“HAY QUE DESENMASCARAR A LOS PODERES ILEGÍTIMOS: ACENTUÓ, LAS AUTORIDADES ILEGITIMAS DEBEN SER DESENMASCARADAS, DESAFIADAS Y SUPERADAS” – PROFESSOR NOAM CHOMSKY
El Professor Noam
Chomsky, lingüista y filósofo estadounidense, presidente de honor de CTXT,
fue invitado al podcast de Ezra Klein para The New York Times. Habló durante
una hora con Klein sobre su concepción del anarquismo y cómo imagina una
sociedad libre, pero también trató temas como la crisis ecosocial y el Green
New Deal, las políticas laborales de Joe Biden, el ascenso de China y la
posibilidad de una guerra nuclear. Repasamos sus reflexiones más destacadas.
El anarquismo
¿Qué es el anarquismo para el professor Noam Chomsky?
Algo “de perogrullo”, dice. Parte del principio de que ninguna autoridad o
estructura de dominación se justifica a sí misma. Tienen que tener una
justificación para ser legítimas. Y algunas la tienen, según el professor Chomsky,
pero la mayoría no. Entonces “las
autoridades ilegítimas deben ser desenmascaradas, desafiadas y superadas”.
La industria/el negocio de la publicidad y las
relaciones públicas, que dedica “un esfuerzo extraordinario a crear necesidades,
mediatiza, es decir, moldear la opinión pública y garantizar que las
doctrinas de este orden social no sean cuestionadas”, con más o menos éxito, es
un ejemplo de poder ilegítimo.
Ante la idea de que la autoridad es útil para organizarse y
sacar adelante determinados proyectos, el Professor Chomsky explica que
“una sociedad libre puede seleccionar personas que tengan autoridad
administrativa y de otro tipo para hacerse cargo de partes del trabajo por el
bien común. (…) Pero están bajo control popular, y pueden ser destituidas. No
están allí porque su abuelo construyó ferrocarriles o porque lograron manipular
el mercado para terminar con un montón de dinero”.
Cita como ejemplos la cooperativa Mondragón en Euskadi o
“casi cualquier laboratorio de investigación que funcione decentemente en una
universidad”.
Admite que una sociedad libre tendría que enfrentarse a
conflictos, por ejemplo, si algunos de sus miembros se niegan a ponerse una
vacuna o a respetar las normas de tráfico, pero cree que esto es inevitable.
“Ni siquiera querríamos un mundo en el que no hubiera
conflictos. Sería demasiado aburrido vivir allí. Hay diferentes opiniones,
diferentes actitudes, diferentes ideas. Así se producen los cambios. La vida
debe estructurarse de modo que puedan manejarse de manera civilizada” como
sucede en una familia feliz o en una cooperativa armoniosa, explica.
El professor Chomsky cree que la libertad que ofrece
el capitalismo es “una broma” porque el contrato de trabajo se establece
siempre en situaciones de desigualdad. Defiende que este debería ser eliminado
en una sociedad libre. Y cree que la idea fundamental del capitalismo
“libertario” de Von Mises o Buchanan, es decir, que la máxima aspiración de
cualquiera es “ser amo en un mundo de esclavos”, no es cierta.
Cuando Klein le plantea que la competición por el dinero y
el estatus que se da en el capitalismo puede impulsar la innovación y el
progreso, el professor Chomsky le recomienda “ir a un laboratorio de
investigación”. Considera que en el MIT, donde trabajó durante años, los
científicos no se movían principalmente por el deseo de ganar dinero o poder
sino por “el desafío de resolver problemas”. Un impulso que percibe también en
la curiosidad de los niños. “La mayoría de quienes contribuyeron al desarrollo
de Internet son desconocidos y no ganaron dinero con ello”, añade.
El professor Chomsky y el cambio social: el genial
lingüista se define a sí mismo como “conservador” respecto al cambio social, en
el sentido de que cree que no es correcto cambiar los sistemas existentes hasta
que una mayoría social comprenda que no son justos. En su opinión, si se fuerza
el cambio social antes de eso, desembocará en un autoritarismo. Sin
embargo, cree que el sistema capitalista es frágil, que la gente lo acepta
por inercia y que una alternativa bien planteada puede ganar apoyo con rapidez,
es la hora del cambio social.
La administración Joe Biden en los Estados Unidos.
Preguntado sobre cómo valora la gestión de Joe Biden, el
professor Chomsky dice tener sentimientos encontrados pero admite que, en
el ámbito doméstico, las cosas están yendo “mejor de lo que esperaba”. “Biden
es el primer presidente, probablemente desde Franklin D. Roosevelt, que adopta
una postura firme a favor de la sindicalización”, afirma.
Considera que el programa Build Back Better de Biden para
invertir miles de millones en ayudas por la pandemia, infraestructuras y
políticas sociales es “muy bueno” y que la política climática del presidente
“está lejos de ser perfecta, pero es mucho mejor que la de cualqu iera de sus
predecesores”.
El professor Chomsky recuerda que Biden siempre ha
sido “un demócrata conservador, clintoniano”, pero ahora está bajo “una presión
popular muy sustancial”. “El activismo popular, que lo ha estado presionando y
presionando sobre cada tema, incluido el más importante: la destrucción del
medio ambiente”, le ha forzado a adoptar estas políticas progresistas, en su
opinión.
¿Cómo responder a la crisis ecosocial?
