Irán
y Rusia condenan matanza de niños en Palestina: “Cada diez minutos se
asesina un niño”...
El régimen nazisionista Israelí colonialista arrasa Gaza en medio del silencio internacional. Acabar con Hamás es un objetivo abstracto que costará años, reconoce a puerta cerrada el gobierno israelí. Y vendrán más guerras y se tendrán que ir de Cisjordania. O, quizá, una cita tremenda, reveladora: “Hamás no creó el conflicto, el conflicto creó a Hamás”. Estamos en un momento excepcional, enfrascados en una batalla brutal, desigual, una respuesta nunca vista con apoyo de la “comunidad internacional”.
"Es necesario detener lo antes posible los bombardeos. Esto es algo
que atañe no solo a la región del Medio Oriente, sino a toda la humanidad y
requiere de una solución rápida", dijo el presidente de Irán, Ebrahim
Raisí.
En la visita
oficial que desarrolla el presidente de Irán, Ebrahim Raisí, a Moscú este
denunció ante su homólogo ruso la crisis humanitaria que vive Palestina y
afirmó que "cada diez minutos se asesina un niño".
El
mandatario dijo que "hasta el momento más de 6.000 niños han sido
asesinados por el régimen sionista israelí colonialista" en Gaza, y
aseveró que estas acciones ocurren "con el apoyo de Estados Unidos y
Occidente/Comunidad Europea".
"Es
necesario detener lo antes posible los bombardeos. Esto es algo que atañe no
solo a la región del Medio Oriente, sino a toda la humanidad y requiere de una
solución rápida", añadió Raisi.
"Las
organizaciones internacionales que deben defender los derechos humanos han
perdido su eficacia. Y esto sucede ante los ojos de toda la comunidad
internacional", señaló el presidente persa aludiendo al papel de la Organización
de Naciones Unidas y a su Consejo de Seguridad, el cual se ha visto
limitado por el poder de veto de los Estados Unidos.
Putin,
refiriéndose al tema dijo que para su Gobierno "es muy importante
intercambiar opiniones sobre la situación regional, especialmente en lo que
respecta a la situación en Palestina".
Los vínculos
entre ambas naciones últimamente se han visto fortalecidas ante el frente unido
que ha creado Occidente para sofocar sus economías. Múltiples acuerdos se han
logrado es el trascurso de este año, entre ellos la concreción de venta de
aeronaves rusas al país persa.
El mandatario ruso también realizó visitas oficiales el miércoles pasado
a Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí donde abordó varios temas, entre ellos
el conflicto de Oriente Medio.
ALEMANIA
SE APARTA DEL MUNDO Y DEL DERECHO INTERNACIONAL
Gentileza Dr. Roberto
Savio/OTHER News/ ADDHEE.ONG:
Por Fabian Scheidle/
Escritor alemán, colaborador de
Berliner Zeitung, Traducción para CTXT, de Ana González Hortelano
La
única postura justificable es unirse a la petición de un alto el fuego
inmediato, pero el canciller Olaf Scholz se convierte en cómplice del genocidio
al mantenerse firme en su apoyo incondicional a Israel
Algunos gobiernos occidentales, en particular Estados Unidos, el
Reino Unido y Alemania, todavía apoyan incondicionalmente al régimen
israelí en su bombardeo a la Franja de Gaza, que, según las autoridades
palestinas, ya se ha cobrado la vida de más de más 13.000 personas, entre ellas
alrededor de 5.500 niños. Unas 1200 personas murieron en los violentos ataques
previos de Hamás en Israel.
Con todo, mientras continúa la destrucción de Gaza, Alemania y
sus aliados atlánticos se están apartando cada vez más de la tónica
internacional. La Asamblea General de la ONU pidió un alto el fuego el 26 de
octubre con una amplia mayoría de 120 votos; tan solo 14 Estados, entre ellos
Estados Unidos, Israel y algunos Estados insulares pequeños, como Tonga,
votaron en contra; Alemania se abstuvo. La indignación hacia la intervención
militar de Israel aumenta en Latinoamérica, África y buena parte de Asia. Bolivia
ha roto relaciones diplomáticas con Israel, Sudáfrica está preparándose para
dar el mismo paso y otros países, como Chile, Colombia, Turquía y Chad, han
retirado a sus embajadores.
La oposición también se siente en Europa. El presidente francés,
Emmanuel Macron, pidió al Gobierno israelí que dejase de matar civiles; los
Gobiernos de España e Irlanda han formulado declaraciones similares. En Londres, unas
300.000 personas se echaron a la calle el sábado 11 de
noviembre para exigir un alto el fuego.
Los judíos en
contra de la guerra también están alzando la voz. En Nueva York, por ejemplo,
miles de personas tomaron la estación de tren más grande de la ciudad, Grand
Central Station, por iniciativa de la Jewish Voice for Peace (Voz judía por la
paz). Su lema, “¡No en nuestro nombre!”, deja
claro que el Gobierno israelí no está actuando en representación de la
comunidad judía de todo el mundo con la ofensiva que está llevando a cabo.
