“LO QUE ESTAMOS VIENDO EN GAZA ES UN GENOCIDIO DE MANUAL”
Amy Goodman*/ periodista, escritora, analista internacional – Democracy Now!/Other News, La Jornada de Mexico, Sputnik, RT Y Utopía.
Professor Raz Segal, es profesor adjunto de estudios sobre
el Holocausto y el genocidio en la Universidad de Stockton y acaba de publicar
un artículo para Jewish Currents bajo el título “A Textbook Case of Genocide” (“Un caso de
genocidio de libro: Israel ha sido explícito sobre lo que está llevando a cabo
en Gaza. ¿Por qué el mundo no escucha?”). El experto israelí en genocidios
modernos califica el asalto de Israel a Gaza de caso de manual de “intento de
genocidio” y la racionalización de su violencia de “uso vergonzoso” de las
lecciones del Holocausto. El excepcionalismo del Estado israelí y las
comparaciones de sus víctimas palestinas con los “nazis” se utilizan para
“justificar, racionalizar, negar, distorsionar y repudiar la violencia masiva
contra los palestinos”, afirma Segal.
Professor Raz Segal se une a nosotros desde
Filadelfia. Profesor Segal, ¡bienvenido a Democracy Now! Exponga su caso.
Gracias por recibirme.
Creo que, efectivamente, lo que estamos viendo
ahora en Gaza es un caso de genocidio. Tenemos que entender que la Convención
de la ONU para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de 1948 exige
una intención específica para determinar lo que es un genocidio. Citando la
convención, es la intención de destruir un grupo racial, étnico, religioso o
nacional como tal, es decir, de forma colectiva, no sólo individuos. Y esta
intención, como acabamos de escuchar, está siendo proclamada abiertamente por
los políticos israelíes y oficiales del ejército desde el 7 de octubre. Hemos
oído al presidente de Israel. Es bien sabido lo que dijo el ministro de Defensa
Yoav Gallant el 9 de octubre cuando declaró un asedio total a Gaza, cortando el
agua, los alimentos, el combustible. Afirmó que “Estamos luchando contra
animales humanos” y reaccionaremos “en consecuencia”. También dijo que “lo
eliminaremos todo”. Sabemos que el portavoz del ejército israelí Daniel Hagari,
por ejemplo, reconoció la destrucción gratuita y dijo explícitamente: “El
énfasis está en el daño y no en la precisión”. Así que estamos viendo la
intención expuesta con claridad. Y realmente, tengo que decir, si esto no es un
intento de cometer genocidio, realmente no sé lo que es.
Así que, cuando vemos las acciones llevadas a cabo,
el lanzamiento de miles y miles de bombas en un par de días, incluidas bombas
de fósforo, como hemos oído, en una de las zonas más densamente pobladas del
mundo, junto con estas declaraciones de intenciones, esto constituye realmente
una matanza genocida, que es el primer acto, según la convención, de genocidio.
E Israel, debo decir, también está perpetrando los actos número dos y tres, es
decir, causar graves daños físicos o mentales, y crear condiciones diseñadas
para provocar la destrucción del grupo cortando el agua, los alimentos, el
suministro de energía, bombardeando hospitales, ordenando el desalojo rápido de
hospitales, lo que la Organización Mundial de la Salud ha declarado que es,
cito, “una sentencia de muerte” para los enfermos. Así que estamos viendo la
combinación de actos genocidas con una intención clara. Se trata, en efecto, de
un caso de genocidio de manual.
¿Puede hablarnos del desplazamiento? Israel está
diciendo que todo el norte de Gaza –ahora cientos de miles de personas han
cumplido– debe desplazarse hacia el sur. La parte norte de Gaza es la más
poblada, con la ciudad de Gaza.
Como es bien sabido, se trata de una orden
imposible. Es imposible para grupos específicos de personas –personas en
hospitales, personas definidas como discapacitadas, ancianos–, muchos
palestinos que se niegan a abandonar sus hogares debido a sus historias y sus
recuerdos de la Nakba. Es una orden imposible. Es un indicio más de la
intención de destruir, de la intención de cometer genocidio.
Todos los perpetradores de genocidio ven a sus
víctimas como peligrosas e inhumanas. Así veían los nazis a los judíos
También vale la pena destacar al ministro de
Defensa Yoav Gallant, un nuevo término que él acuñó, “asedio completo”. Parece
un término completamente nuevo que realmente toma lo que ya era un asedio de 17
años en Gaza, el más largo de la historia moderna, que ya era una clara
violación del derecho internacional humanitario. Toma este asedio y ahora lo
convierte en un asedio completo, lo que realmente señala el giro hacia este
tipo de destrucción genocida que estamos viendo, incluso con esta orden de
desalojo.
