La batalla por la verdad
y el control del aparato eduaciaonal/cultural mediatico comunicacional: “La
verdad abre caminos, la mentira lo cierra”. Maestro libertario Jose Marti
Perez.
Por Sergio Rodríguez Gelfenstein
Escritor, analista
internacional/ADDHEE.ONG/OTHER NEWS:
Para mi hermano y compañero
Orlando Bahamondes “Caballito”
Quien se marchó hace pocos días de este mundo,
llevándose su nobleza y su bondad,
pero dejándonos infinitas muestras de su convicción, su pasión y su
espíritu de lucha
por un mundo mejor.
¡Hasta la Victoria Siempre!
La
reciente visita a Chile me causó profunda desazón al observar -como en ningún
otro país- el impacto de la transculturización y la aceptación acrítica de la
verdad occidental como evidencia única para interpretar los hechos
internacionales. Aunque se debe admitir que este fenómeno ocurre en todo el
mundo, manifiesta superior incidencia en Nuestra América considerada por
Washington como su patio trasero.
Desde
hace unos meses para acá, he reafirmado la convicción de que las grandes
batallas del siglo XXI no se van a producir en el territorio de los países a
ocupar sino en el cerebro humano, verdadero “territorio” a conquistar por los
poderosos para imponer su verdad y su razón.
Estados
Unidos y Europa están siendo derrotados por China y por Rusia en los terrenos
económicos, financieros, tecnológicos, políticos, ideológicos, éticos y hasta
en el bélico con la posesión por parte de ambos de misiles hipersónicos que
Occidente no tiene, lo cual ha cambiado la ecuación en materia de equilibrio
estratégico militar.
En este
marco, los únicos mecanismos que le quedan a Occidente para mantener su
hegemonía planetaria son el monopolio de la emisión de dólares y la mantención de
esa moneda como fundamental para el comercio global. Así mismo, debe
considerarse el dominio que ejerce a través de su control casi absoluto del
aparato educacional-cultural-mediático-comunicacional. Es aquí donde se
van a dar las principales batallas del presente y del futuro.
Toda
vez que el proceso de desdolarización de la economía mundial ya comenzó, se
extiende y se hace irreversible, pareciera que va a ser en el espacio de lo educacional-cultural-mediático
donde se va a librar la “madre de todas las batallas”. Por tanto, en el momento
actual, la forma y los instrumentos que usamos para informarnos cobran un valor
supremo.
Es así que
si no tomamos nota de la realidad y profundidad de este combate y la
comprensión de que debemos enfrentarlo como tal, el enemigo (en este caso no es
válido hablar de adversario) mantendrá su dominio porque no estaremos
preparados para enfrentar esta batalla decisiva. Por tanto, es tarea de primer
orden construir nuestra verdad y creer en ella.
Cuando
se transmite de forma acrítica una información que ha emitido el enemigo
mediático, el intermediario que lo hace
se transforma en propagandista ciego de una “verdad” que suele ser falsa y que
en realidad es mendaz y engañadora.
Por
ejemplo, en mi caso personal, la última vez que escuché y vi CNN fue el 11 de
abril de 2002, día del golpe de Estado contra el presidente Hugo Chávez
Frias. En ese momento tome conciencia de que CNN mentía con total y
absoluta impudicia. Nunca la he vuelto a ver ni oír. Lo mismo he hecho con
otros medios de comunicación al servicio del imperio o de las derechas locales.
Aun así, no me considero una persona desinformada, precisamente porque esos
medios no informan. Al contrario, son los padres de la posverdad y de las “fake
news”.
Aquellos
que dicen que es necesario saber lo que piensa el enemigo, les pregunto, además
de amargarse, angustiarse y desanimarse, ¿qué hacen con esa falsa información,
aparte de retransmitírsela a sus 500 mejores amigos, transformándose en propagandistas
de ellos? A veces es necesario recurrir a los medios imperiales (yo mismo lo
hago), pero solo para reforzar una idea que desnuda sus contradicciones y/o
aberraciones.
La
transmisión acrítica de rumores, chismes, opiniones anónimas o de autores que
no dan la cara, transforma en cómplices a aquellos que consciente o inconscientemente
reproducen las mentiras construidas -la mayoría de las veces- en los tanques de
pensamiento asociados al poder global.
