El puerto de Chancay en Perú, ¿motivo para una nueva guerra imperialista del Pacífico?
Sergio Rodríguez Gelfenstein/Escritor y analista internacional/El Salto/ Prensa Mare
Argentina/ Xinhua, Other News, Sputnik, RT, Publico.es, La
Jornada de México, Red latina sin fronteras. Sur, ACHEI, Utopía,
Argentina Indymedia/ADDHEE.ONG:
Prolegómenos: En la primera guerra imperialista del Pacifico, la parte del león, el botín de guerra, se lo llevaron las empresas depredadoras, saqueadoras internacionales de los imperios ingles y estadounidense/yanqui. Los muertos los pusieron los hermanos Pueblos Boliviano, Chileno y Peruano. Prof. Moreno Peralta, Secretario Ejecutivo ADDHEE.ONG
Se atribuye al almirante peruano Juan Ribaudo la
autoría del proyecto de construir un gran puerto en la costa del país. Para
ello, se dio a la tarea de buscar el sitio más adecuado y eligió un terreno en el pequeño puerto de pescadores
de Chancay ubicado 70 Km. al norte de Lima. En 2011, el grupo Volcan se interesó en
el mismo, creando la empresa Terminales Portuarios Chancay
que a la muerte de Ribaudo adquirió el 100% de la empresa. A partir de
entonces, Volcan se abocó a buscar un socio estratégico y en 2019 hizo una
alianza con la empresa estatal china Cosco Shipping que obtuvo del 60% de
participación por US$225 millones. El conglomerado designó a otro almirante,
Carlos Tejada Mera como gerente general adjunto del proyecto y al vicealmirante
Gonzalo Ríos Polastri como gerente de operaciones de la empresa.
Esta alianza, establecida por capitales chinos y peruanos con
la Armada de ese país, ha sido clave
para garantizar la estabilidad del proceso. Aunque la fuerza naval del
Perú es absolutamente cofrade de Estados Unidos, los marinos no han tenido
ningún inconveniente en establecer un acuerdo del más alto nivel con la empresa
china. Es parte del pragmatismo y de la
desideologización de la política internacional tras el fin de la guerra fría.
Para China, ha significado resguardar el proyecto ante ataques que pudieran
venir de los sectores más recalcitrantemente pro estadounidenses de la sociedad
peruana.
Chancay
es la primera inversión portuaria de
China en Latinoamérica, que será operada directamente por una empresa propia.
Para Perú, significa la posibilidad de desahogar
el Callao, principal puerto del país, operando carga que viene desde el norte,
el sur y la sierra. Este megapuerto se transformará en la principal puerta de
entrada de China y de Asia a América del Sur y funcionará como un hub para el
comercio desde y hacia Ecuador, Chile y Colombia. Así mismo, la posibilidad de
conexión con los variados proyectos de
corredores bioceánicos podrían comunicar más fácilmente a los países americanos
del Atlántico Sur con el Pacífico, generando un impacto geopolítico local,
nacional y regional innegable. Por ejemplo, Chancay podría integrar a Perú con
el parque industrial de Manaos, lo cual le permite mejorar su conectividad con
todo con el Mercosur.
La
inversión esperada de 3.000 millones de dólares permitirá cimentar una obra que
integrará dos complejos, uno portuario y otro logístico, que contarán con dos
terminales especializadas, cuatro fuentes de atraque y un terminal de
contenedores con 11 muelles para la atención de naves transportadoras de
vehículos, carga general y a granel. Al finalizar la obra, se espera que Chancay pueda mover una cifra un
tanto superior a los 5 millones de TEUs (unidades de contenedores equivalentes
a veinte pies).
En
este momento, el puerto se encuentra en su primera etapa de edificación. De acuerdo
al plan, al finalizar 2024 estarán habilitados los sitios suficientes para mover
un millón de TEUs y 6 millones de toneladas de carga a granel. Se espera tener
operativo durante este año un primer muelle de carga general mientras que los
tres frentes de atraque restantes (carga a granel, vehículos y dos muelles
para contenedores) estarían habilitados para atender naves portacontenedores de
última generación de 400 metros de largo para el primer trimestre del próximo
año. Esta primera etapa considera una inversión de 1.300 millones de dólares.
El
puerto de Chancay permitirá facilidades
para que el movimiento de la carga se ejecute con fluidez , a través de un
intercambiador vial, un centro de servicios para camiones, un edificio administrativo, edificios de
servicios, una zona de contenedores, un área de aduanas, dependencias para la policía
marítima y el servicio agrícola-ganadero.
