“1984 George Orwell: la apocalipsis del sistema capitalista moribundo”
George Orwell/Escritor, luchador social,
antifascista, se incorporó militarmente a la defensa de la Republica Española,
atacada por el fascismo y el nazismo europeo.
“Las máquinas no
traerán el apocalipsis, lo causara el
capitalismo y la avaricia humana”. Prof.
Dr. Stephan Hawking.
Other News,
Xinhua, Sputnik, RT, La Jornada de México, Red latina sin fronteras. Sur,
ACHEI, Argentina Indymedia/ADDHEE.ONG:
En su obra “1984”, Orwell proyecta la forma de una ficción que especialmente en la década de los sesenta
anticipaba un futuro de carácteres dramáticos. Para algunos fue una mal
denominada utopía – entendiendo por utopía
el desafío que se opone al realismo moderno. Ella se alcanza con el cambio
revolucionario de forma y de fondo que trae la Justicia Social -, para los
epígonos del sistema capitalista salvaje una
simple denuncia del peligro que
se avecinaba con el desarrollo del modelo “stalinista
soviético” inexactamente intitulado “comunista”. Pero, para los jóvenes
universitarios de esa época revolucionaria y creativa de la década antes
citada, era una llamada de atención
por la
imposición de la mefistofélica sociedad capitalista consumista,
irracional, inhumana e insolidaria de la globalización del capital y su maldito
instrumento el neoliberalismo para salvar el sistema capitalista moribundo. La
obsesión de acumular bienes materiales o
el torpe afán de usufructuarlos en
sibarismo/holgazanería, borra del espíritu comunitario todo rastro de
ensueño. Todos los
países dejan de ser patrias solidarias, cualquier ideal parece
sospechoso. Los filósofos, los educadores, escritores, los poetas, los sabios,
los artistas, no solo son peligrosos, sino que están de más. Su presencia molesta a los traficantes de baratijas y a sus consumidores, de drogas,
del narcotráfico, de armas, de personas,
etc. A los empresarios dueños de
la celestina universal que explotan y
enajenan a los trabajadores por lucro y avaricia.
Los valores del espíritu son despreciados, sus defensores
son excepciones de la regla y no llegan a inquietar a las mediocracias
protagonistas socialdemócratas y democratacristiano.
Siempre hay mediocres. Son perennes, sumisos, rastreros,
consensuales que no se inmiscuyen en nada y
aparecen como neutrales y apolíticos, pero se arrebañan en partidos políticos burgueses y
sectas. La persona que estudia,
lee, es igualada al
analfabeto, el rebelde al cipayo,
el poeta, el filósofo al prestamista, etc.
La mediocridad se condensa, se convierte en un sistema globalizado que
para sus epígonos es incontrastable.
Estos últimos protagonistas, pillos, bribones se
encumbran pues no florecen los genios, la mengua política burguesa testaferra
de la clase empresarial,
financiera-bancaria/agiotista, agrícola monopolista rige el destino de la humanidad, se disfraza con
exceso de pompa/boato. Acállase cualquier protesta social, cultural, etc.
La base de sustentación de la sociedad capitalista consumista enajenante degenerada
e inculta, es la mentira generalizada en
el contexto de su olitica bajuna, se miente en la justicia, se miente en la
educación, en el arte, se miente con la
anuencia de todos, cada individuo
mediocre pone precio a su complicidad, este oscila entre un empleo y la
seguridad. Esta última la obtuvo cambiándola por su libertad y en definitiva se
quedó sin ninguna de las dos. Es un esclavo.
Las artes, la educación, la cultura en general son
negocios por y para el lucro en manos de los empresarios dueños de la celestina
universal. Una apatía conservadora, reaccionaria, fatalista
y resignada, caracteriza la sobrevivencia de esta época globalizada. Los
gobernantes no piensan, rigen
especialmente en el patio trasero latinoamericano estadounidense/yanqui,
funcionan.
Los que nada hacen son reconocidos como reposados, los
que no roban, no es, porque sean honrados, sino estúpidos, resultan ejemplares.
Reina la
corrupción, la impunidad y la decadencia moral.