Respecto al movimiento por el decrecimiento, el professor
Chomsky cree que “hay algo de cierto” en sus ideas, pero a continuación
afirma que “resolver la crisis climática
requiere crecimiento” y una enorme cantidad de trabajo.
“Necesitamos los
tipos correctos de crecimiento”, matiza. “Desarrollo de energías alternativas,
reconstrucción de ciudades, transportes masivos eficientes…”. Al mismo tiempo,
hay que abandonar “el crecimiento del consumo derrochador o los procesos
agrícolas destructivos”.
Necesitamos los tipos correctos de crecimiento
En cuanto a los desarrollos tecnológicos que prometen
reducir el nivel de carbono en la atmósfera, el professor Chomsky, si
bien se muestra prudente porque considera que no tiene un conocimiento
suficiente de ese campo, señala que los expertos albergan dudas y que “estos
avances, incluso si son factibles, incluso si son lo correcto, no sucederán en
un plazo de tiempo relevante”, pues solo tenemos “una o dos décadas” de margen
antes de que se pongan en marcha procesos “irreversibles” que irán deteriorando
la situación de la humanidad.
“Es como la gente que dice en la izquierda que no vamos a
resolver la crisis climática hasta que nos deshagamos del capitalismo”,
continúa. “No existe ninguna posibilidad concebible de que se produzca el tipo
de cambio social del que hablan en el plazo necesario para resolver este
problema urgente”.
La automatización del trabajo
El professor Chomsky celebra la automatización:
“Cualquier trabajo aburrido, rutinario, embrutecedor, destructivo y
peligroso debería automatizarse en la medida de lo posible. Eso libera a las
personas para que puedan hacer un trabajo mejor, más creativo, más
satisfactorio y seguro. Así que es algo bueno”. Sin embargo, advierte que la
automatización puede implementarse de múltiples maneras en los centros de
trabajo y que la clase empresarial dominante siempre escoge aquella que
le permite “convertir a las personas en sujetos subordinados, no en agentes y
actores independientes”.
El miedo a China en Estados Unidos
El professor Chomsky desconfía de los discursos sobre
la amenaza que supone el crecimiento de China. “Cuando todo el mundo dice lo
mismo sobre algún tema complejo, lo que te debe venir a la mente es: espera un
momento, no puede ser tan sencillo”, argumenta. “¿Cuál es la amenaza china?”,
se pregunta.
Klein le plantea que China se está volviendo más autoritaria
y cita como ejemplos la represión contra los uigures y el expansionismo en el
mar de China Meridional. Según “el argumento que le han dado” en otras
ocasiones al entrevistador, estos conflictos indican que un mundo dominado por
China sería aterrador.
Sobre la represión a los uigures, Chomsky considera que “no
debería estar sucediendo” y hay que denunciarlo, pero no cree que tenga sentido
presentarlo como “una amenaza para nosotros” [los estadounidenses] y señala que
“lamentablemente, no hay mucho que podamos hacer al respecto”. Sin embargo,
recuerda que la situación de los palestinos en Gaza es “mucho peor” y que en
ese caso Estados Unidos sí tiene capacidad para intervenir.
En cuanto al expansionismo en el mar de China Meridional, un
área clave para el comercio mundial donde China mantiene conflictos con otros
Estados por el control de una serie de islotes, Chomsky sí lo considera un
problema geopolítico serio, que debe resolverse “mediante la diplomacia”.
Klein comenta que él, como estadounidense, prefiere un mundo
dominado por los valores que expresan los gobiernos estadounidenses, plantea si
no hay motivos para defender un mundo así. A esto, el professor Chomsky
responde que hay que preguntarse cuáles son los valores estadounidenses en
realidad, más allá de la retórica. “¿Qué valores americanos hemos demostrado en
América Latina? Crímenes, golpes de Estados, invaciones estadounidenses
y atrocidades horribles, esos son nuestros valores. Lo que acabo de mencionar
en Gaza son nuestros valores”, zanja.
La posibilidad de una guerra nuclear
El professor Chomsky, como siempre, es claro sobre la cuestión del conflicto nuclear: debe evitarse a toda costa. “No hay forma de librar una guerra nuclear con ningún adversario. (…) La destrucción sería tan enorme que ni siquiera querrías vivir en el mundo. El hecho de que estemos hablando siquiera de estas cosas es alucinante”: “No habrá un ganador, solo un perdedor, la Humanidad”.
¿Qué se debería hacer? En su opinión, aceptar el Tratado
sobre la Prohibición de las Armas Nucleares propuesto por la Asamblea General
de la ONU, que todos los países con armas nucleares rechazaron. Apoyar la
prohibición “no es una posición extrema”, asegura el professor Chomsky.
“Ha sido defendido por personas como Henry Kissinger, George Shultz o el
difunto secretario de Estado de Reagan, personas que han estado justo en el
corazón del sistema de armas nucleares”. Otra opción, que no acabaría con el
problema pero tendría “un peso simbólico”, es “establecer zonas libres de armas
nucleares en el mundo”.
Nuestros asociados y en especial la juventud chilena y
mapuche saludan cordialmente al maestro Noam Chomsky – maestro(a) es el
formador del ser humano integral y de su conciencia social en especial o en
particular -, y asumen plenamente sus sabios consejos. Con cordiales saludos y
la reiteración de nuestra más alta consideración y estima.
Prof. Moreno Peralta/IWA
Secretario Ejecutivo ADDHEE.ONG
Lo subrayado/interpolado
es nuestro.
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