De ahí
la importancia de no creer en la “información” emanada del enemigo toda vez que
conduce a aceptar las falsas verdades que construye. Esto ha comenzado a ser
particularmente despiadado cuando se dan a conocer hechos referidos a la
operación militar de Rusia en Ucrania. La mentira ya no es sutil, al contrario,
hoy es aviesa, vulgar, inescrupulosa y maligna.
Solo en
días recientes, se han acumulado noticias falsas transmitidas por los medios
imperiales. Es tan grotesco que incluso son algunos de ellos los que desnudan
la mentira que otros transmiten. Veamos algunos ejemplos:
1. Kiev anunció con “bombos y platillos” que el Almirante Jefe de la Flota Rusa del Mar Negro y su estado
mayor habían muerto tras un ataque con misiles y drones de las fuerzas armadas
ucranianas. La noticia “inundó” los medios mediaticos de comunicación
occidentales. Al otro día, el almirante Víctor Sokolov apareció en una reunión
con el ministro de defensa rusa transmitida por televisión. Silencio total.
2. En el mismo ataque, Ucrania informó que había
dañado severamente el buque de asalto anfibio ruso Minsk causando 62 bajas. El
problema es que aún cuando el Minsk sufrió ciertas averías, ese día se encontraba en reparaciones en el
dique seco. Ningún barco en ningún país del mundo está lleno de marineros y
oficiales cuando se encuentra en esa situación. Silencio total.
3. Hace unas semanas, con estruendo carnavalesco los
medios trasnacionales de la “comunicación”, informaron que un misil ruso había
impactado sobre un mercado en una localidad de Donetsk. Como si una varita
mágica hubiera sido movida, se inició un coro de acusaciones contra Rusia, por
tan “inhumana acción”. Sin embargo, una investigación nada más y nada menos que
del New York Times (evidentemente ya montado en la campaña electoral de Estados
Unidos) se ha encargado de demostrar que el proyectil era ucraniano. Silencio
total.
4. Otro navío ruso, el gran buque de desembarco
Olenegorsky Gornyak fue golpeado el 4 de agosto con un dron ucraniano quedando “seriamente dañado y a la deriva” según el informe del servicio de prensa de las
Fuerzas Armadas ucranianas. El buque fue reparado reincorporándose a la flota
del Mar Negro el 7 de septiembre. Es difícil suponer que un barco “seriamente dañado y a la deriva” pueda ser reparado en menos de un mes.
No pierda tiempo buscando información
sobre el buque. Sólo encontrará en
internet la acción ucraniana del
4 de agosto. Después, el barco desapareció de los medios occidentales. Su foto
navegando y atracando en el puerto de Sebastopol, sede de la Flota rusa del Mar
Negro no podrá ser vista en ningún medio occidental. Silencio total.
5. El misil que impactó en noviembre
pasado en una fábrica de cereales de Polonia y que fue informado como de origen
ruso, en realidad era ucraniano según lo han dado a conocer expertos polacos.
En su momento, se informó irresponsablemente que un país de la OTAN (Polonia)
había sido atacado por Rusia y que esto podía desencadenar la tercera guerra
mundial. Ante esta importante aclaratoria hecha hace pocos días, la respuesta ha
sido el silencio total.
6. En algo que se ha ido generalizado, los servicios
informativos del régimen ucraniano dan a conocer que los misiles y drones rusos
son derribados en su totalidad durante cada ataque. Pero se ha llegado al
absurdo de informar el desplome de una cantidad superior de drones que los que
realmente fueron utilizados. El colmo es que dicen que los mismos no causaron
ningún daño, al mismo tiempo que informan de muertos, heridos y edificios
destruidos. Si alguien tiene dudas, le recomiendo que tras los ataques rusos a
la infraestructura bélica y los centros de mando y concentración de tropas de
Ucrania, revise los mapas de incendios de la NASA que pueden ser observados
gratuitamente en internet. Podrá sacar sus propias conclusiones.
En fin,
son solo algunas manifestaciones recientes de cómo se miente, por eso hay que
aprender a informarse. “Nuestro vino es amargo, pero es el nuestro” dijo José
Martí Perez. Debemos aprender a tomar nuestro vino por amargo que sea.
De
igual forma, tenemos el imperativo de pensar por sí mismos, estar convencidos
de aquello en lo que creemos y así, construir nuestra verdad y trasmitirla.
Solo de esa manera estaremos capacitados para jugar un rol protagónico en esta
batalla que será dura, difícil y prolongada. Pero si estamos apertrechados con
nuestra verdad, la verdad de la mayoría, no habrá dudas de que saldremos adelante.
Lo subrayado interpolado es nuestro.
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