Cuando las miserias morales asolan un país, al mundo
culpa es de todos, los que por falta de educación, cultura de ideales, de
coraje civil no han tenido la valentía para denunciarlas y luchar para terminar con estas lacras. Nadie piensa,
todos lucran. Nadie sueña, todos tragan, consumen y se drogan
Después de éstas reflexiones se puede establecer la siguiente afirmación sobre el libro “1984”: La genialidad de
Orwell no era una prevención sobre” el stalinismo soviético,
sino que era y es sobre el sistema capitalista salvaje y sus aláteres occidentales y su irracionalidad,
que está llevando al planeta a su destrucción. Y, si bien, este irracionalismo,
se condensa en estrategias políticas definidas – como las llevadas a cabo por
el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas-, que son el resultado notorio de la
pésima y burocrática administración del mundo por parte de Naciones Unidas,
afirmar que Orwell en su obra postula el fracaso de la persona en el contexto de una generalización sin
sentido, no tiene asidero. Si yo creo, que el autor universaliza y profundiza
su cuestionamiento al sistema capitalista salvaje que agoniza. Los testaferros
del imperialismo yanqui globalizado y sus amos empresariales,
financieros/bancarios agiotistas, agrícolas monopolistas del Club Bilderberg
están en entredicho por su incapacidad para darse un mundo en que reino la paz
y la felicidad.
El poder es una fuerza que se deposita esencialmente en
el control de los bienes materiales. Debe formularse y sustentarse en el contexto de una ideología. Si en el rostro del mundo globalizado actual
reconocemos nuestro drama colectivo, si vemos caos por doquier, hambre,
miseria, cesantía, depravación, drogas, destrucción del medio ambiente,
terrorismo – como en las invasiones a
Irak, Libia, Palestina, Frente Polisario, Panamá, etc.-, represión, violación
de los Derechos Humanos, etc., es que las ideas impuestas a la sociedad, no son
las más eficaces, ni se inspiran en un
sentido real de Humanidad. Todo esto George Orwell lo señala con claridad
meridiana en su obra, más aún, nos dice que es necesario meditar a partir de unos
códigos innovadores. Invita a un cambio de forma y de fondo, porque está comprobado por la ciencia y las
leyes de la historia que las personas, los seres humanos transforman la
sociedad y ésta a su vez lo transforma a ellos.
También descubrimos que en este circuito de mediaciones
la persona es la entidad esencial. Así, sí la persona
transforma con su acción a la sociedad y luego ésta a ella, todas estas
modificaciones constituyen un producto humano, es decir, es el ser consciente, el motor de toda
transformación. La sociedad es entonces una
estructura de relaciones conformada por un conjunto de personas. Lo
utópico es el ser colectivo, lo real es la persona. Solo la persona consciente provoca cambios en
la exterioridad. El desafío que propugna
el mensaje de Orwell y ojalá se entendiera sí: libera al individuo para que la sociedad se libere de todos los
estigmas que la acosan. Es la persona, la que al separase de la naturaleza se convierte en
individuo y se opone a su universalización privilegiando el consumo, la
depravación, el libertinaje, el vicio, la pornografía, la prostitución
infantil, las drogas, etc. Este
individuo no sabe, por qué y para qué vive.
Confía en el poder del dinero, de la riqueza y especialmente en ésta
última que otorga poder. Es la base de
toda estrategia política, esta
noción es la promotora de los
actos. Allí todo ideal se pragmatiza, se
convierte en táctica y cae bajo la presión de las ambiciones de la envidia, de
la trepa, de las ansias de poder, en
suma, del deseo de adquirir preponderancia necesaria para nivelar la ambigüedad
de lo humano, esa tierra movediza en la
que se está sin saber jamás que es aquello que puede justificar nuestra
existencia consciente.
Que nadie se llame a engaño, “1984 “es una novela
ideológica. Hay una pareja central, clave para acercarse a los ideales
generales del ser humano que es posible descubrir en la obra. En estos
personajes, los Derechos Humanos, la dignidad y la libertad plena se muestran
como sentimientos que no pueden ser avasallados por la demencia del sheriff de
turno del imperialismo yanqui globalizado.
El modelo de sociedad consumista degenerado y enajenante de la
globalización del capital es represivo, opresivo, absolutista y totalitario en
el que se anula todo vestigio de
libertad humana.
La realidad más general y patética de éste modelo de sociedad
está regulada por una férrea burocracia politicastra burguesa y castrense y
otra tecnócrata al servicio incondicional de los dueños del dinero, la
celestina universal. En un extremo marginado un denominado “tercer mundo”, rico
en recursos naturales , saqueado por el capital buitre foráneo y sus
trabajadores explotados miserablemente,
pero desvalido en lo tecnológico y carente
de voluntad y dignidad para exigir respeto por su presente y futuro. El
individuo consumista enajenado no es ya
esclavo de la naturaleza, lo es en cambio del inhumano e insolidario
mercado libre del sistema capitalista salvaje que no ha logrado cambiar el caos
por la felicidad humana. La verdadera desesperanza no nace ante la obstinada
adversidad, ni en el agotamiento de una lucha desigual. Proviene de que no se perciben
más las razones para luchar e incluso de que no se sepa de que hay que luchar. Se sobrevive sin esperanza
y se muere sin dignidad.