En
una etapa posterior, se construirá un
moderno complejo logístico que pueda dar respuesta a todas las necesidades que emanen
del funcionamiento de un puerto de estas dimensiones, dando facilidades para
que los operadores portuarios transporten la carga con seguridad y rapidez.
Desde el punto de vista de seguridad, tendrá dependencias que respondan a ese
tipo de requerimiento en materia portuaria y fitosanitaria, previendo incluso amenazas
transnacionales del crimen organizado, sobre todo considerando que un puerto de
esta magnitud atraerá inversiones y con ellas, comercio y un gran crecimiento
inmobiliario en las áreas de viviendas y servicios, lo cual redundará en su
transformación como punto de desarrollo fundamental para la economía peruana.
A
su vez, el municipio de Huaral donde está enclavado el puerto, se convertirá en
un área de intercambio e interconexión con toda Sudamérica. Debido a la capacidad de carga prevista,
Chancay recibirá buques de gran calado, desplazando a los
más importantes puertos chilenos, como Antofagasta, Iquique o San Antonio,
ecuatorianos como Guayaquil y colombianos como Buenaventura, además de Callao
en el propio Perú.
La
ubicación estratégica y la calidad del servicio que va a ofrecer conducirá a
que Chancay se torne en puerto preponderante para las líneas navieras, que
desde ahí, en lo inmediato, comercializarán o reembarcarán la carga hacia
Chile, Colombia y Ecuador, para ampliar en un momento posterior, el intercambio
con otros países de la región.
Para
Perú, la posibilidad de contar con un puerto que resuelva los problemas de
transporte que aquejan al Callao por su ubicación en la zona metropolitana de
Lima, será de la mayor importancia. Debe considerarse que el puerto de Callao
concentra el 86,4% de la actividad portuaria del país y la congestión que se
genera por la falta de vías expeditas y seguras para sacar la carga, hace que
la alternativa del puerto de Chancay sea más atractiva.
Curiosamente, la
principal oposición al puerto no ha
incubado en el Perú. Aunque existen
minoritarios grupos (seguramente tarifados por la embajada de Estados Unidos),
en general la opinión pública del país ve con buenos ojos la construcción de
esta magna obra. Los principales factores de presión en contra
del proyecto además de Estados Unidos provienen de los intereses de grupos
empresariales chilenos. Esto podría significar desde la paralización de la
construcción, hasta la demanda a un tribunal arbitral internacional.
La influencia de Estados Unidos está basada en un artículo
publicado en agosto pasado en el Washington Post (WP),
en el que se afirma que el gobierno de ese país ha comunicado al gobierno
peruano su preocupación por la inversión china en un sector estratégico como el
portuario. El malestar de Estados Unidos
por el avance chino en Latinoamérica, se manifiesta de múltiples formas pero
especial preocupación causa lo que ocurre en Brasil y Perú que son los
principales destinos de inversión china en la región.
Ante
el hecho de que el gobierno de Biden no ha manifestado opinión alguna sobre lo
referido en el artículo de WP, la fuente afirma que la aseveración pareciera
ser el intento de generar una matriz de opinión desde el Perú en un momento que
la eléctrica China Southern Power Grid International había cerrado un acuerdo
de compra de Enel Distribución Perú, la principal empresa de distribución de
energía del país y que existía un proceso
en tránsito de aprobación previa de la operación en el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y
de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi).
Ha sido desde Chile donde han surgido los
principales cuestionamientos a la construcción del puerto de Chancay, sobre
todo porque este podrá recibir buques post Panamax que no tienen posibilidades
operativas fluidas en otros puertos de la región, particularmente en Chile. Por
otro lado, es evidente que los puertos chilenos se verán afectados, en su
capacidad de carga e interconexión con el Atlántico máxime si se considera que
los puertos chilenos tienen -hasta ahora- preponderancia como punto de
llegada/salida del corredor bioceánico que une Brasil con Chile y que pasa por
Paraguay y Argentina.
Por
ello, los capitales chilenos están operando fuertemente para
evitar la puesta en funcionamiento del puerto de Chancay. En Chile preocupan
algunas evidencias, en particular dos de ellas. La primera es que la
ruta marítima desde China hasta Chancay reducirá en 15 días la travesía hasta
la costa sur de Sudamérica. En segundo lugar, por el calado, Chancay podrá
recibir barcos de la máxima capacidad de transporte, los denominados Ultra
Large Container (ULC), que puedan transportar hasta 18,000 TEU. En esas
condiciones, los puertos chilenos solo podrán recibir embarcaciones de menor envergadura
que provendrían de un trasbordo de carga desde Chancay.
