LOS FANTASMAS DE ALEMANIA. “Quien
NO APRENDE LAS LECCIONES que LE DA LA HISTORIA ESTA CONDENADO A REPETIRLAS. LA
HISTORIA SE REPITE COMO FALACIA, Y despues COMO TRAGEDIA” addhee.ong.
Por Prof. Dr. Boaventura de Sousa Santos*/ El Salto/ Prensa Mare Argentina/ Xinhua, Other News, Sputnik, RT, Publico.es, La Jornada de México, Red latina sin fronteras. Sur, ACHEI, Utopía, Argentina Indymedia/ADDHEE.ONG:
Un poco de historia bastará para concluir que
Alemania ha sido un problema para Europa durante más de un siglo. Los mayores
ataques a la paz de Europa han venido de Alemania. No olvidemos que la OTAN se
creó para defender al «mundo libre» tanto de la Unión Soviética como de la
agresión autoritaria de Alemania. En aquel momento, Alemania estaba derrotada y
dividida, pero el peligro de que cambiara el statu quo estaba latente. La
creación de la Unión Europea estuvo dominada por la misma desconfianza hacia Alemania.
Los líderes alemanes de la posguerra hicieron todo lo posible por dar
credibilidad a la idea de Alemania como país pacífico y la Unión Europea se
benefició enormemente de la reconstrucción económica de Alemania,
convirtiéndola en el motor económico de Europa en un espacio de tiempo
relativamente corto. Además de su prosperidad económica, Alemania se ha
consolidado como un país ético. La política inicial de Angela Merkel ante la
oleada de inmigración fue una memorable lección de responsabilidad histórica.
Todo esto ha sucedido sin darnos cuenta de que dos fantasmas acechan a
Alemania.
El primer fantasma
es Rusia y la derrota infligida por Rusia (entonces la Unión Soviética) a
Alemania en la Segunda Guerra Mundial. Con la Ostpolitik de Willy Brandt, este fantasma parecía
haberse neutralizado para siempre, pero sólo hizo falta la guerra de Ucrania
para ver que no era así. Los objetivos geoestratégicos de Estados Unidos, que
incluyen neutralizar a Rusia para llegar a China, han encontrado en Alemania el
apoyo más entusiasta o servil/rastrero. El auténtico deseo de paz
desapareció rápidamente y Alemania empezó a prepararse para una guerra que va
mucho más allá del suministro de armas a Ucrania. La reciente revelación de los
planes militares alemanes para Crimea son indicios de ello y el ministro de
Defensa, Boris Pistorius, afirmó recientemente que «la Unión Europea debe estar
preparada para la guerra antes de que acabe la década».
Alemania se ha convencido de que está en buena
compañía, pues tiene como aliado a una de las potencias que la derrotaron en la
Segunda Guerra Mundial. La victoria sería segura y, por eso, los Acuerdos de
Minsk 1 y 2 fueron una excusa para darle tiempo a Ucrania de prepararse para la
guerra. Al final, la previsión falló y, a pesar de toda la propaganda en contra,
Rusia está ganando la guerra y las condiciones que garantizaron la prosperidad
de Alemania en la posguerra tardarán mucho tiempo en reconstruirse, si es que
alguna vez lo hacen. Estados Unidos se retirará de Ucrania cuando le convenga,
igual que hizo en Afganistán, Irak, Siria y Libia, pero Alemania y Europa serán
rehenes de las consecuencias de esa retirada. Alemania pensaba que por fin
estaba en el lado correcto de la historia y aún no se ha dado cuenta de que,
para bien o para mal, la historia ha vuelto a girar hacia el Este, donde en
realidad ha estado más tiempo en la historia. Alemania y la propia Europa sólo
despertarán de esta locura cuando tengan que explicar a sus ciudadanos que
defender militarmente a Taiwán forma parte de la seguridad europea.
“El segundo
fantasma es el Holocausto”. Lo que está ocurriendo en Alemania después del 7
de octubre es algo muy extraño. Es comprensible que la culpa histórica por el
horrendo crimen que cometió hace apenas noventa años le obligue a afirmar
inequívocamente el derecho de Israel a defenderse, e incluso a afirmar que la
seguridad de Israel es la razón de ser de Alemania. Al fin y al cabo, la
existencia de Israel es el resultado de ese crimen horroroso. Lo
incomprensible es el extremismo con que lo hace. Cualquier crítica a Israel se
considera antisemitismo, el canciller alemán repite hasta la saciedad, contra
toda la violencia televisada a diario, que el comportamiento de Israel se guía
por «los principios más humanitarios», se prohíbe cualquier protesta contra el
genocidio (palabra proscrita) en Gaza, se censura a los judíos alemanes que se
manifiestan contra la política de Israel, se censura a los propios inmigrantes,
muchos de ellos procedentes de la región, desestabilizada en gran parte debido
a la agresiva política de ocupación territorial de Israel, que contraviene las
resoluciones de la ONU, corren el riesgo de ser deportados si se manifiestan a
favor de Palestina, se prohíbe la entrada a visitantes extranjeros que
participan en conversaciones en las que se aborda el problema de Palestina con
cierta imparcialidad o se les prohíbe la entrada.
La lucha contra “el antisemitismo” - según el régimen sionista colonialista israelí,
el régimen estadounidense/yanqui y la Unión Europea - es más que legítima y
necesaria, pero defenderla de esta manera es alimentar el autoritarismo, la
xenofobia, la islamofobia y, en definitiva, el antisemitismo. Es estar de
acuerdo con el sentido común del Estado israelí de que los palestinos son seres
inferiores, «animales humanos» que no merecen otra cosa que el exterminio, la
limpieza étnica. Es dar un cheque en blanco a un Primer Ministro muy impopular
en Israel que, ante los crímenes de los que se le acusa, ve en la continuación
y extensión de la guerra una condición para su supervivencia.
La complicidad en el genocidio de Gaza se lleva a
tal extremo que, noventa años después, podemos comprobar que los alemanes
vuelven a normalizar un crimen horrendo contra personas a las que consideran
inferiores, un crimen esta vez no cometido por ellos, sino por sus antiguas
víctimas, de las que se consideran aliados incondicionales. La perplejidad es tal que el extremismo
alemán nos lleva a preguntarnos si el apoyo al genocidio de Gaza del Pueblo
Palestino se explica menos por el deseo de expiar un crimen horrendo que
por un deseo insidioso e inconsciente de justificarlo. El inconsciente
colectivo tiene razones que la razón desconoce. Traducción de Bryan Vargas
Reyes
Lo subrayado/interpolado
es nuestro.
……………………..
*Académico portugués. Doctor en sociología.
Profesor distinguido de la Universidad de Wisconsin-Madison (EE.UU.) y de
diversos establecimientos académicos del mundo. Es uno de los científicos
sociales e investigadores más importantes del mundo en el área de la sociología
jurídica y es uno de los principales dinamizadores del Foro Social Mundial.
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