verdad indica aprender a pensar con buen juicio y con conciencia
colectiva, con acciones de cómo el mundo se vuelve un lenguaje como forma de
vida, lenguaje que da identidad, reconocimiento y marcos conceptuales de
comprensión. Solo sabemos y comprendemos
lo que nos pasa cuando perdemos la realidad, y ello nos conduce al abismo de la
imperfección, donde la identidad desaparece como la paz. Vivimos jugándonos el sentido
de la vida, y en ese conducirnos, vorágines voraces nos interpelan, dejándonos
a la deriva ante el destino y las sensaciones vagas que se esfuman por si
solas.
Como seres en búsqueda de
sentido, orientamos el cambio, la revolución de la existencia hacia el juicio
social crítico con una ética de paz. Muchas veces hablamos de libertad sin entenderla,
nos confunde su necesidad, Aquí, el sentido categórico es la libertad con
sentido de justicia y de compromiso, centrada en el orden, en la cooperación de
administrar sin dividir, porque la división conlleva a destruir. La decepción
esta más bien la arrogancia de quienes quieren gobernar desde otras latitudes,
y eso es una afrenta al país, a sus gentes, es una inoperancia orgullosa.
Sentir la vida es gestión política, donde todos al unísono debemos pensar país,
comunidad, pueblo.
La persona en su existir, esta
´para darse como tal y en ese entremés, darle al otro un contexto de unidad
para que participe en la tarea de una remodelación social. Es de apuño verdad
que la existencia humana se ha convertido en un atropello al otro, como
personas, somos seres de asombro emotivo perdiendo así la razón conduciendo
como el Yo perdiendo la soberanía sobre nosotros mismos, haciéndonos tiranos,
grave juicio para desviarnos del camino de la trascendencia. La búsqueda de la
trascendencia es ubicarnos en el umbral de la consistencia y el concepto vida
que nos exige que debemos pensar, leer, escuchar y ser con ilusión en el libro
diario de nuestra existencia.
Es de suyo pensar siempre en la
libertad como única clave humana, pero no olvidemos que la libertad no se da en
la amplia dimensión, pue aun su existir, siempre estamos llenos de esclavismos
de variadas naturalezas, de limitaciones, en continua guerra para seducirnos,
para apartarnos de nuestro compromiso, Trascender implica entereza, voluntad,
juicio, pues si nos dejamos llevar por los goces, supremacías y satisfacciones
seductoras, caemos en el abismo de la tiranía. Que somos ante el sentido de la
vida ¿ Somos lo que hacemos y queremos, nunca lo
que prometemos Todo hacer se puede convertir en un intangible si no obramos con
sensatez, con sentido común, juicios creativos., siempre pensando en el sin
voz, en el otro que vive atado a la seducción moral, civil y ética. Es hora de
cambiar nos lo recuerda Edgar Morin. Un futuro impredecible nos aguarda......
Fe y ser de espíritu, instan
para recuperar el rol de ser, que por lo general vive perdido en las nebulosas
de la búsqueda desesperada del existencialismo y la confusión evangélica. El
verdadero templo de la fe no habita en un recinto material, sino en el interior
dla persona, que por sus acciones irracionales se ha convertido en un
promotor de muerte y desamor. Si, la fe es débil, la devora la llama del absurdo de tal manera, que
ninguna agua la apaga. La muerte es el encanto del desencanto, de la vida que
demuestra la pequeñez, vanidad de
vanidades, pues todo es vanidad. Puntos de inflexión se entrelazan en nuestras
vidas dispuestos a buscar sentido de vida y en ese interregno respondemos con
retos a la problemática humana que, con el tiempo vital y la historia, generan
crisis, caos y otros conflictos propios del desarrollo humano.