También merece la pena intentar explicar, creo, por
qué Israel es tan explícito en su declaración. Hemos oído al presidente de
Israel hablar del mal. También hemos oído a Biden usar la palabra “mal”. Los
líderes de la Union Europea describen el ataque de Hamás como “malvado”. Y hay
que decirlo, el ataque de Hamás fue un claro crimen de guerra, el asesinato en
masa de más de 1.000 civiles israelíes, un horrendo crimen de guerra que con
razón conmocionó a muchos israelíes y a mucha, mucha gente en todo el mundo.
Pero “maldad” no es un término para describirlo. “Maldad” es un término para
descontextualizar. “Malvados” es un término para demonizar y aumentar realmente
las fantasías generalizadas de los israelíes de hoy de que están luchando
contra nazis. De hecho, el ex primer ministro Naftali Bennett, lo dijo
directamente en una entrevista el 12 de octubre: “Estamos luchando contra
nazis”. Vemos esto y muchos, muchos otros indicios en la sociedad y la política
israelíes de hoy. Y si estamos luchando contra los nazis, entonces todo está
permitido.
En realidad quería hablar del ex primer ministro,
Naftali Bennett, que actualmente está en el ejército israelí. El día 12 de
octubre explotó contra el presentador de Sky News Kamali
Melbourne durante una entrevista,
cuando Melbourne le presionó sobre los ataques de Israel contra civiles
palestinos. Esto es parte de lo que dijo:
10 días de bombardeo del régimen sionista israelí a
la población de Gazza, ¡2000 niños asesinados”
Melbourne: ¿Qué pasa con los palestinos que están
en el hospital con respiración asistida y los bebés en incubadoras, a los que
habrá que cortar la respiración asistida y la incubadora porque los israelíes
han cortado la electricidad en Gaza?
Bennett: ¿En serio sigues preguntándome por los
civiles palestinos? ¿Qué… qué te pasa? ¿No has visto lo que ha pasado? Estamos
luchando contra nazis. No los atacamos. Ahora, el mundo puede venir y traerles
lo que quieran, si quieren traerles electricidad. No voy a dar electricidad o
agua a mis enemigos. Si alguien más quiere, está bien. No somos responsables de
ellos.
Profeasor Segal, usted es un historiador israelí. A
esto se refiere cuando utiliza la analogía nazi y también cuando dice: “¿Está
hablando en serio de los civiles palestinos?”.
Es muy importante entender este contexto, la idea
de luchar contra los nazis, la idea de utilizar la memoria del Holocausto de
esta manera. Hay un amplio contexto, una larga historia, por supuesto, de este
vergonzoso uso de la memoria del Holocausto, que los políticos israelíes han
utilizado para justificar, racionalizar, negar, distorsionar, quitarle
importancia a la violencia masiva contra los palestinos. Y ha permitido también
que se desarrolle una visión de Israel como algo excepcional, que le
proporciona impunidad. La verdad, sin
embargo, es que todos los perpetradores de genocidio en realidad ven a sus
víctimas como peligrosas, como viciosas, como inhumanas, ¿verdad? Así veían los
nazis a los judíos. Y así es como hoy los israelíes ven a los palestinos.
Y por eso las lecciones del Holocausto, que en
realidad nunca pretendieron encubrir y racionalizar la violencia y el genocidio
del Estado, sino más bien proteger a los grupos, especialmente a los grupos sin
Estado e indefensos, a los grupos bajo ocupación militar y asedio, de los
Estados violentos, las lecciones del Holocausto son ahora muy, muy urgentes.
Tenemos que centrar las voces de quienes se enfrentan a la violencia estatal y
al genocidio, y tenemos que pasar a la prevención lo antes posible. Para ello,
tenemos que reconocer lo que está sucediendo a nuestro alrededor, lo que se
está desarrollando delante de nuestros ojos, que es realmente un caso de libro
de genocidio, con la retórica, con las acciones, con todo lo que implica.
18/10/2023
……………….
*Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un
noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de
radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del
libro “Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos
extraordinarios en Estados Unidos”, editado por Le Monde Diplomatique.
Por amor a esos niños y niñas de Gaza
Hay fotos que lo explican todo. Casi no se
necesitan palabras para intentar meterse en la piel y los ojos de esos niños
que miran el cielo, de donde precisamente viene la muerte. Niños y niñas de
Gaza, que desde que nacen ya intuyen que en otro punto de su territorio
usurpado, hay perversa gente que los considera “enemigos”.
Niños y niñas que cuando tienen pocos años, tratan
de evadir el dolor de tanta destrucción, hasta que se produzca el próximo
bombardeo, jugando en las calles de su ciudad mártir. Son momentos que le roban
al miedo, para poder parecerse a otros niños del mundo. Pero en el fondo, saben
que son diferentes, debido a esos malditos que incluso en “tiempos de paz”
sobrevuelan la Palestina ocupada rompiendo la barrera del sonido, y con esa
explosión, logran que esos niños y niñas que se animan a corretear entre
escombros o a acercarse a una playa desierta, se estremezcan por lo que pudiera
venir muy pronto.
