ACUERDO HISTÓRICO EN LA COP28
PARA DEJAR ATRÁS LOS COMBUSTIBLES FÓSILES
Por Joyce Chimbi – IPS/Other
news, Xinhua, Sputnik, RT, La Jornada de México, Red latina sin fronteras. Sur,
ACHEI, Argentina Indymedia/ADDHEE.ONG:
DUBÁI – Sobrepasado en un día el plazo final, la COP28 se transformó en una cumbre extraordinaria, en un año caracterizado por temperaturas récord combinadas con El Niño, que produjeron una carnicería climática en continentes como África.
Este miércoles 13, tras una
jornada de negociaciones extenuantes, en la sala plenaria de la Expo City de
Dubái se aprobó un acuerdo que garantizará la transición (transitioning away en
la jerga inglesa de la cumbre) para abandonar los combustibles fósiles, que por
primera vez aparecen, además, en una declaración de la COP como lo que son: los
grandes responsables del recalentamiento planetario.
El secretario general de las
Naciones Unidas, António Guterres, se congratuló del acuerdo.
«A aquellos que se opusieron a
una referencia clara a la eliminación progresiva de los combustibles fósiles en
el texto de la COP28, quiero decirles que la eliminación progresiva de los
combustibles fósiles es inevitable, les guste o no. Esperemos que no llegue
demasiado tarde», afirmó.
El presidente de la COP28, el
sultán Ahmed al Jaber, del país anfitrión, los Emiratos Árabes Unidos, tuvo
palabras admonitorias en medio de la satisfacción del momento con que se
clausuraba un día después del previsto la 28 Conferencia de las Partes de la
Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, inaugurada el
30 de noviembre.
«Permítanme hacer una
advertencia. Cualquier acuerdo es tan bueno como su aplicación. Somos lo que
hacemos, no lo que decimos. Debemos convertir este acuerdo en acciones
tangibles. Si nos unimos, podemos influir profundamente en el futuro de todos
nosotros».
Y añadió: «La inclusión nos
mantuvo en pie en los días difíciles. Todo el mundo ha sido escuchado, desde
los pueblos indígenas o los jóvenes hasta el Sur global».
La recta final de la COP28 se
dedicó al tema más polémico, el llamado elefante en la habitación de las
ultimas cumbres climáticas: los combustibles fósiles, que hay que eliminar o
reducir progresivamente, según diferentes posturas.
Más de 100 países se han
comprometido ya a eliminar progresivamente los combustibles fósiles por su
contribución determinante al incremento de las temperaturas.
El petróleo, el gas y el carbón
representan más de 75 % de las emisiones mundiales de gases de efecto
invernadero y casi 90 % de todas las emisiones de dióxido de carbono, empujando
a los países más vulnerables al borde de la supervivencia.
El objetivo mundial convenido en
el Acuerdo de París, adoptado en 2015 en la COP21, el de mantener el
calentamiento global en no más de 1,5 ºC sirvió de brújula a la COP28. Para
reducir las emisiones de gases de efecto invernadero lo más cerca posible de
cero para 2050, las emisiones deben reducirse en 45 % para 2030 y llegar así al
llamado cero neto.
«Es la primera vez en la
historia de las COP que un objetivo de reducción de los combustibles fósiles
forma parte del acuerdo final, aunque no es lo suficientemente ambicioso y no
nos llevará al cero neto. Necesitaremos un mayor fondo mundial de adaptación y
un mayor Fondo para Pérdidas y Daños», dijo Amos Kaggwa, un activista del clima
con sede en Uganda.
Según dijo Kaggwa a IPS, el
planeta podría alcanzar temperaturas medias globales de hasta 3 ºC por encima
de los niveles preindustriales, y eso provocará pérdidas y daños todavía más
graves de las actuales por desastres relacionados con el clima.
La capacidad de adaptación
climática de África y otras regiones del Sur global también se verá seriamente
comprometida.
En la actualidad, los países
ricos y altamente contaminantes son reacios a pagar por las pérdidas y daños y
a proporcionar fondos suficientes para que los países pobres y menos
contaminantes puedan mitigar y adaptarse al cambio climático.
Hasta ahora, 130 países han
acordado triplicar la capacidad de las energías renovables y duplicar la
eficiencia energética para 2030.
Mientras, un total de 2456
grupos de presión -los llamados lobistas- de la industria de los combustibles
fósiles participaron en la COP28, frente a los 636 del año pasado, según la
coalición Big Polluters Out.
Un ejemplo de la situación la da
una vez más África: el continente emite solo 3,8 % de los gases de efecto
invernadero, pero solo 2 % de la proporción de inversiones en energías
renovables se destinó a sus países en 2023.
Mary Robinson, presidenta de The
Elders y expresidenta de Irlanda, comentó que «el acuerdo de Cop28, aunque
señala la necesidad de poner fin a la era de los combustibles fósiles, se queda
corto al no comprometerse a una eliminación total de los combustibles fósiles».
«Si 1,5 ºC es nuestra estrella
polar y la ciencia nuestra brújula, debemos eliminar rápidamente todos los
combustibles fósiles para trazar el rumbo hacia un futuro habitable», adujo.
