La Alemania acomplejada, de genocidio en genocidio.
Chantajeada permanentemente por el régimen sionista colonialista israelí. De la
barbarie nazi alemana, a la barbarie sionista, colonialista israelí, más comparaciones
que diferencias.
Por
DAVID BOLLERO*/Escritor,
periodista y analista internacional/ Prensa Mare Argentina/ Xinhua, Other
News, Sputnik, RT, La Jornada de México, Red latina sin fronteras. Sur, ACHEI,
Utopía, Argentina Indymedia/ADDHEE.ONG:
El canciller alemán, Olaf Scholz, durante una conferencia en Bruselas el
año pasado. – Jan Van De Vel / Europa Press
Sudáfrica
dio un ejemplo la semana pasado llevando a Israel a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) por el genocidio que está cometiendo en la Franja de Gaza.
El discurso del abogado sudafricano, Adila Hassim, fue inapelable, tanto
como las imágenes que vemos a diario de la matanza de civiles que comete el régimen
de Benjamín Netanyahu. La respuesta de Tel Aviv era de esperar, victimizarse; la de Alemania también, rechazar la acusación de genocidio. Berlín no se sacude el complejo de ser responsable del
holocausto, segando la vida de seis millones de judíos y,
paradójicamente, se hace cómplice de otro, el palestino.
"La
represalia contra Hamás no puede justificar un genocidio". Esta fue una de
las afirmaciones expuestas por Hassim en el CIJ, reconociendo el horror del
atentando del grupo terrorista contra población civil en Israel el pasado mes
de octubre. El posterior asesinato de más de 23.000 civiles, unos
10.000 de ellos niños y niñas, bombardeando hospitales, campos de
refugiados o escuelas es absolutamente injustificable.
Sudáfrica
es una excepción internacional, llevando a sus hechos lo que predica con su palabra.
No es el caso del resto de países, incluida España, cuyas críticas a la
masacre que comete Israel se diluyen al no mover un solo dedo para presionar
con acciones concretas a Tel Aviv. En esa connivencia, esta Alemania
acomplejada da un paso más, cercando a quienes siquiera se posicionan del lado
palestino, que no de Hamás.
Este posicionamiento alemán ya se reveló apenas unos días después del atentado de Hamás, cuando la 75ª Feria del Libro de Fráncfort canceló la entrega del Premio LiBeraturpreis que tenía previsto entregar a la escritora palestina Adania Shibli. Esta semana, el mundo de la cultura vuelve a sacudirse en Alemania con la denuncia de la novelista Lana Bastašić, ganadora del premio de premio de literatura 2020 de la Unión Europea. La escritora anunció en su perfil de Instagram la ruptura con la editorial S Fischer –de origen judío- por su incapacidad para "haber expresado su opinión sobre el genocidio que está ocurriendo en Gaza", denunciando la "censura" que tiene lugar en Alemania contra las voces propalestinas.
Alemania rechaza "explícitamente" la acusación de genocidio contra Israel: "No tiene base alguna"
En
el centro de esta polémica se encuentra el triunfo de la narrativa
confeccionada por Netanyahu que equipara la defensa de Palestina con el
antisemitismo. Nada más lejos de la realidad, pero el gobierno genocida de
Israel ha conseguido camuflar su sionismo bajo esa apariencia de víctima cuando
ahora es agresor. El poder del cabildeo judío unido al complejo y la mala
conciencia que arrastra Alemania por el holocausto es una mezcla explosiva que
termina materializándose en aspectos como la adopción de la forzada definición de antisemitismo de la
Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto (IHRA).