Niños y niñas de Gaza, que como esos dos hermanitos
a los que días atrás una de las tantas bombas asesinas de los sionistas/nazionistas,
convirtiera su casa en un gigantesco cráter, de donde pudieron emerger,
magullados y aturdidos, pero vivos. Solitos, comenzaron a caminar hacia el
hospital más próximo y una vez allí, el niño de 6 años, abrazando todo el
tiempo a la hermanita de 3, se sentaron en el piso del pasillo abarrotado de camillas, heridos,
sangre, gritos de dolor, médicos y enfermeros desbordados. En un momento, un
paramédico voluntario los descubrió y el niño, sin soltarle la manito a su
hermana, musitó: “nos quedamos solos, toda mi familia quedó enterrada después
de ese gran ruido, yo ahora tengo que protegerla porque tiene mucho miedo”.
O esa otra chiquita
que mirando a cámara, temerosa, dice: “todos los días me siento enferma,
miro a mi alrededor y veo solo escombros y más escombros. ¿Qué puedo hacer, si
solo soy una niña de 10 años? Le
pregunto al mundo: ¿ellos, -por otros niños que la miraban con admiración- qué
mal pueden hacer? Y sin embargo, señor,
todo el tiempo nos tiran bombas para asesinarnos. ¿Por qué nos odian
tanto por ser musulmanes?”
Niños y niñas de Gaza a los que sus familiares
sobrevivientes de tanto horror les escriben en la mano o en el cuerpo su nombre
y edad para que en caso de ser asesinados en el próximo bombardeo sionista
israelí, puedan ser identificados y no morir sin siquiera saber como se
llamaba. Niños que tienen desde muy
pequeños la conciencia adulta de que hay que aferrarse a esa tierra que en
algún momento muy lejano -75 años atrás, antes que llegaran “ellos”- era un
espacio de paz. Bien que lo sabe Ahmed, un pequeño de 11 años, al que un
periodista que estaba filmando uno de los tantos edificios demolidos por los
misiles, encontró en un hueco que milagrosamente había quedado sin derrumbarse.
Allí, semi escondido y acurrucado, Ahmed resistía. Y cuando el hombre le dijo
que salga, que lo iba a llevar a un lugar seguro, él contestó: “esta es mi casa y tengo que cuidarla, ahora
que mi mamá ya no está”.
Niños y niñas palestinas, al que los soldados sionistas
invasores, en Cisjordania ocupada, les martillan las manos por tirar piedras a
los tanques. ¿No lo creen? Sepan que hay una Asociación de niños y jóvenes con
brazos amputados o a los que solo les quedan un muñón como muestra de la
barbarie sionistas. O aquellos
niños y adolescentes de Gaza a los que los francotiradores sionistas baleaban
en las piernas -desde el otro lado de la frontera- para que no puedan jugar
al fútbol o directamente caminar.
Niños y niñas de Gaza que son odiados en la otra
punta del mapa de ese territorio ocupado que se llama Palestina. Allí, donde
siguiendo el ejemplo de aquella inefable
Golda Meir que comparaba a los palestinos con “cucarachas”, varios altos
referentes del sionismo no dudan en decir en voz alta lo que piensan. Como la
ex-ministra de Justicia, Ayelet Shaked, que refiriéndose a las mujeres
palestinas y sus hijos, advirtió: "Deberían desaparecer junto a sus
hogares, donde han criado a estas serpientes. De lo contrario, criarán más pequeñas serpientes”. A lo que el actual ministro de Defensa, Yoal
Gallant agregó: “estamos luchando contra animales humanos”.
Pero a pesar de esa acumulación de dolores y odios
que soportan sobre sus pequeños cuerpos, las
niñas y niños de Gaza y de Palestina entera, no dejan de reír, jugar y soñar
con que algún día podrá mirar al cielo sin temor, porque esos aviones que
vomitan fuego, desaparecerán del hermoso cielo de Gaza y también de la
Cisjordania ocupada, donde viven sus primos o hermanas. Que llegado ese
momento, la vida le ganará a la muerte, y podrán corretear en esa playas a las
que hoy no pueden acercarse por temor a ser asesinados, o irán a sus escuelas y
universidades, o viajarán a Hebrón, Ramalah, y también a la tan venerada Al
Quds, para visitar la Mezquita sionista de Al-Aqsa, . O celebrar la
dicha de enamorarse y construir otro futuro que hoy se les niega por la
prepotencia asesina de los invasores.
Ese día llegará sin duda, gracias a la lucha
inclaudicable de todo un pueblo digno que tiene muy claro que solo merecen
la libertad y la vida quienes cada día las conquistan, de los hombres y
mujeres de la Resistencia, que esos niños y niñas tanto admiran, porque saben
que son sus hermanos mayores que están poniendo el cuerpo e incluso la vida
para que Palestina siga existiendo.
Lo subrayado
interpolado es nuestro.
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