Mientras tanto, las imágenes del asedio militar al mayor
hospital de Gaza, Al Shifa, están dando la vuelta al mundo. Desde que Israel
cortara el suministro de energía, alimentación y medicamentos en Gaza hace
semanas, la situación en todos los hospitales de Gaza se ha ido haciendo cada
vez más crítica, en algunos casos hasta el punto del colapso. Con el avance
militar en el hospital de Al Shifa, la situación ha empeorado drásticamente,
como confirman los propios médicos. Cientos de pacientes se encuentran en
condiciones de alto riesgo, entre ellos docenas de
bebés prematuros que han dejado de recibir atención. Docenas de
personas en cuidados intensivos con amputaciones, traumatismos y quemaduras
graves ya no pueden ser atendidas y están condenadas a morir. El hospital
también se ha convertido en uno de los últimos refugios para civiles en el
norte de Gaza, en el que miles de personas buscan protección. Israel sostiene
que Hamás usa el hospital como base militar, pero de momento no ha aportado
pruebas que respalden esta afirmación.
A pesar de todo, el canciller alemán Olaf Scholz se mantiene
firme en su apoyo incondicional a la intervención de Israel e insiste en que el
régimen de Netanyahu cumple con la legislación internacional y los
derechos humanos. Ha llegado incluso
a calificar de “absurdas” las acusaciones de que Israel está
vulnerando estos derechos en Gaza. No obstante, apenas cuenta con partidarios
que secunden esta valoración. Los principios fundamentales del derecho
internacional en caso de guerra son la protección de los civiles, la distinción
entre objetivos civiles y militares y la proporcionalidad en los medios. Los
ataques a objetivos puramente civiles son crímenes de guerra, como lo es la
matanza de un número desproporcionadamente alto de civiles al atacar objetivos
militares reales o supuestos. El motivo ofrecido por un portavoz militar
israelí para el bombardeo del campo de refugiados de Jabalia el 3 de noviembre
fue que un comandante de Hamás estaba “por la zona”. Todavía no se sabe si se le llegó a matar en el ataque.
Varias docenas de civiles murieron a consecuencia del bombardeo, un número de
víctimas civiles claramente desproporcionado y, por lo tanto, un presunto
crímen de guerra.
Los hospitales son objeto de protección especial. El director de
la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, condenó enérgicamente las acciones de Israel el jueves 16
de noviembre: “La incursión
militar de Israel en el Hospital Al Shifa en la ciudad de Gaza es totalmente
inaceptable. Los hospitales no son campos de batalla. Al amparo del derecho
internacional humanitario, los establecimientos sanitarios, los trabajadores de
la sanidad, las ambulancias y los pacientes deben ser protegidos y
salvaguardados de cualquier acto de guerra. No solo eso, también deben ser
protegidos activamente durante la planificación militar”.
Incluso si resulta que Hamás tiene instalaciones militares
debajo del hospital, seguiría siendo deber de Israel, en virtud del derecho
internacional, proteger al personal y a los pacientes en vez de exponerlos a la
muerte. El IV Convenio de Ginebra de
1949, del que Israel también es signatario, obliga a todas las partes a poner
la protección de los civiles por encima de los objetivos militares en el caso
de que estos últimos se mezclen con población civil.
El convenio también estipula que los niños menores de 15 años
deben ser objeto de protección especial por todas las partes del conflicto y
que su acceso a la alimentación, medicamentos, refugios seguros e instalaciones
educativas debe garantizarse. Israel ya ha violado este convenio al imponer un
bloqueo total el 9 de octubre. El ministro de
Defensa Yoav Gallant formuló los objetivos sin ambigüedades, en una
clara contravención del derecho internacional: “No habrá electricidad ni comida
ni agua ni combustible”.Desde entonces, Israel también ha bombardeado docenas
de escuelas y ha atacado varios hospitales, incluidas unidades neonatales. Más
de 5.500 niños han muerto a consecuencia de los bombardeos.
En estas circunstancias, la única postura éticamente
justificable que se ajusta al derecho internacional es unirse a la petición de
un alto el fuego inmediato y el levantamiento del bloqueo. El apoyo
incondicional del gobierno alemán a la intervención de Israel, por otra parte, le hace cómplice de
graves vulneraciones de derechos humanos, crímenes de guerra y, potencialmente,
genocidio. Desde el punto de vista político, un alto el fuego
también es el único paso razonable que se puede dar. Al fin y al cabo, no
existe una solución militar a las décadas de conflicto. El ejemplo de la
“guerra contra el terrorismo” que George W. Bush pregonó tras el 11 de
septiembre ha demostrado que más bombas solo crean más terrorismo y terminan
por desestabilizar regiones enteras del mundo. Las bombas no generan más que
trauma, odio e ira. La solución solo puede ser una paz justa que respete los
intereses de seguridad, los derechos humanos y las perspectivas de futuro de
palestinos e israelíes por igual. La politóloga judío-estadounidense Rosalind Petchesky,
nacida en 1942 y miembro de Jewish Voice for Peace, recuerda la
tradición judía de justicia y afirma en la sentada de Grand
Central Station: “Creo que el judaismo y la ética judía tratan de justicia, he
crecido pensando así”.
Lo subrayado es nuestro.
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