El analista
político peruano Luis Thais, muy conocedor de estos asuntos y que ha dado
puntual seguimiento al mismo, ha dicho que las características de Chancay permitirán abaratar los costos de
transporte en alrededor de 30% lo cual significa que Perú será mucho más
competitivo que otros países de la región. En particular eso afectará a Chile
que dejará de ser competitivo en su comercio con Asia. Ante esa situación, el
grupo empresarial chileno Luksic, el más grande de ese país, que tiene variados
intereses portuarios y mineros, considera que en Perú se está actuando en
contra de la competencia porque se le está concediendo la posibilidad de operar
todos los servicios a una empresa china.
En Chile se viene discutiendo este tema desde hace 12 años, pero
cuando se han hecho licitaciones para la construcción de puertos, el grupo
Luksic no ha participado y han sido las empresas chinas las que han ganado
tales licitaciones, de manera que Luksic no debería refutar la realización de
un proyecto que se ha realizado en términos de ley. Según explica Thais, esto
ocurre porque Luksic acaba de comprar una flota de barcos en Holanda y es dueño
de las dos más grandes flotas de barcos de Chile.
Muy extrañamente, esta situación originó que el presidente de la
Asociación Peruana de Puertos (que es un almirante retirado) dijera que había
documentos que no estaban en orden. Esto ocurrió el mes pasado cuando el
proyecto está aprobado desde 2021 y ya lleva invertido más de 1.200 millones de
dólares. Este almirante le dijo al Procurador de Justicia del Ministerio de
Transporte y Comunicaciones que debe hacer un planteamiento a la justicia para
que dictamine si esta apegado a la ley que se le conceda a una empresa la
exclusividad sobre la prestación de servicios portuarios.
Evidentemente se manifiesta un hecho extraño que trasluce
corrupción toda vez que lo anteriormente expuesto no se realizó acorde los procedimientos
naturales. En primera instancia, porque el almirante, para hacer esa gestión,
debió haberle consultado al ministro de transporte y comunicaciones, lo cual no
ocurrió.
En
ese contexto, llamó la atención el anuncio del canciller Javier González-Olaechea
asegurando que las obras avanzan conforme a lo programado y que están esperando
la información oficial de China sobre la visita del presidente Xi Jinping a fin
de año cuando se inauguraría la primera etapa del puerto de Chancay. El anuncio
dice que la visita fue “confirmada extraoficialmente” de forma verbal por una
viceministra china de relaciones exteriores.
No obstante
este anuncio, el conflicto respecto a la exclusividad de los servicios esenciales en el puerto
de Chancay no está resuelto. En la cancillería peruana esperan que haya una
solución al problema con
una legislación adecuada aprobada en el Congreso de la República.
Están confiados porque el avance
en la ejecución del Terminal de Chancay vaya conforme
a lo programado, pese a la controversia generada respecto a los servicios
esenciales de este puerto.
En aras de
la solución de la polémica creada, el
Presidente de la Autoridad Portuaria Nacional, Walter Tapia, presentó su
renuncia luego de la demanda interpuesta a Cosco para anular su exclusividad en
el puerto de Chancay en una decisión que dejó muchas dudas desde el punto de
vista legal e incluso ético. Con esta decisión, aparentemente
se da por solucionada la controversia para que la obra del puerto siga adelante
y eso es lo que motivó la seguridad de la cancillería al hacer el anuncio de la
visita del presidente Xi Jinping que, en el Perú, se había puesto en duda. Lo cierto es que toda esta situación está causando mucho revuelo
en el país porque está dando origen a la circulación de múltiples teorías
conspirativas e incertidumbre por lo que pueda pasar.
En general, en Lima, es
mucho más fuerte la idea de que la resistencia al puerto de Chancay proviene de
la intervención de empresarios chilenos, y eso es mucho más lógico aunque aún
no se tiene una evidencia explícita. Esperemos que no se llegue a una nueva
“Guerra imperialista del Pacífico”. En aquella ocasión fueron intereses
comerciales y de explotación minera los que incentivaron una guerra fratricida.
Hoy, una vez más, los empresarios chilenos manifiestan la voracidad.
Lo subrayado/interpolado es nuestro.
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