Sobrevivimos como exilados. Las
fuerzas de quienes seducen a los pueblos atrapan, sometiendo a la comunidad
desvalida a ser un desplazado por el mundo quedando sin atributos para darle
sentido a sus vidas, cerrando caminos con muros u otros obstáculos infernales o
a través de los ejércitos. Vivimos pues en un mundo para/por los
poderosos. Tiempos y espacios se encargan de hacernos ver las realidades que
desaparecen in infinito. Sin retorno. Vivimos de percepciones imaginarias, de las
opiniones callejeras, verdaderos sofismas de distracción, y esto porque tenemos
una sociedad que no lee, no investiga y por lo regular sus fuentes son aquellos
necios generadores de noticias falsas y opositores y medios de comunicación
adictos a desorientar fijando posiciones destructoras.
Nuestra patria es el mundo, por
ello el sentir la vida es el sentir lo que le sucede al mundo cuando la doble
moral apasiona por la carencia de unidad de criterios, de salirse por la
tangente en las diversas actuaciones, por la incapacidad de aceptarse como ser
en la línea de sus actos de vida. Gaguear es el tono del lenguaje ya
universalizado cuando no se sostiene la palabra y se quieren eludir posiciones.
Hoy nadie es culpable de nada ante la modalidad impune que no acrecienta la
evolución humana en su dimensión ética, moral y praxis de la instrumentalización
que ha perdido la directriz de la disolución de barreras que frenan la evolución.
La persona en su sentir la vida, está
acelerando ya el apocalipsis planetario con su poder, dominio y destrucción
irracional acabando con la naturaleza y la persona mismo. En la medida
en que el planeta sucumbe, difícil es buscar sentido a la vida y no sea que
cuando el planeta se hunda, se inicie cavar su tumba, aunque Canetti nos
dice..., Ninguna muerte acaba.... El devenir de la vida esta eclipsado en un
mundo en llamas que consume el planeta.
Aun así, la fuerza vital nos imprime el carácter para seguir la lucha
para el cambio, para ser, perdiéndonos en ciertos momentos oscuros en pensar
ser mientras se queman las conciencias por el ir y venir de fracasos que danzan
llenos de cuestionamientos y fe de erratas.
En las conciencias moran ideas
llenas de la rebeldía social, que, en medio de la sociedad revolucionaria, en
los escenarios de las calles dejan oír sus voluntades, sus dolores, mientras
los recuerdos avivan sus esperanzas de cambio en un pensar que navega entre las
paradojas del desconcierto. Siempre presentes en el pasado y el presente
histórico. Vayamos tras el libro no de las armas, vayamos tras el lenguaje
prolífico de un sentir las palabras que transportan vida en una poética de paz,
donde entendamos la razón conductora de la filosofía de lo divino y lo humano
al son de cantos de rebeldía con la fuerza de vencer para un existir sin
violencia.
La efímera libertad emancipada.
Se vuelve utópica también al medir el espíritu y la autonomía, porque como al
creernos que nos conducimos, ese sentir no existe, la invasión social y sus
leyes impopulares por lo regular, nos someten, entra en juego las presiones
seductoras, vacíos, falacias del poder. No somos, nos hacen ser.
Las reflexiones buscan el
escenario respetuoso de los que tienen sed de ser y de vivir el cambio, en un mundo
incierto, pero muchas veces olvidan al indiferente, bajo su sombría mascara.
Buscamos seres, hombres de justicia, de humilde sentir que bendigan, no que se
llenen de eufórico orgullo, que temen abrir sus corazones, porque le temen al
cambio. Vivir y buscar el sentido de
ser, es estar en el círculo de los que tienen propósitos de transcendencia.,
donde al decir del sabio, es una negación que garantice un pensar en el destino
donde fluyan potencialidades de vida que ofrezcan nuevas miradas sobre el
mundo, cerca de nosotros y aun en la distancia.......
Sentir la vida no es una
sucinta revisión evolutiva, abarca una universalidad de la vida humana, pues el
mundo esta interconectado, compactado en una estructura cósmica, activa, de
gestión y de incumbencia planetaria. Rotamos el desarrollo de la vida, inmerso
en una cadena geopolítica que permite que estemos alinderados, sin obstáculos,
basados en círculos concéntricos de la conciencia y la razón. Solo nos afecta
los pesos y contrapesos de lo que sabemos, cuando perdemos el rol de la
realidad, desconcierto que nos conduce al abismo de la imperfección que nos
sucumbe, ante el panorama Inter espacial del horror cósmico que empieza a dar
sus primeros pasos hacia nuevos espacios de vida.