"El
antisemitismo es una cierta percepción de los judíos que puede expresarse como
el odio a los judíos. Las manifestaciones físicas y retóricas del antisemitismo
se dirigen a las personas judías o no judías y/o a sus bienes, a las
instituciones de las comunidades judías y a sus lugares de culto", según
la IHRA, que incluye en estas manifestaciones a los ataques al Estado de Israel,
como colectividad judía que es. Ya el pasado mes de abril, más de 100
organizaciones de la sociedad civil israelí e internacional solicitaron a la
ONU que rechazara esta controvertida definición, porque estaba siendo
utilizada para considerar críticas legítimas a Israel como ataques
antisemitas. El propio Felipe VI, que defiende la creación de un Estado palestino, tendría quizás algún que otro problemilla, sino disfrutara de su
herencia real, claro está.
El próximo sábado 20 de enero hay convocadas manifestaciones por toda
España contra el genocidio en Gaza.
Alemania
vuelve a estar alineada con la IHRA e incorpora una cláusula
antidiscriminación cuya firma es imprescindible para quienes pretendan obtener
algún tipo de subvención cultural en Berlín. Dicha cláusula busca
garantizar que "ninguna expresión racista, antisemita, queerfóbica o
discriminatoria de otro modo sea apoyada con fondos públicos". Se abre la
puerta a la censura, a silenciar a las voces críticas con el apartheid que Tel
Aviv lleva décadas cometiendo con el pueblo palestino y la actual masacre que
vemos en directo.
La
decisión de Bastašić respalda el movimiento que esta misma semana y bajo el
nombre de Strike Germany han
firmado más de 500 artistas, cineastas, escritores y trabajadores culturales de todo el mundo promoviendo el boicot cultural a
asociaciones financiadas por el estado alemán, dejando
de trabajar con ellas. Entre las personas firmantes hay gente del peso de la
ganadora del Premio Nobel de Literatura Annie Ernaux, el poeta y
activista palestino Mohammed El-Kurd, la actriz
estadounidense Indya Moore, la ganadora del Premio Turner
británico Tai Shani o el cantante de rock alternativo libanés
Hamed Sinno.
Si
nuestros gobiernos no se movilizan, somos nosotras y nosotros desde la sociedad
civil quienes debemos hacerlo. El mundo de la cultura, por su capacidad
de capilaridad social, es clave en este movimiento cuya defensa no
protege intereses geoestratégicos, sino humanitarios. La cultura se expone y
nosotras y nosotros, como colectividad, hemos de respaldar y servir de escudo a
las represalias que sin duda sufrirá por ello. No nos defraudemos o, quizás, en
un futuro sintamos el mismo complejo que hoy siente esa Alemania acomplejada.
Como colofón; El exterminio del siglo
XXI, limpieza étnica del régimen sionista colonialista israelí.
Los dirigentes israelíes desde un nacionalismo extremo y un supremacismo lleno de prepotencia, llaman con falsedad “derecho de defensa” a lo que es aniquilación limpieza étnica. Es patético que Alemania, una nación que en su historia “luce” el mayor exterminio del siglo XX, para hacerse perdonar lo que sus antecesores nazis hicieron y toda la población consintió mirando para otro lado, apoye sin fisuras a los genocidas de hoy, el régimen sionista colonialista israelí. Porque si tienen aún que lavar su conciencia por exterminar a unos, no puede ser que apoyen a los que buscan y están consiguiendo lo mismo: aniquilar a todo un pueblo. La rapidísima visita de la presidenta alemana de la UE, Von der Leyen, a Tel Aviv como muestra de apoyo absoluto a Netanyahu para su respuesta militar nos repugnó a muchos europeos.
*Periodista con casi dos décadas de
experiencia, ex corresponsal de Público en Londres. Ahora, de vuelta a
las TIC, como editor de SinDominio.es y colaborador de TICbeat y Business
Insider España., el medio de comunicación líder en información económica y
tecnológica a nivel mundial. Bollero se incorporó a Aleph Comunicación en 2006
como director de cuentas y operaciones. Licenciado en Ciencias de la
Información. En el año 2000 fue nombrado jefe de actualidad y usuarios en el
periódico Computing de VNU BP España.
Lo subrayado interpolado es
nuestro.
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