Quiero dejar muy en claro que mis reflexiones no se
orientan solo en la particularización de una crítica al imperialismo yanqui globalizado, sino
especialmente al irracionalismo que envuelve al género humano cuando cree estar
en el nivel más alto de su evolución
histórica. Entonces es el individuo consumista, enajenado, rastrero,
cobarde y oportunista el impugnado, por su incapacidad esencial para descubrir
su ambigüedad y poder hacer de ella una nueva forma de nacimiento. ¿Habrá un
plazo ante el cual esa ambigüedad no pueda
diluirse? Puede que ese plazo no llegue a cumplirse y el individuo se
pierda definitivamente en el infinito de su negación irremidible. A esto nos
está conduciendo el sheriff del imperio capitalista yanqui globalizado
agonizante y sus marionetas: Naciones Unidas y la Organización de Estados
Americanos OEA, todo esto producto de la cobardía y oportunismo del individuo
consumista y enajenado de una época
histérica, patética, llena de jactancias
y atropellos a la Dignidad y los Derechos
del ser Humano.
Con esperanza y memoria
los seres humanos con dignidad nos sentiremos contentos si alcanzamos a
crear conciencia sobre la imperiosa
necesidad de rescatarlo y a la
organización de las Naciones Unidas de las garras del imperialismo
estadounidense yanqui globalizado. El
desafío es gigante, pero no hay otra oportunidad si queremos que las futuras
generaciones vivan en paz, en comunidades regidas por leyes que ellos mismos se
den. No hay otra opción: para el perverso sistema capitalista, la tiranía más
despótica, perversa, desalmada e inmoral de los plutócratas empresarios dueños
de la celestina universal del Club Bilderberg, la guerra es la paz, la libertad
es la esclavitud, la educación es enajenación, la ignorancia es la fuerza bruta
castrense. “La democracia, la libertad y la justicia es la medida de lo
posible” del gran padrino yanqui de la American Way of Life, la arcadia de la
felicidad, para sus testaferros de la Comunidad Europea de su patio trasero latinoamericano/yanqui y el nazisionismo israelí colonialista: “el
poder político sin virtud es un abuso y no una facultad legítima “
“Solo merecen la
libertad y la vida quienes cada día las conquistan, luz más luz”...
Prof. Moreno Peralta /IWA
Secretario Ejecutivo Addhee. Ong
El apocalipsis lo
traerá la avaricia humana según Hawking.
Por Prof. Dr. Stephen Hawking
El astrofísico británico, Stephen
Hawking, afirmó que “las máquinas no traerán un apocalipsis, la
avaricia humana capitalista lo hará”, durante un
interrogatorio de sus seguidores a través de un foro en línea.
Aseguró que la desigualdad
económica aumentará a medida que los puestos de trabajos sean remplazados por
máquinas automatizadas y los dueños de esas tecnologías se nieguen a compartir
su riqueza.
El famoso científico respondió 11
preguntas, de más de nueve mil del foro que creó el portal Reddit:
"Ask me anything" (pregúntame lo que quieras). Una de las respuestas
más populares fue que "el desarrollo de las máquinas podría traer
desigualdad a la humanidad".
"Si las máquinas producen
todo lo que necesitamos, el resultado dependerá de cómo se distribuyan las
cosas", advirtió el Prof. Hawking.
Según el Prof. Hawking, el
ser humano disfrutará de una vida de lujo y ocio si la riqueza es compartida,
de lo contrario, la mayoría de la gente será pobre, cada día más.
“Esencialmente, los dueños de las
máquinas se posicionarán como la burguesía de una nueva era, en la cual sus
corporaciones no proveerán de puestos de trabajo a las personas”, afirmó el
físico.
Para Prof. Hawking “el tan
temido Armagedón no vendrá de la mano de los robots (como tantas películas de
ciencia ficción nos han querido hacer creer) sino que será generado por el
propio ser humano”.
La
pregunta curiosa
¿cuál es
para él (Hawking) el misterio más intrigante y por qué?
"La mujer. Mi asistente me recuerda que a pesar de que tengo un doctorado en física, las mujeres deben seguir siendo un misterio", contestó el científico.
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