Con imperfección humana, la
libertad responsable, nos exige, no obstante, el sentir del eclipse de Dios,
interpretado según la fe personal, debemos asumir presiones y conductas en los
cambios del giro humano y social. Hoy nos debemos gobernar y gobernar el mundo,
y en este designio terrenal, la vida se potencia como un gran todo para reubicar
la gestión del cambio, con una versión moderna de equilibrio con vertientes
dispersas de centralidad y federalismo... Es principio, hoy en praxis, la
gobernanza que fluye por el país, generándole a las comunidades sentido de
vida. Sentido de cogobierno participativo que nunca habíamos tenido.
La enfermedad social y política
que invade al país es la sórdida ambición y la nefasta envidia con un orgullo
radical, donde el trio cabalga eufórico destrozando con la corrupción el
devenir del país. Eso mata el sentido de un país que invita a la integración
con todos los poderes políticos y económicos, que hoy con visos de unidad
social, viven la esperanza y el encuentro fraterno y pluralista de un
entendimiento con amor social. Porque capital social y humano con país a bordo
y un gobierno de cambio conforman la idea de un escenario para la paz que desde
otrora venimos buscando.
Digamos con humildad que el
sentir la vida debe ser la premisa extendida a todo el tejido social de
nuestros pueblos, donde empresarios, trabajadores, gobernantes y comunidad se
enlacen con principios de ética y deontología a trabajar sintiendo la vida de
cada ente y su grupo, dándole sentido a esos mensajes de Misión y Visión que
hoy hacen presencia en nuestras instituciones como línea de transformación y
cambio. Las instituciones sociales, sujetos de gobernanza han pervertido su
objeto y el mensaje del Jesús evangélico. Gólgotas y calvarios reviven en la
historia, Gaza, Ucrania Rusia, Haití, África, América entre otros, al lado de
Sanedrines ávidos de condenar inocentes y de Jueces que como siempre se lavan
las manos pues la conciencia les acusa y a otros los convierte en serafines de
la negación de los derechos.
Sentir la vida, y tener sentido
de vida, nos conducen en un discurso y un lenguaje subversivo, y humano, bajo
el umbral de un mundo complejo, con la aun esperanza, donde un viacrucis de
amor traza sendas de vida formativa para pueblos presa de los más grandes
conflictos, pero una democracia herida
nos llama a la lucha fraterna. La persona del mundo que se endiosa entre
desarraigos llega con Fe de patria y un recio humanismo. Con la nueva versión
de cambio absoluto y trascendente, con el pueblo que ansía vivir crea caminos
de resurrección.
Vivimos sin Dios, ante la
muerte que le dimos y aun seguimos haciéndolo. Hemos perdido los valores y los
principios, por lo tanto, debemos aprender a vivir, a trascender. En este
transitar luchas muchas se nos dan para llegar al cambio, ante los hechos que nosotros mismos construimos bajo una
libertad irresponsable. Cuestionar nuestra vida es parte del existir a la luz
del devenir de los valores, que hemos cambiado por el odio y la actitud de los
sujetos de la sociedad, pública y privada, que han vivido instrumentalizando
sus actos.
El poder y dominio de
gobernanzas cuyos jefes dinosaurios nos han llevado a ser países emigrantes y
desplazados, perdiendo la garantía de un futuro próspero. Esos reductos
gobiernos del pasado, débiles, conformistas, statu quo que deben inhabilitarse
por su anacronismo, se van acorralando por su incompetencia, por su inutilidad,
y desde sus potreros siguen bramando entre atajos sus caducos ideales, que la
sociedad se tiene que tragar. Vanilocuos, necios y mentecatos tejen sus vidas parlamentando
como fieras enjauladas, destruyendo ideales de una justicia social, porque
perdieron el sentido de la vida, que pierden porque el yo les impide amar al otro
Lo
subrayado/interpolado es nuestro
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