Chile: celebraciones en claroscuro.
Sergio Rodríguez Gelfenstein
Escritor, analista internacional/Other
News/ADDHEE.ONG:
Escribo esta semana desde Chile donde asistí a un seminario internacional organizado por la Municipalidad de Recoleta, la Fundación Constituyente XXI y otras organizaciones a fin de conmemorar el 50 aniversario de la caída en combate del presidente Salvador Allende Gossens y la entronización de la dictadura cívico-militar fascista que se estableció en este país por 17 años.
Un ambiente sombrío se cierne
sobre un país que no ha logrado superar la división y la confrontación que
impuso la dictadura. La fecha ha tenido “celebraciones ambivalentes”: unos han
recordado a el compañero presidente Salvador Allende Gossens, su gesta,
su lealtad al pueblo y su inmolación heroica en defensa de la democracia, y
otros han recordado con júbilo la irrupción violenta de las fuerzas armadas que
“liberó a Chile del cáncer marxista”.
“Todos somos
culpables, nadie lo es”...
Mientras tanto el gobierno se
hizo a un lado, organizando una conmemoración elitista despojada de una
participación masiva que diera el realce que la fecha y el presidente Allende se
merecían. La retórica previa del presidente Boric asumiendo una vergonzosa
neutralidad, refiere a la controvertida teoría de los “dos demonios” que
responsabiliza por igual a Allende y a la dictadura por el golpe de Estado.
No podría ser de otra manera si
nos atenemos a que Chile tiene un presidente débil, cobarde, timorato,
dubitativo y pusilánime, todo lo cual está siendo aprovechado por la derecha
más recalcitrante para pasar a la ofensiva y mantener al pueblo en un
inmovilismo paralizante que comenzó el 15 de noviembre de 2019 cuando las
élites de poder, Boric entre ellos, firmaron un acuerdo de gobernabilidad
cupular que inmovilizó la protesta social que tenía a Piñera y a su gobierno
“contra las cuerdas” y al borde de su defenestración. Hay que decir que la
lamentablemente, la pandemia también hizo su parte.
Boric se benefició de este
acuerdo que muchos en Chile consideran una traición al pueblo y una decisión a
favor de los empresarios y la derecha. Al igual que al final de los años 80 del
siglo pasado, los poderes ocultos del país recurrieron a una salida mediatizada
que pudieran controlar y manejar a su antojo a fin de evitar una alternativa
que tuviera al pueblo como protagonista y motor de las transformaciones y que
condujera a Chile a una recuperación verdadera de la democracia, constreñida
hoy legalmente por una constitución aprobada fraudulentamente en dictadura cívico
militar.
El acuerdo del 15 de noviembre
que ulteriormente llevó a Boric a la presidencia, dio continuidad al modelo
económico neoliberal y profundizó la democracia represiva que impusieron sus
antecesores. La sumisión de Boric a Estados Unidos es absoluta. Su
sorprendente alineamiento con Washington respecto al conflicto en Ucrania es
expresión de una decisión perruna de acatar las órdenes del amo. Hasta Pinochet
ejerció más autonomía en materia de política exterior.
Todo esto ha hecho que el
gobierno minimizara la fecha para convertirla en una celebración a puertas
cerradas en un palacio de la Moneda rodeado de centenares de efectivos
policiales y unas calles vacías, mudas, ausentes del pueblo que Allende
defendió hasta el último minuto de su preciosa vida.
Las conmemoraciones más
importantes recayeron en la municipalidad de Recoleta, donde el alcalde Daniel
Jadue, su equipo y otras organizaciones populares y sociales se hicieron cargo
de recordar a Allende en su verdadera dimensión, generando una verdadera fiesta
cultural y un gran debate de ideas para coadyuvar al proceso de formación
política necesaria para que Chile pueda retomar el camino de una verdadera
democracia, real, participativa y con protagonismo popular.
En lo que a mí respecta, estuve
formando parte de un panel realizado en la sede de la Confederación Nacional de
Funcionarios de la Salud Municipalizada (Confusam), combativo sindicato de
trabajadores de la salud, en el que se revisaron las políticas públicas de la
Unidad Popular. Me correspondió dar una
ponencia sobre la política internacional del gobierno popular y el pensamiento
internacionalista del presidente Allende,
Así mismo, en el marco de los
eventos organizados en Recoleta me tocó exponer acerca de los diferentes
niveles de análisis del conflicto en Ucrania para explicar las repercusiones
internacionales y la transformación que ese hecho está teniendo en el sistema
internacional y el paso de un modelo atlantista a uno que tiene su eje en el
gran espacio euroasiático.
Pero el evento más emotivo y hermoso
al que me tocó asistir fue un encuentro en el Liceo Andrés Bello donde
estudiaba cuando se produjo el golpe de Estado de septiembre de 1973. Allí
recordamos y develamos una placa con el nombre de seis compañeros asesinados y
uno desaparecido por la dictadura que fueron estudiantes de ese liceo.
Recorriendo los pasillos y los patios de la escuela en la que comencé mi
formación educacional y política como militante revolucionario, pude evocar
aquel aciago día, hace 50 años.
En tanto ocurren estas
conmemoraciones, el país se debate en medio de una nueva trampa de la derecha
que el presidente, su gobierno y los partidos que la sustentan han observado
como borregos del poder que maneja el país. En una jugada magistral, la derecha
fascista está redactando una nueva constitución tan reaccionaria, tan
retrograda y tan conservadora que hasta sectores que van de la derecha un poco
menos cavernaria hasta la izquierda oficialista han llamado a rechazar, lo cual
-vale decirlo- no deja de ser alentador ante la tamaña regresión que
significaría aprobar una constitución medieval en pleno siglo XXI.
Pero en el trasfondo, de lo que
se trata es de que, de esta manera, se va a terminar validando y legitimando la actual constitución
de Pinochet que da continuidad a un sistema de economía neoliberal, de
democracia restringida y de justicia “ en la medida de lo posible”.
Mas sombras que luces se han
observado en esta conmemoración aunque siempre se seguirán escuchando las últimas
palabras del presidente Allende que nunca han perdido vigencia: “...superarán
otros hombres este momento gris y amargo donde la traición pretende imponerse.
Sigan ustedes sabiendo que más temprano que tarde, se abrirán las grande alamedas
por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor. ¡Viva Chile!,
¡Viva el pueblo!, ¡Vivan los trabajadores!
LO
SUBRYADO/INTERPOLADO ES NUESTRO.
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