Y añadió: «Los líderes mundiales
deben seguir aunando esfuerzos urgentemente y encontrar formas de hacer frente
a esta amenaza existencial. Cada día de retraso condena a millones de personas
a un mundo inhabitable».
Bavon Christopher, director
nacional de ActionAid Tanzania, se refirió a la histórica puesta en operación
del Fondo para Pérdidas y Daños en la COP28, que fue aprobado en la anterior
cumbre, la COP27, celebrada hace un año en la ciudad egipcia de Sharm al Sheij.
«El primer día de la COP28
estábamos muy satisfechos con las promesas y pensábamos que el dinero seguiría
llegando. Tenemos solo 700 millones de los 400 000 millones anuales necesarios
para sufragar las pérdidas y los daños. Las promesas están lejos de ser
suficientes», argumentó.
Y las razones para nutrir el
Fondo con el caudal de recursos comprometido está claro. Por ejemplo, hace tan
solo unos días, en el país de Christopher, Tanzania, las inundaciones y
corrimientos de tierra mataron a 60 personas, hirieron a más de 100 y destruyeron
al menos 100 hogares, además de provocar graves daños a los medios de
subsistencia.
Un punto que dejó mucho
descontento al cierre de la cumbre fue el Objetivo Global de Adaptación
de la COP28 porque no se basó en el objetivo anterior.
Expertos como el ugandés Kaggwa
subrayaron que además de débil es poco probable que proporcione capacidades de
adaptación y resiliencia y que reduzca la vulnerabilidad al cambio climático en
los países del Sur en desarrollo azotados por desastres provocados por el
clima.
«El punto débil del Objetivo
Global de Adaptación es la flagrante falta de mención de los déficits de
financiación existentes. La financiación actual de la adaptación no se
corresponde con las necesidades sobre el terreno», dijo el especialista
ugandés.
Subrayó a continuación que
«incluso si duplicamos la financiación para la adaptación esbozada en la COP26
(celebrada en la ciudad escocesa de Glasgow en 2021), las necesidades sobre el
terreno seguirán siendo entre cinco y 10 veces mayores que el paquete de fondos
para la adaptación de la COP28».
«Así de grande es el déficit de
financiación de la adaptación», insistió Kaggwa.
El tanzano Christopher se
adentró en un un punto de las negociaciones y discusiones que ha dominado en la
COP28 entre las delegaciones y activistas de los países del Sur: la
financiación climática y la deuda.
«Se calcula que 85 % de los
países del Sur están endeudados y es poco probable que destinen fondos a
soluciones climáticas debido a otras prioridades. Para pagar sus deudas, es
probable que inviertan en la extracción de combustibles fósiles, agravando aún
más la crisis climática», explicó.
En su opinión, África y otras
regiones del Sur deberían recibir subvenciones, no préstamos ni canjes de
deuda.
«En cuanto a pérdidas y daños,
esperamos que no haya burocracia, como suele ocurrir con las instituciones
financieras multilaterales; los fondos por daños climáticos deberían llegar a
los países afectados sin problemas y con rapidez», planteó.
Fadhel Kaboub, economista
tunecino afincado en Nairobi y asesor principal de Power Shift Africa, además
de presidente del Instituto Global para la Prosperidad Sostenible, afirmó que
«la financiación climática requiere un mínimo de 2,4 billones (millones de
millones) de dólares de inversión transformadora basada en subvenciones y
transferencia de tecnología para la adaptación y mitigación climáticas de aquí
a 2030».
«Al final de la COP28 no estamos
ni cerca de ese objetivo. Los contaminadores históricos del Norte global tienen
una deuda climática con las naciones del Sur global, que son las más afectadas
por el cambio climático. El Norte global está en mora y se niega a pagar su
deuda», afirmó.
Kaboub, también profesor
asociado de Economía en la estadounidense Universidad de Denison, adujo que «si
me debes 100 dólares, se supone que debes pagarme. En lugar de eso, me das un
préstamo de 10 dólares con condiciones para controlar cómo utilizo mi dinero.
Me das otros 10 dólares a cambio de controlar mis bosques y los mercados de
carbono. Invierten otros 10 dólares en electricidad verde que yo debo
exportarles en condiciones favorables».
Y prosiguió su argumento: «Usted
subcontrata otros 10 dólares de fabricación de bajo valor añadido para producir
bienes de consumo baratos para usted. Nada de esto debería considerarse
financiación climática. Es un impago de la deuda climática maquillado de verde
con trampas de deuda neocolonial».
Al concluir este miércoles 13 la
COP28, los Emiratos Árabes Unidos, un país del Golfo que ha cimentado su
riqueza sobre el petróleo y el gas y actualmente aportan 30 % de su PIB, pasó
el testigo a Azerbaiyán, donde se celebrará en un año la COP29.
Eso significa algo así como
doblar la apuesta. La nación del Cáucaso y puente entre Asia occidental y
Europa oriental recibe 60 % de su presupuesto del petróleo y el gas y 90
% de sus ingresos de exportación.
El petróleo y el gas también
suministran 98 % de la energía primaria de Azerbaiyán y al menos el 90% de la
electricidad del país, y son responsables en gran medida de la mejora del nivel
de vida en las últimas tres décadas. Será la tercera vez consecutiva que un
productor de petróleo y gas acoja una cumbre climática.
Lo subrayado/interpolado es nuestro.
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